39: "Pelado insoportable"
Luna
Miro a Leo con una sonrisa de lado y él me mira achinando los ojos.
No quiere aceptar que le ganaré, su juicio no lo deja, pero cuando terminemos con esto tendrá que ir a buscar un helado para mí.
—El que anote este punto ganará—dice Phoenix, él es el árbitro.
Flexiono levemente mis rodillas y me preparo para que Leo tire la pelota.
Ambos estamos empatados, con este saque desempataremos y Leo tiene la ventaja de que sacará, o al menos eso sería una ventaja si no jugara contra mí.
—¿Lista para perder, Lunática? —me dice yéndose afuera da la cancha para hacer un saque de abajo.
Esto que creamos no es una cancha. Estamos en la azotea del edificio donde vivo y hace poco Leo compró una red. No tuvimos mejor idea que venir aquí, dibujar una cancha con tiza y competir por un kilo de helado.
—Disculpa, pero le estás hablando a la 3 veces campeona de vóley.
—¿Cómo no ganar en ese pueblucho en donde vivías?
—De hecho, gané a nivel nacional en mi último año de secundaria. El vóley es lo mío.
—¿Pueden solo tirar la pelota y ya? —rezonga Phoenix.
Leo se pone en posición y prepara el saque. Al imbécil no se le ocurrió mejor idea que rematar. Eso no salió muy bien.
La pelota pasa con gran velocidad por arriba de mi cabeza, cruzando la cancha hasta caer por la azotea. Luego de eso se escucha a un señor insultando, un vidrio roto y la alarma de un auto junto a bocinazos.
Veo a Leo, quien se agarra la cabeza, y luego a Phoenix que, si hubiera sido posible, su mirada nos hubiera desintegrado.
—¡Adentro, ahora! —dictamina con voz firme y ambos caminamos hasta mi departamento con la cabeza baja.
En el camino le recuerdo a Leo lo estúpido que es y se queja de mi altura por no ser lo suficientemente alta para poder pegarle a la pelota.
Esa pelota pasó 2 metros más arriba que mi cabeza, ¿se piensa que soy un gigante o qué?
Ahora solo falta que venga el pelado de Phoenix a regañarnos por lo que hicimos, o, mejor dicho, por lo que hizo Leo, pero yo siempre termino ligando los retos también.
Escuchamos como tocan la puerta y ya sabemos quién es.
—No le abras—me detiene Leo cuando ve que me dirijo a la puerta.
—Si no le abro tirará la puerta.
—No importa, podemos escapar por la ventana. Es una caída de 30 metros, pero si tenemos fe tal vez Dios nos ayude y nos dé súper poderes antes de impactar y podamos salir volando.
—Primero, es una caída de 50 metros. Segundo, las estupideces que pasan tu cabeza en menos de tres segundos me asustan mucho.
No discuto más con él y abro la puerta. Phoenix entra al departamento con la pelota y un semblante serio.
Leo me mira aterrado y yo solo cierro la puerta.
—Solo para aclarar, somos adultos responsables, así que no necesitamos de regaños—le dice Leo.
Phoenix lo mira con enojo. Es entendible que lo esté él tuvo que dar la cara ante nuestro desastre, en nuestra defensa, nadie se lo pidió, pero yo jamás hubiera ido a que me peguen una paliza por romper un auto.
—Genial, ya que son adultos responsables ustedes pagarán el Ferrari que acaban de romper. Vale $200,000 dólares el arreglo, si quieren les paso el contacto del dueño así arreglan con él.
A mí se me cae la mandíbula.
—Bueno, de repente vuelvo a ser un niño que depende económicamente de mi tío—dice Leo con una sonrisita.
Dios, no puedo pagar $200.000 dólares sin morirme de hambre de por vida, apenas llego para fin de mes.
Me agarro la cabeza preocupada y odiando las ideas de Leo. Phoenix solo me mira y Leo se arrasca el brazo.
—Bueno, tendremos que conseguir otro trabajo—sugiero.
—¿Te crees que tengo tiempo?
—¡No es mi culpa que seas tan imbécil para rematar el saque sabiendo que podría caerse por el precipicio!
