9: "Siempre es importante reforzar la amistad...¿no?"
Mercurio
—Ponte más perfume—le digo a Venus al mismo tiempo que empiezo a rosearlo con mi fragancia favorita.
El chico empieza a estornudar y se aparta de mí con una mala cara, odia que le ponga perfume.
Vino a mi casa a prepararse para la fiesta de Plutón, mi amigo no sabe muy bien cómo arreglarse e irá la chica que le gusta, Marte, así que lo ayudaré a verse bien para ella.
—A ver—me acerco y empiezo a peinarlo con mi mano.
—¿Es necesario todo esto? —me pregunta rodando los ojos.
—Tú me pediste que te ayude a verte bien para Marte.
—Sí, pero creí que no serías tan pesado. ¿Qué me estás haciendo?
—Peinándote un poco. Tranquilo, no te haré algo que no te guste—le digo moviendo su cabello un poco para el costado, como no funciona lo corrijo—. Esta chica ¿Se llama Marte?
—Sí.
—¿Está muy interesada en ti?
—No lo sé, según Sol sí, pero tal vez solo me lo dice para no hacerme sentir mal.
—Claro que no, Sol no te mentiría así. ¿Cómo la conociste?
—Fue en la escuela. Había ido temprano para poder arreglar el salón donde practican las porristas y mientras regresaba me la choqué y derramó todo su café sobre mí.
—Auch.
—Sí, fue doloroso, pero fue tan tierna. Me pidió disculpas millones de veces e intentó arreglar el desastre. Y me pareció tan hermosa, luego nos topábamos en los pasillos y charlábamos un poco. Me alegra que haya decidido entrar al equipo así puedo hablarle más.
—Bueno, con lo guapo que te dejé hoy de seguro consigues más que una charla—él se ríe.
—Yo no soy como tú, Mercurio. No puedo simplemente besarla y llevarla a mi casa, así como así.
—Ya, pero si puedes hacer la parte de besarla.
—No lo sé. Es que yo...Jamás besé a nadie.
Lo miro con el ceño fruncido, él está bastante apenado por lo que acaba de confesar.
—¿No era que te habías besado con una chica de sexto hace unos meses? —le pregunto, confundido.
—Pues te mentí—confiesa rascándose la nuca—. Es que no quería que creyeras que era un bobo o algo así, como todo el mundo.
—Venus, jamás podría pensar eso ti, bobo—le cacheteo la cabeza—. No tienes que apenarte por nada. Y con respecto a tu primer beso, siempre es horrible, así que no esperes nada muy bueno.
Me levanto de la cama para ir a mi tocador para terminar de arreglarme, Venus se queda allí sentado con aire pensativo.
Admito que siempre se me hizo raro ese supuesto beso con la chica de sexto, no es que no crea que Venus pueda llegar a estar con una chica guapísima dos años mayor que él, lo que no creo es que Venus se atreva a acercase a una.
Es bastante tímido con las chicas por eso siempre se me hizo extraño, pero no le iba a contradecir.
—Oye, Mercurio. Tuve una idea bastante extraña—me dice.
—Dime.
—No quiero que mi primer beso sea horrible, mucho menos con Marte. ¿Qué tal si me ayudas a practicar a besar?
Me detengo en seco. Mi corazón empieza a bombear más sangre y me pongo nerviosos.
—¿Qui-quieres que te bese? —le pregunto.
—Eeeem, sí—me dice avergonzado—. Claro, si tú te sientes cómodo con eso. Porque no sé si te gustaría besar a un hombre, pero como somos mejores amigos pienso que no habría problema en eso.
Ya, pero tú no eres solo mi mejor amigo.
Me lo pienso mucho antes de contestarle. Porque sí quiero besarlo y no necesariamente para ayudarlo con Marte, pero a la vez se me hace algo bastante peligroso.
—Mm, sí yo—carraspeo—no tengo problema en...besarte.
—¡Gracias! Eres mi salvación.
Con nerviosismo me siento a su lado e intento que no note que esto me afecta.
—A ver, sé que debo mover la cabeza hacia el costado ¿no? Porque si no me choco con su nariz. Pero, ¿qué hago con los labios? Y ¿dónde dejo la lengua?
