4: "¿Podrás estar ahí cuando caiga?
Sol
Estoy escuchando como Luna toca la guitarra.
Es tan lindo ver como ella se entusiasma con algo, no lo hace tan a menudo. Además, se ve súper sexy haciéndolo.
—¿Qué te pareció?—me pregunta ella cuando termina de tocar.
—Maravilloso, no sé mucho de guitarras, pero tocas muy bien. Podrías dedicarte a algo que tenga que ver con la guitarra.
—¿A qué? No hay tantas cosas.
—Mmm, tal vez a una banda.
—Por supuesto que no.
—¿Por qué no? Las bandas son divertidas.
—No pienso encerrarme en un garaje a tocar música.
Luna se sienta a mi lado mientras estoy mirando cosas en mi computadora.
—¿Qué estás viendo?
—Lugares para hacer eso que te dije.
—¿El centro para ayudar a chicas que han sufrido violencia?
—Sí, eso, tengo que ponerle un nombre.
Hace dos años quiero hacerlo, pero en Australia no podía ayudar a nadie si yo necesitaba ayuda, así que lo postergué hasta que me sienta bien y sacando las pesadillas y todo eso ahora me siento bien, así que estoy lista para hacerlo.
—¿Crees que puedas hacerlo?—me pregunta Luna.
—¿Tú crees que no?
—Creo que necesitas resolver lo de las pesadillas primero.
—Ay, Luna, eso no tiene nada que ver con esto. Además, no me influye en nada en mi día a día, estoy bien—le digo y me mira desconfiada—. Luna, como mucho me darán unas pastillas para poder dormir y ya, no es para tanto.
Luna me queda viendo unos segundos, me abraza de atrás y me deja un beso en la mejilla.
—Odio que te tomes tu salud mental a la liguera, Sol.
¿Qué yo qué?
—Yo no me lo tomo a la liguera.
—Sí, lo haces, lo de tus pesadillas si es importante y puede llegar a ser grabe—me dice ella con tono un poco enojado.
—Son solo sueños, Luna. No me va a pasar nada, ahora estoy bien.
—Ahora, pero no eres alguien emocionalmente estable, Sol, tienes problemas grabes. Sufres de bulimia, depresión, ansiedad y posible estrés post-traumático y eso no puedes tomártelo a la liguera como lo estás haciendo, podrías empezar a madurar de una vez y darte cuenta que no vivimos en un mundo con unicornios.
—Discúlpame, pero no eres nadie para reclamarme nada son mis problemas, Luna.
—Lo sé, pero lamento decirte que esos problemas repercuten a mí y no eres la única que se siente mal por eso.
—Pero no puedes decirme que no lo tomo en serio, Luna, me interné para mejorar no es justo que me digas eso.
—La mayoria de las veces lo tomas como algo de segundo plano tienes que aceptarlo.
—¿Me lo dices en serio? ¡Intento mejorar! ¡¿Te crees qué esto es fácil?!
—¡Sé que no lo es, pero tu finjes que todo está bien y esa no es una la manera!
Genial, ya estamos gritando.
—¡Hago lo que puedo, Luna! ¡No puedes venir a reclamarme que no me tomo las cosas en serio porque no sabes lo que es estar en mi lugar, entiendo que para ti también sea difícil, pero para mí es el triple!
—¡Está bien! Entonces dime, ¿Por qué te internaste?
No le respondo, solo la miro con lágrimas en los ojos, porque no me gusta decirlo, no me gusta recordarlo.
—¡Ves, a eso me refiero no puedes ni decirlo¡ ¡No puedes aceptar que sufres de bulimia y depresión y jamás mejorarás si no lo aceptas!
Creo que jamás me ha hablado tan crudamente. Jamás hablamos de mis problemas con esas palabras, duele mucho hacerlo y ella acaba de hacerlo.
—Debes de entender que estás mal y no puedes vivir la vida como si nada te pasara. No solo te darán pastillas y ya, Sol.
No digo nada, solo me quedo mirando mis manos mientras se me caen lágrimas.
Tal vez Luna tenga razón, pero duele tanto. Sé que no soy una persona emocionalmente estable, pero en serio quiero serlo y tal vez fingiendo que lo soy no es la manera.
—Yo...—digo entre lágrimas—, tengo que irme.
Luna no me dice nada, solo ve como me levanto de la cama y me voy.
Ni siquiera me cambio de ropa, salgo en pijama y voy a la casa de Mercurio. No quiero ver a Luna, no después de lo que me dijo.
