Capítulo 42: ...no hubo engaño
—¿¡En dónde está!? —Pregunta en el pasillo al aire realmente, porque nadie le ha dado contestación.
—Amiga, no creo que haya llegado, nos adelantamos seguramente —Tomándola por un hombro, la marrón no deja que camine libremente porque está claro que puede ir a meterse a dónde sea con tal pánico en su cuerpo—. Por favor vamos a...sentarnos y esperar.
—No Beky, no me pidas que espere en un momento así, tengo que...—Girando aceleradamente, Rose distingue una silueta blanquita de orejas altas que vio en alguno de sus días anteriores.
Se arrima a ella por el costado. La leona no la detiene, pero mira sus movimientos con algo de zozobra.
—¡H-hola! Eh...quizá no me recuerdas —La murciélago gira cuidadosamente escuchando una voz cerca de ella—, y-yo vine una vez con... —Sus orejas se yerguen inmediatamente, familiarizada.
—Oh si, la eriza rosada, Amy ¿verdad? —Entusiasmada, asiente dándose por identificada—. ¿Veniste por el accidente de Shadow?
—¡Si, si! Me dijeron que pidió una ambulancia y yo estaba en la calle con...¡Nah! No importa eso ahora —Agita su cabeza entendiendo que las explicaciones sobran realmente. Menea sus manos pero enseguida, las sujeta entre sí pegándolas a su estómago con vergüenza—...perdón, no sé si tú sepas de él. —De momentos su voz se vuelca dentro de sus inseguridades y pretende relajarse, controlando su ansiedad.
—Estaba hace unos minutos en quirófano, en cuanto tenga noticias de él te informo para que puedas estar tranquila, solo te pediré que no te angusties y esperes de este lado, ¿Está bien? —Sujetando sus hombros, parece ayudarle con su calidez y gesto jubiloso a que no entre en pánico.
—¿Qué le pasó? ¿Estará bien? —Inquiere ignorando por completo lo último que le dijo. La peliblanca sonríe dándose cuenta de tal genuino interés plasmado en los ojos verdes de Rose.
Cómo sea, no es el momento para sentirse en confianza con la eriza.
—Estará bien. Dame unos minutos en lo que lleno unos formularios y platicamos, solo ten tolerancia. —Llevándola más cerca de los asientos, Beky es la encargada al final de tomarla por sus brazos y sentarla junto a ella.
Amy apenas logra asentir con su cabeza cuando Rouge ya se ha separado de ellas. Se deja ir en la butaca azul y pegando sus codos a las rodillas se envuelve con la cabeza baja. Logra aislarse totalmente de de su entorno meditando en esa última conversación que tuvo con él. Aquellos reclamos en el pasillo, el gritoneo, la incomodidad de su vida y su vuelco emocional con el que lidiar recientemente...
Está tan ansiosa que cree fue una buena elección haber tenido esa iniciativa de declarar su interés por él, pues quizá... Fue la última vez que le ha dirigido la palabra a Shadow.
No es conciente del tiempo que ha transcurrido, y más si estuvo zambullida en tales olas furiosas en las que se convirtieron sus pensamientos futuros. Para cuándo la murciélago vuelve, trae lo que parece ser una bebida caliente entre sus dedos, y al alzar la vista y mirar a su alrededor, no encuentra a la leona por ningún sitio. No está ya junto a ella.
No supo qué pasó a su alrededor en ese transcurso de tiempo.
—¿Estás mejor? Te traje un poco de té —Extiende el vaso y Amy lo toma, agradeciendo con un gesto poco grato para la situación—. ¿Tu amiga se ha marchado?
—N-no lo sé...estaba agachada pensando en mil y un tonterías cuando de pronto estás aquí y ella ya no está —Suelta una risa nerviosa que se vuelve incómoda por el ambiente de hospital que, recuerda, está viviendo—. Gracias...eh...mierda, olvidé tu nombre.
—Rouge. No te apures, Amy. Te noté bastante nerviosa hace unos minutos, necesitaba que estuvieras más tranquila para que platicáramos.
