Capítulo Dos

Segundo día de clases y Yoongi ya no tiene ganas de volver a ir.

Tener que levantarse temprano y tener que dejar su preciada cama para ir un lugar lleno de personas con el que no tiene ni la más mínima intención de socializar para aprender variedades de temas que le servirán (al menos una parte de ellas) en un futuro no era algo por lo que por voluntad propia haría

Por eso, lo primero que hace al sentarse en su escritorio es colocarse sus audífonos y esperar a que llegue el profesor, o al menos eso es lo que tenía planeado.

—¡Buenos días! —La voz animada de Jimin resuena entre la música, pero finge que no lo escucha.—. Dije buenos días —Repitió más alto, siendo ignorado otra vez.

El rubio le quitó un audífono de la oreja, obligando a Yoongi a pausar la música y prestarle atención.

—¿Qué? —Preguntó tosco.

—Te dije buenos días.

—Ah, buenos días para ti también —Le dijo de mala gana.

—Con esa emoción no me lo creo.

—Son las 6:57 de la mañana, ¿Qué esperas?

—No sé, un tono más motivador, tal vez.

—Pues yo no estoy motivado.

—Ya veo.

Yoongi volvió a colocarse el audífono, pero Jimin no tenía intenciones de rendirse con él.

—¿Qué juegas? —le preguntó, no recibió repuestas—. ¿Te gustan las sopas de letras?

—Son relajantes —dijo sin mucha importancia.

—¿Yo también puedo jugar? —Yoongi se encogió de hombros, tomando eso como un sí.

Al parecer Jimin también era bueno jugando a eso, encontrando las palabras con mucha facilidad.

—¿Qué canción es esta? —le preguntó cuando se cambió la canción, le había tomado un audífono para él también escuchar.

Everybody Know, Sigid —respondió con simpleza.

—¿Esa no es el soundtrack de La Liga de la Justicia?

—Es mucho más que un simple soundtrack —se defendió.—a mí me gusta.

—ienes gustos raros.

Yoongi lo miró ofendido, pero no quiso discutir porque era muy temprano.

—Buenos días jóvenes —un señor apreció por la puerta, Jimin se arrimó hacía su mesa mientras se ponía de pies como todos.—. Soy el señor Kang para los que no me conocen, seré su maestro de matemáticas, pueden sentarse.

Todos se sentaron mientras el profesor Kang daba una breve introducción de lo que estarían viendo este primer ciclo.

Yoongi miró a Jimin de reojo, este al ver que el pelinegro lo miraba le dedicó una sonrisa, por lo que Yoongi volvió a centrar su vista al frente.

Estúpido pollito.

...

—¿No tienes amigos? —el pelinegro negó sin darme mucha importancia dándole un mordisco a su sandwich.

—Para alguien como yo que se muda cada año, hacer amigos es inútil.

—No es inútil.

—Sí lo es, los amigos salen y hablan todo el día, yo no salgo y tampoco hablo todo el día.

—Eso suena más como una excusa para no socializar —concluyó Jimin al analiza todo lo que habla dicho el pelinegro.

—Esa también es una de las razones, las personas son muy difíciles de comprender.

—Te propongo algo —empezó a decir Jimin.

—¿Qué? ¿Matrimonio? —Jimin lo miró feo.—.  Ya, lo siento, puedes seguir explicando.

—Como decía —retomó.— qué tal, si hago que cambies esa estúpida idea que tienes.

—¿Cómo?

—Mjum, así como lo oyes, yo, Park Jimin, te voy a mostrar que tener amigos es algo muy factible para la vida.

—Pues yo, Min Yoongi, no necesito comprobar que tener amigos es factible para mí vida —respondió con su mismo tono.

—¿Qué pierdes con intentarlo? Como tú mismo dijiste, te irás de aquí al terminar el año, si no logras hacer amigos, pues es como si no hubiese hecho nada.

—Y si los hago, qué pasa?

—Ya veremos qué hacer en ese caso, existe la tecnología, por si no sabías.

—Ja, ja, qué gracioso.

—Entonces, ¿Aceptas? —le ofreció su mano.

Yoongi lo medito un segundo, el pollito tenía razón, no pierde nada como intentarlo, ¿cierto?

—Está bien —aceptó estrechando su mano.

—¡Ahora somos amigos, significa que ahora somos cercanos y te puedo decir hyung! —exclamó el rubio emocionado.

—Aún no llegamos a esa parte —le recordó Yoongi, pero a Jimin pareció no importarle.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top