5: Ojalá

A veces el tiempo parece volar, otras veces detenerse.

Para Yeonjun, las siguientes dos semanas fue una mezcla alcaída de todo: Volar en los mejores momentos y detenerse en lo peor de su semana.

En verdad era difícil, muy difícil.

La separación de los mejores amigos más hot de la universidad, provocó mucho revuelo entre los alumnos.

Porque parecían ser la amistad perfecta, cuando en realidad, no era más que una superficialidad triste. Porque literalmente cada uno se fue por su lado, siendo lo más felices posibles estando alejado del otro.

Claramente esto era en parte falso porque Yeonjun fingía todo el tiempo. Uno nunca sabe lo cansado que es forzar una sonrisa todo el tiempo hasta que lo hace. Es desesperante.

Sentirse vacío, triste, dependiente y débil, es jodidamente desesperante.

Los rumores corrían, la gente hablaba, sentían lástima.

¿Por qué la gente es tan chismosa y metiche?

Simple, porque ellos eran muy populares sin siquiera intentarlo, eran seguidos sin la necesidad de tener un séquito.

Ser lindo es jugar la vida en modo fácil. O por lo menos eso dicen, aunque no tengan ni idea de lo jodido que es todo, no importa si eres extraordinario o uno más del montón, los altibajos existen para todos.

Ojalá...

Tae, Sorn y Yeonjun estaban sentados en la mesa de la cafetería, solo para hablar. Hyuka y SinB, por su lado, debían entregar unos trabajos, por ello no estaban ahí.

Y bueno, Soobin ya no frecuentaba con ellos desde el distanciamiento que le impuso Yeonjun. Ahora iba con sus tantos otros amigos.

Obviamente Soobin no respondería las incesantes preguntas de "¿Que pasó con el peliazul?" con un: "Oh, cree que soy jodidamente irritante y un egoísta de mierda."

No. Él era muy orgulloso como para humillarse con la verdad.

Su respuesta era siempre un: "Me aburrí o es una tontería." Cuando la verdad para él, fue que era al revés.

Y seguía doliendo.

Por su parte, Yeonjun solo mostraba una sonrisa falsa a otras personas ajenas a su grupo cercano, por lo que no se contenía de mostrar su patética existencia frente a sus amigos.

Mucho menos a Tae y Sorn en ese momento. Ese día habia tenido un examen de recuperación.

Sí, recuperación.

Algo que Yeonjun no conoció jamás hasta ese día.

Supuestamente, alejarse de él era la solución, pero él solo sentía como el mundo se le caía encima desde entonces. Como si el universo le dijera que hacer eso fue un grave error.

Sus notas estaban por el piso, y el hecho de que tuviera que ir a trabajar todos los días en la noche, solo hacían sus noches de post estudio, muchísimo peor.

Se sentía solo, vacío, con millones de problemas; ver a su madre sacrificándose de todas esas formas por un aumento de sueldo, su hermana enferma...

Vivir era agotador.

——Jun, yo puedo entregar tus trabajos. Deberías ir a descansar...

Yeonjun se sobresaltó por la voz de su amiga, pues se estaba quedando dormido.

No había necesidad de decir nada, sus ojeras y mala expresión hablaban por él. Sus amigos sabían de su reciente estrés.

——¿Trabajos? Pero ya entregué los-

Shit.

Lo había olvidado. Obviamente iba atrasado varios trabajos. Efectivamente, no los hizo.

——Yeon, ¿por qué no dejas el trabajo? O vuelve a tu horario de antes. Te vas a volver loco ——sugirió preocupado Tae.

Yeonjun era su amigo más cercano. Verlo caer en la desesperación cada día no era algo agradable.

Él solo les había mencionado que su cambio se debía a una variación de horario en el trabajo. Obviando un 90% de la verdad.

——Nah... ——Yeonjun hizo una mueca y luego un gesto con la mano ——Estoy bien. Me gusta hacerlo.

Me súper encanta...

——¿Tienes más clases hoy? ——preguntó Sorn igual de preocupada.

——No, me voy a casa.

Por fin.

La puerta de la cafetería se abrió de golpe, cortando la conversación de los amigos, dejando pasar a cuatro de los chicos más deseados de la universidad: Eunwoo, Hyunjin, Jaehyun y Soobin.

Choi Soobin.

Los cuatro nuevos amigos inseparables, llegaron carcajeándose como si alguien hubiera dicho el mejor chiste el mundo. Claramente, llamando tremendamente la atención.

Sus hoyuelos, sus ojos, su porte, él...

