45: "Un gusto por fin conocerte"
Sol
Mi mejilla está pegada a la almohada, aun con los ojos cerrados y una mano colgando del precipicio de la cama. Estoy despierta, pero no tengo ganas de levantarme.
No he dormido bien en 4 días, mi vuelo hacía aquí fue muy agotador gracias a un niño que ni se callaba, sin contar que las últimas veinticuatro horas me las pasé llorando casi sin parar.
Estaba muy agotada y necesitaba dormir. Ayer Luna me preparó un sopa y luego de eso me dormí en sus brazos, quería hablar con ella, pero el cansancio me ganó.
Siento unos arañazos en mi mano izquierda, la saco enseguida ante el dolor en mi muñeca y dedos.
—¡Julieth, basta! —le digo a la gata con voz adormilada.
No sé qué manía tiene esta gata con rasguñarme la mano, creo que le gusta jugar con mis pulseras y por eso lo hace, pero algún día la mandaré a volar si lo sigue haciendo.
Siento sus patas en mi espalda y como se acomoda para acostarse encima de mí.
Gata roñosa. Aun así, la extrañé mucho.
Extiendo mi otra mano para el costado de la cama para poder abrazar a Luna, pero solo siento la cama vacía. Abro los ojos para ver y noto que ella no está aquí. Más tarde veo que me dejó una nota en la mesa de luz que dice:
Tuve que irme a trabajar, lo siento :(
Puedes venir más tarde si quieres, necesito compañía y quiero que conozcas a un par de personas.
Te amoooo <3
Pd: Julieth de seguro te rasguñará porque te dormiste con las pulseras puestas, recuerda con son rasguños de amor.
Sí. Sí. Rasguños de amor.
Admito que extrañaba que Luna me deje notas de este estilo.
Bueno, me quedaré un rato más en la cama con la excusa de que Julieth está encima de mí y, lamentablemente, no me puedo levantar. Cuando se vaya lo haré.
En ese momento la gata se va y la miro con mala cara.
Aprovecharé a visitar a Venus, creo que por las tardes él no está, así que no tenemos mucho tiempo para vernos. Solo en las mañanas.
Me desperezo en la cama y bostezo ruidosamente. Al levantarme Julieth intenta rasguñarme los pies, pero la hecho rápidamente.
Antes de ir a la casa de mi amigo me doy un baño de agua tibia y me maquillo un poco para que no se me noten los ojos rojos e hinchados. Cuando me considero lista agarro mi bolso y abro la puerta con la compañía de Julieth.
Le toco el timbre a mi amigo.
—Tenemos mucho de qué hablar—es lo primero que me dice abriendo la puerta. Suelto una risita.
—Sip. Así que dime donde mi siento y empecemos las charla.
Venus me prepara un té junto con unas galletas. No sentamos frente a su ventanas con una pequeña mesita y charlamos de todo lo que nos pasó este año. Sobre la gente que conocimos, como nos va en la universidad y nos reímos de varias situación que tuvimos que vivir.
Extrañaba demasiado a Venus. Me hacía mucha falta sus chistes malos en Milán. Necesitaba ver a mi amigo y poder hablar con él de manera física y no por medio de una pantalla.
—¿Cómo está Mercurio? —me pregunta sirviéndome una taza de té, es la primera que me hace.
—Muy bien. Está muy ocupado con la universidad y cuidando a su gato. Él te extraña mucho, no te lo dice, pero lo hace.
—Yo también lo extraño. No sé cómo aguantas tantos años sin poder ver a las personas que más amas, Sol. Es decir, yo estoy aquí en New York junto con Marte y Luna, pero los extraño demasiado todo el tiempo, no sé cómo pudiste sobrevivir en Australia sin nadie.
—Casi no lo hago—le digo—. Nosotros también te extrañamos mucho, Venus. Libra dijo que te preparará un pastel de chocolate cuando nos visites.
—Dios, que eso suceda rápido, por favor.
Nos sacamos miles de fotos que le mandamos a Mercurio, con la razón de llenarle es espacio y fastidiarlo porque estamos juntos y él no.
—Sabes, extraño los momentos donde los veía todos los días y hacíamos pijamadas casi todas las noches—comenta Venus arreglándose los lentes.
—Sí, yo también. Crecer es una mierda, pero la verdad estoy muy emocionada por el futuro que nos espera a cada uno de nosotros. Te imagino a ti dirigiendo una película nominada a los Óscar y a Mercurio abriendo su restaurante junto con Libra, y con mucha suerte yo seré una diseñadora famosa.
—Lo serás. Ahora que todos saben que tú eres la que diseñó el vestuario que Fleur te robó el mundo sabe quién eres y en que eres buena, solo falta tener paciencia—Venus me agarra de las manos y me dice—: Cumpliremos nuestros sueños, Sol. Sé que lo haremos.