—Pues, mueves los labios sobre los suyos.
—Ya sé, pero ¿cómo lo hago?
—Es algo que se ve en el momento, no hay una manera específica de moverlos. Y con respecto a la lengua, no lo sé, siempre meto lengua.
—Todo un salvaje—niega Venus—. ¿Puedes mostrarme cómo? Pero sin lengua, por favor.
Lo veo unos segundos, sus ojos están debajo de sus lentes haciendo que se vean más grandes.
Él...en serio me parece atractivo. ¿Está bien que me aparezca atractivo mi mejor amigo?
—Mercurio, ¿estás seguro que te sientes cómodo? Porque si no lo de...
Intento no pensarlo mucho y lo beso agarrándolo de la nuca.
Los labios de Venus son carnosos y suaves. Lo beso detenidamente mientras mis manos le acarician la nuca con ternura.
Él me responde el beso tímidamente, se nota que este es su primer beso, pero me gusta como sus labios responden a los míos.
Es un beso tierno y duradero, donde guío a los labios de Venus y al cabo de unos segundos ellos guían a los míos. No me gustaría que este beso termine, me gustaría estar así con él mucho rato más.
Venus es el primero en separarse, yo me quedo unos segundos con los ojos cerrados, saboreando mis labios. Saben a él.
Al abrirlos veo a mi amigo con los ojos bien abiertos, tal vez se arrepintió de habérmelo pedido o...
Oh, no.
Mi mamá está en la puerta con la boca abierta y dos jugos de naranja en una bandeja.
—Mamá, te dije que toques la puerta—le digo muy apenado.
—Es que estaba entre abierta—me dice, luego esboza una sonrisa—. No sabía que Venus ya era parte de la familia.
—¿Qué? No. No es lo que crees.
—Mercurio solo me estaba ayudando practicar como besar a alguien, nada más. Solo somos amigos—le aclara Venus, tiene los cachetes colorados.
—Ah, claro—silencio incómodo—. Bueno, les traje un juguito.
—Gracias ma, pero ya nos estábamos yendo y...
—¿No probarás mi juguito? —me dice con el ceño levemente fruncido, también con una pisca de tristeza.
—Lo siento, mami. Es que...
—Lo hice con mucho amor para ustedes.
Esboza un semblante triste que me hace pensar: "Que mierda de hijo eres, Mercurio. Acepta el juguito que hizo con tanto amor"
—Está bien, lo tomaré antes de irme—vuelve a formar una risita y nos da el jugo.
Mis mamás son muy diferentes.
Delphi, la que me preparó un juguito, es la más cariñosa. Es enfermera, así que casi nunca está en casa, pero siempre que está me abraza, me da besos y siempre me hace jugos de distintos sabores, ya que cocinar no sabe. Mi mamá es muy tierna, de pequeño me regalaba ositos de peluches, ahora se asegura que tenga condones porque no quiere que traiga un bebé a la casa.
Y mi otra mamá Lynx, ella es más estricta. Es muy cariñosa como Delphi, pero no cuando hago algún desastre. A esa mujer sí le tengo miedo, porque cuando se enoja se transforma en un demonio. Ella está más en casa porque es jefa del departamento de neurología, aunque no está nunca, pero si más que mi otra mamá y cocina cuando puede.
—Dice mamá que te cuides en la fiesta y que si traes a otra chica que no sean tan ruidosos—me dice, yo dejo de tomar el jugo.
Ellas dicen que soy muy promiscuo, claro que no lo soy. O bueno...puede que sí un poco, pero odio que me lo digan. No les molesta mucho, pero siempre me recuerdan que me cuide a mí y a la persona con la que tenga relaciones.
—¿Aun tienes condones? ¿Necesitas que te dé más? Sabes que los tengo gratis por el hospital, así que no dudes en decir si te quedan pocos.
—Mamá...
—No quiero que te quedes sin ellos, es muy importante tenerlos y soy muy joven para ser abuela y tú muy irresponsable para tener un bebé, aparte no quiero que contraigas una enfermedad sexual. ¿Tienes condones sí o no?
Venus se está riendo en voz baja. No me molesta que me lo diga delante de él, pero prefiero que sea otro momento.