Toco el timbre de la casa de mi amigo y veo como él me abre la puerta.
—Hola, Sol.
—¿Puedo quedarme aquí?—le pregunto limpiando mis lágrimas.
—Sí, claro ¿pasó algo?
No le respondo nada, solo lo abrazo y él me devuelve el abrazo.
Luna
¿Hice bien en decirle todo eso a Sol?
No le dije otra cosa que no sea la verdad, me lo he estado guardando hace mucho y por fin se lo dije, pero ver como ella lloraba por mi culpa me partió el corazón.
Tal vez no debí ser tan cruel, pero me cansé que ella se tome su salud mental como si no fuera importante. Que finja que no pasa nada y que todo está bien.
Sé que ella ahora está mejor me lo ha demostrado, pero no puede ignorar sus pesadillas y todo lo demás.
—¿Y ahora qué te pasa?—me pregunta Marte cuando me ve.
—Tuve una pelea con Sol— le digo expulsando el humo de mi cigarillo.
El balcón de esta casa es muy útil para sentarse a fumar y a reflexionar de nuestros errores.
Porque, sí, decirle todo eso a Sol está mal. Ella lo dijo no soy quien para decirle que no se toma esto en serio.
—¿Qué pasó?
—Lo dije que no se toma su salud mental con importancia, pero creo que me accedí y fui un poco cruel con ella. No sé, jamás hablamos de sus problemas con las palabras "bulimia" o "depresión", sé que para ella es muy fuerte y yo lo hice—le cuanto a Marte—. Es que no soporto ver cómo se toma las cosas con tanta naturaleza o como si no fuera nada, estamos hablando de su salud mental, no de un partido de fútbol.
—Luna, no creo que se tome esto a la ligera porque piense que no es importante, tal vez lo hace porque duele mucho afrontarlo, si para ti es difícil imagínate cómo debe de ser para ella.
Tomo otra calada de mi cigarrillo y me retracto de todo lo que le dije a Sol.
—¿Dónde está ahora?
—No lo sé, si tengo que adivinar en la casa de Mercurio—le digo—. ¿Crees qué hice bien al decirle eso?
—Creo que debiste hacerlo de otra forma, porque no eres quien para reclamarle eso, pero si según tú lo hace se lo podrías haber comentado de buena manera para que lo intente cambiar—opina Marte—. ¿Qué tal se vas a verla y hablan de lo que pasó?
—Dudo que quiera verme.
—Inténtalo, no perderás nada haciéndolo.
Termino mi cigarrilo y le hago caso a Marte.
No le insistiré si no quiere verme, pero yo quiero verla para disculparme y con suerte puedo hacer que se sienta mejor.
Estoy un rato afuera hasta que Mercurio me abre la puerta y me ve sin expresión alguna. Tal vez él esté molesto por lo que le dije a Sol.
—Antes de que preguntes, sí, ella está aquí —me dice Mercurio—. ¿Cómo se te ocurre decirle algo así?
—Le dije la verdad.
—Sí, pero de una manera muy cruel, Luna. Entiendo lo que le quisiste decir ¿okey? Yo opino igual que tú, pero la manera en cómo se lo dijiste está muy mal. Tú misma lo dijiste Sol no es una persona emocionalmente estable no puedes hablarle de esa manera.
—¿Cómo está ella?
—Muy mal, se siente muy mal por tú culpa—dice con seguridad y yo siento como si me cortaran con un cuchillo.
Lo que más odio en este mundo es que Sol se sienta mal y la razón por la que se siente mal ahora es por mi culpa.
Mercurio tiene razón, no puedo hablarle así a Sol sabiendo que su estabilidad emocional depende de un hilo y mucho menos reclamarle algo.
Dios, que estúpida que fui.
—¿Puedo verla?—le pregunto al chico.
—No.
— ¿Es en serio? ¿no me dejarás verla?
—Por supuesto que no y por lo que me dijo no tiene muchas ganas de verte.
Es completamente entendible, la trate super mal y ella no merecía todo lo que le dije.
Mercurio ve mi semblante de tristeza y dice:
—Oye, no quiero que te sientas mal ¿okey? Tienes razón al decir que ella no se toma esto en serio era hora de que alguien se lo dijera, pero fuiste muy cruel.
—Lo sé, ¿la cuidas por mí? Ella dijo que hoy quería comer Nuggets de pollo, tal vez eso la haga sentir mejor—le digo a Mercurio.
—Le haré Nuggets entonces—me responde—. No te preocupes, yo la cuido.
