Capítulo 34: Desentrañar emociones

Era su dia de descanso. Por la mañana fue a plasear, surtir su despensa, comprar incluso un par de arreglos no tan costosos porque tampoco Amy es de esos gustos dispendiosos. Sabe que darle una apariencia diferente a su hogar le da simbolismo diferente a su vida, a un renacer en sitio remodelado y más distinto que no le traiga asociaciones dramáticas.

Pasa a la administración a pagar sus servicios tanto de electricidad como drenaje; el portero le tenía respeto, pero ahora el miedo de verla más flexible y sonriente le causan curiosidad de saber qué fue lo que la cambió tanto. El día de su intento de suicidio dicho Mobian no estuvo presente en el edificio.

Y cuando sube por el elevador, agotada de ir a todos sitios con esas bolsas sobre sus hombros, no puede ignorar el dichoso crujir de la puerta de su vecina a las espaldas. Se abre sintiendo todavía la vergüenza de tiempo atrás al no llevarse del todo bien con ella pero parecer una completa chica normal sin nada que ocultar, estando presente en casualidades cotidianas con ella...

Se gira para tener un gesto de cortesía saludandola así sea con una sonrisa por tener ocupadas sus manos, pero a quien ve salir del departamento es a Shadow, no a la joven de pelaje amarillo.

—¿Sh-Shadow?—nombra con total extrañeza y confusión, quedándose quieta a unos pasos de su portón.

No quería que le oyera, pero no fue el llamado lo que le hizo voltear, sino la intensa mirada que ella dejó sobre su cuerpo al también ver cómo la vecina clara se despedía de él con una sonrisa reconfortante, en el marco de su puerta sin querer dejarse ver mucho al pasillo pues, se notaba descalza y en bata. Vio toda la acción: el erizo acaricia su mentón, parece que agradeció típicamente coqueto y se marcha sin antes notar la presencia de Rose en el pasillo.

Un calor los invade a ambos, tanto como para decidir Shadow girarse e irse mejor por las escaleras con una prisa totalmente inoportuna.

—Oy-oye, gracias.

—¿Qué dices? —responde con rapidez en un momento que pareciese acto reflejo por oír a la vecina. Redirige su cara directamente a sus faros Violeta tras oírla, y percibe que sigue detrás de su puerta con medio cuerpo fuera—. ¿Qué me agradeces?

—Pues...el que lo haya visto por aquí desde ese día...no sabes lo mucho que me ha...eh, ayudado, tu me entiendes jaja —El primer pensamiento que cruzó por su cabeza de Amy fue el de acercarse y lanzarle sus bolsas pesadas en la cara, porque más que molestarse con Shadow de que no le comentó que la había estado viendo, le parece sucio el que la chica le tenga ese tipo de confianza.

A pesar de que tiempo atrás Rose se comportó de forma ciertamente hipócrita con la chica, por los comentarios que hizo hacia ella como si realmente le agradeciera. Eran momento rudos para Amy.

No necesitó responderle a la eriza amarillenta nada, ya que en sus ojos y falta de gracia del rostro, por su comentario, eran señal de alguien no amistoso. La vecina termina su expresión de gracia de tajo y decide encerrarse otra vez en su cuarto.

Amy se da media vuelta cuando oye que la vecina pone el seguro a su cerrojo, continuando con el ya corto trayecto que le queda para entrar a su departamento. Azota sus bolsas con una rabia que le empieza a burbujear hasta por los ojos. Siendo las 11 de la noche comienza a ordenar toda su despensa con movimientos pesados y que pueden reflejarse en incomodidad y...¿celos?

A ella le molesta sentir eso llamado celos.

Cuando cree terminar, se deja ir de cola en uno de sus sofás, perdiéndose en ese centro de mesa con una caja de pañuelos que tiene, recordando hace ya más de un mes como esa vecina le pidió su número y nunca pensó en dárselo, y ahora que, sabe, Shadow tiene servicios privados a domicilio, seguramente la degenerada llamó al antro para solicitarlo de forma directa. 《Que autentica hija de perra》le molesta mucho la situación.

Y tambien le molesta muchísimo la dichosa situación de su última conversación con el erizo azabache en la madrugada, recordandola en bucle ahora.

-Flashback-

—¿Qué? ¿Qué haces, Rose? —protesta intentando girarse, pero el agarre de la chica es tan pesado que él se espera a que la rosada baje la tensión.

—¿Quién te hizo esto? ¿Ocurrió a donde fuiste?

—Son solo rasguños, no tienen mayor relevancia...—Con un tono más amigable, Shadow baja levemente la mano de la chica de su cuerpo, al tenerla entre sus dedos nota como ella está temblando y respirando de una forma muy agitada—, ¿te sientes bien? Estás temblando y...