—Mm, me quedan unos tres o cuatro.
—Mañana mismo te traigo unos treinta ¿sí?
Termino de tomar el jugo rápidamente para evitar que esta conversación se expanda más. Venus también termina y lo apoya en la bandeja que sostiene mi mamá igual que yo.
—Nos vamos—le digo dejándole un beso en la mejilla.
Y como es una pesada nos persigue a Venus y a mí mientras bajamos las escaleras.
—¿No quieren más juguito? —nos pregunta.
—No, ma. Ya nos tenemos que ir.
Pone una mueca.
—Venus, ¿tú quieres? Porque Mercurio siempre habla por ti.
—Muchas gracias, señora Adams. Pero de seguro ya habrá muchas cosas para tomar en la fiesta y no quiero llenarme.
—Oh, está bien. Guardaré lo que quede para Sol—dice mientras agarro mi campera del perchero al igual que Venus.
Tengo la esperanza de que nos deje en paz, pero me sigue hasta afuera de la casa.
La amo, pero que pesada se pone.
—Mi amor, no tomes mucho y no consumas drogas.
—Ya lo sé, ma. No necesito que lo digas siempre—le digo rodando los ojos.
Intento subir al auto rápidamente así no me molesta, pero ella no me lo permite.
—Oye, te estoy hablando, ven aquí—me tira de la campera—. No te emborraches que tendrás que conducir, sé responsable. Y si te ofrecen sustancias ilegales o tragos de otras personas le dices que no, a menos que sean Sol o Venus. Y si traes a una chica no lo hagan más de tres veces porque te quedarás sin condón.
—Mamá, ya basta. Vamos a llegar tarde y ya sé todas esas cosas.
—Ay, es que no quiero que te pase nada malo. La otra vez vi que un chico salió de fiesta y por meterse en una pelea terminó muerto, no quiero que te pase eso. Por favor, prométeme que te cuidarás.
Tomo un suspiro.
—Tranquila, mami. Me cuidaré y si tengo algún problema te llamaré. No te preocupes.
Se pone en puntitas de pie y me besa muchas veces en la mejilla. Intento correrla, pero ella sigue.
—¡Te amo! —me grita desde la puerta—. ¡Y no lo hagan más de tres veces!
Por dios.
---
Venus ya se encontró con su chica y estoy haciendo de violinista.
Los tres estamos sentados en un sofá, mi intención fue dejarlos solos, pero Venus me pidió discretamente que me quede.
No lo está haciendo tan mal, ambos están igual de nerviosos por hablar con el otro. Me dan mucha ternura.
Mientras ellos coquetean, o lo que sea que estén haciendo, intento no pensar en ese beso.
Y ya volví a recordar eso. Mejor iré a buscar algo para tomar.
Les aviso a los chicos que voy a la barra, Venus me regala una mirada regañándome, le contesto con una sonrisa y me voy. Tengo que esquivar a un montón de chicos en la escalera y chicas que ya están borrachas. A lo lejos veo a Sol con Luna, así que me acerco.
—Por fin llegó mi princesa—le digo.
Ella se da vuelta y me ve con una gran sonrisa. A su lado está Luna con cara de querer pegarse un tiro.
—Hooli—me saluda abrazándome.
Al separarnos veo a Luna.
—¿Qué tal, chica sincera? —le hago una reverencia, ella me ve con el ceño fruncido.
¿Siempre es tan malhumorada?
Veo que Sol la lookeo. Porque el vestido que tiene sé que es de la rubia, aunque los brillos que tiene en la cara ya es suficiente para saber que Sol anduvo por ahí. Es como su marca de agua.
—Hola, niño pijo.
—¿Dónde están Marte y Venus? —me pregunta Sol.
—Oh, en el sillón de halla. ¿Dónde está Júpiter?
—Fue a buscar algo para tomar.
—Okey, iré con él—le aviso.
No es la idea más emocionante ir con ese chico, pero no quiero estar presente mientras Venus y Marte se coquetean, y tampoco quiero estar de más con Sol y Luna, así que por el momento es mi mejor opción.
A lo lejos veo al chico pidiendo algo en la barra, él no tarda en verme y aboza una sonrisa.
—¡Amigo!