—¡Intentaba ganar, no quería comprarte un kilo de helado!
—¡Sí, y ahora harás eso y pagar el arreglo de un Ferrari!
No me gusta gritarle a Leo, pero a veces me desespera y esta es una de esas ocasiones. No puedo pagar esa cantidad de dinero.
—A ver, escúchenme los dos—Phoenix se para—. Yo pagaré el arreglo.
—¿Lo harás?
—Sí, tengo el permiso de sacar dinero de la cuenta bancaria de tu abuela, si le robamos un poco nadie se dará cuenta.
—¿$200.000 te parece poco? —le pregunta Leo con las manos en la cintura.
—Para su abuela, sí—nos dice—. Ustedes no se preocupen.
—No, está bien, yo lo pagaré—le digo.
—Luna, no pienso dejar que te mueras de hambre por pagar el arreglo de ese auto. Deja que yo me encargue ¿sí?
Al final acepto su propuesta y Leo salta de felicidad por no tener que pagar nada.
Admito que me siento un poco culpable por robarle dinero a mi abuela, pero luego recuerdo que ella mató a mi padre y que quiere matarme a mí también, así que se me pasa rápido.
—¿Te quedas a cenar, Leo? —le pregunto a mi amigo.
—No sabes cómo me gustaría quedarme a comer la maravillosa cena del pelado, de seguro será tan buena que no tendrá ningún pelo—Phoenix lo mira mal—, pero, mi tío está solo en casa y me da pena abandonarlo, así que le haré compañía.
—¿Y por qué no viene tu tío a cenar?—sugiere. Phoenix.
—No es mala idea.
—Si no les molesta podría traerlo. De igual manera, tengo que ir a casa a buscar algo, luego les caigo con mi tío.
Leo se despide y me quedo sola con Phoenix, él insistió en hacer la cena, así que aquí está trabajando como un esclavo.
El pelado me cae bien. Cocina bien y es muy divertido hacer que pierda la paciencia, la cual pierde fácilmente. También me ha ayudado mucho con el tema de mi abuela, ha estado para mí cuando estoy triste. Y empezó a decirme por mi nombre, eso me gusta.
—¿Necesitas ayuda? —le pregunto.
—No, no quiero que arruines mi cena—me dice y lo miro ofendida.
—Auch, soy una gran cocinera.
—Primero péinate y luego hablamos.
—Estoy peinada—me mira achinando los ojos—. Bueno, ¿sabes qué? No pienso ayudarte ahora, me quedaré viendo una película.
Me siento a hacer lo que dije y prendo la televisión. El primer canal que está es un noticiero y allí la veo a ella.
—El día de hoy se llevó acabo el juicio por robo al diseñador de modas llamado artísticamente Fleur—dice una reportera, está en el lugar donde se hacía el juicio—. Hace unos meses atrás, la estudiante de moda Sol Shining denunció a dicho diseñador, quien es su profesor, por usar unas de sus ideas sin su autorización y sin darle ningún tipo de crédito. Ante esto, la señorita Shining presentó cargos legales hacia el diseñador y terminó ganando el juicio.
¡Esa es mi chica!
Sabía que ella lo iba a lograr.
—Fleur ahora le debe dar todos los derechos de autor a la señorita Shining y debe pagar una multa de $500.000 dólares hacia Shining.
Genial, Sol se hace todavía más millonaria. En serio que a ella si le llueve el dinero.
—¿Esa es tu novia? —pregunta el Pelado acercándose al televisor.
—Así es. Le ganó a ese hijo de puta. ¿No crees que es hermosa? Es la mujer más hermosa que existe en el mundo—le digo cuando Sol aparece en pantalla saliendo del lugar.
Su cabello rubio brilla como siempre y tiene una pequeña sonrisa en la cara mientras abraza a su tío. Ella aún está un poco triste por lo de Amy, pero ha mejorado mucho. No ha salido mucho últimamente, solo va a su balcón para jugar con su burbujero.
La reportera se acerca a Sol intentando llamar su atención.
—¡Señorita Shining!
