17: "No hay razón por la cual avergonzarse, ¿o sí?"
Sol
No podré ver de vuelta a Perseo.
Que vergüenza. Literalmente tuve un ataque de pánico al frente de él, debe pensar que soy una loquita y se alejará de mí. Perdí a mi único amigo.
Mierda.
—No creo que él piense eso, Sol—me consuela Saturno, quien está escuchando mis quejas—. No es un niño, sabe que es un tema serio y no se burlará de eso.
—¿Y si lo hace? Júpiter se burlaba de mí cuando me pasaba, decía que era una estúpida. Tal vez él piense lo mismo.
—El único ser humano que podría pensar eso es Júpiter porque es un idiota, pero Perseo no es así, él te ayudo. No se burlará de ti y no pensará que eres estúpida—apoyo mi cabeza en la falda de mi amiga y siento sus caricias en mi pelo.
—Aun así, no puedo verle la cara. Me avergüenza.
—Lo entiendo, pero tú tranquila, dudo que él se aleje de ti por esto.
Saturno es el tipo de amigas que siempre está para ti, sin importar que. Agradezco que este a mi lado, a veces siento que soy súper pesada contándole todos mis problemas.
—Bueno ¿Quieres ir a dormir? Ya es muy tarde—le digo y ella niega con la cabeza.
—No, hoy te acompañaré toda la noche.
—Pero yo también iré a dormir—ella me levanta una ceja y me dedica su mirada de <<No soy tan tonta como crees que soy>>
—Sol, no soy tonta, sé que no duermes por las noches, así que esta noche te haré compañía así no te sientes sola.
—No es necesario.
—Sí que lo es—insiste.
No servirá de nada discutirle y decirle que se vaya a dormir, así que no me molestaré en hacer eso. Además, sí me gustaría tener compañía.
—Okey, ya que estamos aquí y no sabemos que hacer—empiezo a decir— ¿Se puede saber qué te pasa?
—¿A mí? Nada
—Sí, ajá. Noto que estás triste, quiero ayudarte—le insisto—. Cuéntame, si algo te hace sentir mal te ayudará mucho contarlo, eso me dices tú siempre.
Ella se relame los labios mientras juega con una pulsera, hasta que toma un suspiro y me dice.
—Me harté de estar sola—empieza a decir—. Sé lo que dirás. Dirás que no estoy sola y que te tengo a ti y Mercurio, y a todos del grupo, pero no puedo evitar no deprimirme cada vez que veo fotos de Marte y de Venus en New York besándose, o cada vez que estoy con Mercurio y con Libra, y ver como Mercurio la idolatra como si fuera su dios. O escuchar tus interminables llamadas que tienes con Luna. No estoy celosa, pero quiero algo así también. Todas las relaciones que tuve fueron una mierda ¿Qué tal si todas son así? Quiero tener algo lindo con alguien. Quiero alguien que me escriba 2.000 cartas todos los años o alguien con el cual comparta mi hobbie favorito.
Entiendo a la pobre de Saturno. Está rodeada de personas con la pareja perfecta y digamos que sus novias dejaron mucho que desear. Es entendible que quiera algo como lo que tenemos todos nosotros. Si vamos al grano ¿Quién no quiere a alguien que lo ame en su vida?
—Creo que jamás seré suficiente para alguien—me dice mirando para bajo.
—Sé cuánto amaste a cada una de tus novias y ella fueron una mierda, pero eso no significa que no seas suficiente. Ellas no fueron suficientes para completarte y algún día llegará esa persona que pueda hacerlo—la consuelo.
—¿Y si no llega?—me pregunta— ¿Seré una vieja sola con 30 gatos? No quiero ser eso—me río un poco por su comentario.
—Para empezar, los gatitos son una buena compañía. Y segundo, si no llega no será porque no eres suficiente, será porque eres demasiado buena para la sociedad. — le digo—. El mundo actúa de una manera rara, Saturno. Nunca nadie podrá entenderlo, pero créeme que él sabe lo que hace, aunque no parezca.
Ella no me ve a mí, ve para abajo mientras juega con su pulsera. Agarro su cara con mis manos y hago que me mire.
—Jamás pienses que no eres suficiente, eres suficiente para mí y te amo tal cual eres. Que no tengas pareja no significa que no seas buena para alguien.
—Eres la mejor ¿Lo sabías?
—La verdad, es que no. Gracias por decírmelo.
Ella me abraza y yo la abrazo a ella fuertemente, pero una voz somnolienta nos interrumpe.
—¿Qué hora es?—pregunta mi tío refregándose los ojos—. Son las 3 de la madrugada ¿Son vampiros que no duermen o qué?
—No tenemos sueño. Oye, quería preguntarte ¿mañana puedes llevarme a mi cita con el psiquiatra?—le pregunto.