—Eso espero. Mientras tanto tendremos que alejarnos un poco en el camino.
—Tal vez, pero nos queremos tanto que eso no impedirá que sigamos siendo amigos. Somos Bombón, Burbuja y Bellota. Nada nos separa—me rio de su comentario.
—Sabes, muchos dicen que la distancia es mucho más fuerte que el amor, que gran tontería es eso.
Él me sonríe y luego me abraza una vez más.
Estamos hablando hasta que Venus me dice que tiene que ir a hacer un par de cosas para la universidad. Me despido de él y me quedo sola en la casa de Luna.
No tengo nada más que hacer, así que iré a su trabajo a visitarla y de paso le llevaré mi regalo que no pude darle ayer.
Pongo en Google Maps la ubicación y camino por las calles de New York junto un ramo de flores y un peluche de gruñonsito. Lo compré meses atrás y estaba tan emocionada por poder dárselo a Luna, ella hará como si lo odiara, pero le encantará estoy segura.
Me detengo frente a una tienda donde hay instrumentos de música y un cartel gigante que dice SongTime.
Supongo que es aquí.
Entro al lugar y me sorprendo por lo enorme que es. Está lleno de instrumentos y el olor aquí es riquísimo. La música ataca en seguida mis odios y reconozco la voz de Bon Jovi.
Este lugar me gusta.
—Bienvenida a SongTime, ¿Qué necesita? —me recibe un chico de cabello celeste tan fuerte como sus ojos.
Pecas manchan su rostro y los mechones celestes están despeinados. Es muy, pero muy alto y tiene una sonrisa carismática.
Creo que es el amigo hada de Luna, pero no quiero meter la pata si es que no es.
—Holis. Ah, estoy buscando a Luna, ella trabaja aquí, ¿verdad?
Él se me queda viendo un rato y luego su sonrisa se extiende muchísimo más remarcando sus hoyuelos y llegando a sus ojos.
—Oh, Sol Shining. Un placer por fin conocerte, he escuchado hablar tanto de ti este último año.
—¿En serio? ¿Luna habla mucho de mí? —le pregunto entusiasmada.
—Mucho queda poco al igual que demasiado. La verdad es que Luna tiene una especie de obsesión con hablar de ti y decir que tú apellido es ridículo, el cual, en mi opinión, es extremadamente hermoso y original. Me llamo Leo, por si ella no te habló de mí.
—Gracias. También habla mucho de ti, dice que eres un idiota y que la tienes harta todo el tiempo—le digo y él borra su sonrisa.
—¡Luna, cómo es eso de que hablas mal de mí! —grita haciendo que me sobresalte.
Leo me recuerda a un hada, no sé por qué.
Luna aparece por una puerta con los brazos cruzados, su expresión seria de siempre y masticando un chicle.
—Qué mal, ya se conocieron—comenta apoyándose contra la pared que tiene al lado.
—Luna, mira—me acerco corriendo a ella con una sonrisa en el rostro, cuando estoy a su altura extiendo el regalo para dárselo—. Te compré un regalito.
Ella lo observa con el ceño fruncido y luego agarra el peluche con una ceja enarcada. Yo no borro mi sonrisa en un ningún momento.
—¿Un peluche de gruñonsito?
—Sí, me recordó a ti. Las flores son azules son por tu cabello—le explico y ella tuerce la cabeza con una sonrisa de boca cerrada.
Siento algo pesado en mi hombro y rápidamente noto que se trata de Leo, quien apoyó su codo. Le arrebata el peluche a Luna y lo mira.
—Aaaw, sí se parece a ti—comenta él chico.
Luna le arrebata el peluche y lo mira con una cara que para nada es amistosa. Luego cambia su semblante cuando me ve a mí.
—Me encanta, Sol.
Se acerca a mí y me besa con mucho cariño.
Dios, extrañaba sus besos y su aliento a cigarrillo, para la mayoría ese aliento le parece un asco, pero viniendo de Luna me gusta.
Siento como unas cosas caen sobre nosotras y cuando nos separamos veo como Leo nos tira pétalos de rosas.
—¡Viva el amor! ¡Viva! —exclama el chico.
Luna lo vuelve a mirar molesta, yo de manera divertida.
—¿De dónde sacaste eso? —le pregunta.
—Es parte del plan para unir al Pelado y a mi tío. Estoy esperando ansioso su propuesta de noviazgo.
—Bueno, limpiarás tú todo esto.
—¿El pelado está aquí? Quiero conocerlo—pregunto.
