Capítulo 16.
[ ADVERTENCIA : capítulo con contenido explícito. Si no es de tu agrado leer este tipo de escenas, he marcado con varias ***** para que sepas dónde comienza y termina este contenido. ¡Disfrutad! ;) ]
LA PUERTA DE VIOLET DIANA YAXLEY HABÍA SONADO y ella se dispuso a abrirla extrañada por la hora que era. Con sigilo llegó ante la puerta con sus pies descalzos un poco fríos por la temperatura del suelo. La abrió un poco y vio una figura vestida de negro, pero supo al instante quién era dando una única mirada a los ojos que eran como una tormenta. Le dejó pasar solamente para que nadie los viera a esas horas y tras asegurarse de que no hubiera ojos curiosos en el pasillo cerró la puerta.
Regulus con un movimiento de varita formuló un hechizo para bloquear el acceso a la habitación y otro para silenciarla. Eso dejó un tanto inquieta a la pelirroja aunque no mostró su nerviosismo al otro. Estar encerrada en una sala insonorizada hacía que no pensara con total claridad y quería mostrar su enfado aunque en el fondo sabía que realmente estaba preocupada por el joven. Aunque su orgullo era mayor.
―¿Qué haces en mi cuarto a estas horas Regulus? ¿En mi casa? ¿Lo saben mis padres?
―Tranquila, ha sido tu madre la que insistió en que pasara la noche para que mañana pasáramos el día juntos. Solamente quería ver cómo estabas.
El Black estaba situado a un par de metros de distancia de Violet con los brazos cruzados. Y su intensa mirada no abandonó en ningún instante los ojos verdosos de su prometida.
―Sabrías cómo estoy si por lo menos me hubieras respondido alguna, ¡una! carta. Se ve que estabas muy ocupado. Pero no importa, ya no...
―He pasado unos días bastante... No sé, no lo entenderías...
―¡Pues claro que no lo entiendo si no me explicas! Constantemente pides que me abra y muestre lo que siento, pero si queremos que esto que tenemos avance tú también tienes que poner de tu parte. Porque entiendo que tengas tus secretos, yo también los tengo, pero no voy a permitir que desaparezcas y vuelvas a mi vida cuando desees sin dar una explicación. Creo que es lo mínimo que merezco, una explicación.
―Llevo desde el año pasado aprendiendo oclumancia.
La cara de la pequeña Yaxley era todo un poema, no se lo esperaba desde luego.
―¿Oclumancia Regulus? Eso es magia oscura, ¿para qué querrías aprender eso?
Sabía que nadie les oiría pero, aún así, no pudo evitar hablar casi en susurros por miedo.
―Sí, necesitaba estar seguro de que estaba preparado, que mi mente es única y exclusivamente mía.
―Preparado... Reg, ¿en qué te has metido? ―Su mirada fue a parar en la camisa oscura de mangas largas del muchacho. ―Espero que no sea lo que estoy pensando.
Quiso tocar el brazo izquierdo de él pero este se apartó, como si el leve roce le quemara. Regulus hacía todo lo posible por no decepcionar a su familia y no manchar el apellido Black, ya que su hermano no había hecho un buen trabajo en eso, justamente todo lo contrario. Pero sus pensamientos se contradecian cuando se trataba de Violet, parecía que todo lo que hacía para no decepcionar a sus padres decepcionaba a la joven Yaxley. Y por mucho que quisiera ya no podía salir de ese hoyo oscuro que él mismo había cavado.
―Vivi, se que no eres tonta. Ya sabes qué he tenido que hacer y espero que comprendas mis razones. Yo... lo siento, de veras lo siento. Pero así protejo a mi familia, y tú estás incluida, así nadie te obligará a unirte a él mientras yo lo haga por los dos.
No era justo, ambos todavía eran unos niños que apenas se adentraban en el mundo adulto. Y tenían que lidiar con matrimonios concertados, una guerra mágica, elegir bandos...
―¿Puedo?
La voz de la metamorfomaga salió casi en un susurro con los ojos puestos en el brazo de su acompañante. Y el Black asintió lentamente después de pensarlo unos segundos dirigiendo sus dedos a los botones de su camisa para desabrocharla y dejarla en el borde de la cama bajo la atenta mirada de Violet.
Ella, que únicamente tenía intención de desabrochar la manga de la camisa oscura, se comenzó a sonrojar ya que al único hombre que había visto sin camisa había sido su hermano Max varios años atrás cuando fueron a pasar un día en la playa. Sentía su cara ardiendo y con manos temblorosas se acercó a Regulus y tocó con las yemas de sus dedos el contorno tan oscuro como la noche que se situaba de manera pesada en el antebrazo del joven. Sintió como la piel se herizaba a su paso. Y su mano izquierda comenzó a recorrer su camino hasta el pecho que estaba cubierto por una fina capa de vello, ardiente, mostrando el fuego que tenía en su interior.
―¿Puedo?
De nuevo vuelve a preguntar Violet pero esta vez sus palabras aludían otra cosa, y el de ojos ahora más oscuros soltó una suave carcajada al pensar que la chica pide consentimiento de algo que ya han realizado en esa situación. Y sin responder a su prometida inclinó hacia abajo su cabeza y la besó. Inmediatamente fue correspondido.
************************************
Rápidamente la de cabellos rojos rodeó el cuello de su pareja besando con ímpetu al mencionado mientras que este tenía un brazo en la cintura de ella al mismo tiempo que su otra mano se situaba enterrada en las hebras pelirrojas de la joven. Él miedo que tenía de mostrarse tal y como es desapareció rápidamente del cuerpo y mente del Black, reemplazado por pasión y adoración.