Luego de esa charla me dirijo a hablar con Saturno, ella es del tipo de amiga que siempre está para escucharte y en serio quiero hablar de esto con alguien.
También quiero pegarme un martillazo por lo estupida que fui.
No solo que traté mal a Sol, sino que rebajé todo su esfuerzo como si ella no hiciera nada para mejorar.
Es decir, Sol la mayor parte del tiempo hace como si no le pasara nada o como si no fuera importante y eso me enoja demasiado, pero no puedo culparla tal vez es su manera de manejarlo.
Toco la puerta de la casa de Saturno y espero un rato, nadie me responde ¿estará ocupada?
—Hola.
Saturno abre la puerta con voz agotada y un camisón enorme. Sus rulos están despeinados y sus pecas adornan su cara hermosamente.
—Hola—le digo—, ¿estás ocupada? Puedo venir más tarde.
—No, no, ya terminé lo que estaba haciendo—me dice ella y de atrás aparece Hydra.
¿Qué mierda?
—Nos vemos luego—se despide Hydra besando a Saturno y yo me quedo petrificada.
Necesito contexto.
Saturno ve mi cara de sorpresa e intenta explicarme.
—No es mi novia.
—¿Tienes sexo con Hydra?
—Sí, solo sexo—me aclara.
—¿Ella no era hetero?
—Pues, aparentemente no, según ella solo está experimentando.
—¿Y tú te dejas experimentar por esa víbora?
—Que puedo decir, Luna, me siento sola— me dice ella y yo entro a su casa.
—Vale, vengo a hacerte compañía, pero no la misma compañía que te da Hydra—le digo y ella se ríe.
.・✫・゜・。.
—¿Crees qué hice mal al decirle todo eso?—le pregunto a Saturno.
—La forma fue muy incorrecta, Luna. Tienes un poco de razón en la parte de que Sol no se toma su salud mental tan en serio, pero no es justo para ella que se lo digas así.
Me siento mal por lo que le dije a Sol, ella no merecía que le dijera eso de esa forma. Estaba tan ilusionada con lo de su centro de ayuda, ahora debe de estar muy desilusionada.
—Si vamos al caso, tú solo la vez un par de semanas al año, la verdad es que no sabemos como se toma esto cuando no estamos.
—Bueno, en eso tienes razón.
—Por suerte para ti, ahora tendrás a alguien que pueda cuidarla—me dice Saturno y yo me río.
—Cierto, odiaba que estuviera con su madre en Australia—le digo—. Sé que su madre cambió y está intentando mejorar, pero no me fio de ella y odiaba la idea de que se estuviera haciendo cargo de Sol cuando es su culpa que ella estuviera así. Ahora te tengo a ti y a Mercurio que sé que la cuidarán bien.
—Tampoco creo que necesite tanto cuidado, no es un bebé y por lo que aparenta está mucho mejor ahora.
Saturno muerde una papa frita mientras yo fumo en el patio de su casa.
—Lo sé, pero me asusta el hecho de que vuelva a sentir mal. No sé si podré soportar que ella se vuelva a sentir así y yo no pueda ayudarla.
—Lo entiendo, sé que para ti también fue muy difícil lo que le pasó a Sol, pero ahora está mucho mejor y estaremos Mercurio y yo para ayudarla, no dejaremos que caiga tan fácil—me dice Saturno y yo le sonrío.
—Gracias por escucharme y lamento haber interrumpido tu cita con Hydra.
—No lo llames cita por favor, solo es sexo sin sentimientos—aclara Saturno—. Y siempre que quieras puedes venir tú nunca interrumpes nada. Ahora ve y busca a tu mujer.
—¿Crees que quiera verme?
—Siempre quiere verte, Luna, y lo que puedes hacer por ella ahora es ayudarla a sentirse mejor.
—Okey, iré a verla.
Me dirijo nuevamente a la casa de Mercurio y estoy tocando timbre un rato hasta que él me abre la puerta.
—Luna, no quiere verte...
—Si no me dejas pasar a verla entraré por la ventana, sabes que soy muy capaz de hacerlo.
Él me ve un rato pensando en su decisión y yo espero ansiosa.
—Está viendo Friends en mi cuarto—me dice Mercurio haciéndose a un lado para que pase y yo entro a su casa felizmente—. Si le dices otra cosa hiriente te arranco la lengua ¿escuchaste?
—Sí, sí, lo que digas—le respondo alejándome.
