Capítulo 8
Alegría, ánimo y diversión es lo que se te viene a la mente cuando piensas en una rosa amarilla. Las rosas amarillas crean sentimientos acogedores y proporcionan felicidad. Regalar rosas amarillas es una manera de decirle a alguien lo mucho que valoras la amistad que los dos compartís.
Él no sabía por qué le dolía el pecho, o por qué parecía que el que ella se negara a abrir la puerta lo estuviera matando. Puso su mano en la puerta un momento, con los ojos cerrados y una sensación de ardor detrás de sus ojos.
Estaba triste y enfadado, consigo mismo, con ella por no querer escucharlo, con Laura por decirle que la podía usar para distraerse. Estampó su puño contra la puerta una vez, con un sonido enfadado y roto saliendo de sus labios antes de que se fuera.
Tom cogió su cartera y llamó para salir a emborracharse. Nunca había experimentado el tener el corazón roto, joder ni siquiera sabía si tenía el corazón roto. Pero seguro que no tenía ni idea de como lidiar con lo que estaba sintiendo en ese momento. Todo lo que el chico sabía era que necesitaba sentir la sensación de ardor del licor en su garganta. Tom fue hacia el pub local, un lugar al que casi podía llamar su segunda casa ya. Normalmente iba a conocer a gente nueva y a ligar con chicas pero hoy no estaba ahí para follar, estaba ahí para olvidar lo que acababa de pasar. Tom estaba aterrorizado, ¿acababa de perder a su mejor amiga?
Se sentó en una cabina vacía solo, pidiendo cerveza tras cerveza y bebida tras bebida. Sin sentir la necesidad de siquiera mirar a las chicas, le dijo a toda chica que se le acercaba que lo dejaran en paz. Normalmente, le hubiera encantado distraerse, llevarse una a casa y olvidar todo lo que le estaba preocupando. Pero ya lo había hecho, se había distraído con una y había perdido a la única que le importaba. Después de un rato, el chico sacó su teléfono, mandándole un mensaje al chico en quien confiaba casi tanto como en T/n. La he jpdido, soy un gulipoñas.
Harrison había ido a ver al cuarto de Harry y se ha ido al baño cuando escuchó a las chicas unos pisos más abajo hablando y gritando. Se dio cuenta de que era Laura contándoles lo que había pasado en la cita. El chico tenía curiosidad de ver por qué estaban tan contentas mientras escuchaban la historia. Sabía que Tom había dado una rosa, que le había pedido a una chica que pasara la noche con él. Le pareció raro, pero también sabía que tendría sus razones.
Harrison se habría jugado su mano derecha que todo esto del Bachelor habría terminado después de lo del día anterior, ¿verdad?
Sin querer ser cotilla pero también queriendo saber lo que estaba pasando, fue a la habitación de las chicas, teniendo cuidado de no hacer ningún ruido. Desde fuera podía escuchar a Laura, su voz llena de felicidad.
-¡Y luego me besó!- Fue lo primero que Harrison pudo escuchar y sinceramente pensó que ya no podía creer a sus orejas. Tom no sería tan estúpido, no sería tan estúpido, ¿verdad?
-Nos besamos durante todo el camino aquí. Estaba totalmente encima de mí y le dije que era suya y que le iba a dar todo lo que necesitase esa noche y estábamos a punto de seguir en el salón- Si esa puta estúpida perra no se hubiera sentado ahí interrumpiéndonos, me hubiera follado en ese puto sofá.
-Espera ¿quién te interrumpió?
Por favor no digas T/n, por favor no digas T/n, el chico pensó, aunque sabía antes de que la siguiente frase saliera de la boca de la chica de que era su mejor amiga.
-T/n. Tipo estaba literalmente llorando y toda esa mierda cuando nos vio y simplemente corrió- Harrison había escuchado suficiente, volvió corriendo a la habitación de Harry para coger sus cosas antes de ir al apartamento, ya sabiendo el control de daño que iba a tener que hacer.