—Claro, corazón. Si quieres puedo ir contigo, puedo quedarme afuera—me dice él.
—No es necesario, creo que puedo yo sola.
—Okey. Ya que estamos todos despiertos, veamos una película.
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Estoy en mi primera cita con el psiquiatra.
Sé que es alguien muy importante y es la persona que me ayuda a mejorar, pero le tengo miedo y odio venir. Y mucho más cuando no lo conozco, como en este caso.
—Te llamas Sol Margaret Shining ¿verdad?—me pregunta un chico joven.
Debe de tener unos 30 años y su cabello castaño está peinado para atrás. Sé ve simpático, espero que lo sea.
—Así es, pero por favor evite el Margaret—le digo y él sonríe.
—Okey. Mi nombre es Tauro, es un gusto conocerte—se presenta—. Tus antiguas psicólogas me pasaron tu registro, ¿Cómo vas con el tema de tu bulimia?
—Bien, ya no hago nada para bajar de peso, al menos no excesivamente. Solo voy al gimnasio para mantenerme en forma.
—¡Que bien! Yo también voy al gimnasio, es difícil mantener este cuerpo a las 30 años—me dice y yo me rio— ¿Y qué hay de tu depresión?
—Mm, estoy bien, creo. Hay veces que estoy triste, pero no como antes y las pastillas que tomo ayudan mucho.
—Bueno, por lo que veo vas muy bien. ¿Hay algo que quieras contarme?—me pregunta.
Es tu psicólogo, Sol. Debes decirle.
—Bueno, digamos que últimamente he tenido pesadillas y creo que alucinaciones.
—¿De qué se tratan?
—Sobre mi ex novio. Él era muy malo conmigo y ahora tengo pesadillas con él y apenas puedo dormir. También lo veo en los pasillos o cosas como el estilo, y cada vez que voy a algún donde estuve con él lo recuerdo y es como si viviera esa situación otra vez. He tenido muchos ataques de pánico por eso.
—Parecen ser signos de estrés post-traumático, Sol. Me alegra que me hayas contado. ¿Hace cuánto tiempo te pasa esto?
—Hace dos años que tengo las pesadillas, pero jamás las tuve frecuentemente solo las tenía una o dos veces al año. ¿Por qué las tengo ahora y no antes?
—La verdad es que creo que no hay una respuesta concreta. Nuestra mente intenta protegernos de los recuerdos que nos hacen mal, el subconsciente está lleno de esos recuerdos. Son recuerdos que nuestra mente bloquea para que no enloquezcamos. No es que estos recuerdos hayan estado en el subconsciente y ahora hayan salido a luz, creo que simplemente ahora tienes más tiempo para pensar en aquello, ya que los años anteriores pensabas en otras cosas.
—¿Y se puede curar?
—No puedo hacer que desaparezcan de tu mente, pero si puedo ayudarte a que duelan menos y que lo superes—me dice él.
—¿Me dará más pastillas? Por favor, no. No sé cómo tragarlas—le digo y él se ríe.
—Intentaré darte unas que puedas tragar fácilmente, de igual manera, aún no te recetaré nada porque quiero conocer más a profundidad tu problema y conocerte mejor a ti. Te enseñaré un par de ejercicios para que te sientas mejor.
Sigo hablando con él un rato más, hasta que la hora termina y salgo de su consultorio con un pequeña sonrisa.
El chico es buena onda, me agrada.
—¡Sol!—escucho un grito y veo a Perseo del otro lado de la calle.
Mierda. Mierda. ¿Qué hace aquí? ¿Dónde me escondo?
Me hago como si no hubiera escuchado con su grito y sigo con lo mío. Hasta que él me alcanza y me taclea haciendo que caiga al suelo.
La gente nos mira extraño, pero la verdad es lo último que me preocupa, Perseo me aplastó las tetas de una manera muy fuerte,
—¡Auch!—gimo de dolor en el suelo—. Me aplastaste las tetas.
—Lo siento, pero necesito hablar contigo y tú te estabas haciendo la sorda—me dice él mientras me ayuda a pararme.
—Yo no me hacia la sorda, ni siquiera te vi—miento lo mejor posible.
—Sí, ajá—me dice él y yo miro para abajo—. En fin, te encontré en la calle y aprovecharé el momento para preguntarte porque me estás evitando desde que salimos. No entiendo el porqué.
—No te estoy evitando, o bueno, tal vez un poco sí. Estoy avergonzada por lo de la otra vez, lo siento. No era mi intención que me pasara eso.
—Sol, no hay nada de qué avergonzarse, a mí también me pasa y sé que eso es una gran mierda. Tú tranquila, conmigo puedes contar cuando quieras.
—¿Se le contaste a Andrómeda?—le pregunto.