—¿Cómo estás?
Nos saludamos estrechándonos los puños y chocando nuestro hombro. Luego me pongo de su lado para pedir algo también.
—Me dijo Sol que la trajiste—le digo—¿Cómo fue eso?
—Fue...bien. Tuve que traer también a una amiga muy extraña de ella, así que no fue el mejor viaje del mundo.
—Hablas de Luna.
—Sí, ya me olvidé como se llama. Es una de pelo azul, con cara de culo y muy rara. Supuestamente va a mí mismo año y compartimos algunas clases, yo jamás la vi en mi vida.
—Es bastante sincera, pero no es mala.
Júpiter toma un trago de la cerveza que pidió y me sonríe.
—¿Ya encontraste a esa chica que tanto buscabas? ¿Está aquí?
—Sí, ya la encontré. Dudo que esté por aquí, ella parece apreciar más quedarse durmiendo que ir a una fiesta.
—Te buscaste una aburrida.
¿Libra aburrida? Se nota que no la conoce.
—Sabes, hay muchas chicas por ahí poniéndote el ojo. Podrías llevarte una a casa esta noche, ¿no crees?
Niego con la cabeza.
Lo que tengo con Libra no es algo serio, la verdad es que ni sé que tengo con ella, pero ahora mismo no me apetece estar con ninguna otra chica que no sea ella.
—Tal vez lo haga—le digo a Júpiter, claramente miento.
Se queda mirando un rato la pista de baile mientras me hundo en mis pensamientos, el 50% es sobre el beso de Venus, más que nada porque me hizo sentir muy bien, pero a la vez culpable porque, como dije hace unos minutos, no tengo nadie oficial con Libra, pero tampoco quiero tener algo con otra persona y acabo de darme cuenta que hice todo lo contrario dándole un beso a Venus.
¿Será que me gustan los dos a la vez?
No. Es imposible. A mí no me gustan los chicos, de seguro me hizo sentir bien ese beso porque no he besado a nadie por un tiempo.
Sí, fue por eso.
El otro porciento le pertenece a esta cerveza. Está muy rica. Ahogaré mis pensamientos en ella.
—Oye, aprovecharé que Sol está en la pista para ir a bailar con ella. ¿Vienes?
—Termino mi cerveza y voy.
Júpiter se va sin antes regalarme una palmada en el hombro, lego se le acerca a la rubia y empiezan a bailar juntos.
Que horrible pareja hacen.
Nuevamente me hundo en mis pensamientos mientras tomo cerveza, tengo ganas de una más, pero recuerdo las palabras de mi mamá y me contengo.
Saco el celular para entretenerme y veo mensajes de mi otra mamá.
Mamá gruñona >:(: Diviértete en la fiesta, cariñooo.
Mamá gruñona >: (: ¿Tu mamá te volvió a molestar con respecto a los condones?
-Sip.
-Se pone un poco pesada cuando salgo de fiesta.
Mamá gruñona >: (: Tú sabes que se preocupa por ti es todo.
Mamá gruñona >: (: Bueno te dejo de molestar. ¡¡Disfruta la fiesta!!
-Te amo, ma <3
Guardo el celular en el bolsillo trasero y tomo el último trago de mi cerveza. Siento como alguien me choca el hombro, así que me doy vuelta hacia el costado para ver de quien se trata y me encuentro a una chica rulienta.
—¿Saturno?
—Hoola—me saluda con alegría.
Le doy un abrazo con una sonrisa. No puedo creer que ella esté aquí, hace años que no la veo y ahora está tan cambiada.
—¿Qué haces aquí? ¿Viniste de visita?
—No, trasladaron a mi papá a trabajar de nuevo aquí. Volveré a vivir aquí.
—¿En serio? Dios, eso es increíble.
—Sí, estoy muy emocionada. Sabes, la última vez que te vi no eras tan alto—me rio de su comentario.
—Y tú no eras tan baja—bromeo—. ¿Sol ya sabe que estás aquí? No sabes cómo te extrañó ella.
—Sip, fue a la primera que salude. Yo también la extrañaba mucho. Ahora estoy con su amiga, la que se llama Luna. ¿La conoce?
—Lamentablemente, sí—escucho la voz de Luna.
