26: "Bienvenida a casa"

Luna

Estoy al frente de la casa de mi abuela, o mejor dicho delante de su mansión.

Literalmente estoy mirando una casa de 4 pisos con fuentes en la parte de adelante y una reja de aproximadamente 5 metros.

—¿Tú abuela es millonaria?—me pregunta Leo, quien al igual que yo está viendo la casa sorprendido.

—Eso parece—le respondo.

O sea ¿Todo este tiempo fui millonaria?

Mierda, si me hubieran dicho antes que mi abuela tiene dinero no hubiera dudado tanto en contactarla.

—Bueno, que te vaya bien con tu abuela— me dice Leo—. Tú escríbeme cuando quieras que te busque.

—Gracias por todo—le digo—. Si me da una herencia buena tal vez te comparta un poco.

—Me alegra que pienses en mí. Suerte, Lunática—Leo se sube al auto y yo lo saludo con la mano.

Bueno, ahí te voy herencia.

Me acerco a la reja y veo que hay un cubículo con un señor de traje adentro. Me acerco a él y toco una campanita que hay a su lado.

—Disculpe, hoy tenía una cita con una señora—le digo.

—¿Eres Luna Growing?—me pregunta con voz profunda.

—Así es.

Él señor toca un botón y la reja de abre automáticamente. Ahora, tengo mejor vista al patio delantero. Hay arbustos con formas y fuentes increíblemente caras.

—Siga el camino derecho—me explica el señor—, cuando llegue a la puerta una mucama estará esperándola para llevarla con la Señora Growing.

—Gracias.

Entro a la casa y camino por el largo sendero que hay. El jardín está lleno de tulipanes y rosas blancas, también hay pajaritos volando.

El camino es relativamente largo, pero al cabo de 5 minutos llego y como dijo el portero hay una mucama esperándome en la puerta. Tiene un atuendo de trabajo y su pelo rubio recogido, para ser sincera se parece un poco a Sol.

—Hola—le digo cuando me acerco.

—Buenos días, es un placer conocerla, la señora Growing ya la estaba esperando ansiosa—me dice ella, luego se hace a un costado y con la mano me invita a pasar.

Entro a la lujosa casa donde hay un candelabro de cristal colgando del techo y una enorme mesa con un florero en el centro. Hay columnas hermosas y un piso tan bien lavado que me puedo ver reflejada en él. También hay una escalera de vidrio con una mini cascada abajo.

Miro tan embobada en lugar que apenas escucho lo que me dice la mucama.

—Señorita—me llama—. Puede dejar su abrigo aquí si gusta—me dice señalando un perchero.

—Gracias, estoy bien así—le respondo—. ¿Cómo es tu nombre?

—Piscis, señorita. Usted se llama Luna Growing ¿verdad?

—Está en lo correcto—le digo, ella me sonríe simpáticamente y me guía por las escaleras.

A media que más veo esta casa más me sorprendo por lo grande, bella y lujosa que es.

Hay un montón de pinturas carísimas y adornos de oro, también hay muchos cuartos y personas haciendo trabajo de limpieza.

Camino bastante hasta que llegamos a una puerta más grande que las otras y la mucama me pide que espere un rato afuera. Ella entra y está unos 5 minutos ahí hasta que sale y me ve.

—La señora ya está lista para recibirla—me dice ella—. Suerte.

—Gracias—le digo y ella se marcha.

Antes de entrar tomo varios suspiros intentando tranquilizarme y me peino un poco para estar presentable.

Intentaré no pensarlo tanto, lo haré y ya.

Me acerco a la puerta y la golpeo delicadamente.

—Puedes pasar—escucho una voz serena, suspiro una vez más y entro.

El cuarto es una especie de estudio, hay un cuadro gigante de un señor y una chimenea debajo de este objeto. También hay ventanales enormes con cortinas de terciopelo y una alfombra muy elegante. Todo tiene aspecto a intocable y caro.

—Veo que heredaste nuestro característico cabello—escucho una voz detrás de mí.

Me doy vuelta rápidamente y veo a una mujer apoyada en un escritorio. Tiene mi color de cabello, solo que un tono más oscuro, está vestida elegantemente y me ve con una sonrisa.

Ella extiende sus brazos a mi dirección y me dice;

—Luna.

La miro y las ganas de llorar no tardan en llegar.

—Abuela—le digo y veo como a ella se le cae una lágrima.

Se acerca a mí y me abraza fuertemente, yo hago su misma acción y empiezo a llorar.

Huele a canela y a los típicos perfumes de viejitas, aunque no es tan vieja, parece de unos 60 años.

—Corazón, no sabes cuento he esperado este momento—me dice mientras me abraza fuertemente—. Desde que me enteré que mi hijo te tuvo siempre tuve el deseo de conocerte y aquí estás—ella deja de abrazarme y me mira a los ojos, con sus manos agarra mis mejillas y me mira con cariño—. Tienes los ojos de tu abuelo, y la misma sonrisa de tu padre—lloro más y me abraza nuevamente.

