13: "Bienvenida al juego"
Luna
—Así que, golpeaste a un chico para defenderte y todos creen que lo hiciste solo porque él te estaba coqueteando y ahora te llaman "Diva universitaria". Luego creíste que Libra le estaba siendo infiel a Mercurio y fueron a perseguirla a una pizzería, resulta que nomás era solo un pobre chico y Mercurio lo golpeó mientras que el chico que golpeaste en la fiesta te tiraba una pizza y jugo de naranja—Sol asiente con la cabeza mientras come unas papás fritas—. Solo a ti te pasan esas cosas.
—Me pasan por tonta.
—Te pasan porque no piensas bien las cosas antes de actuar—le digo—. Entiendo que hayas golpeado al chico, eso es totalmente aceptable y luego hablaremos con profundidad sobre ese tema, pero en serio, Sol ¿Cómo pudiste creer que Libra le es infiel a Mercurio?
—Sé que no pensé dos veces las cosas, pero cualquiera que hubiera leído los mensajes hubiera pensando lo mismo que yo, solo que yo reaccioné de mala manera—me dice ella—. Me recordó mucho a cuando... —deja la oración en el aire.
—¿Cuándo?
—Cuando descubrí que Júpiter me era infiel. Fue casi igual, vi unos mensajes medios raros y luego lo encontré besándose con una chica. No lo sé, no quería que pasara lo mismo con Mercurio así que quise asegurarme.
A Sol aún le cuesta mucho el tema de Júpiter, ella no superó del todo lo que pasó con él y es entendible él hizo que ella la pasara tan mal. Me gustaría poder estar ahí para abrazarla.
—Oye, lo que hiciste puede que haya sido muy impulsivo, pero es entendible, Sol, quieres cuidar a Mercurio y ellos lo entienden. No te sientas culpable por lo que pasó, hay personas que reaccionan peor—ella suelta una risita de boca cerrada.
—Como ese chico de la película que vimos. Él sí que reaccionó mal, le cortó el cuello a su novia— dice ella y me río.
—Así es, mientras que no le cortes el cuello a nadie todo estará bien.
—Okey, tengo que ir a dormir. Me prometí que mañana saldría a correr así que necesito levantarme temprano para poder bañarme, desayunar e ir a la universidad.
—Descansa y come bien, por favor—le recuerdo.
—Oki. Tú intenta tratar bien a los chicos de la banda—me dice acercando el celular a su cara haciendo que solo se vean sus ojos.
—Sí, sí, todos sabemos que no haré eso. Te amo.
—Yo también te amo, Gruñonsito. Bayy—luego de despedirse corta la llamada y yo suspiro.
Suerte que pude hacerme un tiempo en el trabajo para poder hablar con ella, hace mucho no hablábamos por videollamada y no podemos expresarnos muy bien por mensaje.
Camino nuevamente en dirección al la parte principal del negocio y veo a Leo intentando mover una caja con dificultad.
—Luna—me llama— ¿Quieres venir a ayudarme?—me pregunta con dificultad y cansancio.
—Pues si no me queda de otra—digo y lo ayudo a mover una caja enorme—. Supongo que por esto me aumentaran el sueldo, ¿no?
—Lo único que aumentará serán mis ganas de molestarte, así que deja de hablar y haz fuerza.
Ayudo a Leo a mover la enorme caja con quien sabe que adentro mientras él chico me recuerda lo flacucha que soy. Cuando terminamos ambos suspiramos cansados y me siento arriba de una mesada para descansar.
No hay casi gente, afuera está lloviendo como si fuera un diluvio, así que nadie sale de su casa para comprar un instrumento.
Con Leo estamos aburridos, hace un rato estábamos jugando a los dados, probamos una batería y comimos galletitas con café mientras nos quejábamos de la universidad.
De apoco lo voy conociendo. Le encanta la música, hace gimnasia artística y estudia bellas artes en no sé que universidad. Lleva 24 años de vida jodiendo la existencia y le encanta los super héroes.
—Oye, ¿puedo preguntarte algo?
—Si te digo que no de seguro lo harás de igual manera, así que hazlo—me dice él viendo unos papeles.
—¿Recuerdas que hace un par de días atrás vino una señora de pelo blanco y violeta?—le pregunto y él piensa.
—Mmm ¿Cuántos días atrás?
—Tal vez una semana y un par de días más. Es la que atendiste por mí porque me sentía mal. Buscaba guitarras para niños.
—Ah, sí, la recuerdo.
—¿Recuerdas si pagó en efectivo o con tarjeta?
—Con tarjeta—me dice dejando los papeles a un lado—¿Por qué preguntas?
—Larga historia—me muto a decir.
—Pues tenemos tiempo, no vendrá nadie por un buen rato y estamos muy aburridos—dudo un poco en decirle y él lo nota—. Vaamos, entretiene un poco—insiste con una sonrisa de boca cerra y torciendo la cabeza para un costado.
