Capítulo 1 Despedida

Las nubes grises comenzaban a invadir el cielo, ocultando la calidez del sol y acompañando la tarde fúnebre que se acercaba.

Las hojas de los árboles se mecían levemente con el paso del viento y las pequeñas aves anunciaban con su canto, la llegada de la carroza fúnebre que se acercaba a la entrada del cementerio.

Los amigos de Yessabell, acompañados de sus respectivas familias, arribaron al lugar en cuanto se les dio la noticia, por su parte; Johann y Joey se habían encargado de hacer todos los arreglos para despedir a Ezra, intentando no causarle más problemas a Eran, quien había decidido enterrar el cuerpo de su hermano, junto a los restos de sus padres.
Detrás de la casa del costado izquierdo a unas hectáreas de
distancia, se encontraba el pequeño cementerio de la familia, donde se hallaban los restos de la familia Miller y en donde ya se congregaban los amigos de Yessabell, sus familias, el padre que había conocido a la familia por años y algunos conocidos de la familia Miller, que amablemente colocaban coronas de flores y arreglos, alrededor del lugar donde sería enterrado el féretro.

-Vamos cariño, tenemos que ir ya -Johann había permanecido toda la noche a lado de Yessabell, intentando calmar su dolor, por lo que parecieron días -Ean y Joey acaban de llegar con el féretro.

Yessabell estaba sentada en el borde de la cama, con la mirada pérdida en la ventana, observando las ramas de los árboles mecerse de un lado a otro. Llevaba puesto un sencillo vestido negro, sus botas negras de tacón bajo y un abrigo de lana que le había conseguido Johann, quien también la había vestido, pues desde el día anterior, cuando Yessabell se enteró de la muerte de Ezra, estaba en shock, perdida en sus pensamientos.

Johann tomó la mano de su hija y la ayudó a levantarse, le colocó unas gafas negras y la llevó afuera de la casa, para reunirse con todos en el cementerio. Al llegar, todos miraron con tristeza a Yessabell, con sinceras palabras le dieron el pésame y se reunieron alrededor de la fosa, dónde colocarían el féretro.

Joey, Ean y dos trabajadores de la morgue, acercaron el féretro y lo abrieron por la parte de arriba, para que todos pudieran pasar a darle la despedida a Ezra.

Los llantos silenciosos y las miradas tristes acompañaron la tarde que se ponía cada vez más gris. Algunas gotas comenzaron a caer del cielo y llegó el turno de Yessabell.

-No puedes dejarme así -Susurró con tristeza asomándose al féretro, para ver por última vez, al hombre con quien compartió tantos momentos de alegría, amor y pasión.

Ean había elegido uno de los trajes favoritos de Ezra, para que lo llevará puesto y lo recordarán de la mejor manera, lo habían peinado perfectamente y su piel pálida, Lucía impecable como la porcelana.

-¡Por favor regresa! -Suplicó llorando por primera vez, desahogado toda la tristeza que llevaba dentro -¡No me dejes Ezra!

Johann apareció detrás de ella, sosteniendo un paraguas en alto y abrazándola por los hombros, llorando ante la impotencia, de ver a su hija quebrarse por el dolor.

-Yessabell... -Ean se acercó a ella y la abrazó con fuerza, ambos compartiendo el dolor y la tristeza -Tenemos... tenemos que ser fuertes... y... tenemos que... debemos dejarlo ir... -Se abrazó al féretro -Ezra... -Pronunció en un susurro apenas audible.

Todos se unieron a la tristeza, viendo a Yessabell e Ean en un mar de llanto inconsolable, mientras los paraguas se alzaban para protegerse de la lluvia, todos en color blanco.

-¡No mamá! -Exclamó Yessabell cuando Johann la alejó del féretro, ya que estaban por cerrarlo -¡No! ¡No! -Empujó a su madre y se abrazó al féretro llorando con desesperación -¡No podemos dejarlo solo! ¡No Ezra! ¡No! -La lluvia no era impedimento para ella, no para pasar unos minutos más junto a Ezra.