—Estoy muy feliz de conocerte al fin. Tenemos mucho de qué hablar.

—Así es—ella deja de abrazarme y me agarra de la mano—. Ven, preparé una merienda en el patio trasero.

Me lleva al patio trasero mientras me agarra la mano, pero antes me mira nuevamente y me sonríe.

—Estoy tan feliz de conocerte.

—Yo igual.

.・✫・゜・。.


El jardín trasero es casi igual al delantero, solo que tiene más flores y no hay tantas fuentes.

Mi abuela me preparó una merienda de una reina. Hay té, café y capuchino para que yo pueda elegir el que más me guste y hay un montón de galletas bañadas en chocolate, alfajores y sándwiches. También hay muchas frutas y una fuente de chocolate. En conclusión, la merienda perfecta.

—No sabía que te gustaba, así que preparé de todo—me dice.

—Pues me gusta todo, así que lo hiciste muy bien—ella me sonríe y yo agarro una galleta.

—Sé que debes de tener muchas preguntas y está en tu total derecho hacérmelas.

—Bueno, la verdad es que sí, tengo muchas, pero no sé por dónde empezar.

Tengo tantas preguntas y quiero decirle tantas cosas, empezaré por la principal, y la que más me interesa en este momento.

—¿Esta mansión es tuya?—le pregunto— ¿Somos millonarios?

—Así es. Nuestra familia gana millones por nuestra empresa—me cuenta.

Ja, ahora Sol no es la única con dinero.

—¿De qué es la empresa?

—Es un poco difícil de explicar. Hace unos años mi abuela, quien era doctora, hizo un remedio para el dolor de cabeza, ¿conoces la pastilla Growing?

—¿Mi tátara abuela creó esa pastilla?—le pregunto sin creerlo—. Creí que era pura casualidad que tenga mi apellido.

—No lo es. Tu tátara abuela la inventó y con los pasos de los años se hizo muy conocida. Yo manejo nuestra marca de farmacéuticos—me cuenta.

Soñé muchas veces con encontrar a mi familia y que sea millonaria, pero jamás creí que sea cierto.

Los sueños se cumplen ahora lo creo.

—¿Tengo más familia?—le pregunto.

—Me temo que no. Mi esposo murió hace muchos años y tu padre era hijo único. Creí que nuestro linaje se acabaría aquí, pero cuando me enteré de que él tuvo una hijita no dude en buscarte, pero jamás te encontré. Estoy tan feliz de que pudieras encontrarme, Luna.

—Yo igual, creo que me demoré un poco, pero valió la pena la espera—le digo y ella se ríe—. ¿Cómo te llamas?

—Aysel. Muy parecido al nombre de tu mamá.

—Me contaron que no tenías muy buena relación con ella.

—Es cierto, como toda madre que ama a su hijo yo quería lo mejor para el mío y digamos que Ayla no era la persona que quería para él. Fui una estúpida, lo sé, cometí muchos errores con mi hijo y ahora no lo tengo aquí para disculparme—me cuenta y admito que siento un poco de pena.

—Todos cometemos errores, lo importante es saber que los cometimos y poder remediarlo.

—Eres tan parecida a tu padre. Él era muy poético, amaba escribir poemas y demás cosas.

—Bueno creo que heredé eso de él. Estudio literatura y escribo cualquier cosa que me venga a la mente.

—¡Qué bien! Tenemos una escritora en la familia. Eso me gusta—me rio ante su comentario y ella hace lo mismo.

No sé porque esa señora no quería que busque a mi abuela. Es genial. Hasta le conté de Sol y ella tiene muchas ganas de conocerla, tenía miedo de que sea homofóbica.

—Así que ¿sales con un Shining? Es una familia con mucho prestigio—me dice mientras toma un té.

—Lo sé. Conocí a Sol en la secundaria y luego nos pusimos de novias. Ahora tenemos una relación a distancia, pero el cariño no desapareció ni un poco.

—Yo conocí a su padre cuando él era adolecente. Era un gran hombre, un poco creído, pero todos los Shining lo son.

—Sol no es creída—le digo y luego pienso—. Bueno, puede que un poco si lo sea.

—Como dije todos los Shining lo son, pero son buena gente también.

Con mi abuela hablamos toda la tarde. Me muestra partes de su casa y también me muestra el resto del jardín. Creo que buscarla fue la mejor decisión de mi vida.

Ella me cuenta la historia de mi tátara abuela y me mostró un árbol donde están sus cenizas.

—Mi abuela fue toda una pionera—me dice terminando de contarme la historia, podría escribir un libro sobre mi tátara abuela.

Veo que está anocheciendo y miro la hora.

Mierda, había quedado para escribir el guion de Venus hoy.

—Muchas gracias por la hermosa tarde, me encantaría quedarme a hablar más, pero tengo que ir a hacer tarea y un trabajo para un amigo—le explico a mi abuela.

