Tsubaki se espanto cuando Sakuya lo acorraló en el asiento del auto, estaban lejos del centro, lo había llevado a las afueras de la ciudad

—¡Por favor no me mates!

—Je, eres adorable

El pelinegro tenía la respiración agitada, se estaba asustando

—Tranquilo Tsubaki, no te haré nada

El peliverde colo sus manos en la polera de Tsubaki, le acaricia la cintura, su piel era más suave de lo que pensaba, Tsubaki no pudo evitar soltar un leve jadeo, las personas casi nunca lo tocaban ni para un abrazo, así que el más mínimo contacto es demasiado para él

—Tienes una piel muy suave, igual a la de una chica

"Una chica", pensó Tsubaki, eso lo hizo ligeramente feliz

—Tsubaki

Susurró Sakuya de forma ronca en su oído, lentamente le quito el sueter, Tsubaki estaba avergonzado, un chico le estaba viendo los brazos, el cuello y el torso, para muchos eso no es nada, pero para él si, ya que siempre usa suéters y pantalones largos, nunca nadie lo había visto de estaba forma

Sakuya se quedó viendo los pezones de Tsubaki..esos pequeños y rosados pezones...todo eso le pertenece