—Ya no quiero que vayas a esos lugares —suplica mirándole a los ojos, con la misma melancolía sufrida con la que está viviendo esa madrugada de todo lo que se le ha presentado—, por favor...no quiero que te pase algo, no quiero que sigas exponiendote así porque...Yo no quiero que te pase algo malo, no quiero.

Los ojos carmesí de él se dilatan, de pronto siente un apretón tan doloroso en el pecho que su reacción es de enojo, recriminándose el por qué la chica ha de sufrir, otra vez, de ese modo por él.

¿Por qué Rose debería de seguir sintiendo preocupación por Shadow?

—No vuelvas a decir eso —Ciertamente indignado, reclama mirándole con cero tacto. No se siente a gusto y eso le altera—. No tienes por qué preocuparte por mí ¡Ya lo hemos hablado!

—No, te equivocas, yo dije que dejaría de preocuparme por ver lo que mis amistades hicieran por mí e iba a empezar a también ver por ellos, ¡Y eso es lo que quiero hacer contigo! —Exclama manoteando mientras toma ventaja de la charla—. ¡Es más! Hace minutos dijiste que tenemos comunicación asertiva y que no te molestaban mis comportamientos y comentarios ¡así que si! Si no te importa darte cuenta que este trabajo terminará por matarte ¡Yo me encargaré de hacerte ver lo preocupante que es ello! ¡Por qué de verdad me importas Shadow, y mucho!

Su reclamo mas que de cólera, resulta efusivo, lleno de sentimiento que le nació desde la boca del estómago. El chico veteado baja su semblanza, como si ello le trajera dolor y nostalgia elevada a la potencia. No sabe bien por qué, por qué le cuesta ver que alguien se preocupa por él de ese modo, recordando incluso su sueño de ayer y todas las insinuaciones que tanto Sally como Jet le han estado haciendo en las últimas horas...

La angustia y énfasis de que una chica le brinde atención no momentánea, una atención constante y de emociones fuertes, le tiene vuelto loco.

En el momento que Shadow comienza a balbucear para intentar prepararle una contestación, totalmente ido en su falta de comprensión, ella interrumpe más tranquila:

—Oye, yo... —Con la voz más baja en decibeles, ese mismo tono enerbado se disipa dentro de ella y le hace asimilar los sentimientos que sin cortapisas expresó hacia él segundos antes—...tienes razón, lo lamento... —Gira buscando sus pertenencias por toda la habitación. El vetas rojas ya no detiene lo que hace—. Y-ya me voy n-no, te quito más el tiempo, buena noche.

-Fin del Flashback-

—No me gusta, él no te gusta, no...no te gusta...—Empieza a Autoconvencerse repitiendo aquello, mientras con su codo recargado en el brazo del sofá se sostiene la frente y cierra sus ojos—. Deja de preocuparte por él, solo son conocidos y amigos...¿cercanos? no son nada más, ya déjalo...a él le molesta que tengas atención sobre él, respetalo...dale su espacio...

Y mientras se forma ese mantra, la puerta es tocada con un ritmo en los golpes que parecer hacerse agradable. La chica se libera de su transe, dando un pequeño estiramiento en sus articulaciones siente dentro suyo que puede ser Shadow; el haber cruzado miradas, el suceso de ayer y todo ese cóctel puede que sea un motivo suficiente para que la busque...puede ser una deducción ansiosa de su psique...

—¿Quién...? —Sus cejas se levantan impresionadas para bien en cuanto ve al sujeto fuera de su pórtico—. ¿Sonic? Joder, no esperaba para nada tu visita y menos a estas horas.

—¡Amy! No sabes lo que me costó darme tiempo y llenarme de valentía para venir a verte al fin...—Su voz es menguada, Amy nota ese aire tímido que tiene porque nunca fue bueno para los rencuentros.

Rose sonríe, invitándole a pasar sin antes ganarle la curiosidad de asomarse al pasillo, no hay nadie. Cierra y con la invitación de siempre, pregunta por café o té a lo que el chico azulado pide un expreso con mucha azúcar si fuera posible.

—¿Entonces mucho trabajo? ¿Por eso ni un mensaje tuyo he recibido o a qué te refieres con la valentía?

—No sabes... —Alarga el tono sintiendo un ligero calor. Desabrocha su saco y se quita por completo la corbata—; salí a las 10:30pm de la oficina, ha habido días en los que me quedo 16 horas, ¿puedes creerlo? —Hace un ademán con su mano para saber si puede acomodar sus cosas en el respaldo del sillón y en cuanto la eriza afirma, él prosigue—. Y valentía lo digo por...bueno, afrontar el suceso de eso...me ha costado olvidar el cómo te vi.

La chica le brinda la taza y se sienta frente a él, extrañamente han ido a parar a la mesa del comedor.