Con respiraciones entrecortadas se daban besos fogosos a los que de un momento a otro introducieron un baile de lenguas mientras sus manos danzaban al mismo son. Poco a poco llegaron hasta el borde de la cama y el chico se sentó mientras seguía abrazando a la Yaxley. Esta se separó por unos instantes y sin querer darle más vueltas agarró los bordes de la parte superior de su pijama para quitársela con agilidad. Con la respiración agitada bajó su mirada con ojos expectantes ante la reacción de él. Regulus sintió mucha ternura al ver cómo la adolescente estaba sonrojada, con labios hinchados, y esperaba ver su reacción. Todo por él. Portaba un sujetador blanco con un pequeño lazo en la parte que ambas copas se unían en el centro. Los pechos de Violet no eran ni mucho menos grandes, y Regulus sabía eso al haber observado alguna que otra vez la curva que se realizaba en su torso portando ropa. Pero en lo último en lo que pensó fue en el tamaño ya que había quedado embrujado por el hermoso conjunto que era Violet Diana Yaxley, por fuera y por dentro, con imperfecciones incluidas.
―Reg...
―Lo sé, no deberíamos hacer nada que pueda complicar las cosas o que no siga la tradición, esperaremos a que estemos casados y tengamos certeza de estar listos para dar el paso. Solamente quiero que sientas placer y veas lo mucho que me importas. Si lo deseas, si no lo entenderé. Haremos lo que quieras y hasta donde quieras.
―Muchas gracias. ―Acarició la cara del chico con ternura.― Creo que no he expresado mis sentimientos hacia ti tanto como debería, y quería agradecerte todo lo que estás haciendo por mi. Me encantaría sentir tus caricias y amor sobre todo mi ser.
Y con esas palabras de consentimiento volvieron los besos y roces. Regulus hizo un giro para dejar tumbada en la cama a Violet y con suaves roces comenzó a hacer movimientos circulares en su estómago mientras su labios descendían por su mandíbula, pasando por el cuello hasta sus pechos dejando besos húmedos. La pelirroja tenía sus ojos cerrados mientras soltaba algún que otro suspiro y notaba cómo se formaba un nudo de placer en su estómago. Los largos dedos de pianista del Black agarraron el borde del pantalón de la chica y le preguntó si estaba segura de seguir. Esta asintió y notó el aire rozar sus piernas ahora desnudas. Unas bragas blancas con lunares negros tapaban su zona íntima y comenzaban a mostrar una mancha de humedad y excitación.
Los besos iban y venían al mismo tiempo que la Yaxley tironeaba suavemente del, ahora despeinado, cabello oscuro de su pareja. Y cuando Regulus movió su mano derecha por primera vez sobre la zona tapada del clitoris, la muchacha soltó el primer gemido. El joven, aún inexperto, siguió realizando movimientos cercanos a ese punto de placer sobre la tela. Y cuando la respiración de la chica volvió a acelerarse introdujo poco a poco (para que ella le parara si así lo deseaba) y siguió su trabajo entrando en contacto con la ardiente piel de ella. Pasó por toda su zona dos dedos y notó lo pegajosa que estaba, e internamente se sintió orgulloso por hacer sentir tan bien a su prometida.
Siguió su juego de movimientos, alternando entre verticales, circulares, en ochos... Y oír los suaves gemidos y jadeos de Violet hacían que se sintiera en la gloria y su problema entre sus piernas se hiciera cada vez más duro y doloroso. Pero esa noche era para ella, él más tarde se descargaría. Notaba como el cuerpo de ella se tensaba cada vez más y más. Estaba a punto de alcanzar su punto de máximo placer y aumentó la velocidad de sus movimientos. Violet soltó una exclamación y arqueó su espalda echando hacia atrás su cabeza. Nunca se había sentido así, tan plena y satisfecha.
************************************
Cerró los ojos exhausta y notó como Regulus se levantaba.
―Espero que no te importe si uso tu baño, debería darme una ducha para calmarme. Mientras puedes cambiarte, vuelvo en unos minutos.
Se adentró en el baño del cuarto y la chica se levantó dirigiéndose a su armario para cambiar la parte inferior de su ropa interior y desechar en el cesto de ropa sucia las anteriores. Volvió a ponerse el pijama y cuando salió Regulus ella ya estaba tumbada con las sábanas hasta la barbilla. Le indicó a este que en el último cajón del armario había un pantalón de pijama que fue de su hermano ( ella lo utilizaba porque al ser tan ancho para ella le resultaba muy cómodo ). Dándole la espalda, la joven esperó y notó como el lado contrario de la cama se aplastaba. Sus manos se dirigieron a la mesilla de noche y le tendió al chico un libro.
―¿Me leerías un rato por favor?
Y con una sonrisa el muchacho asintió y abrió el libro con delicadeza rodeando a su acompañante con un brazo.
―Las aguas del diluvio acababan de retirarse, y el sol derramaba sobre el mundo su luz servicial de rayos de oro...
Otro capítulo menos para el final del primer acto. Quedan muy pocos capítulos ya que estoy deseando poder pasar al siguiente acto, enlazado con el resto de historias de esta saga.
Obviamente este capítulo no mostraba nada súper explícito, pero quería enseñar que para practicar relaciones sexuales no solamente implica introducir al amiguito en ella XD. Y al ser familias tan costumbristas no permiten realizar esos actos. Pero ambos son unos loquillos y no les importa, únicamente no realizarán el acto en sí hasta que estén casados.
PD: ¿Sabéis a qué libro pertenece el fragmento del final?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top