Capítulo 3.- Fantasía Hecha Realidad

Dios estuvo a punto de besar esos labios, tan cerca pero a la vez tan lejos. Maldito Todoroki que interrumpió su preciado momento con Bakugou. Después de que había salido corriendo su corazón latía con demasiada fuerza, había estado tan cerca de dar su primer beso.

— ¡Joder Todoroki — se quejó el chico de diecisiete años sentado en el sofá de la sala viendo la televisión.

— ¿Que te he hecho? — preguntó su primo desde las escaleras haciendo que el peli-rojo se asustara demasiado por ser escuchado.

¿Su primo era una especie de Ninja o algo así?.

— Es solo una expresión, te comiste todas las galletas de Midoriya sin dejarme una — mintió cubriéndose con la manta azul que tenía en las piernas.

Shoto arqueó la ceja confundido pues estaba completamente seguro que había dejado suficientes galletas para que su primo las probará.

—No es cierto, yo dejé unas para ti— se dirige a la cocina, Kirishima sonríe.

Sabe perfectamente que no hay galletas, el se las había comido en cuanto las vió pero la venganza es dulce y eso se merece Todoroki por interrumpir su bello momento con su Blasty.

— Estare en mi cuarto así que nada de que me molesten — informó apagando la televisión y levantándose aún envuelto en su manta.

Subió rápidamente las escaleras para ir a su habitación donde le colocó seguro para mejor comodidad y se acostó en la cama. Tenía mucho sueño y flojera, eso no era una buena combinación pero al carajo con todo esto.

— A...ah — pronunció Kirishima al sentir la mano de Bakugou en su entrepierna.

Se encontraba sentado en las piernas del rubio haciendo que su espalda estuviera en el pecho del mayor.

— ¿Te gusta como te tocó? — le susurró Bakugou en el oído mientras el cerraba los ojos y sentía como apretaban su glande.

— Me gusta que me toque Da.. Daddy— respondió mientras respiraba agitada mente.

Bakugou llevó su mano izquierda que estaba libre al pezón derecho de Kirishima mientras éste se mordía el labio Lara evitar soltar un gemido.

— Vamos, deja que escuche tus gemidos pequeño — después de esto le pasó su lengua por el cuello.

— A... Ah— gimió Kirishima.

— Es una orden Kirishima, gime para tu Daddy — masajeaba con más intensidad el pene del chico quien comenzó a soltar más gemidos.

—A.. ah Daddy— soltó Kirishima pasando su brazo para tocar la cabeza de su amado.

Sus movimientos fueron lentos pero lo suficientemente satisfactorios para que su niño gemiera y le escurrieran un poco de baba por la boca.

—¿Quieres sentarte sobre el?— preguntó con curiosidad y una sonrisa burlona mientras Kirishima asintió con la cabeza.

Su mente estaba nublaba por la excitación, fue obligado a ser levantado para que su Daddy pudiera quitarle la braga
Con cuidado guío su miembro a la entrada del chico que ya retranca a su cabeza en el hombro de el.

De una estocada lo penetró haciendo que el chico de cabello rojo soltará un quejido por el dolor que sintió al sentir tremendo pene en su interior, cerró los ojos tratando de aguantar esa sensación que sentía pero a la vez quería que continuará su querido Daddy con eso, el era un niño grande para poder aguantar todo esa sensación.
Su Daddy comenzó a moverse de una manera lente y suave mientras su cuerpo se acostumbraba al dolor, suelta gemidos algo bastante fuertes pero no le importa en absoluto.

—¡KIRISHIMA!— grita alguien fuera de la puerta mientras tocan con ferocidad, pareciera que están a punto de derribarla.

Maldita puta suerte que tiene, acaso el jodido de su primo no puede poner en cuatro a Midoriya que siempre le tiene que estar hechando a perder todo, incluso su maldito sueño húmedo que estaba teniendo, como odiaba que ocurriera eso. Se sentó en la cama para quitar la manta y comprobar que su amiguito no hubiera hecho de las suyas, soltó un suspiro al ver que nada normal había pasado.

