0: Te prometo
Diría que encontrar una aguja en un pajar es mas fácil que conseguir una amistad verdadera e incondicional.
Vivimos en un mundo tan podrido, superficial e hipócrita, que encontrar un verdadero soulmate hoy en día es como un milagro. Hoy en día las personas se dejan llevar por la presión social y las influencias, olvidando quienes son por un momento.
Y es extraño, ¿saben? Es extraño que todos queramos ser diferentes aún cuando nos forzamos a ser iguales. Intentamos escapar de ello y al final somos nosotros mismos quienes nos arrastramos de nuevo a la fila.
Es por esto que las personas que se preocupan por otras desinteresadamente, son pocas, y no podemos estar confiando ciegamente en cualquiera que se nos cruce y nos hable bonito en una primera instancia.
La amistad se gana, por amistad se lucha, con ella se aprende, con ella creces...
Y eso, Soobin y Yeonjun lo sabían mejor que nadie.
♥
Un día de vacaciones de verano, Soobin, quien acababa de cumplir 14 años, decidió invitar a casa a sus amigos de la escuela para celebrar su cumpleaños.
Después de un par de horas jugando PS4 con sus mejores amigos; Beomgyu, Taehyun y HueningKai, decidieron salir de casa para jugar fútbol en el parque más próximo a la casa de Soobin.
El cielo estaba nublado y no corría mucho viento esa tarde, así que eso los motivo para quedarse a jugar hasta el anochecer.
En un momento, la pelota fue lanzada demasiado lejos por Taehyun. Soobin, quien estaba más cerca, corrió para alcanzarla pues esta seguía rodando fuera de la cancha. La pelota se detuvo; había chocado con el muslo de otro chico que estaba sentado en el césped con un libro entre manos.
Soobin observó al muchacho desde arriba y lo mismo hizo el otro chico desde abajo.
——Oh, lo siento...
Soobin se agachó para recoger el balón.
——Descuida ——musitó el chico castaño con una sonrisa ladina.
Soobin ya se había dado media vuelta, pero se puso a pensar en lo solitario que se veía el chico y no lo pensó mucho cuando devolvió sus pasos.
——Oye... ——llamó tímido. El castaño levantó la mirada de su libro para verle.
——¿Te gustaría jugar? ——Alzó el balón un poco. El chico sonrió en respuesta.
——Claro, gracias.
——Soy Soobin. ——Le extendió la mano para ayudarlo a ponerse de pie
——Yeonjun ——se presentó con una sonrisa tímida, tomando su mano.
Mientras jugaban y charlaban, Soobin descubrió que Yeonjun vivía a pocas calles de su casa, que venía al parque casi todas las tardes a leer y que era un año mayor que todos.
Cuando Yeonjun se tuvo que ir, se despidió de los cuatro amigos y les agradeció que lo invitaran a jugar.
A Soobin y sus amigos les había agradado Yeonjun, pues era muy extrovertido y amigable. Poco tiempo después todos se fueron a sus respectivas casas una vez el reloj marcó las 10:00 pm.
El resto de las vacaciones, Soobin se veía atrapado en la rutina. Era hijo único y sus padres siempre se la pasaban fuera de casa por trabajo, por lo que se la pasaba todo el tiempo solo.
Jugar videojuegos online con amigos, comer, dormir, ver películas, pasarse horas en el celular...
Todo eso dejó de ser interesante después de semanas. Pero entonces, cuando empezó a extrañar a sus amigos, quienes habían viajado, recordó al chico amigable castaño con el que jugo en su cumpleaños una vez.
Yeonjun.
Según él, todos los días iba al parque.
¿Estaría allí si iba? Tal vez no, habían pasado dos semanas y tan solo lo recordó ahora.
Bueno, daba igual si no estaba. Él igual iría al parque a tomar un poco de aire fresco, para nada iría solamente a buscar a Yeonjun.
Exactamente en el mismo punto en el que lo vio la primera vez, estaba Yeonjun, sentado en la misma posición, leyendo con sus audífonos negros puestos.
Soobin sonrió al verlo tan imperturbable y fue a sentarse a su costado, sobresaltando al chico, quien al sentir otra presencia se quitó rápidamente sus audífonos.
——Oh Soo...