-Yessabell, por favor... -Suplicó Johann incrédula, ante la reacción de su hija.

-Yessabell, cariño...-Joey la jaló por la cintura soltando su propio paraguas, pero Yessabell no soltaba su agarre -Es hora de sepultarlo.

-¡No! ¡No! -Yessabell comenzó a soltar patadas y a gritar suplicando -¡No podemos dejarlo ahí! ¡No! -Grito llorando, mientras los asistentes se ocultaban ante la escena, no podían soportar el dolor que llevaba Yessabell y verla tan desolada les rompía el corazón -¡Ezra! ¡Ezra!

Ean sacó una pequeña grabadora que llevaba en el bolsillo de su traje y dejó correr la cinta. Miracles de Coldplay comenzó a sonar levemente.

-Está... está era su canción... su canción favorita... yo... -Joey sostuvo a Ean con fuerza y él se dejó consolar -Le hubiese gustado así... -Terminó con mucho esfuerzo, mientras Joey lo cubría con su paraguas.

En tanto que los trabajadores de la morgue cerraban el féretro y lentamente lo bajaban en la fosa, la cinta seguía sonando, repitiéndose nuevamente.

-¡No! ¡Por favor no! -Yessabell se arrodilló frente al féretro que ya se encontraba dentro de la fosa -¡Ezra!¡NOOOO! ¡No podemos dejarlo ahí! -Repetía desesperada empapándose con la lluvia.

-Yessabell... -Las cálidas manos de Stephen la sostuvieron para ponerla de pie.

-No dejes que se vaya, por favor -Le suplicó inconsolable.

-Tranquila Yessabell -La miró a los ojos y la acercó a él -Ezra está tranquilo, descansando...

Yessabell no dejó el llanto,
refugiándose en los brazos de Stephen, mientras la lluvia los
mojaba.

-Queridos hermanos -El padre comenzó a hablar y todos bajaron las miradas con tristeza -Nos hemos reunido hoy, para darle el adiós que se merece, a nuestro hermano... Ezra Miller.

-No puedo creer que nos esté dejando... -Susurró Yessabell
para sí misma, mientras el padre continuaba hablando.

-Dio su vida por ti -Stephen estaba triste por la partida de Ezra, pero también por ver a Yessabell tan desconsolada y perdida -Y estoy seguro que... si tuviese la oportunidad, lo volvería a hacer, porque ese hombre te amaba... te amaba tanto, que se fue lleno de amor.

-Yo tendría que estar en su lugar -Admitió ella con tristeza.

-No digas eso Yessabell...

-Es verdad, ella me quería a mí, y Ezra... Ezra dio su vida por la mía...

-Nos vemos pronto, Ezra Miller -Terminó el padre.

Ean tomó un puño de tierra bajo sus pies y lo arrojó al féretro.
Yessabell tomó una rosa blanca que le acercó su madre, le dio un pequeño beso y la arrojó al vacío.

-Te llevaré por siempre, en mi mente... y en mi corazón...

Más rosas blancas comenzaron a caer y la lluvia se hizo más intensa. Los hombres que se contrataron para cavar la fosa, comenzaron a llenarla de tierra, mientras la gente comenzaba a alejarse hacia la casa, refugiándose de la lluvia, no sin antes darle el pésame a Yessabell e Ean.

-No podemos dejarlo ahí -Susurró Yessabell entre dientes, conteniendo las lágrimas.

-Podemos quedarnos unos minutos más -Sugirió Stephen a su lado, sosteniendo el paraguas que le acercaba Johann -En un momento entramos -Le dijo y Johann asintió con la cabeza.

Todos se fueron a la residencia de los Miller, los invitados de la familia regresaron a sus actividades y el sacerdote se despidió de Ean, acompañándolo hasta la entrada de la propiedad, recordándole que podía hablarcon él, si lo necesitaba.

