1 "Mi primer dia"
-Mamá, no quiero ir a la escuela.
No tenia la mas mínimas ganas de empezar las clases ni de conocer a mis compañeros. No me interesa tener amigos, ni llevarme bien con las personas.
-Hija ¿Que dices?- contestó mi madre- En este instituto me gradué.Te va a gustar. Créeme
La verdad ya no tenia escapatoria, mi madre y yo estábamos en nuestro auto, en frente del colegio, viendo como otros estudiantes entraban. Y yo pues...solo quería irme.
Después de un largo rato, antes de que mi madre empiece con su ridículo discurso para convencerme, decidí abrir la puerta y salir del auto. Mi madre también lo hizo.
-¿No crees que ya estoy grande para que me acompañes mamá?- pregunté irónica, pues ya tengo 17 años recién cumplidos.
-Ayano- me dijo. Oh no, cuando me llama por mi nombre tan fríamente, podría pasar fácilmente de madre dulce y comprensiva a... bueno, como es ella en realidad. Yo la conozco, y no me importa que se enoje conmigo.
Suspiré con furia mientras entraba al instituto...acompañada de mi madre. Mierda, no me importa que piensen los demás de mí, pero esto es algo vergonzoso. Algunos me miraban... tal vez porque soy "la nueva".
-Ire a hablar con tu director- me dijo mi mama.
Esta vez no quería que se fuera. Si lo hacia, todos estos idiotas me rodearían con sus sonrisas falsas preguntándome ¿Como te llamas? ¿De donde vienes? ¿Quieres ser mi amiga?
-¿Para qué?- pregunté
-Solo quiero que te traten bien hija- me dijo dándome pequeñas palmadas en mi cabeza. Ni que fuera un perro.
Claro, el director está en esta escuela desde tiempos memoriales, tiempos en los que mi madre asistía aquí. Tal vez tenían una buena relación, o tal vez no.
Mientras me quedé pensando en tonterías, mi madre ya me había dejado sola. No, esas chicas se me están acercando mucho.
-Hola, soy Kokona Haruka, mucho gusto, ¿Eres nueva verdad?
Ya empezamos...
-S-si, mi nombre es Ayano, Ayano Aishi.
-Con que Ayano...-maldición, otra chica. Parece ser amiga de esta otra. La delata sus estúpidas pulseras de amistad.-yo soy Saki Miyu.
Y a mi me importa porque...
-Yo soy Ayano- repetí como una tonta.
-Si lo se, acabo de escucharte-rió- Ayano...Ayano...¡Yan-chan!
Dios no, no un apodo.
-Eh...¿Yan-chan?- pregunté con incredulidad.
-¡Me gusta! -dijo Kokona con una sonrisa- ven, te presentare al resto de mis amigas.
¡¿Qué?!
-Sii, vamos Yan-chan- dijo Saki
-Lo siento, pero es que debo...-inventa cualquier cosa, cualquier cosa- acomodar mis pertenencias en mi casillero- excelente.
-Oh, esta bien- respondió Saki. Creo que logré convencerlas.
-Estaremos a un lado de la fuente, cuando quieras ven con nosotras.
¿Fuente? ¿Está escuela tiene una fuente? Vaya,Vaya. Al parecer es un colegio caro.
-Bueno- dije dudando un poco.
Esas chicas se fueron al patio principal. Yo solo eché un vistazo asomándome en la puerta. Efectivamente, había una fuente en medio, y unos cerezos alrededor. Todo era muy lindo.
Salí del edificio para recorrer un poco el exterior. Miré a mi lado...otra fuente similar a la que había visto antes con un cerezo y unos bancos, y algunas rosas que lo decoraban. Miré a mi otro lado...lo mismo. ¿Por qué se esmeraban tanto en este lugar? Digo, solo es una escuela.
Caminé a un costado de la escuela. Lo primero que vi fue un laberinto totalmente natural, hecho con setos. En serio...¡¿Para qué demonios queremos un laberinto?. Mas adelante pude ver otro lugar, cerrado con las mismas paredes del laberinto. Escuche que la escuela tiene muchos clubs. Tal vez aquel sea el de jardinería.
Seguí caminando...un incinerador. Ok, ya no me sorprende nada. Esta escuela es de otro mundo. ¿Para qué sacar la basura si podemos quemarla no?
Llegué hasta la parte de atrás del instituto. Mas a lo lejos vi lo que seguramente era el gimnasio. Pero lo que mas me llamó la atención fue lo que estaba en frente mio. Otro maldito cerezo. ¿Que tiene esta escuela con los cerezos? Aunque este se veía distinto. Estaba arriba de una especie de montaña. Tenía un aire distinto. No se por qué, pero algo en él me despertó curiosidad. Me dirigí hasta él, caminé lentamente, mientras sentía como mas y mas pétalos caían sobre mí, hasta que llegué a estar debajo de ese árbol.
Me sentía extrañamente...tranquila. Me senté en esa colina, con mi espalda apoyada en el tronco del cerezo.
-Aishi...
-¿Ah? ¿Qui-quién dijo eso?- no veo a nadie a mi alrededor. ¿Acaso yo imaginé esa voz?
Me levanté de golpe y miré a todos lados...nadie.
-Aishi...
No, efectivamente no me la imaginé. Alguien me está hablando. Pero...estoy sola. ¿Que está pasando?
Un momento...esto es...¿niebla?
Ahora si no veo nada, pero ¿Por qué hay niebla? ¿Estoy soñando? El aura de este lugar se siente demasiado tenebrosa. Esta todo muy oscuro. ¡¿Por que?! Hace un rato estaba soleado, y ahora parece que estoy en la boca del lobo.
-Aishi...
-¡¿Que quieres?!- grité tirándome al suelo y cubriendo mi cabeza. Nunca sentí nada, y menos miedo. Pero esta situación me ganaba.
Esa voz misteriosa me seguía hablando.
Cerré los ojos con fuerza, para así poder despertar de mi pesadilla.
-¿Uh?
Tenia los ojos cerrados, pero podía ver algo...no... a alguien.
Un muchacho. ¿El era quien me estaba llamando? No podía diferenciar si la voz era femenina o masculina. Se escuchaba como un susurro. Solo me quedé mirando a aquel chico. Es muy lindo, sus ojos y cabello son negros, y tiene casi mi altura, aunque parece un poco mas alto... pero ¿Quien es?
De repente ya no podía escuchar aquella voz. Me levanté del suelo casi temblando y abrí mis ojos. La niebla seguía rodeándome. Me sentía insegura.
No se por qué se me ocurrió mirar de nuevo el cerezo, pero lo hice.
¡¿Qué?! ¡¿Qué paso...con el cerezo?!
Me dí cuenta que solo estaba encima de una colina completamente vacía ¡Pero había un cerezo aquí!
Lleve una de mis manos a mi pecho. Mi corazón estaba latiendo muy rápido. Por supuesto, estaba asustada. Tanto que hasta derramé un par de lagrimas. Me siento débil, ¿Qué demonios había pasado? Sea lo que fuere, aun no había terminado, pues podía sentir la atmósfera como si viniera del mismísimo infierno de lo oscura que era.
¿Que hago?
Creo que no me queda mas remedio que entrar de nuevo al instituto. Creo que hay una puerta de este lado, pero eso significa que tendré que atravesar esta pesada neblina sin saber que hay en ella.
Espero poder llegar.
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