Capítulo Seis
—Entonces... ¿Tu animal favorito son los gatos, pero eres alérgico a ellos? —Jimin asintió.
Después de aquel pequeño momento, Jimin y Yoongi se había vuelto más cercanos para sopresa del último, que aunque jamás admitiera, le gustaba la presencia del rubio.
—Si no fuese alérgico a ellos tendría uno de mascota —comentó mientras disfrutaba alegremente de su golosina.
Yoongi iba a hablar más pero una voz que provenía de la puerta de su salón lo interrumpió.
—Jimin.
El nombrado volteó asustado al escuchar su voz, su sonrisa alegre desapareciendo en cuestión de segundos.
—Hoojun, p-pensé que no vendrías — confesó con el miedo reflejado en sus ojos cuando el pelinegro se acercó a él.
—Así que aprovechas que no estoy para andar de resbalosa —tomó con rudeza la muñeca del rubio sacándole un quejido.
—M-me estás lastimando.
—Cállate.
—Oye, cálmate, él no está haciendo nada malo —habló Yoongi.
Sabía lo que se aproximaba, lo había visto siento de veces en las películas, pero tampoco dejaría que el chico tratara a Jimin así.
—Tú no te metas —le dijo con desagrado.
—Me meto porque no me parece bien que lo trates así cuando no ha hecho nada para que te enojes —lo defendió.
—¿Ya te sedujo para que lo andas defiendiendo o qué? —Hoojun empujó a Yoongi haciendo que este retrocediera dos pasos.
—Hoojun, ya déjalo —lo detuvo Jimin tomándolo por el brazo—. Vámonos.
Hoojun miró de reojo a Yoongi, tomó el brazo de Jimin con fuerza y los saco de allí dejando sólo a Yoongi.
...
—¡Hyung, espere! —Yoongi volteó y miró a Jimin—, hyung.
—¿Estás bien? ¿El idiota te lastimo de más? —preguntó con un tono preocupado.
Desde aquel suceso en la mañana no habían podido hablar por seguridad del rubio y en la hora de salida vio como Hoojun lo estaba esperando a fuera del salón.
—Estoy bien, en serio, no tiene porqué preocuparse —intentó tranquilizar al mayor—. Lamento lo de esta mañana, Hoojun es así con todos, no sabía que iba a venir hoy.
—No tiene que disculparte, Minnie —tomó el brazo del rubio haciendo que soltara un quejido—. Te dejó un gran moretón —hizo una mueca al ver la piel con un color violeta.
—Estoy bien —repitió, aunque en el fondo sabía que no era cierto.
—Espera —el pálido abrió su bolso en busca de algo, Jimin mirándolo curioso—. Aquí está.
El pálido sacó un potecito, haciendo a Jimin fruncir el ceño.
—¿Qué es?
—Es una pomada para los golpes, siempre me golpeó en educación física y mi piel es bastante sensible —explicó extendiendo el potecito hacia él.
—Oh, gracias, hyung —agradeció con un leve color rosa en sus mejillas.
Se quedaron en silencio por unos minutos, sin saber que decir.
—Bueno, tengo que irme, es mejor que Hoojun no nos vea juntos —habló Yoongi.
—Sí, eh ¿Nos vemos mañana?
—Si, hasta mañana, pollito —se despidió Yoongi.
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