Capitulo Unico


— Oye, Dazai— Esa era la voz del pelirrojo, Chuuya, quien seguía con persistencia al castaño, quien era su actual jefe. —Dazai, ¡Dazai! Idiota, no me ignores

—Chuuya, estamos a medio pasillo, ¿podrías no gritar? Tienes toda la habitación y toda la noche para hacerlo— Siseo bromeando en un tono irritado, mientras sostenía el puente de su nariz. La verdad es que desde que ascendió siente más cansancio y estrés, pero no es algo que los demás tienen que notar.

—En ese caso deberías contestarme— resolvió, y el castaño se volvió un segundo a verlo con una sonrisa sin dejar de caminar.

—¿En qué debo iluminarte con mi infinita sabiduría, mi pequeño perro?

—¡No soy un perro! ¡Solo responde la maldita pregunta! —Soltó un suspiro, es que ya había externado la pregunta en 2 ocasiones y fue miserablemente ignorado. —¿Por qué yo? Pudiste elegir a otra persona.

Detuvo su andar dándole a entender que no se movería si no contestaba, entonces Dazai le respondió sin mirarlo.

—¿Por qué a ti de qué? — Fue su respuesta distraída mientras pasaba junto a un guardia que le dio unos papeles los cuales dedico nula atención, solo era para molestar a Chuuya.

Chuuya sabía que estaban jugando con él, pero decidió no desviar el tema.

—¿Por qué quieres que yo sea tu guardaespaldas? Hay otras opciones. —inquirió con un tono cauteloso, no sabía cómo Dazai reaccionaria a su pregunta.

—¿No quieres serlo? —Aparto los papeles de su vista y entrelazo sus manos en su espalda mientras caminaban a el ascensor.

—No es eso— una vez declarado esto ya estaban dentro del cubículo que los llevaría a la nueva oficina de Dazai Osamu, jefe de Port Mafia. —Es solo que...

—¿Dudas? —Le dedico una mirada divertida—Creo recordar que le juraste lealtad a la mafia, así que se un buen perro y acata las ordenes sin preguntar. —Le dio un toque en la cabeza para después apartar rápidamente la mano antes de que esta resulte rota o, sin su cuerpo.

—Le jure lealtad a Mori, no a ti, idiota. — gruño por el gesto y solo recibió una risita en respuesta.

—Mafia, Mori, es lo mismo, ambas empiezan con "M"— Chuuya le dedico una mirada asesina y el la ignoro— Mori-san me comento tu juramento muy orgulloso "Protegeré la organización que apoya como un esclavo, el enemigo aprenderá que la gravedad aplasta a quienes desprecian a la Port Mafia, woof" muy poético, Chuuya. —Imito un tono agudo y vergonzoso de voz, que claramente no era el de Chuuya.

—¡No fue así! Al parecer no solo tienes la cara de caballa sino también la memoria de un maldito pez, ¡Y yo no ladre! — Lo último lo grito mientras adoptaba una posición tensa.

—Cuidado como le hablas a tu jefe, Nakahara Chuuya-kun. —Bromeo ahora imitando la voz de Mori.

—¡No me llames así, me importa un carajo si eres mi jefe! ¡Deja de evitar la pregunta! — estaba hartándose, iba a golpearlo.

Osamu suspiro con una sonrisita cansada, empezó a explicar.

—Bien, Chuuya, como sabrás, los poderes más fuertes de la mafia los tienen los ejecutivos, después de mi ascenso, actualmente solo hay tres— mostro tres dedos a Chuuya y este asintió— Probablemente ascienda a Akutagawa-kun, pero eso no va al tema. —Miro el marcador de pisos y procedió con su explicación—Estas tú, Kouyou Ane-san y Ace, pero él ni siquiera es una opción, intercambiémoslo por Akutagawa. Los tres mejores poderes de la mafia los tienen tú, Ane-san y Akutagawa-kun.

Chuuya asintió orgulloso de que su nombre y el de su Ane-san estuviera en la lista, ya lo sabía, pero era bueno que Dazai lo mencionara.

El castaño fue al grano.

—Bien, no es por ofenderte a ti ni a Kouyou Ane-san, pero creo que ni a ella ni a mi nos gustaría estar uno al lado del otro el día entero—Sus pupilas se contrajeron en señal de que la idea no le gustaba— Es más, seguro dejaría que me maten si es que no lo hace ella, ambos sabemos que no le caigo bien a mi 'cuñada'.—Tomo aire mientras escuchaba la risita del pelirrojo.—Para finalizar, su poder es algo que se desperdiciaría enormemente en defensa, ella sabe luchar realmente, no voy a retirarla de ahí.—Asintió ante sus propias palabras mientras explicaba con ademanes.—Luego esta Akutagawa..—Su voz sonó aburrida y sus ojos se vaciaron, realmente no le gustaba la idea— La sola idea de Akutagawa a mi espalda todo el día me enferma, descartado.— Un estremecimiento recorrió su columna, Chuuya arrugo el gesto, la verdad es que no le gustaba el trato de Dazai a el pobre muchacho.