——Soobin ——completó por él con una sonrisa ladina ——¿Cómo estás Yeonjun? Ha pasado un tiempo...
Se formaron dos sonrisas tímidas y naturalmente empezaron una conversación acerca del clima, del libro de Yeonjun, de la escuela, luego de sus familias, pasando después a sus pasatiempos, comidas favoritas, gustos musicales... Y tal vez también un intercambio de números.
Esa tarde fría y nublada fue el inicio de una amistad un poco bizarra, otro tanto problemática, pero sobretodo incondicional.
♣
Quedaba menos de un mes para el inicio de vuelta a clases, y no había día en que Yeonjun y Soobin no se vieran.
O iban al parque, o a la casa de Soobin, o a la de Yeonjun, o a una cafetería, o al centro comercial. El punto es que no había excusa para no ver al otro.
Desde ese día en el parque, empezaron a intercambiar mensajes; primero eran unos cuantos al día, luego horas de horas en la madrugada y finalmente hasta llegar al punto de hacer videollamadas hasta mientras almorzaban en familia, por lo que sus respectivas familias estaban al tanto de la bonita amistad que estaban formando esos dos.
Era sorprendente lo mucho que tenían en común, pero a su vez lo diferentes que eran; ambos disfrutaban de la naturaleza, de los videojuegos, tenían gustos musicales parecidos, eran dos extrovertidos populares, compartían el mismo sentido del humor, disfrutaban de las fiestas y eran dos grandes bailarines. Sin embargo, también eran diferentes en que a Yeonjun le apasionaba la lectura mientras que a Soobin le parecía aburrido, Yeonjun había tenido novia antes y Soobin no, Yeonjun se preocupaba por sus materias escolares mientras que Soobin sobrevivía en la escuela como podía.
Era una amistad rara, pero inquebrantable, y esta solo pudo fortalecerse con el pasar de los días, de los meses, de los años...
Ese mismo año que se conocieron, ni siquiera el hecho de que no asistieran a la misma escuela era un impedimento para su amistad o rémora en su comunicación diaria.
Desde que la escuela inició para ambos, se encontraban sin falta por lo menos una hora en el parque luego de las clases.
Ambos solían ser muy detallistas al momento de contar su día a día. Desde que desayunaron hasta sus pensamientos de pubertos hormonales más perturbadores. Con ellos ya no habían filtros de por medio, ningún detalle era aburrido.
Era como si vivieran la vida del otro por medio de un lente especial, un lente también conocido como confianza.
Soobin sabía todo de la clase de Yeonjun y viceversa.
El hecho de vivir su día a día de manera diferente, en vez de alejarlos, les daba la oportunidad de compartir más cosas con el otro.
Y es que en eso de basaba su amistad; en compartir, en apoyar, en estar en las buenas, en las malas y en las verdaderamente jodidas.
Fueron pasando los meses, y de tanto que se la pasaban viviendo en la casa del otro, sus familias terminaron por conocerse, haciéndose con el tiempo solo una.
A ese punto, la palabra hermanos les iba perfecto. Nadie conocía más al otro que ellos mismos.
Pelear de tonterías, querer sacarse los ojos o querer usar al otro de trapeador era común en una relación de hermandad, pero el sentimiento de poder dar un riñón por el otro era sin dudas más fuerte que cualquier discusión.
Así tal cual como una familia. Siempre juntos.
¿Estoy triste? Llamo a Soobin.
Tengo hambre. Llamaré a Yeonjun para comer algo juntos.
No entiendo una tarea. Yeonjun me ayudará.
Quero bailar un dueto... ¡Soobin!
Juntos.
En cada maldita ocasión.
Juntos cuando el padre Yeonjun falleció a causa de un tumor. Juntos en el funeral. Juntos y perdidos en un mar de lágrimas, pero juntos.
Juntos.
Cuando a Soobin lo abundaba el miedo al darse cuenta de que la etiqueta heterosexual no lograba explicar la atracción que sentía hacia Lia y HueningKai. Juntos cuando Soobin lloró a mares por no querer aceptarlo por más que Yeonjun le dijera que no había nada de malo con gustar de ambos tipos. Unidos de la mano cuando Soobin, llorando y hecho una masa temblorosa, tuvo el valor de salir del closet frente a sus padres, los cuales afortunadamente lo apoyaron por completo.