—¿Sobre Shadow? ¿Acaso está grave? —Levantando las orejas, vuelve a entrar en un pánico rápido que, la alada controla sujetando su mano, mientras la invita a que tome té—. ¿Tú lo atendiste o ya lo viste?
—Estaba dando una vuelta por urgencias cuando pasó por aquí. Lo apuñalaron —Aguarda unos segundos esperando alguna reacción de la pelirosa, pero tras ver sus ojos tiritar, decide continuar—. Fue llevado a quirófano inmediatamente para ser atendido porque sí era algo escandalosa la herida, pero el doctor que llevó la cirugía es un conocido muy bueno —No le quita la vista de encima, y parece que ella tampoco tiene intenciones de hacerlo—. Está a salvo y en una habitación, descansando.
—¿Puedo verlo?
—No hay visitas a esta hora, tendrás que esperar a mañana —Dando un sorbo cabizbaja, suspira sintiendo el líquido caliente navegar por su tráquea—...pero no ha firmado nadie por él, quizá si lo haces, te dejen quedarte en la habitación por seguridad familiar.
—¿Y-y crees que puedo entrar sin inconveniente? —La idea le parece increíble pero las dudas, como siempre, le atacan en seguida a Amy, mas por no entender a qué se debe esa "ayuda" que le intenta proporcionar la murciélago—. Más bien...no quisiera que él se...se molestara de que haga eso...
—¿Tendría motivos para hacerlo? Sé que es un chico muy solitario pero considerando que eres su amiga pues...—Alargando su tono, mira su reloj de la muñeca y luego inquiere—. ¿O no son amigos cercanos?
—Yo creo que sí, si lo somos...—Concentra sus ojos en lo que queda de bebida. Rouge entiende tal evasión en ella por lo que, sin temor a errar, suelta:
—¿Te gusta Shadow, Amy? —La nombrada no alza la vista. Con los pies juntos y los brazos pegados sujetando el vaso de té entre sus piernas, teme en contestar.
Dirigiendo su mirada a la murciélago, bisbisea —... sí, algo, más que poquito.
—Bien, acompañame. —Causándole ternura, la peliblanco se pone de pie, extendiendo su palma hacia ella—. Te llevaré a recepción y una vez listo todo, te acompañaré hasta su habitación. —Aceptando su cortesía, termina el líquido del vaso y se pone de pie para seguirle.
Amy se siente subitánea ¿Por qué aquella médico, amiga de Shadow, tendría que poseer cierta sensación de afecto por ella? Quizá iba más ligado a él pero, no esperó estar de acuerdo con ella en tal jugada.
Pero porsupuesto que la iba a aprovechar.
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El reloj de su móvil marca más 11:43pm. Han pasado casi 4 horas desde que se enteró de lo sucedido. 3 horas de que llegó al hospital y 40 minutos de tramites y firmas, hasta tuvo que poner su cuenta bancaria porque se vio arrinconada a responder por los gastos hospitalarios en general. En fin, no es como que ello le pesara, en absoluto, pero sí que le fue inesperado.
En la planta 6, Rose espera en el pasillo al Doctor que atendió a Shadow para que le dé cualquier indicación y detalle relacionado a él. Rouge está con ella, disponible para no dejarla sola hasta que pueda estar en la habitación.
—Buenas noches, ¿Es su familiar? —Del lado contrario del pasillo, un erizo pelicastaño inquiere sin todavía llegar del todo a su posición y cercania.
—Doctor Dash, es la novia del paciente, recién llegó, estaba en la sala de espera. —Asustada por el engaño de Rouge, Amy no puede ocultar del todo la sorpresa, pero decide seguir la corriente, después de todo, ¿Qué más da para ese punto?
—Entiendo. Lamento mucho que recién haya recibido la noticia, pero está fuera de peligro su pareja.
—Gr-gracias doctor, me...me dijeron que lo apuñalaron ¿Fue muy grave? —Inquiere sintiendo nervios de imaginar la escena y situación.