—Luego estas tu, Chuuya. Al principio pensé "Oh diablos, ¿Chuuya conmigo todo el día" No, paso"—Cito sus palabras con una sonrisa divertida, sus ojos intensos se posaron en el perfil atractivo de su acompañante. —Pero luego pensé, "¿Chuuya mirándome el trasero todo el día? ¿Dónde firmo?"—Su sonrisa aún no se borró después del golpe que le dio Chuuya en el brazo, rio y finalizo su monologo—Además, tengo el trasero de Chuuya cuando me aburra, ¡Es una gran idea! —Las puertas del ascensor se abrieron, donde Chuuya no podía golpear al de orbes castaños porque estaban los guardias.

—Voy a matarte—Susurro el pelirrojo, y Dazai siguió caminando.

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Chuuya no era una persona con mucha paciencia, podía permanecer parado mucho tiempo, pero no podía pasar parado 12 horas de turno. ¿En qué diablos pensaba Osamu?

Llevaba 4 horas parado al lado del castaño, quien revisaba papeles y rara vez hacia llamadas.

No podía seguir más, le dolían como el infierno las piernas.

—¿Debo estar parado todo el maldito día? No voy a soportarlo. Traeré una silla.

Dazai contesto sin dejar de leer los documentos.

—Cuando venga el enemigo, ¿Te encontraras patéticamente sentado y con la guardia baja? No es propio de ti, Chuuya— se burló y arrugo la propuesta para luego tirarla al bote basura, no le interesaba.

—Ni siquiera necesito estar parado para vencer a cualquier idiota que lo intente. —Permaneció firme en su lugar, la pierna le tembló un poco, dolía. Dazai no tomo otro papel y en su lugar dio un giro de noventa grados para mirarlo.

—De todas formas, Chuuya, no puedo permitir que traigas una silla cuando me tienes a mi—Se señalo con el pulgar, y una sonrisa de comercial de televisión.

—¡No voy a sentarme encima tuyo, idiota! —rabio mientras agachaba la cabeza y presionaba el puente de su nariz ante las idioteces de el castaño. —¡Sabia que lo único que querías era follar conmigo cuando te aburrieras! Eres un un maldito poste de luz con una cara de caballa que me dan ganas de....

—¿Besar?

—¡No! ¡De golpear!

—Que agresivo, Chuuya, y yo que pensaba en dejarte traer una silla, aunque también puedes sentarte en el escritorio, eso sería sexy. —Asintió aprobando sus propias palabras con un rostro pensativo-feliz.

—Voy a traer una silla solo para golpearte.

—¿Solo para follarme? Genial, aunque sería vergonzoso que alguien encuentre al jefe con su guardaespaldas teniéndolo contra el escritorio, oh ya lo entiendo, eres muy fetichista, Chuuya.—Empezó a reír ante la expresión aturdida el pequeño pelirrojo, leyo un papel mientras daba vueltas como un niño en la silla, y es que, realmente ya no lo era, no hace 2 años, pero definitivamente después de asesinar a Mori y ser encontrado por Chuuya, debió asumir su puesto como jefe y dejar de tener tiempo para jugar videojuegos, o molestar todo el tiempo a Chuuya, bueno, si tenía tiempo para hacer esto último pero no tanto como quisiera.

 El caso es que Mori investigo, investigo acerca de sus padres y lo que les paso después de estar bajo su tutela desde los catorce y su integración a la Port Mafia, cometió un error, y supo que pandillas enemigas de la Port Mafia los asesinaron, Dazai, realmente no sintió mucho, no lo lamento, el alguna vez sí quiso a sus padres, pero ellos no supieron entenderlo a el ni sus deseos de suicidio, no supieron apoyarlo ni estar para él, en su lugar lo dejaron con un imbécil que estaba loco, sin embargo, ese imbécil consiguió que trajeran a los culpables del asesinato de sus progenitores a la base.

"¿Dispararas, Dazai-kun?" Se acerco a el tocando su hombro, Dazai tenía una pistola cargada en su mano, con una expresión que no decía nada.

"¿Vas a perdonarlos?" Joder, no.

"¿No merecen tu perdón, ¿verdad? Lástima, mátalos." Ordeno lo último. "Mata a todo aquel que te haga daño, perteneces a la mafia, Dazai-kun, naciste para esto, ellos te quitaron a quienes te dieron la vida"

"Mori-san" Llamo, con voz neutra. "Ellos no me dieron la vida que tengo ahora, ¿de que habla?" una sonrisa se dibujó en su rostro.

"¿Dazai-kun?"

Tres disparos, 4 muertos.

El sonido de una cuchilla afilada, cortando el aire, y una garganta. Tres golpes secos, no cuatro, el que debía ser el cuarto lo rodeo un aura roja y procedió a flotar en el aire.

Pasos bajando las escaleras de el calabozo. Una mirada vacía, la cuchilla cayó al suelo, la mirada vacía se dirigió a Chuuya.

"No deberías estar aquí"

"Tu debiste haberlos matado a ellos, no a Mori"

"¿Y qué harás al respecto? ¿Matarme?"