El chico, sin aliento por su carrera al apartamento, llamó a la puerta de T/n pero no escuchó ningún sonido suyo. Cuando intentó abrir la puerta estaba bloqueada y sabía que no iba a haber manera de que pudiera hablar con ella. Justo cuando intentó averiguar donde estaba Tom, su teléfono sonó en su bolsillo, mostrando un nuevo mensaje. La he jpdido, soy un gulipoñas.
Harrison sabía que ese mensaje mal escrito solo podía significar una cosa, así que fue al pub donde el chico de pelo rizado moreno estaba sentado solo ahogandose en tragos e inmediatamente pidiendo más. Señalando al camarero que Tom ya había tenido suficiente, se sentó al lado de su amigo.
-Tío, venga, hora de volver a casa- Harrison le dio a Tom en el hombro quien simplemente sacudió la cabeza.
-L-la he jodido Haz. Tengo que arreglarlo- El chico arrastró las palabras, sin saber explicar lo que había pasado.
-Deberíamos meterte en la cama, puedes contarme mañana que ha pasado- Harrison empezó otra vez, intentando llevar al borracho a casa.
-¿Está en casa?
-Sí, sí T/n está en casa.
-¿Crees que puedo arreglar esto?- Harrison se paró, mirando a Tom con una expresión de sorpresa. Borracho como estaba, no le tomó a Harrison mucho tiempo en darse cuenta del dolor en los ojos de Tom. Podía escuchar la tristeza detrás de las palabras borrachas, ver la súplica desesperada en sus ojos que le rogaba poder escuchar que podía arreglar esto, y recuperarla.
-Sí, pero ahora es hora de dormir- Harrison pagó la cuenta de Tom antes de levantar a su amigo de su sitio y apoyarlo en él. Los dos se fueron a casa- Harrison soportando casi todo el peso de su amigo mientras Tom murmuraba algo sobre lo gilipollas que era y que necesitaba ver a T/n.
T/n se despertó con el sonido de algo cayéndose al suelo. Tessa se levantó de su sitio al lado de la chica y se paró en frente del armario que había puesto en frente de la puerta y empezó a ladrar. Sin querer molestar a Harrison, quien se pensaba que estaba dormido, apartó el armario de la puerta y dejó salir a Tessa de la habitación. El perro salió corriendo hacia el salón con T/n siguiéndola para ver por qué estaba así.
-¿Tessa que te-?- La chica se paró de repente cuando vio a Harrison intentando soportar al Tom borracho para que no se cayera de cara. Ver a Tom le rompió el corazón, el dolor aún estaba muy fresco en su mente mientras veía sus rizos marrones, sus labios sonrojados por la bebida. Rizos por los que hacía 24 horas había estado pasando sus dedos, labios que habían estado presionados contra los suyos sonrojados de otro color sin motivo alguno. No importaba su dolor en el corazón, verlo tan borracho le sacó su lado de mejor amiga.
-¿Qué está pasando?- T/n preguntó, mirando a Harrison, sin querer seguir mirando al chico a su lado, sus ojos llenos de lágrimas.
-T/n- La cabeza de Tom se levantó de golpe, mirando a la chica a la que le acababa de romper el corazón. Entrelazó miradas con él por medio segundo antes de sacudir su cabeza.
-No- Lo paró y fue hacia los dos, poniendo el otro brazo de Tom alrededor de su hombro. Se rompió su propio corazón al tocarlo, pero claramente necesitaba ayuda y Harrison no podía soportar el peso del chico él solo.
-T/n, yo
-Déjalo Tom- La chica soltó, sujetándolo con el brazo mientras miraba hacia adelante, con los ojos fijos en la puerta de la habitación.
-Tengo una idea de lo que ha pasado, no tienes que hacer esto, T/N- Harrison dijo disculpándose mientras iban a la habitación de Tom.
-L-l-l-la he j-jodido- Tom farfulló. Sin poder siquiera levantar la cabeza y mirar a T/n porque los últimos tragos le estaban empezando a afectar, se dejó caer en su cama. T/n se esforzó para contener las lágrimas cuando le quitó la chaqueta y los zapatos al chico, sus dedos pasando por la piel en su brazo mientras le quitaba el cuero, y se aguantó un sollozo suave. Esperaba que su piel pudiera tocar la suya pero después de eso...