He tenido ese miedo toda la semana. Me imaginaba llegando a la universidad y ellos ignorándome por completo por lo que pasó, y luego toda la universidad enterándose y tomándome como loquita.
—No, ni pienso hacerlo—al escuchar eso el alivio llega a mi cuerpo—. Cambiando de tema, quiero llevarte a un lugar, mi querida burbuja—me dice él y yo me rio.
—¿A dónde?
-A un lugar muy hermoso—lo miro desconfiada—. Tranquila, no pienso asesinarte.
Acepto y subo al auto de Perseo.
Luna
Estoy viva, sorprendentemente.
Me sorprende la capacidad que tiene Leo de poner mi vida en riesgo dos veces en menos de 4 horas.
—¿Quieres algo para comer?—me pregunta Marte y yo le digo que no con la cabeza.
No quiero hablar, mi garganta se siente rara.
Estoy aferrada a Marte como un koala mientras ella me acaricia la cabeza con ternura. En un lado está Julieth, quien se está bañándose en mi cama.
Casi me muero, literalmente me dijeron que llegué justo a tiempo al hospital, un segundo más y daba mi último aliento.
He tenido varias reacciones alérgicas, pero jamás estuve tan cerca de morir y me pareció bastante aterrador la verdad.
Y Dios, que vergüenza que te asesine un estúpido como lo es Leo.
—¿Qué tal una sopa? Te hará sentir mejor comer algo, Luna—me dice Marte.
—La sopa me hace recordar a mi Solcito.
—¿Y no quieres recordarla?
—No, porque la extraño y quiero que esté acá— digo con voz quebrada y rompo en llanto.
Extraño a Sol, quiero que esté aquí cuidándome.
Marte me abraza fuerte mientras lloro desconsolada—¿Quieres llamarla? Allí es de tarde, de seguro no está haciendo nada.
—Okey—acepto entre lágrimas
Marte agarra la computadora y llama a Sol. Me peino un poco para estar presentable y limpio mis lágrimas.
—Holis—escucho Sol y la veo a través de la pantalla.
—Hola, Sol—le dice Marte yo le saco la computadora.
—Hoola—le digo a Sol—¿Estás ocupada?
—Mm, bueno, estoy con un amigo, pero puedo hablar—me dice ella.
Escucho como ella le dice algo a alguien y luego se baja de un auto.
—Listo.
—Te extraño—le digo con lágrimas en los ojos.
—Yo también, Luni, me gustaría que estés aquí en Milán, así podría cuidarte. Por cierto ¿Cómo estás ahora? ¿Estás mejor? ¿Aun sigues en el hospital?
—No, ya me dieron el alta. Estoy muy cansada, la verdad, y un poco deprimida.
—Oh. Marte, hazle una sopa por mí.
—Sí, hazme una sopa por ella—le digo a Marte y ella me mira con mala cara antes de ir y hacer la sopa.
Noto como Sol camina por algún lugar de Milán mientras hablamos de como me siento.
—Oye, como nuestras vacaciones coinciden pensé que podríamos ir juntas a mi casa de verano en Malibú—me dice Sol—. No sé di algún vez has ido, cuando era pequeña solía ir siempre con mi papá. Me pareció estaría bueno ir.
—Me gusta la idea. Podemos tener sexo en la playa—le digo a Sol y ella niega con la cabeza.
—No, gracias. No soy fan de la arena, aunque si me gusta hacer castillos.
Con Sol estamos hablando poco tiempo así ella vuelve con su amigo. Luego yo me levanto de la cama y veo los mensajes de Leo.
Idiota de pelo azul: Lunática
Idiota de pelo azul: ¿Sigues viva?
-Sí, para tu mala suerte.
-Te asesinaré.
Idiota de pelo azul: juro que no fue mi intención.
Idiota de pelo azul: ¿me perdonas?
-No.
-Se acerca mi venganza, así que prepárate.
Con esto me di cuenta que la vida es corta.
En un periodo de 5 horas casi muero dos veces por culpa del mismo idiota.
Si hubiera muerto no podría haber conocido a mi abuela y al resto de mi familia. Tampoco podría ver a Sol nuevamente.
En fin, lecciones de vida.
Agarro mi celular nuevamente y busco el número de la señora que era amiga de mis padres.
Tú puedes, Luna.
Marco el número y presiono el botón de llamar.
—¿Hola?
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🦖 Nota de la autora🦖
Hooolis
Go, Luna, go.
Nuestra chiquita se animoo 🌙💙💙
Y Sol empezó a ir de vuelta al psiquiatra.
Ambas van por el camino correcto 🌙🤍
Y como se apoyan a pesar de la distancia 💫🌙🤍
Se las ama 🤍🤍
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Tik tok: dell_h1
Nos vemos el luunes 💫
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