Miro hacia mi otro costado y noto que está allí. ¿En qué momento vino?
—Tú siempre tan alegre, Luna.
La chica me regala una pequeña sonrisa y vuelve a poner su mala cara.
No puedo creer que sea amiga de Sol, ella es tan alegre y habladora, y Luna una malhumorada que se queja de todo.
Aun así, no me desagrada Luna.
—Dame tres shot de tequila—pide Saturno en la barra.
—Solo tomaré ese que luego tendré que conducir—aviso en el momento que nos dan los shot.
Hablo un par de minutos con ellas, hasta que me retiro para ir a bailar.
Sol me ve y me agarra para dar un giro, Júpiter me ve medio enojado, pero no le doy atención a ese bobo.
Al rato llega Venus con un puchero, al verlo lo abrazo de los hombros y le digo:
—¿Y esa cara larga? ¿Qué te pasó ahora, fosforito?
—No me digas así—me ve con los ojos achinados—. Marte se fue con Luna y no pude darle un beso.
—Ya tendrás más oportunidades. Ahora baila, diviértete un poco y deja de pensar en cómo hacer para que Marte se enamore más de ti, ¿quieres?
Mi amigo niega con la cabeza junto con una sonrisa y empieza a bailar lentamente, luego entra en el clímax y ambos bailamos sin que nos importe nada. Venus da un giro y vuelan sus anteojos, por lo tanto, estamos como treinta minutos buscándolos e intentando que no nos pisoteen. Cuando logramos encontrarlos seguimos bailando.
Esto me recuerda ha cuando bailamos en mi habitación en una pijamada, sé que es algo de chicas, pero con Venus lo hacíamos de igual forma y nos divertíamos tanto. A veces diseñábamos una coreografía y luego se las mostrábamos a mis mamás, era muy divertido.
Luego de estar unos minutos bailando siento que alguien me toca el hombro, al darme vuelta veo a Sol con una mueca.
—¿Pasó algo?
—Sí, emm. Lamento molestarte cuando se nota que te estás divirtiendo, pero quería preguntarte si no podías llevar a Luna a su casa, ella está bastante mal—me dice.
—¿Qué le pasó?
—Se embriagó y dice que tiene ganas de vomitar.
Tomo un suspiro. No tengo muchas ganas de irme de la fiesta, pero no puedo no ayudar a Luna y viendo el horario también me di cuenta que ya casi es la toque de queda de Sol, así que ya la tendría que estar llevando a su casa. Quien se debería encargar de eso es Júpiter, pero ya vi cómo está y no quiero que mi amiga se vuelva con él, no quiero que se accidente o algo de eso. Es más seguro que la lleve yo.
—Está bien, Sol. No tengo ningún tipo de problema. De paso te llevaré a tu casa ¿sí? —mi amiga asiente, yo dirijo mi mirada a Venus—. ¿Tú vienes con nosotros?
—Me encantaría, pero mi papá viene a buscarme, así que lo esperaré.
Dicho eso, Sol me lleva a donde está Luna para buscarla. Ella se encuentra tirada en el piso riéndose con Marte y Saturno.
Cuando nos ven Marte la ayuda a pararse y la dirigimos a mi auto, Sol va a buscar un balde por si acaso.
Si Luna llega a vomitar mi auto muy bien no le va a ir.
En el camino va agarra del balde y vomita en él, yo estoy rogando para que no ensucie mi bello auto.
—¡Qué no vomite en mi auto! —grito
—No lo hará, tiene un balde—me dice Sol, pero yo no estoy muy convencido— ¿Cómo te sientes, Luna?
—Pues—no llega a completar la oración porque vomita.
Ay, dios. Mi pobre auto.
—¿Suele embriagarse así? —le pregunta Sol a Marte.
—A veces, sí—responde la pelirroja.
—Yo solo digo—vuelvo a meterme en la conversación—, que si vomita mi auto habrá consecuencias.
—¡Qué no vomitará el auto! —me gritan Sol y Marte.
Así estamos hasta que llegamos a la casa de Luna. Me cuesta encontrarla porque aquí hay solo árboles y un puente, los departamentos están un poco más lejos.
—Aquí—me dice Marte.
Yo no veo nada.