—¡Uuff! Suena pesadisimo, pero no sabes como agradezco que tuvieras el interés de venir a verme después de... un tiempo, y después de eso que mencionas. —Su expresión es genuina, las comillas que hace con sus dedos son hasta de cierto juego.

—Yo...tengo que decirte que extrañaba verte y más si, ya sabes, tu recuperación era algo lenta y tal. Me alegra tambien que después de eso te veas...mucho mejor —Sus pausas se tornan dramáticas, inverosímiles. Amy había pasado por alto el episodio del hospital, en sus memorias sentía que la última vez que supo de Sonic había sido por la oficina y que fue despedida.

Sin duda alguna el episodio desagradable lo ha intentado borrar.

El silencio ahora se queda allí, causando una asfixia para ambos erizos. El tic tac del reloj de pulso de Sonic hipnotiza a Amy con tremendo cansancio que carga sobre sus hombros; piensa que tendrá que trabajar mañana y toda la somnolencia le golpea en las bruces.

—¿Sabes qué recordé al venir aquí? —Rompiendo el hielo, Sonic pregunta y Amy niega con la cabeza sin perder vista en su taza de té—. En el día que te ayudé a cargar las cosas de tu departamento, cuando estabas muy emocionada de que por fin podrías independizarte, ¡Hasta pensamos en vivir juntos porque éramos pareja! ¿Lo recuerdas?

—¡Oye, si! Eso fue ya hace tiempo, lo de lo nuestro...vaya, sí que recuerdo, tendrá más de 4 años... —El brillo de sus iris es el de un niño. El cobalto rememora con una sonrisa de oreja a oreja, mientras el corazón de la pelirosa se acelera como si fuese una adolescente.

—Lo sé, y siento que, ¡uy! No sé —Mira su café llegar por la mitad, la curva de su cara es extrañamente ingeniosa—, dirás que es una locura pero ver tu sonrisa y ese rostro tan cálido me recuerda a cuando empezamos a salir... —Sonic estira sus manos para tomar los dedos de Amy que, no los aparta ni nada de eso, por el contrario, prefiere dirigir su vista a los iris del cobalto, prestando la máxima atención a lo que dice e incluso siente.

—Sonic, me da la impresión de que tienes algo atorado que nunca pudiste sacar desde hace más ya de 4 años... —Su insinuación parece dar tanto en el clavo que el peliazul se raya y aparta sus manos de las de ella—. Trabajamos en la misma empresa por una beca y ahora, dejamos de frecuentarnos bastante. No sé si eso ha causado la falta de confianza.

—Quiero en realidad disculparme porque, mientras intentabas recuperarte y luego ocurrió lo del incidente, no sé, me sentó muy mal saber que es probable que lo que te haya pasado fuera nuestra culpa, mi culpa, por no quedarme contigo al pendiente de ti, por no haberme metido aún más en tu vida por tu bien.

—¿Lo que me haya pasado? Hablas de mi....¿De mi percance que me llevó a...esto? —Empieza a sentir un mayor nerviosismo, de ese que resulta incómodo para los dos. No sabe cómo actuar ahora que no sea de la típica forma grosera y evasiva de antes.

—Desde que platiqué con Shadow de nuestra relación en la universidad y de en si todo lo que recordaba de tu último año me he planteado mucho el que quizá tú y yo...

—¿Hablaste con Shadow de eso? —Sus cejas se agachan, la expresión cambia en ella al tener que ser ese erizo su maldito tema de conversación otra vez—. ¿Cuándo fue? No estaba enterada de que habías tenido tiempo de ello.

—¿Ah no? Fue cuando iniciaste tu terapia con él. Me dijo que estabas al tanto de ello y que lo hacía con la intención de saber un poco de ti e intentar desbloquear recuerdos que tú no sabias con certeza —Ahora ambos se ven nerviosos y dudosos de que la situación haya sido verídica. El erizo se rasca la cabeza—. Maldición, espero haya hecho bien en hablarle de nosotros.

—Sonic...¿Por qué terminamos? —Su cuestión es una daga, una inesperada tanto para ella al pensarla de forma catastrófica como para él que, estando ya nervioso, no sepa responderla.

—Eh, no sé, Amy, ahora yo no...

—No te lo pregunto con intención de...eh, sabes, hacer esto incómodo sino porque no lo recuerdo —Decide ponerle fin a su liquido caliente y en cuanto termina de pegar el sorbo, prosigue—. No recuerdo nuestro principal motivo para haber cortado.

—¿Y-y quieres saberlo ah-ahora? —titubeante, sus ojos verdes se vuelven vulnerables a los de ella.