"No." Se acerco a Dazai y limpio una mancha de sangre en su cara "Cuando decidiste cortar su garganta, decidiste ser el siguiente, no seré yo quien te mate, no quiero ser jefe"

"¿jefe?" Dazai cayó en cuenta, no lo pensó nada antes de pasar el filo contra su cuello, ¿El? ¿Jefe de la mafia? ¿Era esto lo que probablemente quería Mori?, soltó una risa, los guardias entraron a el calabozo, el sería el nuevo jefe.

"¡Mori-san!" Grito uno de ellos, paro en seco mirando a el castaño y al pelirrojo, este último se posó enfrente de Dazai, protegiéndolo de cualquier amenaza que se les ocurriera a los novatos. "¡Esperen! Es..."

El corazón de Chuuya palpito rápidamente, como una maldita montaña rusa.

"Asesino a el jefe, eres un traidor si lo proteges, jefe Nakahara" declaro mientras sacaba su arma.

"¿Vas a apuntarle a el jefe de la mafia, novato?" El más bajo inquirió severo, protegiendo el cuerpo enfermizo y bajo de su en ese entonces amigo. "Inténtalo"

"¿Qué demonios está pasando aquí?" Exploto la elegante y preciosa Kouyou haciendo notar su voz en la sala mientras caminaba quedándose al lado de los novatos. Ella escucho el revuelo en los calabozos y pensó, que Mori había perdido su toque torturando, ahora no solo perdió eso. "Chuuya..." Sus ojos se contrajeron ante la escena, tres cuerpos desconocidos, y el cuerpo de su jefe, Dazai con una sonrisa de superioridad con su Chuuya enfrente de él, en posición de ataque.

"Palabras duras para una dama como usted, Kouyou Ane-san" Señalo Osamu con una sonrisa diabólica, de esas que hacían que los vellos su nuca se erizaran, maldito niño raro.

"¿Quién lo asesino?" Con su mano derecha tomo el mango de su sombrilla, una expresión severa en su rostro.

"¡Dazai Osamu! ¡El demonio prodigio lo asesino, Kouyou-sama! ¡Debe eliminar a los traidores! ¡En honor a nuestro jefe!" Anuncio uno de los soldados, su brazo temblando, Dazai rio.

Kouyou, suspiro, elegante, cerro sus ojos un segundo.

"¿No fuiste tú, Chuuya?" Pregunto con un tono esperanzado, y una sonrisa para Chuuya.

"Debes estar segura de que no soy tan idiota como esta caballa, hermana" Respondió Chuuya seguro, Kouyou cerro su 'sombrilla', a pasos gráciles y cautelosos la uso de bastón acercándose al lado de Chuuya, enfrente de Dazai.

"Tu reinado duro apenas 4 años, Mori-dono" Susurro Ozaki, su mano delicada se acercó nuevamente al mango de su katana sombrilla asomando el filo de esta, preparada para atacar. "Bajen las armas" Ordeno seria, rotunda.

Los soldados temblaron, sin acatar.

"¡¿No van a obedecer a dos jefes, soldados de bajo rango?! ¿Debería tomar esto como traición y asesinarlos?" Los gritos de Chuuya hicieron eco en la habitación.

"¡Dazai-san!" Akutagawa apareció, en la entrada de el calabozo, se miraba agitado, el mensaje llego hasta sus oídos en cuestión de segundos.

"Akutagawa-kun" respondió Dazai ante su llamada cabizbajo con una sonrisa indulgente. "¿Tú también vienes a tratar de matarme?" Pregunto en tono neutro.

Ryuunosuke apretó los puños.

"Bajen las armas, maldición" Le dijo a quiénes eran sus subordinados directos, los cuales apuntaban a sus superiores. En especial a Dazai-san.

Dos de ellos obedecieron dudando, soltando las armas.

"Buenos chicos" Felicito sarcástico el pelirrojo menor.

Pero uno todavía no lo hacía.

"¿Estas desobedeciendo mis órdenes directas, escoria? "El suelo pareció temblar, pero era solo el cuerpo del soldado, temblando de terror ante el Rashomon que se mecía amenazante encima de Akutagawa. Oh no, de un segundo a otro, el Rashomon avanzo, cortando a la mitad el cuerpo del necio, quien no tuvo tiempo ni para gritar.

Akutagawa avanzo bajando las escaleras con los puños a cada lado del cuerpo apretados.

Kouyou soltó un suspiro, negando con la cabeza.

"Te llevas a tantos contigo incluso después de muerto, Mori-dono. Que ambicioso" Reflexiono en voz alta la elegante pelirroja. Dazai asintió, emitiendo un sonido de coincidencia.

El error de Mori, fue pensar que aún no debía temer de Dazai, que este pudiera llegar a asesinarlo.

Chuuya se dio la vuelta mirando a el castaño, quien le regalo una sonrisa tranquilizadora.

Suspiro.

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Dazai suspiro cansado, Chuuya lo miro de reojo. Observando su estado un poco demacrado.

—Chuuuuuuuuuya— Alargo la 'u' irritantemente durante 3 jodidos segundos, demandando atención.

—¿Qué diablos quieres? —

—¿Respondo sinceramente o solo digo que estoy aburrido? — Chuuya gruño eligiendo la segunda.

—Al menos tu no llevas parado 5 horas soportando a un imbécil— le tiro en cara mientras oía la melodiosa risa de el castaño.