—Oh, por favor dime solo Sol—le dice amablemente mientras intenta caminar, hay muchos reporteros en la zona.
—¿Qué se siente haber ganado este juicio?
—Es muy grato y estoy feliz por poder cerrar todo este tema al fin—le contesta.
—¿Qué harás ahora que ya eres reconocida como una buena diseñadora gracias a este diseño? ¿Piensas crear más y presentarlos?
—Wow, ni siquiera sabía que ya era conocida, ja. Lo que pienso hacer es tomarme una taza de té y seguir con mis estudios. Aun no tengo planeado comenzar mi carrera como tal.
Sol se ve bastante abrumada mientras intenta salir de esa nube de gente y responder todas sus preguntas.
—Sol, ¿es cierto que sales con la guitarrista de la banda "True Colors"? —levanto las cejas ante esa pregunta y escucho la risita de Phoenix.
—Sí, esa es mi querida novia. Por cierto, te mando un beso Luna.
Intentan hacerle más preguntas, pero su tío llega y la saca del tumulto de gente.
—Es muy parecida a su padre—comenta Phoenix.
—¿Lo conociste?
—Era muy amigo del tuyo, así que sí. Él tenía exactamente el mismo cabello rubio que ella y los mismos ojos. Y tenía una idea absurda sobre que los unicornios existían.
Ahora sé de dónde sacó Sol su obsesión por los unicornios.
—Era un gran hombre. Aún recuerdo cuando hablaba con tu padre sobre el futuro y comentaba que si llegaba a tener una hija la llamaría Sol—suelto una risita.
—Sí, Sol siempre habla muy bien de él. Ella vendrá dentro de unas semanas, podrás conocerla y decirle que conociste a su papá.
—Me encantaría hacerlo. Me iré a cocinar.
—Y yo miraré una película.
Phoenix
La pesada de Luna se quedó dormida mientras veía una película. Que bien, ya no la soportaba.
Aunque, si tengo que ser sincero, me divierte estar con ella y molestarla con que no se peina. Es buena chica.
Siempre tuve mucha curiosidad por conocerla mejor. Pasé gran parte de mí vida cuidándola de su abuela y jamás pude hablar con ella hasta hora. Es una chica lista con un carácter fuerte, una sonrisa linda y muy, pero muy molesta. También he notado como odia mostrar su lado sensible, pero cuando lo hace llega a ser muy tierna.
Le hecho una ojeada para ver si está bien y luego sigo cocinando. Prepararé mi exquisita salsa, sé que les encantará, aunque de seguro Leo y Luna me molestarán—como siempre—diciendo que hay un pelo en la salsa o que simplemente está fea.
Antes se la cocinaba a mi esposa y a ella parecía gustarle, también se la cociné una vez a los padres de Luna y a ellos les gustaron, así que me tengo fe.
Alejo al gato mugroso de la cocina cuando escucho que alguien llora.
No puede ser de afuera y la única persona que están en este departamento somos Luna y yo.
—Growing, ¿estás bien? —le pregunto.
Cuando no recibo contestación me acerco a ella un poco alarmado y veo como llora con los ojos cerrados y murmura cosas que no entiendo, solo entendí "no quiero morir"
No me digas que está teniendo otra pesadilla.
Me acerco a ella alarmado al ver como llora y le agarro la cara con delicadeza.
—Luna, oye—le digo sacudiéndola, pero no parece reaccionar.
Chasqueo mis dedos delante de ella y la sacudo, pero no despierta hasta que le grito.
—¡Luna!
Ella se despierta con un grito y totalmente sobresaltada. Su respiración es un desastre y las lágrimas caen sin secar de sus ojos. Me acerco y la abrazo, Luna hace mi misma acción apretándome fuertemente como si no quisiera soltarme.
—Tranquila ¿sí? Estoy aquí, no pasará nada malo—la tranquilizo abrazándola—. Fue solo una pesadilla.
No para de llorar agarrada a mis brazos e intento tranquilizarla, al cabo de unos minutos logra controlar su respiración y dejar de llorar un poco, aun así, ella no me suelta, me abraza mientras algunas lágrimas caen.