Rose asiente a su pregunta, presionando con la cercanía de su cuerpo a la de él arrimando su silla hacia el costado izquierdo. Pegan sus rostros un poco hasta que parece que obtiene una genuina respuesta representada en un beso, uno que en ningún momento niega o tan siquiera desea evitar; fue tan circunstancial que para ella se siente familiarizada.

—¿Pero qué estoy haciendo? —Se termina por recriminar alejándose de él—. No quería incomodar...lo siento.

Sonic no termina por darle la contestación cuando su celular suena. Ella atiende la llamada sin querer abochornarse mas por la contestación de su amigo.

—¿Sí?

Hola, Rose —Alejandose del comedor para ir a la sala,  mira por encima de la barda para estar atenta a los movimientos de Sonic—. Espero no haberte despertado o interrumpido.

—Oh no~, despertado no, interrumpido si—Sonando juguetona, intenta verse molesta por lo visto en el pasillo—. ¿Qué se te ofrece?

Disculpa si he interrumpido algo importante eh...agh, olvídalo, no quiero tampoco molestar con esto.

A ver, a ver, ya has hablado, ¿por qué retractarte ahora? —Sube y baja los hombros, sintiendo la molestia recorrer su espalda.

—¿Quién es, Amy? —Se gira abruptamente, había perdido de vista a su visita y ahora le ha sorprendido del otro lado de su departamento —.  Si es algo de tu trabajo puedo...puedo venir otro día.

...¿Estás acompañada de Sonic? —Inevitablemente tuerce los ojos. Amy se molesta aún más tanto con el cobalto de haber hablado cerca de ella y del teléfono como de Shadow al hacerle esa deducción tan seguro—. Lo lamento, en serio que no deseaba interrumpirte...

Cierra la boca. Hay un par de cosas que tengo que arreglar contigo ahora —Por esos minutos la Amy Rose buena onda desaparece. El erizo azul que está aún allí le mira desconcertado por su actitud al teléfono—. Pero si está muy ocupado el erizo acostándose con mi vecina entonces dígame usted su agenda y a qué hora está libre.

Será mejor que nos veamos mañana, no voy a pelear contigo ahora, no me apetece.

¡Pues a mi tampoco fíjate! Buenas noches. —Al colgar de forma dramática, Sonic habla:

—Amy, tranqui~ no quería...en serio lo siento...

—No te disculpes, carajo, nada de esto es tu culpa, ¿Por qué ha de serlo? —Tras la interrupción y antes de proseguir, la eriza se hace una introspección rápida, notando que vuelve a alterarse otra vez de forma muy precipitada, dejándose llevar velozmente por las emociones de ira...

Se toma unos segundos para cerrar sus ojos y respirar 5 veces. En intervalos de 3 segundos, la eriza domina un poco su aceleración mental y al abrirlos nuevamente viendo a su visita, exclama:

—Mañana te invito al antro, puedo darme una escapada para que tomemos un par de tragos, ¿Qué dices? —el chico peliazul no sabe cómo responder.

El nervio característico de él se vuelve cómplice en su fachada. El romanticismo que empezó a resurgir por un momento en el comedor se transformó y ahora sabe que, quizá, volvió a ir en un mal momento.

En un momento ciertamente importante por lograrse desentrañar emociones pero algo inoportuno por saber que Rose todavía tiene cosas en las qué trabajar, y no le molesta verle ir y venir en ese recorrido algo complicado, pero él también tiene que aclarar muchas cosas para sí mismo.

—Dejame arreglar mis tiempos. No te digo que si o que no, solo...necesito de verdad esperar no quedarme otras 16 horas en el trabajo. —Su mueca es de queja, una que cualquier otra chica deduciria es pretexto claro pero tratándose de Amy sabe, es una respuesta que cree porque para bien de su mente debe de ser eso: la verdad.

Se terminan por despedir amistosamente, de modo que esa reunión que quizá pudo ser de 3 horas solo fue de 30 minutos.

Cuando lo acompaña hasta el pasillo y ve como se sube al elevador y se despiden de mano, una voz en su espalda le dan la impresión de su noche.

—Así que si era él...—Suena como un murmullo para él mismo, pero ante la tranquilidad del pasillo y el poco ruido exterior, hasta las pisadas de un insecto son claras—. Lo siento quería asegurarme de que sí había sido su voz pero, más bien yo...

—No creo que lo sientas mucho, Shadow. ¿Desde cuándo te volviste curioso? —Girandose, incita con la mirada a que le dé una buena respuesta, pero él no hace ni una mueca—...Al parecer fuiste inventando que necesitabas hablar con MIS amigos en nombre de MI ayuda, cuando yo no estaba ni enterada. —Shadow es consciente de que cuando hizo aquello podía salir mal, por los reclamos que podría recibir ante su "poca falta de profesionalidad"

Jamás pensó que esas llamadas de atención vendrían a posteriori, con la Amy Rose en el camino de la renovación.

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