Capítulo 5.- Charla

Kirishima no puede consentrar se en absoluto en el maldito exámen que está teniendo, probablemente por idiota lo termine reprobando. Deja escapar un suspiro pesado, ya tendrá que prepararse para el sermón que se le viene por cortesía de su querido primo.

Matemáticas jamas a sido su materia favorita ni mucho menos la más fácil para el, observa de reojo como la mayoría de sus compañeros contestan el exámen sin ningún problema mientras el solo está observando.

Había pasado una semana desde que le había hecho una mamada a Bakugou y no había podido hablar con el rubio ni siquiera por instagram. No quería culpar lo a él por su falta de atención en la escuela pero por andar pensando en esas cochinadas su promedio sufriría las consecuencias, apretó el lápiz como si fuera a romper lo por tal acción. Había resultado cinco preguntas de las veinte que había en el exámen, faltaban al menos otras diez para que su calificación no fuera tan mediocre.

—Sigan en sus exámenes, saldré un momento— avisó el profesor levantándose de su asiento.

Bien podía ser una buena oportunidad para pedir un poco de copia pero no era muy buena idea. El profesor salió haciendo que el silencio siguiera y el solo dejaba descansar su cabeza en su pupitre, era un completo idiota.

Cerró los ojos para esperar a que la hora llegará al final pues no servía de mucho hacer el intento de contestar su exámen si no sabía absolutamente nada. Sintió un golpe en sí brazo volteando a ver a Denki que se sentaba atrás de el, este el extendió un borrador algo grande soltando un: Ve lo que tiene escrito.

No perdía nada en ver lo que tenía, sus ojos se posaron en la escritura notando las respuestas del examen en ella. Volteó a mirarlo un poco sorprendido, Denki no era un genio en su totalidad en los estudios y las respuestas parecían estar bien.

—Jirou— susurro el rubio.

Con el nombre de la chica ya le había dado toda la información, no pudo evitar soltar un suspiro de alivio. Rápidamente se dispuso a copiar las respuestas y corregir las que tenía mal. En total eran trece respuestas que la chica había mandado, no era tan mal o lo comparado que él tenía al inicio.

El profesor volvió con tranquilidad para anunciar que el exámen terminaría en solo unos escasos minutos. Bueno al menos ya tenía casi todo el exámen contestado, como pudo respondió lo que le faltaba para entregar el exámen contestado.

Probablemente tendría un seis de calificación. Denki le dio un leve golpe con la libreta que tenía para sacarlo de sus pensamientos.

—Despierta Bella durmiente, debemos ir a comer algo— sonrió el rubio.

El asintió para seguir a su amigo, los demás los esperaban en la puerta del salón. Ahora que lo pensaba bien ni siquiera le había comentado a Denki lo que había pasado con Bakugou, estaba cien por ciento seguro que su amigo no lo juzgaria pero era mejor que mantuviera en secreto todo lo que había pasado con el mayor.

—¿Sucede algo?—preguntó Izuku a su amigo que no parecía concentrado.

—No es nada, solo no dormí bien, eso es todo. Idiota— soltó un suspiro para continuar mirando los papeles.

Midoriya le dio una sonrisa.

De loco le diría lo que verdaderamente pasaba por su cabeza, Midoriya era alguien que no lo juzgaria pero le estaría dando algún sermón narrador pidiéndole también que hablara con Todoroki y obviamente eso era muy malo. Preferiría estar callado y ignorar todo lo que durará su trabajo, observó cómo su amigo estaba con el celular caminando de un lado a otro.

Lucía algo preocupado.

—Si, está bien le preguntaré si nos puede hacer el favor— colgó la llamada para observar a su amigo.

Bakugou lo miró arqueando la ceja, por lo que había oído al parecer el nerd le pediría un favor. Este se acercó con una sonrisa nerviosa y haciendo unos movimientos algo graciosos.

—Kacchan— le llamó.

El rubio le soltó un bufido al momento de tomar una carpeta y comenzar a observar los documentos que habían en el.

—Necesito un enorme favor contigo— comenzó a hablar rápidamente haciendo que el rubio lo mirará de reojo—, necesito que Eijiro se quede en tu casa hoy y tres días más.

Eso no se lo esperaba.

—A Shouto lo mando a traer su mamá a otra ciudad para que esté al tanto de unos asuntos familiares y a mi el jefe me acaba de mandar a extranjero para checar una negociación— explicó el peliverde siendo escuchado con más atención del rubio—, sé que no te gusta que te pida este tipo de favores pero no puedo pedirle a Ochako que lo haga debido que está de luna de miel.

