El reloj avanza, las semanas pasan, la vida se acorta; el sufrimiento sigue como también la curiosidad toma espacio en la mente.

Ambos jóvenes tenían curiosidad, pero ninguno se atrevía a hablar, por supuesto que habían razones y eran simples, tenían vergüenza, simple, es decir ¿Con qué cara te verían? si llegabas a preguntar "oye ¿cuánto tiempo te quedaras aquí?" sería muy grosero

o si solo preguntabas si es que realmente existía una leyenda en este lugar "maldito", no quería sonar como alguien que se cree las cosas tan fácilmente, seguramente se reirían en su cara.

Nunca pensaron que tener curiosidad fuera tan complicado.

Pedían que la curiosidad se apiadara de ellos y los dejara tranquilos, pero no sería posible, esta había encontrado las presas perfectas para su entretención.

¿sabes que la curiosidad puede ir muy lejos si no haces caso de las señales para detenerte?

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Estaba decidido, habían pasado dos semanas y el pobre chico aun no sabía nada acerca del pueblo, claro que había hecho de todo, fue a la biblioteca para ver si en algún libro encontraba algo que almenas respondiera sus dudas y por fin poder estar tranquilo, pero lo único que consiguió fueron más dudas y empezaba a cuestionar si su suerte lo odiaba.

Caminaba de regreso a casa, frustrado por todo lo que le pasaba y es que ¿era acaso tan dificil tener una simple respuesta? es decir, ni siquiera sabía de qué se trataba esa leyenda con exactitud, todo era confuso. En los libros se hablaba de una maldición del demonio atormentando a sus habitantes, pero que cada relato era distinto.

Uno trataba acerca de que el demonio espantaba a las personas.

Otro decía qué la gente era la que estaba maldita y no el pueblo.

Y otros simplemente eran historias las cuales eran en si ridículas.

Incluso había pedido prestado un tonto libro de historia del lugar, pero no creía que este le daría las respuestas que necesitaba. Suspiró y aceleró el paso para llegar a casa.

- ¡Joven!, ¡Niño! -.

Una señora de la tercera edad, que posiblemente pisaba los 60 años, le llamaba insistente. Así que se detuvo y miró a aquella mujer.

-Hola, disculpa si te molesté, pero me enteré que tú y tu familia se habían mudado recientemente y quiera darles este regalo de bienvenida. - Dijo la mujer con una cálida sonrisa extendiéndole una bandeja con una tarta de frutos rojos.

Extendió una de sus manos, pues con su otro brazo sostenía el libro, y tomo aquel delicioso regalo para posteriormente agradecer.

La mujer dirigió sus verdes y ya cansados ojos hacia el libro que el rubio sostenía y sonrió, dirigió su suave mirada hacia el chico que parecía avergonzado.

-Asi que tienes curiosidad. - soltó una pequeña risa, mas no era molesta. -bueno, si ese libro no responde tus dudas puedes venir a verme y tal vez resuelva algunas preguntas que tengas. - agregó.

Mikaela lo pensó un poco la verdad no sabía si ese libro podría contener algo diferente al resto que había leído, y ¿qué mejor manera de saber algo, que por alguien que llevaba años en este lugar?

-Sí, lo tendré en cuenta, muchas gracias. - la mujer sonrió en manera de despedida y entro de nuevo a su casa.

Ahora se sentía más tranquilo, miro la tarta que tenía en su mano y soltó una pequeña risa, ahora tenía otro postre que acabaría en el refrigerador de su madre y de paso una respuesta.

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VOLVI  ENTRE LAS SOMBRAS hola gente bonita, me disculpo por mi largo largo, laaaaargo descanso no pondre escusas la verdad a veces olvidaba que tenia esto en borradores, perdon ;-;

Pero volvi ¿como estan? yo la verdad estoy bien, en mi país, empezaran las clases semi-presenciales el 6 de abril ;-; la verdad no quiero ir prefiero hacer  trampa en mis examenes y detestaria volver a levantarme a las 4 de la mañana xd por otro lado estar en segundo de bachillerato esta horrible, no me gusta ;-; jajajajaj bueno.

me vuelvo a disculpar, pero en mi defenza NADIE ME RECLAMA POR UNA ACTUALIZACIÓN ¿esta historia encerio les gusta? yo la verdad quisiera saber qe opinan y asi, feliz día, nos leemos luego :)