—Sí, la policía está averiguando los hechos. Y se espera que para mañana una vez recupere el conocimiento pueda dar declaraciones. Hasta donde nos dijeron los oficiales, ya hay testigos y el sospechoso está en comisaría —Sin interrumpir, Amy oye aquello como si le estuviesen explicando una película, no pretende interrumpir—. Y en cuanto a su estado, necesitará todo el reposo posible y estar en observación por unos días hasta que cicatrice perfectamente la herida. Hablamos de 8cm de profundidad así que cualquier movimiento, tratándose de la zona abdominal, puede provocar sangrado y abertura de puntos. Pero está fuera de peligro, todo será de hoy en adelante de paciencia para una recuperación exitosa.
—Seria bueno que si tienes datos o información útil para esclarecer la situación que pasó acudas con los agentes, siguen abajo. —Añade Rouge para Amy.
—L-la realidad es que no estaba con él, creo que...e-estaba trabajando y yo también, entonces él es el único que podría dar la versión de lo sucedido. —Asintiendo ambos médicos, Dash agrega:
—Entiendo; solo me queda agregar que hay posibilidad de que presente algún tipo de infección o dolencia por la noche. En el caso de que viera o sintiera algo raro, como fiebre o sangrado llame a las enfermeras inmediatamente —Rose asiente aún sin energía o ánimo de hablar de más—. Gracias doctora Rouge por el apoyo, y cualquier cosa, señorita, estoy a su disposición.
—Gracias por todo, Doctor Dash, excelente noche. —Agradecida, Amy le brinda una mueca poco inquieta y se dan un apretón de manos. El erizo amarillento se aleja por el pasillo, ambas féminas miran como se retira en completo silencio.
Rouge se acerca a la habitación y abre la puerta con lentitud, invitando a Amy que entre con delicadeza y sosiego.
No puede ingresar sin evitar sentirse mal. Ver al vetas rojas inconsciente, con un vendeja por debajo de sus costillas y conectado a algunos aparatos le revuelve el estómago. La última vez que estuvo en un hospital, ella era la que reposaba en una cama.
Y al abrir los ojos Shadow estuvo allí, a su lado.
—Tal y como oíste al doctor: si vez algo o sientes que necesita ayuda, pica aquí para que venga una enfermera —Señala uno de los interruptores cercanos a la cama—. Y como me toca guardia en estos tres pisos, me daré roles para seguridad tuya.
Amy no da alguna contestación. Se apodera de forma inmediata de la silla cercana a la cama y se deja ir con un agotamiento no solo físico notado en su postura encorvada, sino mental, reflejado en su mirada y semblanza en general. Rouge agrega con una finalidad ligera y tierna:
—¿Segura que puedes quedarte con él? Shadow entendería perfectamente que todos necesitamos descansar de repente.
—Shadow entiende perfectamente que el bienestar, descanso y seguridad de los demás es importante, pero el jamás entendió que el suyo lo era todavía más —Con aire de admiración, Rouge entre cierra los ojos y deja escapar un monosílabo juguetón—. Estaré bien, doctora Rouge, quiero quedarme con él.
—Solo Rouge, y, ¿Sabes? Si me permites decírtelo... —Con una mirada cómplice, la peliblanco expulsa—. Sabía que ese día que veniste con él a consulta no fue casualidad. Algo ya me lo decía, lo veía venir.
Parece que le hace entender que es la chica indicada para él.
Sonrientes ambas, parecen caerse bien después de todo. Toman sus respectivos roles y caminos, pues la noche podía pintarse larga, más no lo sería estando en compañía.
Él siempre necesitó compañía, no todas las batallas se libraban solas.
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—¿¡A donde te vas!? ¡Respondeme! ¿¡Que hiciste!? ¡No puedes irte!
—¿Qué pasa ahí dentro?
—¡Mephiles! ¡MEPHILES!
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—¡Deja de seguirme, maldita sea!
—¿¡Por qué te marchas sin decirnos nada!? ¿¡Qué mierda sucede!?
—Solo regresa con madre y déjame, ¡por tú bien, déjame!
—¡No te voy a dejar! ¡Tú no puedes dejarnos así! Mi madre te necesita...
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—¡Mephiles! ¡MEPHILES!
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—¡LO ERES TODO PARA MI, ERIZO ESTÚPIDO! ¡¡Pero es mi culpa haberte dejado que lo fueras todo en este punto de mi vida, maldita sea!! ¡¡Y ahora yo...yo...ya no quiero nada...!!
