5: "Los amigos primero"
Mercurio
Sol está en mi casa.
Justamente para ducharse.
—En serio lamento venir tan seguido para ducharme, pero el agua caliente de la mía aun no funciona y no me puedo bañar con agua fría—me cuenta la rubia dejando su mochila llena de ropa—. En serio lo intenté, pero me congelo.
—Tranquila. No es que nos moleste tu presencia aquí. Además, me alegra saber que te bañas.
La rubia rueda los ojos, divertida. Mientras empieza a sacar su ropa de la mochila y se mete al baño.
Me quedo sentando al borde de mi cama pensando. Recuerdo todo lo que me dijeron los chicos.
"Cobarde" "Marica" "Gallina" Yo...No soy nada de eso ¿no? No quiero serlo.
Miro la puerta del baño, solo se escucha la ducha de fondo y algunos ruidos de la cocina.
Está mal hacerlo. No le quiero hacer eso.
¿Qué, acaso eres un marica?
No
Entonces hazlo.
Es mi mejor amiga, no le puedo hacer eso.
Ni siquiera se enterará.
Pero...
¿Quieres ser un cobarde para siempre?
Tomo un suspiro y agarro mi celular con más fuerza, en ese momento empieza a sonar y noto que Venus me llama.
—Hola.
—¿Quieres jugar una partida de Fortine conmigo? —me pregunta el chico. De fondo de escuchan disparos y música de videojuegos.
—¿Me esperas unos treinta minutos?
—¿Qué haces que me pospones unos treinta minutos?
—Que tóxico, Venus—el chico se ríe—. Yo...Bueno, Sol se está duchando aquí en mi casa y debo de terminar una tarta de frutilla para el cumple de mi mamá.
—Ah. Okey. Pensé que me dejabas de lado por otras de tus novias.
—Jamás te dejo de lado por nadie, Venus.
—Sí. Claro—me dice con sarcasmo. Estoy por responderle, pero me dice: —Nos vemos en treinta minutos, bayy.
Venus me corta la llamada y yo alejo el celular de mi oreja. Miro nuevamente la puerta de la ducha y me acerco.
No se enterará.
Abro la puerta lentamente para que no me escuche e intento mirar para otro lado mientras abro la cámara de mi celular. No quiero mirar directamente, así que intento mirar hacia otro lado y sacar la foto.
Me replanteo esta idea. Ella...No puedo. Me importa un carajo ser un cobarde, no le haré esto a mi mejor amiga ni a ninguna chica.
Dios, ¿Cómo se me pasó por la cabeza hacer algo así? Soy un asco.
—Oye, Mercurio. ¿Todo bien? —escondo el celular rápidamente e intento mirar para abajo, creo que tiene una toalla, pero de igual manera no miraré.
—Sí, yo...Mmm...—pienso una excusa—. Es que...Te quería decir que si no me encuentras al salir es porque estaré en el patio.
—Oh. Okey. Gracias por avisarme.
Siento como se me escocen los ojos y me aguanto las ganas de llorar.
—Lamento si te incomodé, Sol. En serio lo siento, yo no quería y...
De seguro me debe de estar mirando muy confundida, porque mi disculpa no es solo por entrar al baño mientras se duchaba, pero ella no sabe eso.
—Tranquilo, no pasa nada. Eres mi amigo, confío en ti.
Ella confía en mí. Y yo me iba a aprovechar de eso.
Por mi cabeza pasan un montón de insultos hacía mí y disculpas hacia Sol. Ella de seguro nota que me quedé unos minutos en pausa, reacciono cuando me habla.
—Eres como mi hermano y confío en ti como nadie más—limpio una lágrima intentando que no se dé cuenta—, peeero, me sentiría más cómoda si te fueras así me seco bien y me cambio, je.
Asiento frenéticamente y me voy del baño. Tiro el celular en mi cama y me dirijo al patio como le dije a Sol. Suelto todas las lágrimas, hasta pateo una maseta por la rabia.
Soy un cobarde. Una mierda. Mal amigo. Marica.
Mi mandíbula se tensa al igual que mis músculos. Estoy enojado, no con los demás sino conmigo mismo. Por tener esa idea absurda de hacerle una cosa tan horrible a Sol.
Estuve a punto de poner primero una amistad de apenas un año antes que la de Sol, que es como de mi familia. Todo por no querer parecer un cobarde y un marica como dicen que soy.
Respiro hondo e intento tranquilizarme antes de que Sol salga del baño.
Siento unos brazos abrazándome de atrás y distingo el suéter celeste de mi amiga.
—Siempre amaré sentir que estoy limpia y el olor a jabón—suelto una pequeña risa ante sus palabras.
Ella se sube al banco y se sienta a mí lado. Intento no mirarla directamente para que no note nada raro, pero termina notándolo igual.
—¿Estás bien? Tienes lo ojos llorosos.
Suspiro.
—Eeh. Sí. Estoy bien. Solo...Recordé que me fue un poco mal en el examen de biología y estoy bastante decepcionado.
Me mira ceñuda. Ahora pensándolo mejor mi excusa fue un asco, porque a mí no me preocupa la escuela y Sol lo sabe. Jamás lloré ni lloraría por una mala nota.
—Mm, vale. No pasa nada. Es una nota y la secundaría, es importante pero no para dejar nuestra salud mental en ella. Solo intenta estudiar un poco más la próxima vez y ya. Si quieres te puedo ayudar, soy buena en biología y me saqué un diez.