—¿Kirishima?— preguntó del otro lado Shouto volviendo a tocar.

—¿Que ocurre?— respondé tranquilo aún cuando estuviera molestó.

—Debo de ir a recoger a Midoriya a casa de Uraraka, Bakugou está en la sala— comenzó a hablar Todoroki haciendo que los malos pensamientos que tenia Kirishima de su primo desaparecieron en un instante.

—Bajare en unos momentos— comentó levantándose de la cama rápidamente sin sonar desesperado o contento.

—Vale, nos vemos en un rato— respondió para alejarse de la habitación.

Bajo las escaleras con tranquilidad para ver a Bakugou mirando la televisión, bueno tardaría cerca de una hora en volver así que estaba bien que el amigo rubio de su pareja se pusiera cómodo.

—En un rato vuelvo— dice Shouto tomando las llaves que están en la mesa.

—...— no responde el rubio concentrado mirando la televisión.

Al no tener respuesta salió de la puerta principal, por su parte Kirishima le observaba escondido desde la ventana comprobando que su querido primo se fuera completamente. Cuando vio que el auto desapareció de su vista, una sonrisa apareció en sus labios, salió rápidamente de la habitación.

Por poco se caía en las escaleras por lo rápido que había bajado. Se posó un poco lejos de él para no lucir desesperado.

—¡Hola Blasty!— saluda al rubio que apenas le dirigió la mirada.

— Hola Pelo de mierda— sin mucha atención pues la televisión estaba mucho más interesante.

Hace un puchero al ver que el rubio no le presta la atención que se merece, incluso su cabello está lacio para que le dé un toque sexy, o eso cree.

—¿Tardará mucho Todoroki?— preguntó acercándose a el.

—Una hora por lo mucho— mira al chico que ahora se encuentra a un lado de el.

Le observaba detalladamente, su cabello está caído dándole un toque angelical y juguetón, las mejillas de Kirishima están sonrojadas.
Están tierno ese pequeño chiquillo que le dan unos tontos impulsos de darle un abrazo pero se niega a hacer lo.

—Eso me parece tiempo suficiente— sonríe Kirishima para finalmente sentarse en las piernas del adulto que está completamente confundido.

—¿Que tramas pequeño bastardo?— pregunta un poco alterado.

Eijiro no respondió absolutamente nada, solo junto por primera vez sus labios con los de Bakugou Katsuki. Se sentía tan genial esos roces que estaba compartiendo con el hombre del cual estaba enamorado, mentiría si dijera que nunca solo con probar esos labios que ahora estaba disgustando.

Bakugou estaba un poco incómodo en esa situación pues jamás se había imaginado que el pequeño Kirishima se atreviera a dar el primer pasó porque aunque quisiera negarlo sentía una especie de atracción hacia el primo del mitad y mitad.

Por la falta de aire se separaron y Kirishima le sonreía.

—No debiste hacerlo— habló con tono bastante frío Bakugou.

—¿Tan malo fue?— su tono de voz demuestra que está triste.

Baja la mirada y está dispuesto a bajarse del rubio e ir a su habitación para poder llorar por el desprecio de este pero fue detenido porque Bakugou lo había abrazado.

—Pequeño Idiota deja de tentar me porque estoy seguro que te haría el amor sin dudar— murmura ocultando su cara en el pecho del menor.

—...— en el rostro de Kirishima aparece una sonrisa. Con tranquilidad acaricia el cabello de su querido rubio—. No me molestaría que hicieras eso.

Un sonrojó se apareció en su rostro, estaba seguro que su cara estaba completamente roja pero no le molestaría que Bakugou la mirará.

—Podriamos intentarlo antes de que lleguen los molestos de tus primos— levanta su rostro para poder besar nuevamente al peli-rojo que corresponde con gusto.

Es un beso con más intensidad y con más ganas deseadas, Kirishima siente las conocidas mariposas en el estómago. Pero también siente que una mano se está adentrando en su pantalón hasta llegar a su preciado pene que ya está listo para cualquier cosa.

Una fantasía que ya se a hecho realidad.

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