—Por suerte él no viene muy seguido aquí—me responde Leo—. Pero, si tengo que adivinar, de seguro irá a la casa de Luna a fastidiar a la noche.
—Él no fastidia, es más, me hace la cena la cual le sale muy bien—lo defiende Luna.
—Ah, sí. No sé si te diste cuenta, pero Luna ve a Phoenix como figura paterna.
—Yo no hago eso.
—Sí, lo haces. Sufres de daddy issues igual que yo, reconozco los síntomas. Tal vez por esa razón nos llevamos tan bien.
—La verdad es que yo no me he dado cuenta de nada—comento. Cuando Luna se da vuelta le digo a Leo con señas de que sí lo he notado.
Una señora entra al local y Leo se encarga de atenderla mientras que con Luna vamos a una oficina para no estorbar.
—¿Ya desayunaste? Tenemos una máquina para hacer chocolate caliente, sí quieres.
—No, gracias, estoy bien. Este lugar es muy lindo—le digo a Luna.
—Sí, lo es. ¿Qué te pareció el fastidioso de Leo?
—En la vida real parece más un hada.
Luna se ríe, pero una voz masculina interrumpe aquel ruido.
—¿Qué me parezco a qué? ¿Acoso tengo las orejas puntiagudas?
El chico se asoma con una ventana con una cara de confusión y Luna rueda los ojos.
—Vete—dictamina.
—Pero ¿Por qué me parezco a un hada?
—Porque tienes la misma torpeza que Tinkerbell—aparece otra voz masculina.
Un señor de cabello blanco con un montón de papeles en la mano cruza la puerta con una sonrisa. Levanta la mirada y me ve junto con Luna.
—Tú eres la famosa Sol ¿verdad? Un placer conocerte, soy Urano—se presenta con una sonrisa.
—El placer es mío—le digo con una sonrisa—. Luna me habla mucho de ustedes.
—Oh. Sí. Ella hace lo mismo contigo. Creo que el nombre Sol es el que más escuché este año.
—Tampoco hablo tanto de ella—se defiende Luna.
—Sí, lo haces—le responden Urano y Leo al unísono.
—Bueno ¿Qué puedo hacer? La amo demasiado—Luna se acerca a mí y me deja un beso en la mejilla—. Por cierto, ¿no había un cliente, Leo?
—Ya los atendí—le responde Leo con una sonrisa—. Sabes, Sol, hace un par de meses atrás me prometí que...
—No—lo interrumpe Luna con una voz decidida.
—Ni siquiera...
—Sí, sé lo que vas a decir y la respuesta es no.
—Ay, Luna. No seas amarga—la regaño—. Deja terminar de hablar a la pobre de Tinkerbell.
Luna se mata de risa por su apodo al igual que Urano, Leo solo me mira con los ojos achinados y una cara de <<Ni se te ocurra pronunciar eso de vuelta>>
Por supuesto que lo haré.
—Bueno, gracias, Solcito y no por el apodo sino por callar a tu novia de una maldita vez—dice con mucho cariño—. En fin, hace un par de meses prometí que te invitaría a comer, así que esta noche cenaremos en la casa de Luna, síííí.
—¿Por qué en mi casa? ¿No puede ser la tuya? Siempre es la mía.
—Luna, tú tienes un departamento de $200.000 dólares, no yo. Además, dejaré mi departamento para que Urano mantenga entretenido al Pelado y no venga a fastidiar.
—Oh, créeme. Lo mantendré muy entretenido, Leo—comenta Urano con una voz sarcástica y con doble sentido.
El chico cierra los ojos y suspira.
—No era necesario ese comentario, tío.
—Si te fastidia y hace feliz a Luna para mí que sí lo era.
—Te amo, Urano—le dice Luna con la mano en el corazón.
Que linda relación tienen, no es una laboral donde solo se llevan bien y ya está, ellos se quieren mucho y hacen que el ambiente sea más divertido.
Leo es muy divertido, me gusta su personalidad y su cabello despeinado. Puede ser que Luna diga todo el tiempo que es un fastidio y no lo aguanta, pero lo mismo decía de mí y ahora soy su persona favorita. Ella dice que no quiera a tal persona para no demostrar que las ama.
Y Urano es muy simpático, quiere mucho a Luna y se nota que la cuida. Además, es todo un encanto, preparó un pastel por mi llegada. Sí, a mí, una completa desconocida y lo hizo de limón. Amo el pastel de limón.
Ahora entiendo porque Luna los ama tanto. Ahora, quiero conocer al famoso "Pelado insoportable" y ya con esa última palabra en su sobrenombre me doy cuenta que Luna lo ama muchísimo más de lo que quiere acepta.
