46: "Una cena perfecta"

Luna

Sol baila y tararea una canción mientras pone los platos. Yo la miro con una sonrisa en el rostro mientras niego con la cabeza.

Leo está por venir, así que me puse a preparar la cena mientras que Sol ordena mi casa porque era un verdadero desastre gracias a Julieth.

Noto como unos brazos envuelven mi cintura y como un beso ataca mi mejilla, cuando doy vuelta mi cabeza para el lado izquierdo Sol besa mis labios dejándolos rojos por su labial. Casi me derrito por eso beso.

Estoy acostumbra a besar a Sol, pero ese sabor a cereza que tiene en sus labios y como los mueve con delicadeza sobre los míos me lleva a la locura rápidamente.

Al terminar el beso me ve con una sonrisa tierna y luego se sienta en la isla de la cocina.

—Intentaré comportarme hoy, ya que conoceré a lo más parecido que tengo a un suegro quiero causar buena impresión—la miro con mala cara ante ese comentario, ella culmina con un:— Te amo, jeje.

Dejo lo que estoy haciendo y me acerco un poco.

—No veo a Phoenix como figura paterna, Sol.

—Mira, Luna. Creo que no estás queriendo aceptar eso y no es que yo sea una experta en sentimientos, pero cuando empiezas a sentir cosas nuevas por una persona sueles ocultarte por miedo y quiero ayudarte a mejorar eso. Si tú dices que en serio no lo ves de esa manera te creeré y no te molestaré más, pero primero piensa bien de qué manera ves a Phoenix.

¿Por qué siempre tiene que tener la jodida razón?

Por supuesto que de cierta manera veo a Phoenix como una especie de papá. Es el único que me cuida de esa manera y eso me hace sentir...bien. Me hace sentir jodidamente bien que alguien se preocupe por mí como lo hace el Pelado, pero, como dijo mi queridísima Sol, lo reprimo y no lo acepto por miedo.

—¿Hay algo de malo que lo vea como un padre? —le pregunto a la rubia volviendo a cortar pedazos de zanahoria.

—Na, no lo creo, es más, a mí me parece muy tierno y lindo. Mientras que haya una relación sana entre ustedes dos no hay nada de malo. —Sol lo pronuncia con una sonrisa, luego se le borra cuando ve lo que estoy cortando y cambia esa expresión por una de asco—. ¿Vas a ponerle eso a la cena? ¿Esa cosa naranja? 

—No a tu plato. Tranquila, no te pienso envenenar con zanahoria—suspira aliviada.

Sigo cocinando mientras que Sol agarra a Julieth y juega con ella. Hasta que el timbre suena llamando la atención de ambas.

Me limpio las manos para abrir, pero veo que Sol se me adelanta. Me guiña el ojo antes de abrir la puerta.

—Hola, soy Sol—veo como le dice a alguien extendiendo su mano con una sonrisa.

—Sol...—repite la voz masculina—. Sí, he escuchado ese nombre miles de veces. Me llamo Phoenix, pero de seguro me conoces como Pelado, ¿verdad?

—Pelado Insoportable para ser precisa, je.

Me acerco un poco a la puerta para ver a Phoenix. Lleva puesta una camisa blanca y unos jeans negros, está un poco más arreglado y el perfume varonil me llega hasta aquí.

Sol le deja lugar para pasar y él me mira con horror al ver que estoy cocinando.

—¿Nos vas a envenenar a todos? —pregunta, ni siquiera me dijo hola y ya me está atacando.

—Si sigues molestando sí.

Él niega con la cabeza y deja unas bolsas que trajo arriba de la mesada. Sol las ve con curiosidad, pero no se anima a acercarse y echarles un vistazo.

—Traje un par de cosas—el Pelado empieza a sacar algunas cosas que se encontraban en la bolsa—. Café, porque me dijiste que no te quedaba más, cebolla, morrón y helado de vainilla.

Sol toma aire tan ruidosamente que ambos la miramos extrañados. Yo sé el porqué, pero Phoenix no y la mira como si fuera una loquita.

—Eres mi nueva alma gemela, Phoenix—Sol no despega los ojos del pote de helado en ningún momento de esa oración.

—¿Por qué...?

—Porque compraste helado de vainilla. Eres un ángel caído del cielo.

—La verdad, yo creo que los ángeles no serían pelados, pero como no los conozco prefiero no opinar—como siempre Phoenix me lanza una cara de <<cierra el pico de una puta vez>> y yo solo le sonrío.