Entro a su cuarto y veo a Sol acostada de lado en la cama de Mercurio con su computadora donde se está reproduciendo su serie favorita.
Noto que está dormida, así que me acerco silenciosamente y pauso la serie mientras me acuesto a su lado y la abrazo. Ella dormida se acurruca a mi lado y me abraza, noto que sus ojos están rojos por llorar y que está un poco congestionada por la manera en la que respira.
Ay, mi solcito.
Tarda unos minutos en despertar, hasta que lo hace y me mira a los ojos.
—Hola—le digo y ella tarda en responder.
—¿Qué haces aquí? Creí que Mercurio no te dejaba pasar.
—Lo amenacé con que iba a subir por la ventada— ella suelta una risita de boca cerrada ante mis palabras.
Se rió, tal vez no esté enojada conmigo, o al menos no tanto.
—Sol, lamento lo que te dije.
—Está bien—me dice ella enderezándose—. Tienes razón en todo lo que me dijiste, me lo merecía.
—No, no es así. Rebajé todo el esfuerzo que has hecho para estar aquí hoy y eso no es justo, puede ser que no te tomes esto con tanta seriedad, pero no fue la forma ni las palabras para decirtelo.
—Tal vez si me lo decías de otra forma no me lo hubiera tomado en serio, no suelo tomarme las cosas importantes en serio.
Sol apoya su cabeza en la cabecera de la cama y mira para el techo.
—Hay veces que la crueldad es buena. Lamento tomarme todo esto como si no fuera importante, sé que lo es, pero me gusta pensar que no con la esperanza de que en verdad no lo sea porque aún me cuesta aceptar que estoy mal.
La abrazo fuertemente y ella solo apoya su cabeza en mi hombro abrazandome de la cintura.
—Intentaré tomarme todo esto con más seriedad y lamento que para ti sea tan difícil verme tan triste, no es mi intención.
—Está bien, no debes disculparte por eso—le digo—. Lamento haberte hablado así, no fue para nada justo decirte eso.
—Me lo merecía.
—No, por supuesto que no, Sol. Es que...— digo suspirando—, me aterra tanto pensar que tal vez yo no esté ahí cuando caigas y no quiero que caigas, por eso insisto tanto con que esto es importante, me da miedo que caigas y yo no pueda levantarte.
Ella no me dice nada, solo me mira hasta que me agarra de la mano y me dice:
—¿Te he dicho qué te pones poética cuando estás triste?—me rio ante sus palabras—. Luna, que no estés conmigo físicamente no significa que no estés, tú siempre estás conmigo, siempre lo estuviste, las noches en las que yo lloraba, cuando me sentía decaída, siempre estuviste ahí a tú forma y no puedo estar más agradecida por eso porque jamás me abandonaste. Siempre estarás ahí para levantarme, siempre lo estuviste.
Lágrimas caen mientras la abrazo fuertemente y ella me abraza de la misma forma. Estamos un rato así hasta que ella se separa y ve la computadora.
—¿Tú pausaste la serie?
—Sí.
—¿Por qué?
-Porque no estabas mirando, Sol.
—No importa, me gusta que se reproduzca— me dice ella y vuelve a poner la serie.
Ay, esta rubia loca.
—Oye, con respecto a lo de mi centro...
—Creo que estás lista para hacerlo—la interrumpo y ella me mira sorprendida.
—¿En serio?
—Sí— le digo—, creo que no hay nadie más capacitado que tú para hacerlo, además, se podrán sanar las unas con las otras—ella me sonríe y me da un beso en los labios.
—Gracias. Quería decirte que encontré un posible lugar, es en el edificio donde está mi departamento, es un espacio muy lindo, es como un salón con vista a casi toda la ciudad. Creo que ese podría ser una buena opción—me dice.
—Eso me alegra, luego me puedes mostrar las fotos si quieres—como contestación me sonrie y vuelve a besarme.
Es tan lindo verla entusiasmada con algo.
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🧭 Nota de la autora 🧭
Holiss.
Ahh, hoy se pelearon las niñas </3
Se me hizo muy interesante escribir este capítulo :)
Y disfrútenlo, porque en el proximo ya se nos separan otra vez.
Ya quiero que vean sus vidas en Milán y New York 🤍.
Instagram: dell_h16.
Tik tok: dell_h1
🌺 ¿Qué opinan de este cap? 🌺
🌷 ¿Creen que Luna tenía razón? 🌷
💐 ¿Les gustó? 💐
El próximo cap será muy cómico, así que espero que lo disfruten 🤍
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