—¿Chuuya esta enfurruñado? Ya te dije que puedes sentarte, tu elige, yo o el escritorio. En ambas vamos a fo—

—Me siento en el suelo— el pelirrojo cayo cruzando las piernas sentado, soltó un suspiro de satisfacción al sentir el alivio en sus pobres piernas.

—Pff Chuuya es muy aburrido—hizo un puchero que Chuuya evito ver para no caer en sus juegos.

—Tú no sabes mantener la compostura, ¿verdad? Si yo hubiese llegado a ver a Mori-san rodar en su silla y hablar como un imbécil seguramente fallecería ahí mismo. —Rodo los ojos

—Lo de hablar como un imbécil sí que lo hizo. ¿No recuerdas los "Elise-chaaan"? —Inquirió imitando los ridículos lloriqueos del jefe cuando se creía solo con su habilidad.

Chuuya rio escandalosamente ante la imitación, pero luego recordó, mantener la compostura.

—Ehem, no deberías burlarte de un muerto, estúpido— Aclaro su voz, pero Dazai ignoro eso encantado con la risa del pelirrojo.

—¿Qué diablos estas mirando? Ponte a trabajar. — Chuuya iba a levantarse del suelo, sin embargo, a Dazai se le ocurrió hacer de la suyas.

Fingió que su plumón cayó al suelo y detuvo a Chuuya antes de que se levantara.

—¡Espera, Chuuya! —el mencionado se detuvo con una ceja alzada por su desplante, se quedó quieto en su lugar. —Ya que estas ahí, levanta mi plumón, por favor, mi espalda está matándome, llevo todo el día sentado, Chuuya. ¿Sí? —Era mucha palabrería por una pluma, pero asintió un poco confundido.

Gateo y noto la vista de Dazai en sus movimientos, rodo los ojos.

—Dazai, si llegas a hacerme alguna estupidez voy a matar—Su voz se detuvo abruptamente al sentir una mano en su trasero, sus ojos se quedaron atonitos, iba golpear a ese idiota y-

—Boss, recibí su mensaje, ¿Necesita que vaya a alguna misi— Si, oh si, la peor persona que pudo venir justo en este instante vino

Kouyou Ozaki.

La expresión de Dazai se congelo, temió por su vida, demonios, esto no estaba en sus planes.

—¡Chuuya! ¡¿Qué esta- ¿Saben qué? No quiero saberlo, ¡Quítale las manos de encima! — Desvió la mirada sumamente indignada.

Ella no podía ver el rostro de Chuuya ni mucho menos, pero podía ver parte del cuerpo de Chuuya debajo del escritorio en una posición muy comprometedora.

—Ane-san, ¡No es lo que parece! ¡Lo juro! —Grito el pelirrojo aun en su posición, dispuesto a levantarse para convencerla. Aun sentía aquella mano encima de él. —¡Que la quites imbécil!

Se levanto acercándose a Kouyou que le recordaba los modales y valores que ella le inculco, que podría esperar eso de el idiota de Dazai, pero no de él, que no fuera indecente y que esas cosas no se hacían en el trabajo.

—Es más ni siquiera deberías hacerlas con alguien como el— Levanto el mentón con orgullo— No puedo creer que tengas tan mal gusto, Chuuya.

—Ane-san, te juro que no es lo que parece, ¡iba recoger una pluma y este idiota-

Kouyou suspiro.

—Vamos a hablar de esto luego, Chuuya—Declaro severa y Chuuya sudo frio. La única jefe con dignidad se dio la vuelta empezando a alejarse, diciéndole a Dazai que se asegure de mandarle la misión con alguien por mensaje porque ella no quería ni verle la cara.

—Bueno, ¿creo que salimos bien de esta? —Pregunto Dazai nervioso, encogiéndose en su asiento, la puerta se cerró cuando Kouyou salió totalmente, el ambiente se congelo y Chuuya tembló aun dándole la espalda a el castaño.

Se volteo con una expresión escalofriante, y su cuerpo tomo un aura roja.

Los guardias podían ser testigos del sonido de un montón de cosas arrojándose, las ventanas rotas, y varios gritos de dolor que les dieron escalofríos, Kouyou, que llegaba al ascensor, podía escucharlos perfectamente, sonrió y las puertas de este se cerraron.

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—Chuuuuuyaaaaaa—Esta vez no fueron tres segundos, alargo las vocales en su nombre durante 5 segundos, Chuuya apretó la venda que le estaba anudando.

—Tienes buenos pulmones—gruño dado que, a algunos se les iría el aire antes de poder terminar de decir su nombre así.

—Pensé que habías comprobado eso por mis pobres gritos de dolor.

—Cuando duele algo cualquiera grita mucho—refuto mientras terminaba de hacer el nudo, vio a su alrededor en la enfermería de la mafia, dado que no lo dejo medio muerto, ósea si lo golpeo muy fuerte pero no tanto como para matarlo, no necesito el tratamiento de Yosano-sensei, la doctora del lugar, por más que ella se ofreciera, la única persona que podía golpear a Dazai hasta la muerte era él.

