1. EL INICIO DEL FINAL:
Era 18 de Junio, Nessa deseaba desde las 4 de la mañana salir de la cama y meterse en la piscina durante todo el día, fue un verano caluroso, muy caluroso, solo con mirar desde el cristal sabías que bien era posible que hiciera 37 grados a la sombra.
Nessa era una chica de 17 años, su pelo moreno y fino llegaba hasta la cintura, su suave e hidratada piel tenía varios tonos más de moreno que en invierno, su voz era conocida por todos, una voz dulce que conllevaba a querer escuchar a todas horas, aunque esa constante afonía de cuatro días gritando en las fiestas del pueblo ahora la habían cambiado un poco, desde que nació tenía un color de ojos envidiable a todos, un color marrón claro mezclado con un verde primavera a la sombra, un marrón amarillento a la luz del sol y un verde amarronado al abrirlos bajo el agua, sumados a sus largas pestañas.
- ¡Mamá! ¿Hay naranjas?
Nessa era para todos el clon de su madre y, orgullosamente, de su abuela.
-No cielo, ¿te importaría ir a la tienda de Mario y comprar un kilo antes de que llegue tu padre?
-Vale mamá, no llevo llaves.
Buscando las naranjas, Nessa oyó la puerta de la tienda.
-¡Hey capullo, llevas dos días sin aparecer por el pueblo! ¿Dónde te has metido?
-He estado en el hospital estos días.
-¿Estás bien?
-Si, una maldita gastroenteritis.
-¡Jajaja! Lo que no te pase a ti Gonçal..
-¡Calla! ¡No quieras que te pegue mi próximo virus!
-Ya lo sabes, soy inmune a ti.
-Algún día dejarás de serlo.
Era el turno de Nessa para pagar, pero estaba demasiado ocupada mirando a Gonçal y asumiendo la frase que le había dicho.
-Nessa, ¿qué quieres que te cobre? (…) ¡NESSA!
-¡AH! Perdón Mario, estaba.. bueno, cóbrame este kilo de naranjas.
Mientras y como siempre, Gonçal tenía que tener la última palabra.
-¡Jajajajaja! ¿inmune decías no?
-Cállate.
-Nessa son 2 euros.
-Aquí los tienes Mario, hasta mañana.
-¡Hey, Nessa! ¿De mi no te despides?
-Claro, adiós Gonçal, procura coger otro virus de vuelta a casa.
-Procura asumir lo enamorada que estás de mi de vuelta a casa.
-Jamás. Esta noche vamos a estar en la plaza, aparece a saludar a la peña cuando quieras, adiós Gonçal.
-Lo haré. Hasta esta noche, Nessa.
Nessa salió de la tienda y de camino a casa se puso a pensar en el día que conoció a Gonçal. Era un frío día de primavera y como cada sábado el grupo de amigos hacía un guiso en la llanura más alejada del pueblo, comían y pasaban allí el día hasta que amanecía al día siguiente. Uno del grupo venía con su primo, Gonçal, un chico alto y fuerte, llevaba un tupé por peinado en su pelo castaño claro a juego con sus ojos marrones, y la piel blanca del frío, aunque normalmente tenía más tonos de moreno. Gonçal era el típico chico al que no le hacía falta alguien que le integrara en un grupo de desconocidos, era simpático, a veces borde y chulo, pero caía bien.
-Encantado, soy Gonçal, pero puedes llamarme el amor de tu vida.
-¡Puaj! ¿Víctor qué clase de primo tienes?
-¡Jajajaja! Gonçal no empieces, te presento a Nessa, te advierto, no juegues ni apuestes contra ella porque vas a perder siempre. Nessa este es Gonçal, viene a pasar unos días al pueblo.
-Víctor… dime que serán pocos días los que se quede. Encantada, soy Nessa.
-¡Jajaja! Vivo a 10 minutos, puedo venir a verte cuando quieras.
-Que sea una vez en la vida, gracias.
-Me molan las tías como tú.
-Anda, vamos a comer que ya está listo el guiso, corre o estos se comerán tu comida.
Nessa llamó al timbre de su casa y fue ahí cuando volvió al presente mientras reía.
-Hola papá, traigo naranjas, ¿quieres un zumo?
-Buenos días Nessa, qué madrugadora, claro que quiero uno, gracias hija.
De repente sonó el móvil de Nessa. (…) Sofía la había llamado, tenía que contarle algo importante. Esta vez Nessa cogió las llaves, salió de casa y fue a la puerta del Ayuntamiento.
-Dime Sofía, ¿ocurre algo?
-¿Sabes qué mañana viajamos a Italia?
-Claro que lo sé, estoy ansiosa aunque quiero disfrutar el último día en el pueblo, parecerá que no, pero echaré de menos estar aquí, aunque… ¡QUÉ NARICES, NOS VAMOS A ITALIA, SOFÍA, A ITALIA! En dos semanas estaremos de vuelta, apuesta que seré la que más llore.
-¡Jajajaja si, yo también! De eso quería hablarte. Gonçal me dijo anoche que también está ilusionado por ir, pero por otra parte no.
-¿A qué parte se refiere?
-Según sus palabras va a tomar una decisión importante, contigo.
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