-De verdad lamento mucho la partida de Ezra,Yessabell -Stephen la tomó de la mano, contemplando a la chica perdida frente a él.

-Gracias por tus palabras Stephen -Dijo ella sin mirarlo mientras se agachaba a acomodar un pequeño ramo de flores, que llevó el dueño de aquel restaurante del barco, al que Ezra la había llevado en su primer visita al lugar -Y gracias por
estar aquí -Las lágrimas comenzaron a brotar nuevamente
-No sé qué voy a hacer sin Ezra...

-Vivir Yessabell -Stephen la ayudó a ponerse de pie, mientras los hombres terminaban de colocar la tierra y se despedían quitándose las gorras en señal de respeto, él les asintió y se retiraron -Lo que vas a hacer ahora, es vivir... entiendo tu dolor, también entiendo que va a costar trabajo que lo olvides, así que no lo hagas, vive con ello y continúa, porque es él quien se fue, no tú.

-Ezra no merecía irse tan pronto, con tantos planes en mente, tantas cosas que quería hacer...

-Nadie merece irse antes de cumplir sus sueños Yessabell, pero la vida tiene un plan para cada uno, si hay cosas que puedas hacer por él, tal vez deberías hacerlo, si eso te hace
sentir mejor -La abrazó con cariño entre sus brazos, dándole alivio y consuelo-Y sin importar la decisión que tomes, aquí estaré para apoyarte, todos estamos aquí para ti Yessabell.

-Lo sé, agradezco su apoyo...pero no es suficiente...

-Un paso a la vez pequeña -Tomó su rostro entre sus manos y le dio un ligero beso en la frente -Tómate tu tiempo.

Yessabell se deshizo en llanto, negándose a dejar la tumba de Ezra y Stephen no tuvo más remedio que llevarla en brazos hasta la casa de los Miller.

El ambiente en la casa era más que gris, cada familia se instaló en una habitación para pasar la noche contemplando regresar a sus hogares al día siguiente, mientras Ean los instaló con pocos ánimos, dejándolos para retirarse a la
recamara que una vez fue de su hermano.

Johann llevó a Yessabell a la habitación donde se había instalado con Ezra, dejándola en la cama, perdida en un profundo sueño.

-Yo me quedaré con ella -Informó Johann a Joey -No quiero dejarla sola, por si llega a tener pesadillas o algo.

-Está bien amor, yo voy a la habitación de enfrente -Aceptó Joey -Ven Stephen, busquemos una habitación para que descanses, debes estar agotado por el largo viaje.

-Claro señor Montana -Stephen lo siguió por el pasillo.

-Voy a hacer todo lo que esté en mis manos, para ayudarte a superar este dolor mi niña -Johann le dio un tierno beso en la mejilla a su hija y se preparó para dormir.

Al día siguiente, las familias partieron con sus hijos, a retomar sus actividades, mientras Ean preparaba una maleta con algunas cosas para Yessabell.

-Por fin despertaste -Johann estaba en el umbral de la puerta, dudando en entrar -Estuve hablando con Joey, y queremos llevarte a casa, puedes pasar unos días...

-Gracias mamá -Interrumpió ella cerrando su maleta, estaba usando unos jeans y un suéter sencillo -Pero voy a irme con Ana, vamos a regresar a la ciudad, quiero visitar a Philip, después de todo, está en el hospital por mi culpa.

-Cariño -Johann entró y se acercó a ella -No quiero que te culpes de lo que sucedió, nada de lo que pasó con esa mujer desquiciada es tu culpa.

-Lo sé mami, pero así me siento y prefiero ir con ellos, necesito compañía -Yessabell le sonrío con tristeza -Además, no quiero interrumpir tus planes con Joey, sé
que tienen que regresar a Tailandia y terminar los negocios de Joey, al final es su trabajo y no quiero interferir.