Todos los ojos se fijaban en él. Era inevitable por su belleza. Pero solo en toda esa cafetería, había una persona que sabía que Soobin era mucho más que una bonita aparencia.

Choi Yeonjun.

Yeonjun lo vio entrar y sentarse en una mesa junto a Jaehyun, la mano del más alto pasaba por el respaldar de la silla del contrario, dando la impresión de que lo estuviera abrazando.

Su piel se veía más tersa y clara de lo usual. Su sonrisa se veía tan real...

Se ve más feliz que cuando estaba conmigo.
¿Así de fácil es para ti, Bin?
Me alegra, ojalá mi vida fuera como la tuya
Te envidio, te extraño, ¿y sabes qué? Lo odio.

Sorn y Tae intercambiaron miradas apenadas al ver al peliazul mirando tan fijamente a su dirección.

Sorn carraspeó incómoda, haciendo que Jun saliera de sus pensamientos.

——Oh, es verdad ——Sonrió ladino mientras se levantaba de la silla ——Me voy, ¿los llevo? ——ofreció.

Tae negó con una sonrisa desde su sitio.

——Sorn me invitó a ver una película después. Te hubiéramos dicho para ir, pero todos sabemos que necesitas descansar.

Yeonjun asintió cansado, y sin decir algo más, dejó a sus dos amigos solos en la mesa.

"¿Me lo prometes?" recordó ese día con melancolía.

Supongo que no.

Y le dolió. Porque si él estuviera en el lugar de Soobin, él no lo hubiera dejado solo en ese estado por más que se lo pidiera. En cambio, no había un atisbo de preocupación en el castaño por él.

Eso era todo.

Pero tenía razón después de todo, porque él no era Soobin, él no se sentía como Soobin, el no tenía idea de lo fácil que era para Soobin ensanchar una sonrisa falaz cada vez que lo veía pasar.

Tonto.

Yeonjun había estado usando el carro de un amigo durante esas dos semanas. No tenía ganas de caminar por lo cansado que estaba últimamente, y mucho menos de pasar por ese bendito parque que le tocaba ver cada vez que salía de su casa.

Cosas tan superfluas para nosotros, pueden significar el mundo para otras. Curioso, ¿no?

Para otra persona, ese parque no era más que un parque, pero para ellos, era completamente diferente. Su mundo.

Yeonjun estacionó el carro a dos cuadras del parque y se puso a pensar en como se había arruinado su vida en las últimas semanas.

Él no era de llorar.

Pero era, porque estos últimos días no sabía hacer otra cosa más que lamentarse entre sollozos silenciosos.

Lágrimas caían por sus mejillas, sentía una impotencia dolorosa. Golpeó con todas sus fuerzas el volante, y tiró su cabeza hacia atrás, dejando salir todo su enojo en sollozos inocultables.

Alguien más miraba la escena.

•+×+•

Un mes después...

¿Cuánto tiempo tiene que pasar para que alguien se sienta mejor después de pasar por una etapa de mierda?

La verdad no hay respuesta, pero Yeonjun la seguía buscando esperanzado.

Mi vida solo se va cada vez más al caño.

Sus amigos se dieron cuenta, pero como nadie sabía la verdad, debía seguir fingiendo y le resultaba bastante molesto.

Estaba caminando por el borde de la pared rocosa del parque; una caída de ahí y probablemente sus cesos terminarían hechos puré.

Obviamente no iba a hacerlo. No podía, ni quería hacerlo, pero sería una mentira el decir que no lo había pensado antes.

Su celular volvió a vibrar dentro de su bolsillo. Era la cuarta vez. Pero no atendería; estaba jugando a ser el equilibrista para sentir un poco de adrenalina más allá de su aburrida y monótona vida.

No sabía quien estaba llamando, tampoco le importaba en ese momento, lo vería después.

¿La indiferencia viene con la tristeza?

En algún punto dejó de importarle las notas, el trabajo, comer.

Soltaba risitas de vez en cuando cuando su pie se deslizaba más de la cuenta. Era tan emocionante...

De repente, sintió un jalón desde su capucha, y seguidamente, un golpe sonoro en su mejilla.

Alguien le había golpeado y le había hecho retroceder. Ahora estaba en el pasto, seguro y aburrido pasto.

——¡QUÉ MIERDA TE OCURRE! ——Yeonjun, completamente indiferente, elevó la mirada y se encontró con un Soobin con los ojos llororos, pero a su vez furiosos, con la respiración intranquila.

Yeonjun estaba ligeramente sorprendido. Era la primera vez que Soobin le volvía a dirigir la palabra después de tres largos meses.

