Capítulo 4.- Una Buena Mamada

—Podríamos intentarlo antes de que lleguen los molestos de tus primos— levanta su rostro para poder besar nuevamente al peli-rojo que corresponde con gusto.

Es un beso con más intensidad y con más ganas deseadas, Kirishima siente las conocidas mariposas en el estómago. Pero también siente que una mano se está adentrando en su pantalón hasta llegar a su preciado pene que ya está listo para cualquier cosa.

Una fantasía que ya se a hecho realidad.

Bakugou es quien hace que se separen para ahora mirarse de frente.

Kirishima le sonrió.

Bakugou metió uno de sus dedos en la boca de Kirishima. El cual comenzó a lamer suavemente pero sin quitar esa sonrisa de su boca, los lenguetasos era suaves y tranquilos.

Ya no siente esa mano que invadía en su pantalón, solo siente como la mano de Bakugou baja y sube encima de sus nalgas.

¿Iba a perder su virginidad?, Si así será jamás olvidaría este delicioso día ni tampoco le dejaría de agradecer a Dios y a Todoroki, claro que a este último no podría decirle que tuvo relaciones con alguien mayor que el y más que era Bakugou.

—¿Se la has chupado a alguien?— preguntó haciendo que Kirishima volviera a la realidad.

Bakugou había sacado su dedo para que el pequeño contestará, este negó con la cabeza con un enorme sonrojó.

Jamás había hecho un oral ni tampoco había practicado como supuestamente Denki lo había hecho.

Si mal no recordaba fue cuando Denki tenía catorce años y tenía la idea que era gay por lo que empezó a practicar las mamadas con un plátano para ver hasta dónde le ponía llegar un miembro a su garganta, lo cual resultó malo debido a que el plátano se le atoró y de no ser porque se estaba con el posiblemente Denki hubiera muerto ese día.

Bakugou hizo un ruido con su boca trayendo lo a la realidad, ¿Que debería hacer?, Jamás había hecho una.

—¿Podrías intentar lo?— le susurró en el oído—. Pelos de mierda.

Se separó de él para dejar a la vista el rostro del pequeño.
Su labio inferior tembló y para impedir que siguiera haciendo lo sé mordió.

—Creí haber escuchado que te gustaría que te follara, si no puedes hacer algo tan simple como una mamada como esperas que te haga el amor— se lo quitó de encima para colocarlo a lado.

Soltó un suspiro de frustración, el maldito mocoso lo había calentado para nada. Justo ahora su puto amiguito estaba despierto y parecía que necesitaba urgentemente descansar.

Mandaría a la mierda todo, iría a su casa y le mandaría un mensaje al torpe de Deku.
Cuando estaba levantándose Eijiro alzó la mirada, el estaba dispuesto a marcharse y todo porque el estaba actuando como un niño tonto.

—Diles que me surgió algo de última hora— comentó el rubio apagando la televisión.

Justo cuando estaba por avanzar, fue detenido por Eijiro, este se había abrazado a el.

—No te vayas por favor— le pidió como si su vida dependiera de ello.

Soltó un suspiro, no podía golpear al chico aunque esté fuera demasiado infantil.

—Debo de bajarme el problema que ocasionaste— respondió tratando de tranquilizarse.

—Yo lo haré por ti pero no te vayas— volvió a hablar.

El rubio soltó un suspiro.

—Vale pero suelta me— ordenó.

Kirishima obedeció al pedido del rubio. Este de sentó, Eijiro lo vi acomodarse en el sillón y prender la televisión de nuevo.

—Chupalo entonces— le dijo Bakugou dejando a la vista su pantalón.

Kirishima se acercó con calma, su corazón latía rápidamente y sentía la cara muy caliente.

Quedó en frente del pantalón de Bakugou y por alguna razón comenzó a lamer encima del pantalón, podía sentir el miembro del mayor que pedía a gritos ser liberado.

Tenía demasiada vergüenza pero en verdad quería sentirlo al menos por ahora dentro de su boca. Abrió el cinturón junto con el botón y dejar libre esa erección.

Era demasiado grande, la cabeza era perfecta.

Pondría en práctica lo que había visto en los vídeos pornos y en los mangas Yaoi que Mina le había obligado a leer.

—Cuidado con los dientes tiburón— advirtió con burla Bakugou.

El asintió, no sin antes tomar aire.

Comenzó a lamer lo como si de una paleta se tratará. Justo como había hecho con el dedo de Bakugou, era mucho mejor hacerlo que con un plátano o una paleta, le gustaba el olor que desprendía.