Juntos esa vez que Yeonjun se pasó de copas en una fiesta y terminó teniendo su primera vez con su amiga cercana Lisa, llorando desconsoladamente en el parque pues había la posibilidad de un embarazo.
Juntos cuando Yeonjun decidió tomarse un año sabático pues no sabía que diablos hacer con su vida.
Juntos cuando Soobin ingresó a la universidad un año después decidido a estudiar ciencias de la comunicación, por lo que, en consecuencia, Yeonjun aún más emocionado que el mismo Soobin, lo sorprendió con una rasuradora, dejándolo con menos cabello que la abuela de Junie.
Juntos cuando ese mismo año, Yeonjun se animó a seguir sus instintos y escoger la carrera de abogacía.
En fin, incontables e invaluables momentos de largos ocho de amistad que jamás podrían ser consignados de manera justa en simples palabras descriptivas.
Fiestas, citas dobles, partidos, viajes...
Sería muy trágico que una amistad así de perfecta se arruine, ¿no es así?
Pero bueno, como dice esa gente negativa que odiamos tanto, pero necesitamos en nuestras vidas para mantenernos en la realidad:
"Muy bueno para ser cierto"
——Yeonjun ——lo llamó, sin despegar su vista de las estrellas ——. Hemos crecido mucho, ¿no?
Echarse a ver las estrellas es muy hermoso, en especial si lo haces en un lugar especial con alguna persona especial como ellos estaban haciendo en aquel parque, testigo de tanto.
——Así es. No puedo creer que al próximo año vaya cumplir 22. ¡Ja! Que cosas Binnie... ——contestó manteniendo su concentración en la noche estrellada.
Se formó un silencio cómodo y necesario.
——Anoche tuve una pesadilla ——soltó serio el más alto. Yeonjun se reincorporó hasta quedar recostado sobre sus codos para verlo.
——¿De ayer? Me contaste el de hoy y no el de ayer. Muy bien señor organización ——se burló ——¿Sueño raro o otra de tus mierdas eróticas?
——Soñé que dejábamos de hablar ——a Yeonjun se le borró la sonrisa ——. Soñé que dejábamos de ser amigos y que cada uno se iba por su lado como si estos malditos siete años no hubiesen sido nada. Es chistoso, ¿sabes? ——Se le dibujó una sonrisa amarga ——. El Soobin de ese sueño se veía tan feliz sin ti... Como si en verdad fueses de esos que la gente dice ”viene y va” ——negó con la cabeza ——. Es chistoso, porque este Soobin estaría muerto si no fuese por ti. La sola idea de perderte me vuelve loco ——admitió en una risa.
——Con que por eso no quisiste decirme.... Soobin, son tonterías. Estoy contigo, ¿okay? Siempre. No me iré a ningún lado. No podría hacerlo por más que lo intente.
Esa respuesta dolió con exquisitez en su corazón. Tragó duro.
——Sé que sonarán a niñerías infantiles, pero ¿podrías prometerlo? ——Cerró los ojos, los párpados le pesaban ——Sé que lo prometimos hace años, pero solo quiero sentirme más tranquilo justo ahora.
Yeonjun no podía creer lo que escuchaba, ¿cómo podía dudar?
——Choi Soobin, desde ese día juramos no volver a ser tan melosos porque en verdad odio la cursilería. Pero... ——suspiró ——Te prometo... ——Soobin se giró aún recostado para ver la honestidad en los ojos de Yeonjun ——Te prometo que haría lo que fuera por ti y que siempre estaré para ti; hoy, mañana y cada maldito día después de ese ——le sonrió ——. Prometo contestar tus llamadas a las 4 de la madrugada, incluso cuando estás demasiado triste como para decir "hola". Yo seguiré escuchando tu silencio hasta que te quedes dormido como siempre lo he hecho. Y si el maldito universo se te cae encima, yo te prometo que estaré ahí para ti... Incluso si tú no lo estás para mí ——dijo esto último con un aire de melancolía.
——Yeonjun ——le hizo subir la mirada al mayor, Soobin se veía perdido, pero para decirlo sonrió desde lo más profundo de su dolorido corazón ——. Te amo.
Yeonjun sonrió de la misma forma y volvió a mirar al cielo sintiendo la brisa nocturna golpear su rostro.
——Yo también te amo, idiota.
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