—Bueno. Como ya te dije no tengo padres, ellos murieron cuando era bebé, y esa señora era amiga de mis padres y me preguntó si yo estaba aquí por mi abuela dando a entender que ella u otros familiares míos viven aquí en New York. Sí pagó con tarjeta podemos ver el registro de compras y ver su número de teléfono.
—Uuuuuh, que interesante—me dice él—. Podemos fijarnos ahora si quieres, no hay nada más interesante que hacer y sé en que computadora está todo eso. Sígueme.
Sigo a Leo por un pasillo bastante oscuro y entramos a un cuarto donde solo es alumbrado por una computadora.
Parece un habitación de un hacker.
Urano, ¿tienes algo que confesar?
—A ver. A ver—Leo se truena los dedos y empieza a fijarse en los archivos de compra—. ¿Tienes idea en qué fecha fue?
—No.
—¿El nombre o algo?
—No, nada.
De repente se prende una luz haciendo que la habitación pase de ser oscura a una con más claridad rebelando papeles desordenados y muchos cables.
—¿Qué están haciendo aquí?—pregunta Urano apareciendo de atrás con las manos en la cintura.
A mí casi me da un paro cardiaco por su aparición tan repentina y Leo saltó en su lugar agarrándome y poniéndome al frente de él como escudo humano.
—Mierda, tío. Casi me das un infarto—dice Leo agarrándose el pecho y con voz agitada.
—Eso no hubiera pasado si no estuvieran hurgando en la computadora que no deberían—le responde— ¿Puedo saber que están haciendo?
—Pues... estábamos...eeh— intentando buscar una excusa, pero ninguna buena aparece por mi cabeza.
—Jugando al Pou—dice finalmente Leo y yo lo miro extrañada al igual que Urano.
Es la excusa más horrible que he escuchado en mi vida.
—Sí, claro. ¿Qué tan tonto piensas que soy?—le dice Urano cruzándose de brazos.
—Del 1 al 10, un 7—dice él chico y Urano lo mira con mala cara.
Urano no es una persona que se enoje, conmigo ha sido muy amable estos días y eso que rompí un bajo, así que es la primera vez que lo veo "enojado", aunque no sé si decirlo de esa manera, ya que sigue con su semblante calmado y con las buenas vibras que carga siempre.
—Chicos, pueden decirme que están buscando yo no los retaré, cómo mucho les diré que se aparten y que no lo vuelvan a hacer—nos dice Urano.
—Eso dijiste cuando rompí el jarrón y cuando te conté que yo lo hice me pegaste un chanclaso—le reclama Leo
—Lo hice porque rompiste un jarrón que vale $500.000 dólares y llevaba las cenizas de tu abuela.
—¿Puedes ser tan estúpido?—bromea para molestar a Leo.
—Cállate. Estábamos buscando información sobre una clienta, Luna quiere saber su número de teléfono.
—Ah, creí que sería algo peor—dice Urano cruzándose de brazos—. Pero, Luna, no se coquetea con los clientes—Leo parece que se desinfla y luego suelta una carcajada tan sonora que me sorprendo.
—¿Qué? No, no. No es por eso y tú deja de reírte—le digo a Leo, quien ríe como un cerdo—. Quiero saber su número porque era amiga de mis padres y quiero hablar con ella sobre ello.
—Ah. Si quieren puedo ayudarlos a buscarla—Urano se sienta en la silla que está al frente de la computadora y empieza a teclear algo— ¿Recuerdas su nombre?
—No, no me lo dijo. Era una chica más o menos de su edad, con mechones de cabello violetas.
—Ya sé quién es.
—¿Conoces a cada persona que viene a comprar aquí?—le pregunta Leo.
—No a todos, pero esa señora iba conmigo a la escuela así que la recuerdo. En especial porque era la capitana de porrista.
—Si fue a la escuela con ella significa que fue también con mi papá y mi mamá.
—Puede ser, pero no recuerdo a alguien con apellido Growing—dice Urano buscando a la señora—. Y aquí tienes su número de teléfono.
—¡Genial! Encontramos a la gallina dorada—dice Leo, y Urano y yo lo miramos extrañado—. El huevo dorado sería el número de teléfono, da.
—Dios, que mal te crie—comenta Urano frotándose la frente y Leo le saca el dedo del medio cuando se da la vuelta.
—Gracias por ayudarme—le agradezco
—No hay de que, Luna. Si necesitas ayuda con otra cosa aquí estoy. Ahora vayan a trabajar—con Leo nos dirigimos nuevamente a la parte delantera del local a hacer nada.
Okey, ya tengo el número de la señora ¿Ahora qué? Es decir, quiero llamarla y preguntarle cosas, pero no sé qué exactamente. Tampoco sé si quiero ir a buscar a mi abuela o sí quiero hablar con ella sobre mis padre.
En conclusión no sé que hacer.
—¿Tú qué harías si estuvieras en mi situación?—le pregunto a Leo llamando su atención—. Uno de mis mayores miedos es salir lastimada ¿Qué tal si es una mala decisión?