No era desagradable ni nada por el estilo.

Comenzó a introducir lo de manera lenta y subir y bajar una de sus manos  enrrollada en el miembro.

Sus cabellos comenzaban a estorbar le debido a que se mecían con el compás de cada movida, los acomodaba como podía sin dejar de hacer lo que Bakugou le había pedido.

El rubio en cambio había soltado uno que otro gemido mirando como ese pequeño crío seguía haciendo magia con su miembro.

Sin duda disfrutaría de la compañía del primo de Todoroki.

Podía sentir el sabor de Bakugou en su boca, incluso el olor de ponía oler. Podía sentir que en cualquier momento Bakugou se vendría en su boca y eso posiblemente significaba que tendría que beber el semen del rubio.

Bakugou hizo un ruido con su boca y se vino en la boca de Kirishima. Se sentía caliente y con un sabor bastante peculiar, no sabía para nada mal, se alejó del miembro de Bakugou con la respiración agitada y con la vista un poco nublada.

—Hiciste un buen trabajo pelos de mierda, supiste hacerme venir— se acomodó la ropa.

Por suerte no se había ensuciado, quién se había llevado todo por así decirlo fue Kirishima que tenía algunas manchas de semen en su ropa. Se acercó para quedar en frente de el.

—¿De verdad le gustó Daddy?— preguntó el chico con un sonrojó ya con la respiración tranquila.

Suena bastante bien esa palabra en los labios del pequeño, no puede evitar acariciar la mejilla del menor.

—En definitiva me gustó, podrías volver a intentarlo— murmuró haciendo que el chico sonrisa por eso.

El asintió, era lo que más deseaba.

—Ya nos pondremos en contacto, ahora ve a bañarte y cambiarte de ropa— pidió separándose de el para volver al sillón.

Él hizo un puchero.

—Yo quiero estar un rato más contigo— Kirishima se había levantado cruzándose de brazos.

—Deku y el mitad y mitad pueden vivir en cualquier momento y no sería bueno que nos encontrarán así— le recuerda.

Si los encontraban de esa manera el que tendría mucho más problemas sería Bakugou debido a que era el adulto.

—Esta bien Daddy — le sonrió levemente el peli-rojo para acercarse a él.

—Si te preguntan. Di que no haz bajado en todo este tiempo— le ordenó mientras el chico se sentaba en sus piernas.

—Como usted ordené Daddy— besa la mejilla de Bakugou para levantarse y salir corriendo en dirección a así habitación.

Espero a que el chico se marchará por completo para dirigirse al baño que se encontraba en el primer piso.

¿De verdad ese chiquillo le había hecho una mamada?, Su cabeza parecía darle vueltas al asunto como si aún no pudiera procesar del todo lo que había ocurrido.

Lava sus manos para después pasar con el rostro, lo tiene un poco caliente. Se mira en el espejo y no puede evitar recordar la cara de Kirishima cuando se la chupaba.

Ese pequeño parecía verdaderamente inocente pero lo habia de maravilla.

Por su parte Kirishima saltaba por toda su habitación aguantando las ganas de gritar, todo parecía un sueño hecho realidad.

Podría morir justamente ahora pero no era la mejor opción, Bakugou le había dicho que se pondrían en contacto. Eso posiblemente significaba que lo volverían a hacer o tal vez otra cosa mucho mejor.
Se lanzó a su cama para abrazar su almohada y detener los gritos que querían salir.

Había roto esa pequeña línea invisible que había existido entre Bakugou y el.

Ya no era conocidos ni amigos, eran algo mucho más y por eso mismo debía guardar el secreto para que ni Todoroki y Midoriya lo supieran.

El sonido de la puerta se escuchó, habían llegado los dueños de la casa. Soltó un bufido.

—¿Ha bajado Kirishima?— preguntó Todoroki acercándose a Bakugou que descansaba en el sillón.

—No— respondió sin mucho interés continuando viendo la película.

Todoroki subió las escaleras con prisa para saber si Kirishima estaba bien.

—¿Te imaginas al bastardo cuando tengan hijos?— le preguntó Bakugou a Deku que se sonrojaba—. Pobres engendros.

Ya estaba posiblemente en edad pero aún no era el tiempo, tal vez en unos cuantos años más se darían esa oportunidad.

—Es normal que sea un poco sobreprotector— comentó el peliverde sentándose a su lado.

—Si como no, Deku.

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