—Entonces, dado que hablamos de buenos pulmones, ¿Debería decir lo mismo de ti? Por ejemplo, cuando gritas por cualquier cosa, cuando te acercaste gritando a Rimbaud-san, cuando me gritas por cualquier cosa, cuando gritas mientras tenemos sexo, ¿Sigo? —pregunto molestándolo y alejando su brazo fracturado de Chuuya antes de que lo dejara roto. —Diablos Chuuya, creo que me rompiste tres costillas— puso una expresión lastimera mientras acercaba su mano sana, o bueno, medio sana porque esa también sufrió algunos golpes que no llegaron a fracturar, a su pecho, abrazándose como su eso calmara su dolor.

Chuuya soltó un suspiro sintiendo algo de lastima, luego cambio ese pensamiento por un "Da igual, el imbécil se lo merece" Desde aquí le dolían las nuevas clases de modales de Ane-san, hizo una mueca.

—Bien. — Se levanto, irritado. —¿Qué es lo que quieres? Hare lo que sea mientras no sea algo vergonzoso o indecente, mientras dejes de molestarme en las próximas 5 horas que nos quedan. —Miro su reloj de muñeca comprobando el tiempo, al hacer esto fijo su mirada en el castaño, quien dibujo una sonrisa satisfecha en su rostro.

—Dije que nada vergonzoso o indecente—Se retiro dos pasos hacia atrás, mirándolo acusador.

—Si, te escuche, chibi, eso es un problema, pero tengo un deseo en ese caso.

Chuuya levanto una ceja, asintiendo.

—Dame un beso—Demando y eso descoloco bastante a Chuuya, ¿un beso? ¿Solo eso? No era propio de él.

—¿De verdad? No entiendo, aunque diga que no terminas haciendo eso cuando quieras y donde sea—rodo los ojos ante ese recuerdo, luego cayo en cuenta de que ese 'donde sea' era muy malinterpretable, ignoro ese pensamiento, esperando que Osamu no captara eso.

Bueno, su sonrisa no decía lo mismo.

—Ya lo sé, lo único que quería era que aceptaras que puedo besarte cuando quiera y donde sea. — Movió las cejas insinuantes y el pelirrojo chasqueo la lengua, agarrándolo del cuello de la camisa para estamparle un beso.

Dazai emitió un par de sonidos después de unos segundos para indicar que le estaba faltando el aire. Se separo un poco jadeante.

—Que rudo eres Chuuya, deberías ser más así cuando estamos en la cama— Chuuya se dio la vuelta, avergonzado.

—Dijiste que ibas a dejar de molestar. —Empezó a alejarse esperando que el castaño lo siguiera para ir a la oficina.

—Tienes razón— se levantó empezando a seguir al pelirrojo, su gabardina negra se movió lejos de sus tobillos dado el repentino movimiento.

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—Ya no quiero trabajar. —declaro Osamu, soltando la pluma mientras lloriqueaba. Chuuya rodo los ojos.

—Entonces descansa. —Concedió mientras preparaba él te

Dazai tomo la silla enfrente de la puerta con una mesita de té al lado. Chuuya soltó un suspiro y se acercó a él con él te, lo dejo y se alejo quedando a su espalda.

—Quiero otro beso, se te está acabando el plazo. —Hizo un puchero, mirando al pelirrojo.

—Dijiste 'un beso' no varios—gruño sin moverse a cumplir con su deseo.

—Y tu dijiste que puedo besarte cuando quiera y donde sea, Chuuya. —Dijo en tono de obviedad.

—Bien, si te doy un beso cuando lo pidas dejaras de molestar—modifico el trato acercándose a darle un beso pequeño.

—¿Quee? Eso no cuenta. No es un beso, fue casi nada. No me sirve. —Empezó a hacer un berrinche y Chuuya se acercó a el nuevamente, planeo besarlo unos 2 segundos, sin embargo, el castaño empezó a succionar intensamente su labio inferior, lo cual lo hizo jadear, demonios, ya cayo.

Lentamente empezó a sentarse encima de el en la silla sin darse cuenta, y ya estaba volviéndose en un beso más pasional, un poco mas y definitivamente iba a acabar por follar con el aquí.

No. No lo haría.

Mordió repentinamente su labio y un gemido lastimero broto de la garganta de Dazai, este último lo miro mal, tocando su herida, Chuuya arreglo su cabello, levantándose rápidamente cuando noto la posición en la que estaba, volvió a posicionarse correctamente atrás de él, se escucharon pasos.

Chuuya permaneció alerta, cauteloso, una voz queda sonó.

—Boss, soy Atsushi. He venido con respecto a tu citación. —Era el peliblanco, el rival interno de Akutagawa, Chuuya miro curioso la sonrisa de Dazai.

—Entra—Termino por responder el de ojos miel, neutro.

—Lo siento— Fue lo primero que dijo el chico, bastante serio, con su abrigo y su gabardina negra. Apenas se inclinó, Chuuya no se tomó muy en serio su reverencia ni su tono, y la sonrisa de Dazai estaba poniéndolo nervioso.

—Eres bastante arrogante, capitán de incursión. Estas en presencia del jefe, compórtate. —Fue lo primero que dijo enviándole una mirada de advertencia.