——¡¿INTENTABAS MATARTE?! ¡¿QUE PUTAS INTENTABAS HACER, YEONJUN?! ——parecía una bestia enfurecida. Soobin lo tomó del cuello de su polera para gritarle a la cara ——¡PUDISTE HACERTE DAÑO! ¡IDIOTA! ——lo empujó con toda su fuerza al suelo de nuevo.

Yeonjun no salía de su sorpresa.

No, Soobin había entendido mal. Él no quería matarse, solo estaba jugando.

——Soobin, yo no-

——¡CÁLLATE! ——exclamó y luego giró sobre su propio eje, caminando de un lugar a otro, su respiración hecha un desastre, despeinado. Tal vez se veía tan desastroso como él.

——No iba a hacer nada ——espetó Yeonjun defendiéndose, aún conmocionado poniéndose de pie.

Soobin cayó de rodillas al suelo con una mano sobre su pecho. De pronto, no sentía el aire llegar.

——¿Soobin? ——se acercó Yeonjun preocupado.

Soobin parecía ahogarse. No respiraba.

Era... Estaba...

Era un ataque de pánico.

Yeonjun se alarmó y se arrodilló junto a él para asistirlo. Lo sostuvo entre sus brazos.

——Bin, mírame ——pidió con desesperación, Soobin aún ahogándose posicionó sus ojos dilatados sobre el mayor ——Estoy bien, ¿sí? Está todo bien... ——Soobin desvió la mirada con urgencia y la crisis respiratoria solo empeoró.

Soobin nunca había experimentado un ataque de pánico antes y Yeonjun tampoco nunca había visto uno en persona. Hacían lo que podían.

Soobin parecía perder el conocimiento. No podía respirar, no sentía el aire, la imagen se veía borrosa.

Yeonjun se desesperó y sintió lágrimas caer.

——¡No Soobin! ¡Respira! ¡Respira Bin, por favor!  ——tomó su cabeza entre sus manos temblorosas ——¡BINNIE TRANQUILÍZATE!

Escuchar ese apodo, lo hizo volver a concentrarse en el muchacho que lo sostenía con lágrimas en los ojos, acariciando sus cabellos con una mano.

Lo peor ya había pasado.

——Ya pasó... ——musitó Yeonjun en un sollozo ——Estás bien...

Soobin empezó a sentir el oxígeno ingresar gradualmente.

Yeonjun al ver que ya respiraba mejor, lo abrazó con todas sus fuerzas, sus labios rozando el lóbulo de su oreja.

Tuvo tanto miedo...

——Lo siento, lo siento, lo siento... Lo siento tanto... ——murmuró con premura.

Cuando Soobin recobró la mitad de su fuerza le devolvió el abrazó y también comenzó a llorar con él.

Sintió que moriría. Probablemente una de las peores experiencias de su vida.

Una vez las cosas se tranquilizaron, descendieron por la bajada pastosa del parque hasta sentarse en la banca.

Soobin seguía con la respiración ligeramente agitada, miraba al frente, sintiéndose demasiado vulnerable como para girar la cabeza hacia un costado. Yeonjun usaba la manga de su chompa para secarse los rastros de lágrimas, también mirando al frente.

¿Por qué estando a tan solo unos centímetros de ti, te siento tan distante?

¿Qué nos ha pasado?

Y por primera vez, en su desgastada relación se formó un silencio incómodo.

Después de unos minutos, Soobin lo rompió.

——¿Por qué no me lo dijiste? ——murmuró con la voz ronca, seguía mirando hacia el bonito arrebol que le ofrecía el atardecer en su delante.

Yeonjun se giró a verlo pues no entendía.

——Lo de Yiren, ¿por qué no me lo dijiste?

Yeonjun se quedó estafermo,  ¿cómo lo sabía?

——Tu tía Yangmin es amiga de mi mamá ——le recordó aún sin mirarle ——Le dijo a mamá hace una hora. Debes tener varias llamadas perdidas de ella. Tu mamá tampoco respondió.

——No podía decírtelo ——se sinceró, devolviendo su mirada al frío horizonte ——Mamá me lo prohibió, y además tú y yo...

——Ya no somos amigos ——completó Soobin con un tono monótono.

Yeonjun pensó en decir: "ya no hablamos".

Auch.

Tres meses después y todavía le afectaba mucho que fuera a pasar con Soobin, que diría, que hiciera...

Las cosas no habían cambiado para él, pero al parecer para su incondicional amigo, sí.