—Tranquila, corazón, puedes venir cuando quieras. Si quieres puedes venir a comer un día de estos con tu hermana—me ofrece refiriéndose a Marte.

—Claro, me encantaría—le digo y luego la abrazo.

Ella me devuelve el abrazo con el mismo cariño y luego me deja un beso en la mejilla, y llama a su asistente.

—¡Phoenix!—lo llama—. Lleva a Luna a la entrada, por favor.

Un hombre con traje se me acerca, yo me despido de mi abuela y me voy a la salida con él.

En el camino lo observo detenidamente. Es hombre con aspecto serio y pelado. Lo conozco, estoy segura de eso, pero no sé de dónde.

—¿Tengo un bicho que me ves tanto?—me pregunta y yo me sorprendo un poco, creí que era mudo.

—¿Te conozco de algún lado?—le pregunto.

Él tarda en responderme, primero deja que pasen unas mucamas y luego me mira de reojo y me dice:

—Que buena memoria tienes.

—¿De dónde?

Nuevamente, él tarda en responder. Primero piensa su respuesta.

—Yo fui quien te llevó al orfanato cuando eras bebé—me dice él y yo me confundo ante sus palabras—. También era el que te iba a visitar cuando tenías 5 años.

¿Eh? ¿Era el quién me iba a visitar? Recuerdo que iba alguien, peor jamás supe quien era.

—¿No era qué mi abuela no sabía dónde estaba?

—Así es, me aseguré que no te encuentre—me dice él.

Luego me agarra de la mano y me mete a un pequeño cuarto donde hay productos de limpieza y apenas quepo.

Okey, me estoy empezando a asustar un poco.

—Escúchame, sé que tu abuela parece la mejor persona del mundo, pero ten mucho cuidado.

Bueno veo que mi abuela no tiene muy buena fama ni con sus empleados.

—Es solo una anciana que ha vivido sola durante años, no le veo lo peligroso la verdad.

—Sí, y justamente que no lo veas la hace peligrosa—me dice—. Me esforcé demasiado para que ella no te encuentre y tú tuviste que aparecer, así como así.

—¿Quieres explicarme un poco? Porque no estoy entendiendo nada.

—Tú padre no te quería cerca de ella.

—Lo sé, sé que se pelearon, pero está arrepentida y dudo que me haga algo por venganza. Está muy apenada por lo que sea que haya pasado entre ellos dos.

—Ahora ya sabe quién eres, ya no hay vuelta atrás.

Él mete la mano en su saco y yo me espanto porque pienso que sacará un arma.

Hasta aquí llegué.

—¿Qué te pasa?—me pregunta arrugando el entre cejo.

—¿No me dispararás?

—¿Qué? ¡No! Pasé la mayor parte de mi vida protegiéndote.

Vale, no entiendo una mierda

—¿Eh? ¿Protegerme de qué?

—De tu abuela.

La verdad, no entiendo que tienen las personas contra mi abuela, es alguien agradable. Me trató de maravilla, hasta invitó a Marte a comer.

Phoenix saca un papel de su saco y me lo da. Yo le veo y veo que tiene su número de teléfono.

—Lo siento, pero tengo novia y no eres mi tipo. Me gusta gente más joven—le digo y él rueda los ojos.

—Qué mal, heredaste el pésimo sentido del humor de tu padre.

—Discúlpame, mi sentido del humor no es pésimo. Y no necesitaré esto—yo le doy él papel y camino hasta la puerta—. ¿Puedes guiarme a la salida? Mi amigo me está esperando.

Salgo del lugar junto con él y juntos vamos a la salida. Allí veo a Leo y me dirijo a su auto.

—Recuerda lo que te dije—me dice Phoenix antes de irme, pero yo lo ignoro.

Subo al auto de Leo y él me ve con una sonrisa.

—¿Y? Hueles a vieja— me dice él y lo golpeo.

—Mucho por contar, pero en resumen fue maravilloso—le digo y él aplaude.

—Te dije que no pasaría nada malo, luego me cuentas—él arranca el auto y el viento empieza a golpear mi cara.

Fue un buen día. Conocí a mi abuela y parece que no tendré que pelear por la herencia.

Busco mi celular en mi bolsillo y arrugo el entrecejo al sentir un papel. Lo saco y veo que es el mismo papel que me dio Phoenix.

No sé a qué se referirá con "protegerme", pero dudo que sea algo malo. Mi abuela es la persona más dulce que hay ¿Qué mal podría llegar a hacerme?

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🪐 Nota de la autora 🪐

Hooolaa.

Por fin conocemos a un familiar de Lunaa 🌙💙

La abuela de Luna aparecerá bastante al igual que su guardaespaldas.

Y las advertencias de Phoenix me dan miedo.

Instagram: dell_h16
Tik tok: dell_h1

🪴 ¿Qué les pareció la abuela? 🪴

🌱 ¿Confian en ella? 🌱

Nos vemos el vierness 💜

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