—Mis disculpas—Termino por arrodillarse propiamente. Dazai se encargó de calmar a Chuuya, aún estaba molesto por la mordida, rompería un poco el trato en venganza.

—Tranquilo, Chuuya. Buen trabajo, Atsushi-kun, bienvenido. —Exclamo mientras mantenía una sonrisa con la cabeza hacia abajo observando la pose del peliblanco.

—Muchas gracias, Dazai-san—Eso fue irrespetuoso desde la percepción de Chuuya, se lo hizo saber.

—Llámalo jefe, subordinado, ¿Quieres morir? —Realmente no estaba bien, aun sentía su corazón palpitando demasiado rápido y venia el estúpido de incursión a ponerle los nervios de punta. El suelo alrededor de Atsushi empezó a agrietarse y hundirse.

—Cálmate Chuuya. De igual forma, quiero hablar a solas con Atsushi-kun. —Fue una orden disimulada, lo hizo sin siquiera mirarlo, eso no le gusto a Chuuya.

—¿Hah? ¡¿Qué demonios estas diciendo?! ¡A menos a que sea una secretaria o un ejecutivo, nadie puede estar contigo a solas! ¡Solo ellos son excepciones! —Trato de cambiar su orden, y es que ese 'Atsushi-kun' no le caía nada bien, no confiaba en él, y no dejaría que se quede a solas con el castaño.

—¿Por qué? Atsushi-kun es un subordinado confiable. —Fingió que se pensaba su demanda con un rostro inocente.

—¡Eso no importa! ¿Qué pasa si está siendo controlado por una habilidad? ¿Y si trae una bomba y no se da cuenta? ¡No sería la primera vez! No permitiré que se queden solos. —Exploto, bastante enojado, inclinandose a gritarle, Dazai ignoraba sus demandas con una expresión aburrida.

Ante eso último, el rostro de Dazai quedo muy cerca del suyo por su repentino giro a su posición.

—¿Permitir? No estoy buscando tu permiso, Chuuya. —Lo miró fijamente, eso congelo a él pelirrojo. —Tu eres un ejecutivo y yo soy el jefe, y en mafia, mis ordenes son absolutas. —Acerco su dedo índice a los labios del pelirrojo, los cuales escondían los dientes que lo lastimaron hace unos segundos, disfruto la expresión perpleja y la impresión en los ojos azules—Debemos respetar esa jerarquía, ¿Cierto?

Su impresión duro unos segundos.

Recobro la compostura, ya lo entendía.

—¿Así que así son las cosas, ¿eh? Entonces haz lo que te dé la gana. —Se enderezo, antes de salir, apretó los puños y dijo a el peliblanco: —No te salvaras si dejas morir al jefe, subordinado. —Siguió alejándose, sus ojos se entrecerraron antes de finalizar con: —Porque voy a matarlo algún día.

Salió con un portazo, Dazai tomo la taza de té a su lado, tratando de aligerar el ligero dolor persistente en su labio.

—Diablos, me odia tanto que quiere matarme. —Reflexiono, aunque tal vez Atsushi era el único que se creía eso aún. —Aun así, tiene la obligación de protegerme como su jefe—Sonrió, Chuuya no dejaría que alguien lo lastimara, si no era él o si no se lo merecía, su amor dolía, auch. —Es divertido ver a Chuuya así, probablemente lo llevo un poco lejos hoy—finalizo con rostro pensativo, seguro se la cobrarían mutuamente luego.

—Ponte cómodo, Atsushi-kun—El mencionado se levantó, listo para informar acerca de misión.

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—Voy a asesinarte—Lo tomo de la solapa y empezó a zarandearlo. —¿Cómo te atreves a usar tu autoridad conmigo? Maldito pedazo de basura, te odio, voy a golpearte...—Lo tomo de la cara empezando a examinarlo—Después de verificar si ese idiota no hizo algo, o voy a plantarle la cara en el piso para ver si le crece un poco de felicidad. —Reclamo enojado, revisándolo bruscamente.

—¿No quieres revisar más a fondo? —Empezó con su coqueteo descarado tratando de aligerar el enojo del pelirrojo.

Después de hablar con Atsushi, Chuuya no entro hasta cuarenta minutos después, donde pudo haberle pasado algo, sin embargo, seguía alerta pues no estaba muy lejos de la oficina de Dazai, y si le pasaba algo se lo merecía.

Bueno, no le paso nada. Después de entrar se quedó viéndolo acusador desde la puerta, ambos se miraron durante dos minutos el uno al otro, uno enojado, otro disimulando su molestia con una sonrisa.

Chuuya soltó un suspiro digno de un toro y se acercó a como le llamaba Dazai mostrar su preocupación y afecto molestándolo. Así llegaron a esta situación

—No hare nada contigo, jodete a ti mismo. —Lo soltó de una vez alejándose otra vez a la puerta, no quería estar cerca de él.

—Chuuyaa, no seas malo—Ya se le había pasado la molestia, siempre era el quien cedía ante el otro. Se levanto acercándose a su amante.

Chuuya lo miro con expresión aburrida, cuando vio sus intenciones de acercarse para besarlo gruño y movió a un lado la cabeza, negándose.