Sol guarda las cosas en la heladera mientras que el Pelado examina lo que estoy haciendo, y claro, se queja.

—Así no se corta la cebolla, Luna.

—Sol, ¿quieres que te enseñe como se corta la lengua de un pelado? Porque adelante mío tenemos a un gran conejillo de indias—le digo a Sol, ella me responde con una sonrisa, luego dirijo mi mirada a Phoenix—. ¿No era que ibas a estar con Urano?

—Como dijiste iba, pero luego me dijo que Leo no quería que venga a fastidiar aquí, así que para molestarlo vine. Supongo que no te molesta ¿verdad?

—Na, Sol tenía muchas ganas de conocerte. Solo te advierto que Urano dijo que te mantendría muy ocupado, creo que te estás perdiendo de algo bueno.

—Oh, tranquila, iré más tarde para que me mantenga ocupado—niego con la cabeza. Él se ríe.

Sol habla con el Pelado mientras que yo cocino y le doy atención a su charla por curiosidad. Ambos están sentados en los taburete no muy lejos de mí, y no dicen nada especial, solo cosas sobre la universidad de Sol, su padre y cosas de millonarios que solo ellos entienden.

Conozco a mi queridísima novia y sé que está nerviosa. Se estruja las manos, carraspea cada cinco minutos y no puede dejar quieta la pierna izquierda, también se toca el pelo y se arrasca la pierna seguido.

—Phoenix—llamo la atención del pelado—. ¿Puedes ir a buscar una campera a mi cuarto? Esa que me diste hace una semana.

Él acepta y sube las escaleras en busca de lo que pedí. Me acerco a Sol pasando una mano en la cintura y dejándole un beso en la cabeza.

—Relájate un poco—le en su oído así el pelado no nos escucha.

—Estoy relajada—asegura.

—Estás nerviosa—corro un mechón rubio y lo ubico detrás de su oreja—. No hay nada de qué preocuparse, le agradarás.

—¿Y si no?

—Si no le agradas no tienes por qué preocuparte, porque él no es mi padre y no necesitamos su aceptación para nuestra relación—le dejo otro beso en la mejilla—. Luego si quieres te mantengo ocupada a ti también.

Veo como Sol me ve con una sonrisa y se ruboriza. Por último, le dejo un beso en el cuello y cuando veo que Phoenix se acerca con la campera escucho el timbre de mi casa.

No llego ni a abrir la puerta que Leo ya entra con paso firme y un semblante serio, luego achina los ojos al ver al Pelado.

—Tú—dice con rabia.

—Sí, yo. Tu pelado favorito, Leo—pronuncia Phoenix tomando una copa de vino con sofisticación.

—Creí que mi tío te mantendría ocupado.

—Oh, créeme, lo hará. No vayas a tu casa luego de las doce—me rio ante su discusión y Sol solo toma un sorbo de vino, pone cara de asco y lo deja.

—Luna—Leo llama mi atención—-. Échalo.

—Sol quería conocerlo y no se quedará mucho tiempo, tranquilo.

—Mira, Leo, sé que te "molesta" mi presencia, y lo digo entre comillas porque sé que en realidad te encanta que esté aquí y te encanta mi exquisito guiso—dice con la delicadeza de siempre—, pero Sol quería conocerme y se la ve feliz de que esté aquí, podrías ser un poco caballeroso una vez y aceptar mi presencia en este lugar.

Les diré una cosa que le molesta a Leo: Que Phoenix sea siempre tan sofisticado y delicado para hablar.

Así que cada vez que habla se le hierve la sangre, pero es cierto lo que dice el Pelado, a Leo no le fastidia su presencia, es más, le gusta.

—No lo sé. Sol—llama a la rubia—. ¿A ti el pelado te molesta y quieres que se vaya?

—Pues yo...

—Obviamente que le encanta que yo esté aquí, Leo.

—Quiero oírlo de la boca de Sol.

—Bueno...—nuevamente Sol intenta hablar, pero la interrumpen.

—Tal vez le moleste que tú estés aquí, ¿Qué opinas, Sol? —le pregunta la chica, la cual los ve confundida y nerviosa.

—La verdad es que...

—La verdad es que yo le agrado mucho y quiere que tú te vayas—la interrumpe Leo.

—No, pero...

—¿Pero que, Sol?

—Los dos ya dejen de joderle la vida a la pobre de Sol y cállense un rato ¿sí? —los interrumpo a todos—. A Sol le agradan los dos y quiere que ambos estén aquí, así que nadie se irá hasta que comamos y punto. Sol—llamo a la rubia—. Ven aquí, corazón.