——Aun así debiste decírmelo ——por fin se giró a confrontarlo ——Yiren también es mi hermana, Yeon. No tienes idea de como me sentí cuando me enteré. Debiste decírmelo de todas formas ——de repente una sonrisa que gritaba ironía se emplazó en su semblante, bajó la mirada ——Y así hablas de egoísmo...

Tiene razón, soy tan egoísta.

Yeonjun se sentía mal. No podía responder. Si abría la boca, volvería a llorar.

Con él era tan débil. Era tan molesto...

——Supongo que podemos agregar otra más a lista ——agregó Soobin jugando con los dedos sobre su regazo.

——¿Otra qué?

——Promesa rota ——musitó con un hilo de voz intentando buscarle la mirada.

"Prometo siempre decirte todo".

——¿Qué esperas que haga, Soobin? ——soltó con tono molesto ——Han pasado tres malditos meses  ——su tono escondía dolor ——, si no te hubieras enterado, no me hubieras vuelto a dirigir la palabra de nuevo.

——Eso no es cierto, Yeonjun ——Soobin apretó la mandíbula. Él no tenía ni idea.

Yeonjun soltó una risa sin gracia.

——¿En serio, Soobin? Mi puta vida se está yendo al caño y solo me toca ver cómo te ríes con alguien más, cómo te ríes como si nunca lo hubieses hecho antes, me toca ver como vives como si yo hubiera sido una maldita molestia todo este tiempo. Como si te hubieras librado de esta asquerosa carga... ¿Y sabes? Esa es la mejor parte de todo, porque Yiren llora todos los días por el duro tratamiento, estoy hasta el cuello con trabajo y tareas... Y ya no puedo.

Soobin apretó más la mandíbula y los puños hasta que sus nudillos se tornaron blancos.

——Lo sé, Yeon ——dijo entredientes.

——¿Lo sabes? ——se burló elevando su tono.

No puedo más con esto.

——¡Lo sé! ¡Claro que sé de tu sufrimiento! ¡Sé que llegas a casa después de las 11 del trabajo! ¡Sé que estás atrasado 5 asignaturas! ! ¡Sé que no comes bien! ¡Sé que lloras en ese puto auto verde todos los días en el callejón por las noches! ¡Sé que ha sido difícil para ti! ¡Lo sé!... Créeme que lo sé ——suavizó su tono, relajando su expresión ceñuda ——¿No lo recuerdas Yeon? ——giró todo su cuerpo hacia él, dolido ——Fuiste tú quien me alejó. Me hiciste dar cuenta de que soy el peor amigo del mundo. Entonces, por más que quería ir a hablarte todos los días, pedirte perdón, preguntarte por tu día a día, el porqué de tu cambio... No podía. No podía hacerlo porque quería escucharte por una vez en mi vida. Así que me contentaba con verte de lejos. ——soltó una risotada sin gracia, bajando la mirada un segundo, pero luego devolviéndola hacia él ——Cuando vine a reclamarte por lo de Yiren, estaba tan jodidamente asustado... Estaba aterrado, Yeonjun. No quería ver esas ojeras de cerca. Tú... En verdad no tienes idea de lo que significas para mí ——su voz se quebró ——C-cuando te vi mirando hacia abajo en esa maldita pared... Sentí que moriría, Yeonjun. Si es que te pasa algo... Yo no... No podría... Es- Yo... ——pausó, se tranquilizó, cerró los ojos un momento, ordenó sus pensamientos y volvió a enfrentarlo con la mirada ——Lo que quiero decir, es que te extraño todo el puto tiempo, Yeonjun. Lo siento mucho, lamento haber sido tan mal amigo. Y... Hay tantas cosas que no te he dicho, aún me aterra decirte la verdad. N-no quiero que me odies.

Yeonjun sentía un nudo en la garganta. No pudo contenerse más y lo abrazó apegándolo por completo a su cuerpo, como si su estabilidad emocional dependiese de ello.

——Ya te lo dije, Soobin... Yo jamás podría odiarte, ni aunque lo quisiera. Y también te he extrañado cada maldito día ——masculló sobre su hombro.

——Lo siento mucho ——murmuró de nuevo Soobin con un hilo de voz.

——No te vuelvas a alejar de mí así, entonces. Fue una mala idea.

Dilo.

Hazlo.

Dilo.

No puedo hacerlo.

Él va a odiarme.

Soy la peor escoria del mundo.

Ojalá ninguna verdad llegue a tus oídos jamás.

Ojalá nunca sepas la mierda persona que soy.

Ojalá nunca sepas nada, Yeonjun.

Ojalá fueras mas observador.

Ojalá te dieras cuenta...

Ojalá...

A tu lado mis días de mierda, no son tan malos.

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