—No. —Dazai no dejo de acercarse, al estar Chuuya con la espalda dando al marco de la puerta estaba cerca de esta, Dazai estiro su brazo para cerrar distraídamente la puerta con seguro. Era una puerta difícil de derribar.

—Lo lamento, ¿sí? —admitió, levantando las manos a la altura de su pecho en señal de rendición. —Pero tú me mordiste, estamos a mano.

—Tú te estabas pasando, además de eso rompiste el trato de dejar de joderme la vida por 5 malditas horas. —contraataco con tono obvio y una expresión diciéndole que claramente él tenía la razón y siempre la tendría.

—Ya dije que lo sentía.

—¿Te aplaudo? —El aura roja se hizo presente en su cuerpo, antes de que Dazai pueda tocarlo, ya estaba moviéndose hacia el techo.

—Eso es trampa—Lo miro hacia arriba, Chuuya lo miraba bocabajo desde el techo, el cual era alto así que el castaño no podía llegar a tocarlo. —Deberíamos hacer un beso como el de Spiderman.

—No. Ya te dije que no voy a hacer nada contigo y si me besas así voy a caerme. — Entrecerró sus ojos—Y en todo caso, tu deberías ser Spiderman por que tu cabello es castaño y el mío pelirrojo. —Otra vez tenía la razón, Osamu debía dejarlo ser y dentro de un rato al ver que él tuvo la razón muchas veces, arreglarían esto, después... Solo después, iba a cumplir todas esas fantasías que tenía desde que lo eligió como guardaespaldas.— Pero como tienes un poder de mierda no puedes flotar.

Dazai empezó a reír, asintiendo ante sus palabras.

—Bien Chuuya, tienes razón, ¿Puedes bajar de ahí para hablar? Y, por cierto, sabía que, aunque lo negaras, ya leiste Spiderman. —dijo sonriente, el pelirrojo lo miro con una ceja alzada. Para después de unos segundos darse la vuelta a si mismo y dejarse caer en la silla del jefe.

Dazai se acerco a él, satisfecho porque sus predicciones se estaban cumpliendo.

—Esa es mi silla, Chuuya—Le recordó divertido, Chuuya se encogió de hombros restándole importancia, en su lugar poso su codo en uno de los brazos de la silla y apoyo su mejilla en su puño cerrado.

—Ahora es mía.

—¿Quieres el puesto de jefe? No tendría problema en dártelo—Con esa afirmación saco a relucir su cansancio.

—¿No que tus ordenes son absolutas? Ordéname ser jefe y seré incluso mejor jefe que tú. —Desafío, aun no lo perdonaba.

—Chuuya sigue molesto. ¿Qué debería hacer?

—Irte al diablo—Dijo en tono obvio, levantando la mano con la palma abierta al lado de su cabeza, un ademan que reforzaba su tono de voz.

—Me iré si me perdonas, y lo haces bien. —Regateo en su lugar, aunque en realidad no planeaba irse, él tenía... Otros planes.

—Te perdonare si me dejas asesinar a el tigre—Asintió aprobando su demanda.

—No. —negó.

—Entonces el es mas importante para ti, ¿no? Vete a la mierda. —Se levanto, la verdad no tenia ni idea de a donde iba si se supone que debía proteger el trasero del castaño y tampoco lo decia en serio, el no era asi. Lo hacia unicamente para como le llamaba Osamu, hacerse el de rogar.

Osamu parpadeo varias veces, perplejo...Chuuya estaba... ¿Celoso?

—Chuuya...—Llamo con tono de sorpresa contenida—¿Estas celoso?

Chuuya, quien pasaba a su lado, yéndose quien sabe dónde, paro en seco, siendo su rostro mil tonos de rojo en ese momento.

—¡No! ¡Ya quisieras! ¡No estaría celoso por ese idiota! ¡Por nadie! No te celaría ni en mil años—empezó a gritar y mientras Dazai reía y canturreaba que estaba celoso.

—No es eso. —aclaro seriamente Chuuya, Dazai le dio su completa atención.

—¿Entonces? Si no estas celoso de Atsushi-kun, ¿Qué pasa, Chuuya? —Antes estaban de espalda a espalda, sin verse a los ojos, Osamu se dio la vuelta y se acerco por detrás, abrazándolo por la espalda, un gesto intimo que solo compartían raras veces después de acostarse juntos, no en el trabajo, no cuando alguien podría verlos y, saber que realmente no son solo jefe y subordinado.

Aunque, ellos nunca actúan así, todos notan como a Dazai le importa Chuuya y viceversa, la forma en la que Chuuya lo protegía aunque hiciera la peor cosa de el mundo, todos notaron que cuando elegían quien protegería al castaño Chuuya estaba nervioso, ¿Qué tal si Dazai era irresponsable y asignaba su cuidado a un incompetente? Le sorprendió que su guardaespaldas fuera el, esperaba a alguien mas o a nadie, el resulto fue satisfactorio mientras el castaño no molestara.