-T/n, déjame hacer esto- Harrison paró a la chica que estaba temblando. Tom se durmió después de que Harrison lo desvistiese.
Después de que la chica pusiera un vaso de agua y un ibuprofeno en la mesita de noche de Tom, se sentó al lado de Harrison quien se había acomodado en el sofá. Le dio un abrazo a la chica, un abrazo que la chica necesitaba más que nada, y estar en los brazos de su otro mejor amigo, no pudo evitar romperse.
Sollozos recorrieron todo su cuerpo mientras se agarraba a Harrison, sus lágrimas mojando su cabeza desesperada por el cariño que necesitaba. Una pequeña parte de ella deseaba que fuera Tom el que la estuviese consolando, disculpándose, pero sabía que no estaba preparada para dejarlo que la tocara de nuevo, y estar en los brazos de alguien en quien confiaba, alguien que sabría qué decir para que no pasara nada hasta que estuviera preparada para hablar con Tom.
-¿Quieres hablar?- Preguntó mirando a la chica con el corazón roto después de que dejara de llorar.
-Ahora mismo me odio más de lo que lo odio a él sinceramente. No es como si no supiera cómo es Tom y como si no supiera, no pensase que iba a ser solo una más de sus lios.
-¿Lo hicisteis?
-No, pero nosotros, quiero decir, yo, yo quería. Eso es lo que es jodidamente molesto. Soy una de esas estúpidas niñas que se enamoran de su mejor amigo quien claramente no está interesado y solo quiere meterse entre sus piernas.
Harrison se tomó un momento para procesar lo que la chica había dicho. Sabía que T/n y Tom estaban locos el uno por el otro, los sucesos de la mierda del Bachelor que había hecho su madre eran prueba suficiente. Pero escucharla decir esas palabras en alto era algo totalmente diferente.
-Escucha. He oído a las chicas hablar de lo que ha pasado y ¿sinceramente? No tengo ni idea de lo que estaba pensando este idiota, pero lo que sí que sé es que tiene miedo de perderte. Los dos tenéis que hablar lo antes posible y deciros lo que sentís el uno por el otro.
-No tiene ningún tipo de sentimientos joder Harrison. Folla y se va. Es un gilipollas. Lo sabía y aún así me enamoré de él. Estúpida de mí, ¿verdad? Arruinar una amistad por un estúpido beso.
-Te quiere, T/N.
-Ya, claramente lo hace. Sabes, ya ni me molesto más. No os quiero ver a ninguno de los dos ahora mismo. Buenas noches- La chica se levantó, yendo hacia su habitación, cerrando con llave la puerta detrás de ella.
Te quiere, se repitió esas palabras una y otra vez en la cabeza, pero todas las veces fueron reemplazadas con las imágenes de Tom y Laura aspirándose las caras.
Te quiere. Te quiere. Te quiere.
Mentiras.
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Cuando Tom se levantó eran las 10 de la mañana, inmediatamente sintió el dolor que pasaba por su cabeza cuando se sentó. Recuerdos del día anterior pasaron por su cabeza. No se acordaba de lo que había pasado después de ir al pub, pero se acordaba de vovler a casa con Harrison y de la mirada asesina de T/n cuando lo miró. El chico sabía que tenía que arreglar lo que había pasado pero no sabía cómo. Vio la medicina en su mesita de noche y se bebió el vaso de agua, preguntándose por qué Harrison estaba siendo tan amable con él cuando Haz había sido el que había arrastrado su cuerpo borracho a casa después de romper el corazón de T/N.
Después de darse una ducha y de coger un trozo de tostada fue a la casa de sus padres donde encontró a su madre en la cocina.
-Se acabó. Mándalas a casa- Afirmó Tom mientras se sentaba a su lado.
-¿Qué? Tom- Nikki empezó, sin saber lo que había pasado en su salón la noche de antes.
