Dean x Castiel

DeStiel
Serie: Supernatural

Narra Dean:

- Si dice que es panadero, ¿por qué la esta azotando a la chica con la barra de pan?

Castiel se acaba de enterar de lo que es el porno. Yo y Sam intercambiamos miradas. Pues al parecer si que es tan puro como suponíamos que eras los ángeles. 

- Bueno, yo me voy.- dijo Sam.

- ¿A donde?- conteste a modo de pregunta.

- A algún sitio lejano de este.- dicho esto, se fue.

Yo decidí sentarme junto al ángel y acompañarlo en su travesía del descubrimiento de los vídeos para adultos. Realmente ese vídeo era muy extraño.

- Dean.- habló Castiel.

- Dime.

- Si el pan sirve para comer, ¿por qué se lo mete por ahí?- preguntó sin apartar la vista del monitor.

Yo seguía mirando el monitor y efectivamente el hombre del vídeo le estaba metiendo una barra de pan por su... vagina.

- Hay gente que le excita ese tipo de cosas.- realmente yo tampoco podía apartar la vista del ordenador. Más que excitante, era hipnótico.- Pero la gente que se excita con esto deben ser un poco depravados mentales.

- ¿Yo tendría que excitarme con esto?

- No tiene porque... Supongo...

- ¿Supones?- preguntó esta vez mirandome a mí.

- Cada persona es un mundo, a ti puede que te exciten otras cosas.- lo mire también.- Aunque, tú eres un ángel. ¿Lo ángeles pueden excitarse?

- La verdad es que no lo se. Nunca lo he hecho.  

- No se, puede que ha ti no te excite verlo sino hacerlo. ¿Lo has hecho alguna vez?- él negó.- ¿Nunca te has excitado?- se pensó la respuesta pero volvió a negar.

La verdad es que yo desde hace mucho tiempo me planteé el tener sexo con él. 

- Puede que te excites solo haciendolo.- dije acercándome un poco más a él.

- ¿Insinuas que lo haga contigo?- me encogí de hombros.- ¿Sexo?- volví a encogerme de hombros.- ¿Me excitaría?

- Eso depende que la persona. 

- Mmm... Podríamos... intentarlo.

Me levante del sofá y Castiel me miro algo confuso. Intercambiamos miradas.

- A la habitación.

Seguidamente me fui y oí los pasos de él detrás mía. 

Cuando los dos entramos cerré la puerta con seguro y le ordene a tumbarse en la cama, algo que hizo sin rechistar. Me puse encima y le quite la corbata y la camisa. Él se dejo hacer, parece decidido a hacerlo. Así que tendré que hacerlo bien. Me dispuse a lamer uno de sus pezones mientras pellizcaba con mis dedos el otro. Castiel levemente se retorció en el sitio, pero no hizo nada más. Comencé a cambiar de vez en cuando. 

- Oye se siente muy raro... ¿podrías hacer otra cosa?- dijo él con cierto aire de culpabilidad.

No había nada que discutir. Si no le gustaba no podría hacer nada, pase a la acción directa. Lo desnude completo y lo observe de arriba a abajo. Normal que sea un ángel, Dios que cuerpo. Sin duda me quite la ropa rápidamente para no hacerle esperar.

Note su atenta mirada en cada milímetro de mi cuerpo. Ya los dos desnudos, note su mano acariciando desde mi pecho hasta la parte baja de mi abdomen. 

- Wow... No sabía que un cuerpo de un mortal puede ser tan perfecto.

- Bueno, tampoco es para tanto. La metere ahora, ¿vale?- él asintió.- Perfecto.

Me puse entre sus piernas y coloqué mi pene en la entrada de Castiel. Él miraba curioso todo lo que hacia. No entre de golpe para no partirlo, pero tampoco lo hice despacio. El ángel respondió con un grito y no precisamente de placer y seguidamente me dio un manotazo en el pecho.

- ¡Eres imbécil! ¿¡Por qué lo has hecho tan fuerte!?- exclamó con unas pequeñas lágrimas acumuladas en los ojos. 

- Lo siento, lo siento. Me emocioné un poco. Pero no te preocupes, ahora no me moveré hasta que te acostumbres. 

Pero él seguía lloriqueando y para callarlo lo bese por sorpresa. No quise separar mi boca de la suya. Besaba tan bien, con dulzura pero rudeza. 

Nos separamos debido al pequeño gemido que dio cuando yo lentamente me moví. Y así yo ya sabía que tenía permitido hacer lo que quiera para hacerle gozar. Así que en poco tiempo ya lo tenía gimiendo y jadeando de placer debajo de mí. Arañaba mi espalda mientras yo hacia mi mejor esfuerzo por darle placer. No quería decepcionarlo ya que era su primera vez. 

Un tiempo después yo me corrí en su estrecho interior y salí de él. Él respiraba un poco agitado totalmente espatarrado en la cama. 

- ¿Estas bien?- pregunte. Él asintió.- Bien...

Me hice hueco en la cama y me tumbe junto a él. Los dos nos quedamos mirando el techo sin saber que acaba de ocurrir ahora mismo. Nunca pensé que llegaría a pasar algo como esto.  

- Bueno...- decidí romper el hielo.

Él giro su cabeza hacia mí y yo hacia él para mirarnos cara a cara.

- ¿Vamos a comer?

Actualización: septiembre 2020

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top