—¿Aquí en dónde?
—En el puente.
—Pero, no hay ninguna casa.
—Si la hay. ¿Ves esa puerta? Pues ahí es.
Veo donde señala Marte y noto una puerta marrón, un poco descuidada abajo del puente. Me quedo un poco confundido.
—¿Viven debajo de un puente? —le pregunto.
—Mejor dicho, sería adentro de él. Hace años encontramos una abertura ahí y desde entonces es nuestro hogar.
Tengo muchas preguntas que hacer, como por qué carajos viven debajo de un puente, dónde están sus padres y muchas más, pero por respeto decido callarme, luego le preguntaré a Sol.
—Bueno, vamos a tu camita, Luni—le dice me amiga a la peli azul.
—¡Síííí! —Luna se levanta demasiado rápido, tanto que se marea y Sol la atrapa para que no se caiga—. No entiendo porque estoy tan borracha. Ni tome.
—Sí, ve decirle eso a alguien que no te conozca—Marte se voltea a verme—. Gracias por traernos, Mercurio.
—No hay de qué.
Sol acompaña a las chicas a su casa por pedido de Luna, yo me quedo en el auto escuchando música y veo la zona. No parece ser muy amigable, es más, me da miedo estar estacionado aquí.
¿Cómo es que terminaron viviendo debajo de un puente?
Al rato llega Sol con una sonrisa de oreja a oreja y los cachetes colorados.
—¿Por qué tan feliz?
—Nada. Solo estoy feliz.
—Pues, no deberías estarlo teniendo en cuenta que ya pasó tu toque de queda y tu madre te va a matar.
—No importa. Son detalles menores. Fue una linda noche.
No le daría la calificación que Sol le dio a la noche, pero no diría que fue mala. Solo fue buena y eso es gracias a la cerveza, me quedé con ganas de otra.
Enciendo el auto e intento salir rápido de esta zona, ya me está dando escalofríos.
—Oye, ¿puedo preguntar porque ellas viven debajo de un puente?
—Bueno, no sé la historia completa, pero sé que ellas de pequeñas vivían en un orfanato y luego se escaparon, y encontraron este lugar.
—Así que, ¿no tienen padres?
—No. Luna ni siquiera tiene apellido. Es bastante triste, sé que ella me arrancaría los pelos por tenerle pena, pero no puedo evitarlo—Sol dirige la vista a la ventanilla—. Y pensar que nosotros tuvimos suerte y tenemos dinero, la verdad es que nunca pensé en las personas que no lo tienen hasta que conocí a Luna.
—Ni yo. Siempre sonaba como algo muy lejano.
Llegamos a la casa de Sol en poco tiempo. Mi amiga vuelve a sonreír para decirme...
—Gracias por traerme.
—No hay de qué. Avísame si tu madre se enoja mucho y cualquier cosa dile que yo me demoré.
—No te echaré la culpa a ti. Inventaré otra cosa, quiero seguir juntándome contigo—me rio—. Adióóós.
—Nos vemos, Sol.
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🪻Nota de la autora 🪻
hooola a todos, tanto tiempoo 💜
Vuelvo a pedir disculpas por la inactividad, sin la compu es complicado 😭
Pude pasarme un par de capítulos al celu, así que podré publicar algunos capítulos 🫶🏼
Tengo algo para decir: la primera es sobre las nuevas políticas de wattpad. Me acabo de enterar sobre ello si son sincera, no he estado en wattpad por un tiempo, las historias seguirán aquí mientras no me las bajen, y pues bueno cuidaré mi contenido para que eso no suceda, si llega a suceder estas historias serán subidas en otra plataforma y les informare por aquí y mis redes sociales, estén tranquilos 🩷🩷
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Hace poco publiqué la primera parte de un cuento que escribí para un concurso, si están interesados en ir a verlo están más que invitados, se llama "Los espejos de la verdad".
Si deciden leerla espero que la disfruten tanto como yo al escribirla y desde ya les agradezco por darle su tiempo a una historia mia 🫶🏼
También quiero decirles que subiré un dibujo de Libra en instagram, lo subiría acá, pero no puedo jeje.
instagram: dell_h16
Nos vemos prontooo 💜💜💜
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