Asiento con la cabeza.
—Lamento haber entrado al baño. Fue...Muy desubicado y maleducado.
—Oh, tranquilo. No me importa que lo hagas. Solo me espanté un poco porque no sabía que estabas ahí—noto como me estudia con la mirada. Pronto me agarra la mano y yo se la aprieto mirando el césped—. ¿Estás seguro de que te sientes bien?
—Ajá.
Se me queda mirando un rato más, no sé muy bien con qué cara porque no la miro directamente. No puedo hacerlo.
Pronto siento sus brazos rodeándome y un beso en mi mejilla que me hace sentir mejor.
—¿Quieres...jugar algún juego de mesa? ¿o cocinar? Podemos hacer lo que tú quieras así te sientes mejor.
—Debería ir a jugar Fornite con Venus. Le prometí que lo haría.
—Pues ve. De seguro yo me voy dentro de un rato porque debo de hacer tarea.
。・:*:・゚★,。・:*:・゚☆
Hoy pasan dos cosas importantes: La primera es que tendré una cita con Libra. La segunda es que toda la escuela me verá el pito.
No me avergonzaré, le tengo orgullo a mi amiguito. Aunque prefiero no tener que exhibirlo tanto.
—No es para tanto, Mercurio. Ya todas las chicas de la escuela saben cómo es tu pene, te cogiste a todas.
Miro a Venus con el ceño fruncido, él solo muerde su barrita de cereal tranquilamente.
—Que haría sin tu sinceridad, Venus.
—¿Me dirás que no es cierto?
—Yo diría que casi todas lo han visto, algunas no han tenido esa suerte.
Venus niega con la cabeza y rueda los ojos. Según él no tienen el derecho a obligarme hacer eso, al fin y al cabo, es pornografía infantil y es ilegal, pero va más agarrado al tema de que prometí hacerlo si no cumplía el reto.
—No entiendo porque no cumpliste el reto—me dice.
Esa parte aún no se la conté.
—Pues, digamos que era algo muy...Atrevido.
—Por favor. ¿Qué puede ser peor que correr desnudo por la escuela?
—Pues...—me rasco la cabeza—. Debía de sacarle una foto desnuda a Sol.
El chico deja la barra de cereal a medio camino y me mira con el ceño fruncido.
—¿Qué? ¿En serio te pidieron eso?
—Sí. No se lo cuentes a Sol, por favor.
—No tenía pensando hacerlo, pero que idiotas que son todos en ese grupo. Te incluyó porque tampoco es que eres el ser humano más amable, bueno, correcto y...
—Ya entendí. Soy una mierda también. De nuevo, gracias por tu sinceridad.
—Medio mierda. Eres mejor que ellos, porque no lo hiciste.
No, pero casi. Eso me pone de igual manera en su nivel.
—¿Qué tal si corremos desnudos juntos? —Venus me ve espantado—. Tú le das un adelanto a Marte y yo a una chica con la que voy a salir hoy, eh.
—Te amo, Mercurio. Pero, a diferencia de ti, no tengo interés en mostrar mi amiguito aún.
No escuché lo demás. Me quedé en blanco cuando me dijo te amo.
Sol y Venus son mis mejores amigos desde siempre. No podría elegir a ninguno sobre el otro, porque los amo a los dos. Pero si hay algo en Venus. Un sentimiento que no siento por Sol.
Ella me podrá decir te amo y solo me alegraré, pero si lo hace Venus quedó perdido y mis latidos se disparan. Me pongo nervioso y las manos me sudan.
Hay algo que Venus que me gusta. Siento algo por él que no sé qué es. O no quiero admitir.
Carraspeo con la intención de centrarme de nuevo.
—Bueno, tú te pierdes de la diversión.
Al rato escuchamos la campana. Significa que debemos de ir a la clase de deporte, también marca los últimos minutos de mi dignidad.
Cuando entro a los vestidores ya todos me estaban esperando. Júpiter con una gran sonrisa y sus amigos riéndose y comentando por lo bajo. El profesor aún no ha llegado, siempre tenemos unos diez minutos para cambiarnos.
Venus me palmea la espalda dos veces y se aleja, no le gusta estar con ese grupo de chicos.
—Creo que alguien no cumplió el reto, o al menos a mí no me llegó ninguna foto, ¿a ustedes, chicos? —todos niegan, Júpiter se encoje de hombros con una sonrisa.
Miro a Venus, él me ve apenado. En serio se compadece de mí.
—¡Cobarde! ¡Cobarde! ¡Cobarde! —empiezan a canturrear.
Bajo la cabeza apretando los puños. Creí que estarían media hora cantándome aquellas palabras, pero alguien interrumpe.
—¿Seguirán perdiendo tiempo gritándole o quieren pasar de verdad a la diversión? —pregunta Venus.
Muchos lo ven confundido, porque él jamás habla o alza la voz, solo habla conmigo, ni siquiera es amigo de nadie en el grupo de deporte.
Entendí sus intenciones con esas palabras, porque sabe cómo me afectan este tipo de cosas.
—No sabías que hablas, zanahoria—Venus rueda los ojos de manera de contestación y se acomoda los lentes. Luego el chico que habló se dirige a mí—. Cuando estés listo.
Vale, no es la gran cosa.
Oh, bueno, sí. Pero la vida es una y todos alguna vez me olvidarán.
A la mierda.
Me quito la remera y los pantalones. Luego el bóxer y salgo corriendo por la puerta que entré.
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1/2 💜
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