No soy de abrirme así, pero necesitaba preguntarle eso a alguien.
—¿Hablas de ir a buscar a tus parientes? —asiento con la cabeza y él se sienta en la mesada—. No lo sé, tendría mucho miedo, pero de seguro lo haría. El que no arriesga, no gana y vivir en este mundo se trata de ganar y arriesgarse. Creo que me arriesgaría a ganar ese juego, aunque duela en el intento—dice Leo y yo me quedo pensando en sus palabras.
Toda mi vida le temí a los riesgos, ya estoy harta de hacerlo. Quiero vivir la vida y eso implica los riesgos.
¿Qué es una vida sin riesgos, aparte de un juego perdido? ¿Una vida aburrida? Yo no quiero eso, me harté de eso. Me harté de esquivar el dolor.
Todo el mundo intenta esquivarlo, pero ¿Qué tal si ese dolor es lo que nos ayuda a entender lo que realmente es la felicidad?
No quiero perder este juego, quiero ganarlo.
—Si te pido que me ayudes en esto ¿lo harías?—le pregunto a Leo y él me ve.
—¿Ayudar a una amargada cómo tú? Sí, lo haría. Cuenta conmigo.
.・✫・゜・。.
—Ya lo decidí, voy a buscar a mi abuela—le cuento a Sol, ella está desayunando unas tostadas con el cabello mojado y yo estoy apunto de acostarme a dormir.
-—¿Te sientes bien al querer hacer eso?—me pregunta con la boca llena.
—Sí, estoy segura y quiero hacerlo. Quiero vivir la vida con riesgos—le digo y por medio de la pantalla veo como sonríe. Luego deja la tostada y empieza a aplaudir.
—Me alegra que quieras hacerlo, Luni. Por más de que esté en otro continente, cuenta conmigo para querer hacerlo. Estoy aquí si me necesitas.
—Lo sé. También me ayudará Leo.
—¿Es ese de pelo celeste que dijiste que es un pesado?—me pregunta tomando un jugo de naranja.
—Sí, así es—le digo—. Es un pesado, pero no es mal chico solo es un estúpido—ella se ríe por mi comentario.
—Oye, tú sabes de estas cosas. Tengo que hacer una nota de opinión para el periódico de la universidad y no sé cuál podría ser la tesis.
—Si quieres mándame el Word y lo hacemos juntas.
Sol y yo nos pasamos 3 horas hablando y haciendo su artículo de opinión. Esta es la única hora en la que podemos hablar por al menos 4 horas, cuando Sol está desayunando y yo estoy por irme a dormir. Me quedo hasta la madrugada hablando con Sol y ella se despierta muy temprano para hablar conmigo.
—Bueno, tengo que irme a la universidad. Creo que la nota de opinión quedó bien, gracias por ayudarme. Te escribo luego y sueña lindas cosas, bayy—ella me tira un beso por medio de la pantalla y ella me rio.
—Adiós—le digo y corto la llamada.
Como me gustaría poder estar allí con ella. La verdad es que Sol me hace mucha falta y ahora que voy a averiguar más sobre mi pasado me harán falta sus abrazos y sus ataques de besos. Extraño estar en sus brazos e ir a la laguna a pasar el rato. También extraño ver sus tonterías de cada día y escucharla hablar de sus teorías tontas de porque los unicornios, las hadas y demás seres mitológicos si existen.
Aunque, lo que más extraño es ver lo infantil que es. Ella dice que no lo es, que solo ve la vida con colores porque no le gusta ni el blanco ni el negro, solo en zapatos. Pero cualquier persona que conoce a Sol la describiría como alguien infantilmente divertida, creativa, dulce y con una sonrisa muy brillante.
Así es mi chica, alguien infantil con una sonrisa que iluminaría cualquier parte del mundo.
Ella es mi rayito de luz que ilumina mi camino. Extraño tenerla a mi lado.
Dejaré de pensar en Sol para no llorar y me iré a dormir, solo espero que esto de buscar a mi abuela no salga mal.
Tal vez me estoy preocupando demasiado ¿Qué puede salir mal?
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🗽Nota de la autora🗽
Hoola, de nuevo jaja 😊💖
Leo en cada capítulo me cae mejor. Se lo quiere 💙💙
y Luna va a buscar a su abuela, aaah. Conoceremos más de su familia.
Esa última parte me hizo llorar 🥺🌙☀
Hay actualicé medio tarde porque no tenía la computadora. Lamento la demora y espero que les haya gustado el cap.
Instagram: dell_h16
Tik Tok: dell_h1
💙¿Les agrada Leo? 💙
🦖¿Emocionados por conocer más sobre la familia de Luna? 🦖
🐙¿Extrañan ver a Luna y a Sol
juntas? 🐙
Mañana hay actualización de mi otra historia, así que no se la pierdan.
Loos quiero y los veo el próximo viernes 💖
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