Demasiado dulce como para matarla.
Capitulo 2
— ¿Tae?— llamó Sana, silbando cuando vio que su mejor amigo se puso su camisa especial con ositos y mangas encantadoras— ¿A qué se debe la ocasión?
— Jungkookie va a vender pastelitos de zanahoria en la plaza— comentó TaeTae, colocando un pasador bonito en su cabello rubio—. Pensé que lo sabías, van en el mismo club.
— Lo sé— asintió—. Pero no pensé que fueras a ir tan bonito.
Las mejillas de Tae se tornaron rositas por el bochorno. Sana rió y codeó a Tae, poniéndolo mucho más rojito.
— ¿Ya son novios entonces?
— C-Cállate, zanahoria parlante— pellizcó las mejillas de su mejor amiga— ¿No tienes galletas que hornear?
La japonesa hizo un puchero lastimero, tenía cientos de galletas que hornear para la venta de ese día y sólo llevaba menos de la mitad— ¿No prefieres ayudarme en lugar de ir a ver a Jungkook?
Taehyung negó, colocándose la linda boina negra que Jungkook le regaló hace un par de semanas. Dejó un besito en la mejilla de su mejor amiga y tomó una de las galletas recién glaseadas, riendo por los gritos frustrados de Sana por tener que hornear una nueva galleta.
— ¡Te veo en la plaza, zanahoria con patas!
Y corrió antes de que Sana lo hiciera devolver la galleta que, por cierto, estaba deliciosísima. Tomó el primer bus que pasó, ansioso de ver a Jungkookie. Se sentía un poco inquieto por no llevarle algo a su conejito pero expresamente se le pidió no molestarle... Pero le molestaba tanto no llevar nada que una vez llegó a la plaza, se acercó a uno de los locales para comprarle algo a su lindo Jungkookie.
Ojalá no se molestara.
No fue difícil encontrar el puesto que les dejaron montar a los del club de cocina. Sonrió grande por la adorable decoración que tenía la mesa y lo sumamente adorable que se veía Kookie con su mandil y una pañoleta cubriendo sus mechones ébanos.
Ambos se miraron por unos instantes, Jungkook con ganas de apachurrar las mejillitas de Taehyung por lo sumamente precioso que se veía usando la boina que tanto trabajo le costó elegir. Y Tae, por su parte, sólo quería darle un abrazo de oso.
Estaba apunto de hacerlo cuando una persona que olía a pastel de vainilla se interpuso entre ambos.
Taehyung chasqueó la lengua, identificando al pastel andante como Eunha, la presidenta del club de cocina. La linda Eunha tomó por la cintura a TaeTae, dándole un apretado abrazo que casi le corta la respiración.
Era impresionante cómo siendo alguien tan pequeña, tenía una enorme fuerza.
— No podía dejar que Jungkook te abrazara primero— se excusó la castañita, tendiéndole una bolsita especial con minigalletas de fresa— Estas las hice aparte para clientes con boinas adorables— guiñó un ojo, haciendo sonrojar al rubio.
A sus espaldas, Jungkook carraspeó. Molesto por haber sido totalmente desplazado— Noona, quieren dos rebanadas del pastel que horneaste, ¿podrías ayudarme con ello?
Eunha soltó una risueña risita y asintió, apurando el paso para atender a las chicas que esperaban por probar su delicioso pastel de chocolate suizo.
Jeon no perdió oportunidad para mimar las mejillas de su pequeño Taehyung, sonriendo por las adorables risitas que salían de sus labios de fresa.
— Gracias por venir, Taehyunginnie— susurró, perdiéndose en sus brillantes ojitos—. Espero no haber interrumpido tus planes.
Kim negó, acariciando la mejilla de Jungkook con el dorso de su mano— Por supuesto que no, tonto. Para ti siempre tendré tiempo— sonrió, haciendo que los corazones de ambos dieran un vuelco dentro de sus pechos.
— Llevaré dos de tus cupcakes— pidió Tae, apartándose para ver con más detenimiento lo que estaban vendiendo. Rebanadas de pasteles de distintos sabores, macarons, flanes y pequeños cupcakes alegres con divertidas decoraciones.
Suspiró, ¡cómo desearía comprar todo! Se veía tan delicioso, esponjoso y cremoso... Lastima que tuviera una dieta estricta.
— No es necesario, Tae— Jungkook rascó su nuca con nervios, confundiendo al joven Kim— T-Te preparé algunos sólo... Sólo para ti— dijo, desviando la mirada evidentemente avergonzado.
Taehyung fue directo a lanzarse contra los brazos de su conejito, agradeciéndole por los cupcakes con pequeños besos en sus mejillas.
Eunha tan solo los miraba de lejos, repartiendo torpemente un par de macarons.
▚▚▚▚▚ʕ๑•́ᴥ•̀๑ʔ ▚▚▚▚▚
Jungkook lo fue a dejar a casa al anochecer, después de una mini-cita en la plaza que consistió en cenar un poco del pollo agridulce de Panda Express que tanto les gustaba y caminar con las manos entrelazadas por horas.
Al regresar, Taehyung sentía mucho la perdida. Sana estaba lavando todos los utensilios que usó para sus galletas, Jungkook ya estaba durmiendo y el tan solo estaba aburrido. De puntillas, tomó prestado el ordenador de su mejor amiga para jugar una pequeña partida del extraño juego, como ultimo recurso para matar su aburrimiento en lo que la pelinaranja terminaba de lavar los trastes.
Cargó donde se quedó la otra vez, preparándose para eliminar a la siguiente rival. Suspiró, cada vez los diálogos y sugerencias de info-chan se volvían mucho más descabellados. Es decir, ¿por qué ella se empeñaba tanto en hacer que la yandere-chan matara?
Tan bonito que era dialogar y pedir las cosas por favor.
Entró al foro de ayuda y decidió que la mejor forma era simplemente pedirle directamente a la adorable Amai que se alejara del senpai, claro después de descubrir su secreto y ayudarle con el.
Después de varios intentos, logró completar el proceso. Para ese entonces Sana ya estaba a su lado, compartiendo snacks y dandole consejos a Tae.
— Ojalá la vida fuera tan sencilla como en este juego— suspiró la pelinaranja—. Ayudarla a conseguir suministros de cocina y que con eso acceda a dejarte el camino libre con tu crush. Necesitamos más como Amai Odayaka.
Tae se alzó de hombros— Tan sólo es cuestión de saber cómo conquistar a tu ser amado. Una vez lo descubras, el resto es sencillo.
Sana arrugó la nariz, no tan convencida.
algún día terminaré las fichas, i promise
super cortito pero creo que de esta forma es mejor y más disfrutable de leer
¿Ya se van imaginando el rumbo de la historia?
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