¿Qué si me di cuenta que lo ve como una figura paterna? Sí, porque no para de hablar de él y siempre me cuenta lo mucho que se divierte cuando va a su departamento o van a tomar un helado. No lo conozco, pero con que haga feliz a Luna y le forme una sonrisa en el rostro ya me agrada.
Paso toda la hora en el trabajo de Luna. Leo se despide con una reverencia y un beso en mi mano. Nos recuerda que nos verá más tarde y Luna le saca el dedo del medio porque realizó un comentario sobre que era huérfana.
En el camino vamos agarradas de la mano y nos besamos mientras caminamos por las calles de New York. Cruzamos Central Park y llegamos al departamento de Luna, el cual es un desastre gracias a Julieth.
—Sol.
—¿Sí?
—Por favor dime que no dejaste la maleta abierta.
—Sí, ¿por...?
Gata venida del infierno ¡Ahora sí que la reviento!
Está rasguñando una blusa mía con otras dos a su lado todas sucias y destrozadas. También rompió algún que otro cojín.
La alejo de allí con enojo y Luna se ríe de la situación.
—¡¿De qué te ríes?!
—Me parece gracioso verte enoja, solo eso.
La veo con mala cara y ella borra su sonrisa de su rostro.
Aghhh, Julieth, ahora sí que estamos en guerra.
—Ya, tranquila. Te puedo comprar una—me dice Luna mientras me abraza de atrás—. Solo una porque no tengo para tanto.
—Está bien. De seguro lo hizo porque está molesta por lo que hice.
—¿Hablas del beso? —me pregunta Luna y yo asiento recogiendo los pedazos de blusa—. Sol, no digas eso. No fue tu culpa.
No digo nada al respecto, solo me levanto y voy a lavarme las manos.
Y Luna sabe que cuando guardo silencio es porque pienso todo lo contrario a ella.
Aun me siento muy, muy culpable, pero no quería hablar más del tema y Luna me había perdonado, cosa que aun no entiendo.
—Sol, por favor no te sientas mal ¿sí? —Luna me persigue hasta el baño—. Lo que pasó ya pasó y yo te perdoné, no tengo ninguna clase de rencor o algo por el estilo.
—Pero, lo que hice está mal, no entiendo porque me perdonas tan fácilmente.
—Porque no tienes la culpa de nada y te amo—me dice agarrándome de la mano y mirándome a los ojos.
Yo bajo la cabeza mirando al suelo. Noto como ella me tira de la mano y me lleva hasta su habitación, cuando llegamos me siento en su cama, Luna hace la misma acción a mi lado.
—Sol, te plantearé una situación y dime si para ti esto está mal o no—empieza a decirme—. Si yo voy a una fiesta, me drogan y luego abusan sexualmente de mí, ¿tú tendrías que ayudarme o enojarte conmigo y romper con nuestra situación?
—Claramente que te ayudaría. Por dios ¿Cómo me enojaría por eso?
—Pues es lo mismo que te pasó a ti llevado al extremo. Estoy 100% segura de que si yo estuviera en tu lugar y tú en el mío no dudaría ni dos segundos en entenderme y perdonarme. ¿Por qué yo no debería de perdonarte a ti?
Me quedo pensando en lo que acaba de decir. Tiene mucho sentido, claro, pero no entiendo porque no lo veo como ella lo ve. Tal vez porque sigo sintiéndome culpable o algo por el estilo.
—Sol, tú no hiciste nada para que yo esté enojada o te tenga que odiar, porque lo que pasó fue que se aprovecharon de ti, tú no hiciste nada por voluntad propia.
Apoyo mi cabeza en su hombro y ella me abraza junto con un beso en la cabeza.
—No entiendo porque siempre me veo como la culpable de todo—le digo a Luna mirando a la nada.
—Porque tu madre fue tan bruja contigo que hasta hoy en día sigues un poco traumadita, pero algún día dejarás de pensar eso de ti y serás más feliz.
¿Cuánto falta para eso? Porque ya me estoy cansando un poquito.
—¿Y aun así tú me amas? A pesar de mis traumas y todo.
Luna levanta mi rostro y me ve directo a los ojos cuando dice:
—Eres mi traumadita perfecta. Amo cada parte de ti.
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🌊 Nota de la autora 🌊
Hooola
Logré hacerme un tiempo para venir y actualizar.
Por suerte la casa donde me quedo en mis vacaciones tiene wifi, así que habrá actualizaciones.
Sol conoce a Leo, siii.
Luna recibiendo un peluche de Gruñonsito JAJAJA.
Instagram: dell_h16
Tik tok: dell_h1
🐚 ¿Felices de que Sol y Leo se conozcan? 🐚
No puedo hacer muchas preguntitas hoy, lo siento.
Los quiero mucho y los veo el viernes 💙
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