Cómo olvidar eso, la cara redonda se había ido de luna de miel hace siete días atrás.

—¿Y los amigos del pelo de mierda?.

—Shouto cree que ellos pueden hacer alguna locura— Bakugou arquea la ceja confundido-, Denki es un chico bastante ocurrente.

—¿Que hay de Yaoyorozou?, Es la mejor amiga del mitad y mitad— preguntó con cierto enfado.

Lo que menos quería ahora era tener más problemas. Antes tal vez se haría de rogar un poco pero con lo que había ocurrido con ese pequeño bastardo sentía una especie de incomodidad pero tal vez les serviría para charlar sobre lo que había pasado entre ellos dos.

—Shouto no quiere incomodarla a ella y a Yosetsu— respondió.

—Y como yo soy el único imbécil soltero de sus amistades, me jodo— le reclamó.

Vale se estaba saliendo del plan que ya había armado.

—No, eres el único que es un poco más serio con respecto a Eijiro. Eres al que Shouto le puede confiar a su primo— trataba de converserle adulandolo, era la única manera en la que podía ceder Bakugou.

Bakugou se pasó la mano por el cabello y soltó un gruñido molesto, era increíble lo que iba a decir.

—Esta bien, no me queda de otra si pones esa cara de imbécil— acepta finalmente.

Izuku sonrió felizmente, está agradecido que su amigo allá aceptado.

—Gracias Kacchan, le diré a Shouto para que pase por Eijiro a la escuela y lo lleve a tu casa más tarde.

El rubio de mirada rojiza solo asintió. Ya vería como se las arreglaría.

—Si llegas a necesitar algo, mándame un mensaje me pondré lo más rápido posible contigo— le decía Shouto parado en frente de la puerta del auto.

Bakugou observaba todo desde la puerta de su casa con aburrimiento, si sus cálculos no le fallaban. El mitad y mitad ya llevaba como diez minutos hablando sin parar dándole indicaciones a Eijiro que ya se había de estar escuchando lo mismo.

—Si lo sé, y por alguna razón no llegas a responder debo comunicarme con Izuku— le terminó la oración.

Shouto le revolvió el cabello.

—Confio en ti, nos vemos la próxima semana— se despido para mirar ahora a Bakugou que le observaba con una mirada de aburrimiento—, Te lo encargo.

—¿No quieres que también te lleve al aeropuerto y te traiga de vuelta cuando regreses?— habló sarcásticamente.

Shouto sonrió levemente, Bakugou siendo Bakugou.

—Te cuidas—le dijo finalmente a Kirishima para ingresar al auto y marcharse siendo observado por este hasta desaparecer de la carretera.

El peli-rojo se dio vuelta para observar la puerta donde ya no estaba Bakugou, espero un momento para comprobar que su primo ya no iba a volver.

Cuando comprobó que Shouto no iba a volver, entró rápidamente a la casa encontrándose a Bakugou leyendo un libro. El alzó la mirada para chocar con la del menor, Kirishima se iba a lanzar a besarlo pero Bakugou se levantó haciéndole una señal para que se detuviera.

—Debemos hablar de lo que pasó días atrás— comenzó a hablar, estaba sorprendido del autocontrol que estaba teniendo pero ¿Cuánto tiempo duraría así?—. ¿Que se supone que deba existir entre nosotros?.

Eijiro sonrió.

—Una relación amorosa Blasty, yo te gustó eso lo puedo ver en tu mirada y tú también me gustas— le respondió mientras se acercaba a el—, no hay ningún problema que nos queramos.

—¿Que hay del bastardo mitad y mitad?— pregunta serío.

—Puede ser nuestro secreto si tú quieres— sonrió con falsa inocencia-, por mi no hay problema aunque no me gustaría que tú no quisieras tener un secreto conmigo.

Hace un pequeño puchero para jalar de la playera al rubio que acerca su cara a la del chico.

Finalmente juntaron sus labios, Kirishima pega una especie de salto para abrazar a Bakugou con sus piernas y rodear su cuello con sus brazos mientras el rubio lo sostenía de los muslos.

El beso era intenso, en verdad sus cuerpos estaban pidiendo más. Lo estaban deseando, quería convertirse en uno solo.

—D-da D-Daddy— murmuró Eijiro en el beso.

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