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—Tú eres más que un prostituto, y seguramente ella lo ve y por eso quiere estar siempre contigo. Tu mismo me lo has dicho, me has dicho que sientes busca hasta el mínimo pretexto para estar cerca de ti; asi que, quiérete un poquito, Shadow. Vales mucho, más que como bocadillo y ella ya lo sabe, claro que lo sabe...
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—Me incumbe mucho, ¡Mucho! Y si quieres saber por qué te lo voy a decir directamente a ver si dejas de hacerte el estúpido: ¡Por qué me gustas! ¿Ok? Me gustas mucho, tanto que estoy cansada de tener que ir a mis sesiones a decir que estoy dándole tiempo al tiempo; ¡harta de tener que escribir en mi libreta repetidas veces como una adolescente que no puedo dejar de pensar en ti! y... estoy molesta de que la estúpida de Sally tenga razón en algo: y eso es, el que no podemos seguir ocultando nuestras emociones como si tuviéramos miedo de querer, ¡De querernos! Temor a sufrir, a sentirnos insuficientes uno del otro, a no merecer cosas buenas y personas...buenas...Yo sé que fui una chica muy desagradable pero estoy intentando cambiar y aún así, quizá no soy una buena persona, quizá no mere- ¡No, no! ...ni tu ni yo tenemos que sentirnos insuficientes uno del otro..;.ni siquiera debería importarme con quién estás, yo sé que es tu trabajo pero me...me siento...¡Ah, perdón!
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Con el cuerpo entumecido, el veteado reabre sus ojos con el pesar comprimido dentro de sus párpados. Recién empieza a reaccionar se siente alterado, confundido.
Respira profundo y con sonoridad. Mirando hacia su costado, su pupila no se adapta a la oscuridad pero, su mano está siendo aplastada por el cuerpo y agarre de Rose. La distingue dentro de esa sombría habitación; siente como la suavidad de su pelaje está junto a él y de forma espontánea quiere reacomodar su mano, causando que ella se ponga erguida y se despierte con abrupto.
—¿Shadow? ¿Shadow, despertaste? —inquiere en susurro, oyendo algunas quejas y sintiendo como sus dedos intentan apretar más su palma—. Oye, tranquilo...solo descansa.
—Agh...Rose, tú...—Sin notar su situación, Shadow sujeta su costado con dolencia, volviéndose inquieto por permanecer en la cama.
La chica despabila a prisa, no queriendo que el azabache comience a agitarse, sin embargo al levantarse y mirarlo, su vendaje está manchado en un tono oscuro pero húmedo. Inmediatamente no lo piensa y oprime el botón que Rouge le señaló antes de que iniciara la madrugada.
—No te toques, no te muevas tampoco mucho Shadow, por favor...—sujeta sus hombros de forma espontánea pero delicada, él no suelta alguna respuesta, solo quejas y una respiración entrecortado por parecer soportar algún dolor—. Ahora vienen a revisarte, tienes que descansar.
La ayuda llega en seguida. La eficiencia de dos enfermeras y el auxilio del mismo Dash está en la puerta en un santiamén— Creo que se le abrió la herida. —Explica Rose alejada de la cama para no estorbar—. Despertó de repente, yo no...solo lo tenía tomado de la mano.
—No te preocupes, podía suceder. Limpiaremos la herida y volveremos a suturar, espera un momento fuera, por favor. —Luego de la recomendación de Dash, Amy camina hacia un costado sin dejar de mirar las maniobras de los sanitarios.
Pero, el llamado de Shadow le pone sobre aviso antes de salir:
—Amy...no te vayas, por favor no...¡agh! no te vayas —Resguardando la queja entre sus labios, el vetas rojas parece lucido y cuerdo en su petición—. Quédate, por favor.
—Solo será un momento, estaré afuera, tranquilo. —Sonriente, despliega la mayor candidez dentro de su frase, asegurándose de que él estuviese convencido de sus palabras.
Porque no iba a dejarlo solo, no mientras él se lo permitiera de hoy en adelante.
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