Yo no pienso dejar de abrasarla hasta que ella esté lista para hacerlo. Creo que estamos así un par de minutos hasta que Luna decide enderezarse y limpiar su mejilla húmeda.
—Lo siento—me dice cabizbaja.
—No tienes que disculparte.
—Te hice pasar un mal momento.
—Si es por eso ya estoy acostumbro a que lo hagas—suelta una pequeña sonrisa.
Quería lograr eso, una sonrisa en ella.
Acerco mi mano a su cara y corro un mechón de su cabello detrás de su oreja. Tiene todos los pelos en la cara, odio eso.
—Quítate los pelos de la cara, cochina.
—¿Por qué cochina? —me pregunta.
—Porque es de cochinas tener los pelos en la cara—le digo mientras le acomodo el cabello.
—Bueno, entonces tú eres muchas cosas menos un cochino—ruedo los ojos divertido.
—Ya sé, te peinaré un poco.
Me levanto del sofá y voy a buscar un peine. Por la cara que tiene Luna supongo que la idea no le gusta para nada, pero no tiene ganas de discutir conmigo sobre esto.
Me pongo detrás de ella mientras resopla y se queja de mi idea, también me amenaza por si le llego a tirar del pelo y me recuerda lo calvo que soy.
Por el corto de su cabello no puedo hacerle la gran cosa, solo le hago una media cola con un colero rosa.
Le paso un espejo y ella se mira.
—Parezco una niña de preescolar—me dice y se me escapa una risa—. Aun así, no está tan mal. ¿Cómo es qué sabes peinar?
—Antes peinaba a mi hija.
—¿Dónde está ella ahora?
—No estoy muy seguro, pero me gusta pensar que en un lugar mejor que este mundo—le digo y noto como cambia su semblante.
—Lo lamento.
—Está bien, fue hace muchos años—le doy la vuelta al sofá y voy a la cocina—. ¿Me ayudas?
—Creí que no querías que arruinara tu cena.
—No, no quiero, pero esto te ayudará a pensar en otras cosas—se me queda viendo unos segundos—. ¿Y bien?
Luna accede y desde el momento que pisa la cocina no paramos de pelear por la manera en que hacemos las cosas. Ella es la quejosa, no yo, pero claro yo soy el pelado insoportable aquí.
—Buenas. Buenas, mi gente que tanto amo—grita Leo entrando a la casa de Luna.
Me sorprende que tenga llave.
Tras él viene un señor de mi misma edad. Cabello blanco, ojos celestes y una sonrisa simpática.
Es muy guapo.
—Phoenix, él es Urano—me presenta Leo a su tío.
—Un placer—me dice él y estrechamos nuestras manos.
—El placer es mío, encantado de conocerte.
Tal vez en algún momento nos deshagamos de estos dos molestos y...
El ruido de una corneta me sobre salta al igual que todos y veo a Leo subido a la mesa con esa cosa riéndose de nosotros.
—Lo compré en el camino, je.
—¡Bájate de mi mesa ahora! —le grita Luna.
—Leo, compórtate por favor—dice Urano—. Lo siento, mi sobrino es...
—Un pesado al que no le funciona el cerebro, eso es—lo interrumpe Luna.
—Oyeeee.
—¿Qué tal si comemos?—sugiero.
Si están con la boca llena no hablarán tanto, aunque dudo que eso detenga a Leo.
Luna pone la mesa y empezamos nuestra cena.
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🦩Nota de la autora 🦩
Hooola.
Amé escribir este capítulo y por fin darle un poco más de protagonismo a Phoenix.
Ya verán más de su relación con Luna.
Vamos Sol 🎉🎉
Tan orgullosa de ti ❤🥺
JAJA Leo rompiendo un auto.
Instagram: dell_h16
Tik tok: dell_h1
🎀 ¿Les agrada el pelado? 🎀
🧸¿Jugarían al voley con Leo y Luna?🧸
🪄 ¿Su canción favorita? 🪄
Los veo el viernes con capítulo bastante fuerte, je.
Besitos ❤
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