—Atsushi es un idiota—Empezó el pelirrojo, Dazai no respondió ante eso—Es un irresponsable como tú, y más de una vez te ha puesto en peligro o tu te pones en peligro por él. —Apretó los puños— No me interesa si te importa mas el que yo, por que claramente te importo yo—Dazai asintió con una sonrisa ante su ego, con el mentón apoyado en su hombro. —Su constante imprudencia me irrita, el en general no me agrada nada. En especial cuando es un imbécil y es usado por el enemigo o carga una bomba siendo tan idiota que ni lo nota. Ni si quiera tu eres tan tonto. —Finalizo dándose la vuelta.

—¿No confías en mí, Chuuya?

—Te he visto sorprendido mas de una vez por sus desplantes, no te hagas. No estaría vivo si tu alguna vez te hubieses lastimado por su culpa, no dejaría que eso pase. —declaro serio.

—Entiendo. —Asintió enderezándose, una sonrisa asomo sus labios—Chuuya se preocupa mucho por mí, que afortunado soy. —Se regodeo, solo para molestarlo.

—Claro que no, es que nadie se preocupa por ti, entonces debo hacerlo yo—contradijo las palabras contrarias, quien exagero una expresión dolida llevándose la mano al pecho.

—¡Chuuyah! Cuando dices cosas como esas realmente pienso que no me amas ni un poco—Negó con la cabeza, fingiendo desilusión.

—Por supuesto que no, estoy contigo por que eres mínimamente bueno en la cama, desgraciadamente debo conformarme, la vida es difícil. —Eso fue atrevido, hasta para Dazai, pero Chuuya solo quería que no pensara mucho acerca de sus anteriores palabras con respecto a el tigre.

—¿Oh? ~ Entonces lo único que te interesa es acostarte conmigo, ¿eh? Que sucio, Chuuya, pero acepto.

—¿Qué aceptas? —pregunto confundido.

—Claramente tu propuesta disfrazada para ser compañeros con beneficios y tener sexo, ¿sabes qué? Deberíamos hacerlo ahora. —Iba a quitar su bufanda roja, pero Chuuya le detuvo diciendo que el no dijo eso y que lo olvidara de una vez.

—Entonces supongo que estoy perdonado. —Chuuya asintió, para pequeña sorpresa de el de orbes cafés. — tengamos sexo de reconciliación.

—¡Demonios! ¿Puedes siquiera decir 2 palabras sin soltar una idiotez?

—Cuando tu puedas decir dos palabras sin gritar o insultar, yo lo hare. —Sabiéndose ganador, levanto el mentón con orgullo. Chuuya rodo los ojos.

Pero eso no significa que no vaya a considerar lo del sexo de reconciliación.

— —

—Dazai, detente, viene algu- ¡Ah! —Si, si llegaron a esta situación, Chuuya estaba sentado en el escritorio, sus piernas alrededor de las caderas ajenas y su pantalón colgando en sus tobillos, siendo el pasivo de esta noche.

—Entonces deberías guardar silencio, chibi—procedió a besar su cuello y pequeñas lagrimas se anidaron en los grandes y preciosos ojos azules, Dazai estaba sobre estimulándolo. Puesto que él ya había terminado una vez, pero Dazai quería ir por una segunda sin darle descanso, llevándolo al límite por segunda vez. Romper sus esquemas por enésima vez.

Enterró sus uñas en la nuca de el mas alto, soltando un chillido, esto era una tortura, por dios, pero... Realmente estaba gustándole.

Empezaron el encima de el castaño, luego decidieron probarlo así, era mas fácil y mas rápido, la fuerza la determinaba Dazai, pero este ya sabia sus mañas y como complacerlo.

Se escucharon toques en la puerta, demonios.

—Dazai-san, soy Atsushi, vengo por el mensaje para Kouyou-sama. —Diablos, lo había olvidado.

—Atsushi-kun—Dijo fingiendo un tono tranquilo—Dile a Kouyou Ane-san que puede irse, mañana hablaremos de eso. —Mordió el cuello de Chuuya sin detenerse, este ultimo apretó las piernas alrededor de su cadera, regañándolo.

—¿Dazai-san? ¿Puedo pasar? No logro escucharlo bien. —Su voz se escuchaba confundida y sincera.

—¡No! ¡No puedes pasar, Atsushi! ¡Vete al diablo! —Esta vez fue Chuuya, quien realmente se estaba conteniendo y de esta manera no iba a llegar a su orgasmo.

—¡Chuuya! —reprendió Dazai en tono bajo y Chuuya sonrió abrazándose a el. —Atsushi-kun, estoy ocupado, ¿me escuchas?

—Entiendo. Me retiro, buenas noches, Dazai-san, Chuuya-san. —Escucharon a Atsushi alejándose.

—Que ingenuo, la verdad es que no entendía nada—Soltó el castaño con una sonrisa victoriosa, Chuuya empezó a reír.

—Demonios, ¿Por qué todos vienen en los peores momentos? —Para este punto Dazai ya había detenido sus movimientos. —¿Y tu que rayos estas haciendo idiota? ¡Esto todavía no se ha terminado! —Le regaño demandando su atención devuelta, Dazai sonrió inclinándose para besarlo, y así, terminar esto de una vez por todas.

—Si, jefe. —Su tono sarcástico le costó una mordida, pero, seamos sinceros, si la disfruto.

—Buen perro

Si, iba a costarle caro eso, pero era una pequeña broma comparado a las estupideces de su jefe.






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