-Claro que no mi Yessabell -Johann la abrazó suspirando -Has crecido tan rápido y has pasado por tantas cosas, que ahora yo me siento tan culpable de no estar contigo cuando lo necesitas.

-No te sientas así mamá -Yessabell se apartó y se puso su abrigo -Creeme que estoy bien, mis amigos me han apoyado mucho y bueno... aunque no me ha ido bien en el amor, en su momento cada uno me dio fuerza para seguir.

En ese momento Ean llamó a la puerta.

-¿Puedo pasar? -Preguntó llevando una maleta en la mano.

-Claro Ean -Yessabell asintió con la cabeza.

-Voy a despedir a Bruno y Marisol, sus familias tienen que regresar y ellos también, los despediré de tu parte cariño -Johann salió de la habitación, dejándolos solos.

-Quiero que tengas esto -Ean le ofreció la maleta y Yessabell la tomó dudando -Son algunas cosas de mi hermano, no sé si es buena idea que tengas recuerdos físicos de él, pero estoy seguro que esto es para ti -Explicó ante la expresión de desconcierto de ella -Y si hay algo aquí que quieras llevar contigo, puedes hacerlo -Agregó observando la habitación -Esto también es para ti -Le extendió un juego de llaves.

-Ean, no puedo...

-Cuando quieras venir a visitarlo, puedes hacerlo, hace mucho que no me paso por aquí y si quieres venir y no estoy... es mejor que las conserves.

-Está bien -Tomó las llaves y después dirigió la vista a la maleta que había llevado Ezra para el viaje -Tal vez sólo revise ahí y tome algo, no necesito más.

-Está bien -Ean vio la maleta y después se dirigió a la puerta.

-Ean... -Lo llamó y él la volteó a ver -Lo siento mucho.

-Gracias Yessabell, yo también lo siento.

Salió de la habitación y Yessabell abrió la maleta de Ezra, encontró la ropa que había empacado para el viaje, algunos artículos de higiene personal y un par de zapatos. Al fondo había una caja blanca, con un moño rojo y el nombre de ella escrito por Ezra, tomó la caja y la guardó entre sus cosas, para después salir de la habitación.

-Tengo que regresar a casa amor. Voy a visitar a Philip, está recuperándose en la ciudad, aunque sé que no es mi culpa que este ahí, es mi amigo y se lo debo. Prometo venir a verte antes de que terminen las vacaciones, creeme que si no fuese urgente, no me iría, pero el detective llamó anoche y me dijo que mañana llevarán el juicio de Nora, claro que Derek estará ahí y bueno, Gabriela también tendría que estarlo, en fin, tenemos que testificar ante el juez y cerrar este caso de una vez.

Yessabell suspiró contemplando con tristeza la tumba de su amado, dejando escapar algunas lágrimas.

-Te prometo que tu muerte no quedará impune... Nora pagará
por lo que te hizo, de eso me encargo yo.

Ana y su familia regresaron a la ciudad, llevando a Yessabell y Stephen con ellos, mientras los demás amigos de Yessabell también regresaban a sus vacaciones, aunque con un ánimo diferente, incluso Johann y Joey, quienes ofrecieron a Ean su casa, para no dejarlo pasar el duelo sólo, él aceptó pasar unas semanas con ellos, antes de que se fueran a su viaje a Tailandia, después se ocuparía de lleno en su trabajo para la fundación y así distraerse un poco.

Una vez que llegaron al hospital, los padres de Ana tuvieron que regresara sus trabajos, a resolver los pendientes, prometiendo dejar las cosas de los chicos en la casa de la tía Melinda.

-¿Estás bien?-Le preguntó Ana a Yessabell, en cuanto entraron al hospital -Todo el camino estuviste metida en tus pensamientos.

-Estoy bien Ana -Contestó con un tono de melancolía en la voz -Solo quiero que esto termine de una vez.

-Ya verás que mañana, Nora será llevada a prisión.

-Seguro que si -Afirmó con dureza.

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