VII. Visita
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DE CIERTA MANERA a la pelirroja le causaba algo de gracia la personalidad de Demetri, tenía que admitirlo, era muy guapo y su humor lo resaltaba... aunque su cabello en ese momento no le ayudaba.
—¿Alguna vez has pensado en contarte el cabello? —le preguntó disimuladamente a Demetri.
—¿Estás diciendo que no me queda?
—No, osea... yo creo que podría resaltar más tu belleza si te haces un corte de esta época y no la del rey David, ¿sabes?
—A veces cuando eres directa sueles herir mucho —dijo dramatizando—. Pero, lo tomaré en cuenta.
—¿Seguro que no le das al otro lado?
—¿Cómo llegamos a esta situación?
Enid negó con la cabeza—. Alec me dejó a tu cuidado por un momento, ya que tenía que ir a alimentarse.
—Pobre chico, apenas le dejas que se alimente.
—No seas escandaloso, no es mi culpa que sea terco.
—Bueno, es gemelo de Jane —habló Demetri para después tensarse al sentir una presencia.
—¿Acaso están hablando de mí?
El rubio se paró del mueble en donde estaba con Enid—. Ella si, yo no—se defendió para irse corriendo de ahí.
—Traidor—susurró poniéndose de pie—. ¿Vienes a matarme?
La cara de enojo de Jane se desvaneció al escucharla—. No... claro que no.
—¿Entonces...?
—Solo vine a...
Enid alzó la ceja al ver cómo le costaba hablar a Jane, así que le ayudó.
—¿A disculparte?
La rubia rodó los ojos—. Algo así, Alec y yo no estamos en buenos términos ahora.
—¿Por qué será? —musitó sarcásticamente, aunque claro que Jane lo escucharía.
—Mira, solo vine a decirte que si lastimas a mi hermano, no vivirás por mucho tiempo, humana.
—Bien... tampoco lo iba a hacer, seré muy complicada, pero no tanto... además yo igual tengo una hermana, supongo que se lo que se siente.
—Pensé que era al revés.
Enid se río—. Algo así, recuerdo que cuando Edward y yo nos quedamos a solas en su casa, trate de sacarle de quicio con mis preguntas, Bella no será del todo mi hermana, pero trato de quererla como a una.
—¿Qué quieres decir? —preguntó Jane confundida.
—¿No es obvio?, soy adoptada.
—¡¿Qué?!
Las dos chicas se voltearon viendo a un rubio sorprendido y a un gigante.
—Demetri, Félix... pensé que ya lo sabían —dijo la pelirroja—. Espera, ¿ustedes que hacen aquí?
Demetri alzó los hombros—. No lo sé, pero sigue contando, has como si Félix y yo no estuviéramos aquí.
—No hay nada más que decir, es simple —admitió la pelirroja—. Charlie y Renée me adoptaron cuando Bella tenía dos años, supongo que fue una locura de ambos en su momento de casados... luego de un tiempo se divorciaron y me quedé con Charlie mientras que Bella con Renée.
—Vaya, todo un enredo...
—Sí, creo que sí.
—¿Ya terminaron de interrogar a mi compañera?
—Alec, mi querido amigo, no la estamos interrogando —dijo Demetri yendo hacia él —. ¿Por fin te alimentaste?
—Sí, ya lo hice.
—Creo que me tendré que acostumbrar a que de la nada aparezcan —admitió la pelirroja.
—Ellos tienen que tocar, es nuestra habitación —refunfuñó el pelinegro a los demás.
—Entendible —habló por primera vez Félix.
—Oye, Félix... ¿qué no estábamos aquí porque las reinas querían conocer a Enid?
La pelirroja tenía hecho un lío en su cabeza gracias a ciertos vampiros, ¿cómo qué había reinas?... pues nunca lo imagino hasta que recordó cuando Edward le comentó sobre que los Vulturi eran algo similar a la realeza.
En ese momento le agradeció mentalmente al novio de su hermanastra.
—¿Lista? —le preguntó Alec a su compañera.
—Creo que sí.