-No. Se acabó ¡Esta mierda se ha acabado! No voy a hacer esto más, mamá. No me pueden importar menos, solo échalas. Ya la he jodido bastante- Tom apoyó su cabeza en sus manos. La mujer a su lado claramente sintió cómo su hijo estaba al borde de las lágrimas, así que puso un brazo alrededor del hombro del chico, abrazándolo.
-¿Tom qué ha pasado?- Nikki preguntó, reconfortándolo pasando su mano por su pelo.
-Ya no puedo más con esto joder. La he jodido mamá. No quiero a estas chicas. He jodido mi perfecta amistad. Tengo que poner toda mi atención en recuperar a mi mejor amiga y solo quiero que las chicas estén fuera de la casa para mañana. Por favor mamá.
-Tom-
-Me he enamorado ¿vale?- Gritó, levantándose de la silla, con los ojos muy abiertos mientras miraba a su madre, pasándose los dedos por los rizos mientras gritaba de la frustración- ¡Ya tienes lo que querías! Pero no es ninguna de esas chicas la que tiene mi corazón, ¿vale? Estoy enamorado de T/n y la he jodido mamá.
Si Tom no tuviera el corazón tan roto, NIkki hubiera tirado fuegos artificiales, porque Tom por fin se había dado cuenta de lo que todos a su alrededor ya sabían. La lágrimas finalmente empezaron a rodar por las mejillas del chico y se permitió llorar en los brazos de su madre, llorar por la amistad que perdió, llorar por su estupidez y sobre el hecho de que le había hecho daño a T/N.
Nikki no tenía ni idea de lo que había pasado, pero sabía que su hijo lo decía en serio cuando dijo que quería que las chicas se fuesen y le prometió que les diría que estaba ocupado hoy pero que necesitaba decirles que la cosa se había acabado. Nunca había oído a Tom decir que estaba enamorado dealguien y le rompía el corazón ver a su hijo mayor así. Prometiéndole al chico que todos sufren un corazón roto a lo largo de su vida, se las apañó para reconfortar al chico hasta el punto en el que las lágrimas pararon.
Los dos hablaron durante un largo rato sobre lo que había pasado. La mujer escuchó a su hijo hablar sobre T/n con tanto amor en la voz, que casi empezó a llorar ella porque solo podía desear que los dos averiguaran cuál era su relación de alguna forma y de que T/n de alguna manera pudiese perdonar a Tom.
-Cariño, necesitas ir a casa a hablar con ella. Decirle todo lo que me has dicho. Y con todo me refiero a todo.
-Mamá, no me va a escuchar. Me dice que me calle.
-Bueno, es que le has hecho daño. Pero tenéis que hablar de todas formas. No seas idiota y tengas miedo de hablar sobre vuestros sentimientos. Está bien decirle que la quieres. Está bien ser romántico, está bien enseñar tus emociones ¿vale? No importa cómo se lo vayas a decir, pero por favor, hazlo- La mujer le sonrió a su hijo quien le dio un abrazo de despedida y fue al apartamento.
Cuando llegó al piso, Harrison estaba sentado en el sofá mirando Instagram. T/n y Tessa no estaban por ningún lado. La puerta de la habitación de la chica estaba abierta, así que supuso que no estaría en casa.
-Se han ido a dar un paseo- Harrison le sonrió a Tom quien inmediatamente se dio la vuelta y fue corriendo hacia el parque donde sabía que encontraría a sus dos chicas favoritas.
Después de caminar por el parque durante 10 minutos vio a Tessa corriendo y cogiendo la pelota que T/n le tiraba una y otra vez. Cuando se acercó lo suficiente, pudo escuchar la risa de la chica y se le aceleró el corazón. Tenía que arreglar esto. Tenía que recuperarla y tenía que decirle que la quería, más que a nada.
La amaba, siempre lo había hecho, y siempre lo haría.
-T/n- Dijo sin aliento, con la voz entrecortada y los ojos muy abiertos y vio con ansiedad como te girabas hacia él lentamente para mirarlo.
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