—Aaaw, corazón—dicen los dos chicos al unísono, Leo agarrándose el pecho y Phoenix torciendo la cabeza.

Les saco el dedo del medio a ambos y le agarro la mano a Sol para sacarla del medio de esos dos chimpancés.

—Gracias por salvarme, je.

Le dejo un beso en la mejilla y empiezo a servir la comida.

.・✫・゜・。.

Nuestra cena ya terminó. Todo fue risas gracias a Leo y escuchar historias interesantes del Pelado, también fue ver como Sol se asqueaba por el vino que trajo Phoenix y como se atragantó con un pedazo de carne, pero la pasamos muy bien.

Leo tuvo la gran idea de ir a un boliche, así que se fue a preparar a su casa y el Pelado fue a la misma dirección para ver a Urano. Por otro lado, Sol y yo estamos ordenando todo y luego nos cambiaremos.

—Bueno, la cena no fue tan mal—le digo mientras junto los platos—. Solo te atragantaste, podría haber sido peor.

—Sí, por suerte no pasé tanto el ridículo.

Cuando dejo los platos en la isla de la cocina me doy vuelta y los labios de Sol atacan los míos, y sus manos mi cintura.

No es un beso delicado, es uno de lujuria y de ganas. Sus manos van a una parte más abajo que me cintura llegando a mi trasero y apretándolo, yo respondo con un jadeo y al ver que eso me gusta Sol vuelve a hacerlo.

—¿No dijiste que me mantendrías ocupada cuando se vayan? —me susurra al oído, luego baja sus besos a mi cuello.

Dios, como me besa hace que me vuelva loca y me dan ganas de tocarla en otras partes donde sé que se retorcerá de placer.

No lo pienso dos veces, sin dejar de besarla camino hasta el sofá y la empujo para que se acueste, pero Sol se da vuelta rápidamente haciendo que yo quede acostada y ella sentada a horcajadas sobre mí.

Ah. Bien. Ella quiere tener el control. No me molesta.

Me siento en mi lugar con Sol arriba mío y empezamos a besarnos lujuriosamente. Ninguna de las dos es delicada, ambas nos mordemos y nuestras lenguas bailan entre sí haciendo que me moje.

Sol se saca su remera quedando en sujetador y yo se lo saco rápidamente con la intención de que sus tetas queden expuestas.

Mi boca se tira hacia ellas chupándolas haciendo que Sol se arque sobre mí y suelte pequeños gemidos.

Mi lengua las chupa en círculos y de vez en cuando las muerdo sabiendo que a Sol eso le encanta.

El ver cómo se arquea, como gime sobre mí y suplica más moviendo sus caderas haciendo que una parte de mí empiece a palpitar pidiendo más atención hace que me vuelva loca, porque esa jodida imagen de Sol es hermosa.

—Ah, Luna—gime la rubia metiendo una mano en mi entre pierna.

Cuando llega a esta escucho como alguien abre la puerta y veo a Leo con una sonrisa.

—Olvidé mis llaves—avisa el chico con tranquilidad.

—¡Leo! —le grito furiosa y ahí cae en cuenta que nos acaba de interrumpir en un momento demasiado íntimo.

Agradezco que Sol está de espaldas a la puerta y que yo aún tengo la ropa puesta.

Noto como la rubia se ruboriza hasta las orejas mientras que Leo se tapa los ojos rápidamente y empieza a pedir disculpas consecutivamente.

—Dios, lo siento tanto. Yo no quería...Encontrarlas así—se disculpa el chico mirando para otro lado y buscando la llave con el tacto. Cuando la encuentra la agarra rápidamente y se va corriendo hasta la puerta, y antes de salir dice: —. Disfruten su orgasmo, bayy.

Lo voy a matar de la manera más original posible.

—Me agrada—comenta Sol—¿Me recuerdas en que estábamos antes de que nos interrumpa? —me dice volviéndome a besar.

—Con mucho gusto.

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🌙 Nota de la autora 🌙

Hooola

JAJAJA Leo interrumpiendo en los momentos menos oportunos.

Quiero decirles que dentro de poco se cumplirá un año desde que empecé a publicar y escribir la historia (llora)

Para celebrar voy a subir un extra el 14 de febrero 💙

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Hoy no puedo hacer preguntitas porque estoy escribiendo esto apurada jaja.

Los veo el luuness 💫💙

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