—¿Crees? —le dijo burlón Demetri—. Un paso en falso y ya no la cuentas.
—Deja de asustarla —habló Jane caminando con ellos—. Pero tiene razón, controla tu sarcasmo.
Enid asintió. —Bien, me controlaré.
Llegaron a un gran jardín viendo que a lo lejos se encontraban dos mujeres, una pelinegra concentrada en su lectura y una rubia mirando unos florales.
—Mis reinas, aquí está Enid Swan —les informó Demetri haciendo una reverencia al igual que los demás. Luego empujó suavemente a la pelirroja haciendo qué está se tropiece.
—Mierda —dijo Enid estando en frente a ellas viendo qué ambas la miraban—. Perdón, perdón.
—No te preocupes —río la rubia de cabellos largos—. Soy Athenodora, esposa de Caius Vulturi.
La pelirroja no mostró sorpresa, ya sabía quienes eran.
—Yo soy Sulpicia querida, esposa de Aro —le sonrió la pelinegra cerrando su libro.
—Un gusto poder conocerlas, soy Enid Swan —se presentó haciendo una pequeña reverencia.
—Y compañera de Alec, por supuesto —dijo Athenodora—. Ya queríamos conocerte.
—¿A mí?...
Sulpicia asintió—. Sí, nos pareces interesante, no solo eres la compañera de Alec, sino que tienes lazos paternos con Marcus.
—Oh...sí —respondió Enid ya sin saber qué decir.
—Jane, acércate por favor —la llamó Athenodora.
—Mi reina, ¿qué desea?
—¿Ya te amistaste con la pequeña humana?
—Tiene más carácter que su hermanastra, eso me gusta.
—Me alegra saber eso —sonrió la esposa de Caius—. ¿Qué me dices tú, Enid?
—Es bonita —soltó de golpe, pero de inmediato se corrigió—. No, osea si es bonita... pero no la veo de esa forma, me agrada.
Ambas reinas rieron por la torpeza de la pelirroja.
—Bien, ¿nosotras también lo somos?
La pregunta qué le hizo Athenodora hizo Enid se sintiera nerviosa, a decir verdad, sentía una gran debilidad por la belleza de los vampiros.
—Eh, sí...
—Dora, deja de poner nerviosa a nuestra invitada —interrumpió Sulpicia.
—Está bien, pero me estaba divirtiendo.
Y así siguieron hablando, de vez en cuando las reinas reían por las ocurrencias de la pelirroja, logrando asustar un poco a los guardias, ya que no sabían si Enid en algún momento iba a soltar algo inadecuado, aspecto que no ocurrió.
Después de un tiempo, Enid se tuvo que despedir de las esposas porque ya tenía que ir a comer, aunque a las reinas les hubiera encantado que no se fuera.
—Eso estuvo bueno —dijo la única humana siendo acompañada por la guardia.
—Al menos no te caíste otra vez.
—Demetri cállate —le codeó Enid al rubio.
—Solo decía —sonrió.
—¿Qué deseas comer? —los interrumpió Alec.
—Déjame pensar —le respondió Enid—. No lo sé, supongo qué me gustaría probar la comida italiana.
—Entendido, comida italiana —dijo para irse dejando a los demás con Enid.
—¿Tienen tiempo de ver una serie?
Los tres vampiros que quedaron se miraron entre si.
—Sí, ¿quieres ver una? —habló Jane viendo que la pelirroja asintió.
—Yo pido estar en el medio —les avisó Demetri para irse lo más rápido posible.
—¿A dónde va?
—Ya verás, síguenos —le dijo Félix a Enid para marcharse.
Espero que les haya gustado este capítulo, lamento la tardanza.
Para explicarles un poco de la edad de Bella y Enid, ambas se llevan por dos años, siendo que Enid fuera menor ya que Bella tiene 18 años en Eclipse porque en Luna nueva ella los cumplió.
Ahora si podré actualizar más seguido ya que finalice la historia de Alice in borderland, si quieren pasen a leerlo y apoyarlo en mi perfil.
[🧿]: Créditos al separador y firma gif a TheWalkyrie
With love, Blythenewt.
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