Capitulo 28: Sincera y Abierta

Rose había adoptado una actitud transida desde los acontecimientos que le dieron paso a una vida distinta, llena de matices. ¿Quienes son aquellos que podrían expresar estos sucesos desde una vista positiva y nada pesimista? Pocos, pero ella estaba dando pasos agigantados, unos que marcan poco a poco su realidad que desea vivir.

Ahora más que nunca sus amigos muestran insistencia de saber sobre ella, de cómo se está sintiendo en cada día e instante por lo sucedido. Es tan extraño, le es ajeno todo tomando en cuenta que podria ser a conveniencia; con recelo tiene actitudes antiguas, de las que solemos presentar por el Ego...ella ha luchado contra su ego día y noche, y no deja de existir complejidad a pesar de hacerlo día con día.

Va a su trabajo para ensayar un poco de baile con una leona. En el club ya no hay tanto hate hacia ella por ser "la nueva que todos quieren" pero pasa siendo indiferente para muchas, más otros y otras, les cae bien con lo que tiene.

Nadie sabe de su incidente, de su intento por desaparecer. Solo Shadow le dio el aviso al jefe de que estuvo en el hospital con los debidos papeles y le otorgó esa semana, a medio sueldo, con obviedad.

—Te cuesta todavía dar ese giro, pero lo demás lo llevas bien. —Aplaude con sus garras muy feliz, Amy sonríe penosamente, más acepta los halagos porque es consciente de todo el esfuerzo que le ha puesto.

Empieza a quererse más por lo que hace, por lo que tiene que ofrecer.

—¿Sabes? Todavía pienso en el vestuario. Quisiera... no sé... —Baja de la tarima individual, estirando su cuerpo con somnolencia.

—Puedes hacertelo. O conseguirlo por tu cuenta, no hay problema, hermosa —Toma su brazo con confianza, sonriente de verle de vuelta—. Sucede que como no has venido ya casi no hay ropa en los vestidores. Además, si quieres tener una buena escencia en el club, recrearte un buen concepto visual que con eso tendrás aún más clientes...

La leona, en comparación con Sasha, la tigre de rayas magentas que le tendió la mano por primera vez, es más confiansuda y agradable a pesar del porte dominante que no puede quitarse tan fácil. Ella habla y habla, y Amy le mira como si prestara atención, pero deja de prestar atención en cuanto ve a Shadow pasar por detrás de los otras mesas, cerca de la barra y rumbo a los vestidores y el área de empleados. Es sábado, ¿por qué está ahí tan temprano? Ella recuerda bien luego de su última y única visita a ese estudio que él graba los sabados.

—...¿Amy? —La de melena rizada nota cómo se ha ido por otro sitio la eriza, y a pesar de girar no ve más que a Scourge con otros dos chicos nuevos dando instrucciones—. ¡Ehhh! ¿Ya extrañabas al moco, que no?

—¿Qué? ¡No, es que...! —Se detiene viendo que también el mencionado anda allí. Exhala risueña, ahora la leona está burlándose con puras expresiones—. Gracias por la ayuda,  Beky, déjame ir a los probadores y si no hay nada aunque sea un accesorio me voy a inspirar yendo de compras.

—Con cuidado, bella dama. Chao. —Amy se desprende del agarre tranquilamente, y, luego de despedirse de un beso en la mejilla, va en búsqueda real de su amigo oscuro.

Tiene miedo de hablarle, su ansiedad le generan escenas inciertas de una plática desde hostil hasta desinteresada. Pronto vuelve a su presente y andando por las escaleras, sabe que tiene que hablar porque ella quiere hacerlo, porque así podrá cerrar un ciclo y sentirse bien consigo misma.

—¿Estás perdida, Amy? —Oye a su compañero albino detrás, no parece impactarse pero le mira caminando todavía por el corredor.

—Vi a Shadow, necesito hablar con él. 

—No creo que sea un buen momento. Debe estar hablando con el jefe —Ella le mira con intriga, el joven blanquisco se encoje en hombros y espera a que la rosada hable pero no menciona nada—. Parece que tienen asuntos de trabajo qué hablar, yo que sé. 

Ve la puerta en la que podria haber entrado, pues es la que Steel ha mirado mientras mencionó aquello. El pelo blanco sigue su camino y ella se recarga en la pared, ingresando a vestidores; aprovechando realmente la situación para observar cerca de los casilleros y comprobar que no hay ropa buena, no existe algo que pueda concordar para un outfit que tiene en mente...

Le gustaría algo atrevido, ¡Más que eso! Piensa en Scourge y lo extrovertido que puede mostrarse. Rose quiere eso y más, tiene intenciones de ser una completa animal en todos los sentido positivos que le ve.

Entiendo. Gracias... —Oye a lo lejos, al igual que una puerta cerrar y pasos andar lejos de ahí. Sus orejas se elevan y va pronto hacia el corredor otra vez.

Se cruza con él bruscamente, chocando su frente contra su hombro por ella salir de un costado. Lanza una pequeña queja y Shadow parece que se impresiona de verla por ahí. Luego de recuperarse y lanzarse disculpas clásicas por el incidente, el azabache expulsa:

—Es más temprano de lo habitual, ¿Tienes algún compromiso por aquí?

—Sí, estaba ensayando, ¿Y qué hay de ti? Crei que los sabados estabas ocupado con tu otro trabajo...

—No hay nada que grabar, tengo el día y suelo ir al gimnasio pero el jefe me llamó para un cambio de área. —Rose soba su frente y abre aún más los ojos por oír eso, ¿cambio de area? ¿Qué podria hacer Shadow en un lugar como ese además de ser un juguete sexual?

—Vaya...no sé si eso es bueno —Termina por comentar no tan convencida, tampoco quiere cagarla con algún comentario—; pero en fin, me alegro de que...bueno, de haberte visto luego de estos días sin saber de ti.

Esa sonrisa que despliega de su fachada es auténtica, sincera, agradable. Shadow se asombra de ello, de que haya hecho un comentario hacia él con genuina satisfacción en sentimientos que se impactan en su corazón. Es una sensación extraña oir su timbre así, verle natural y no con una máscara pesada con la que había lidiado años por su incidente.

—O-oye...crees que tu y yo... —Baja sus carmesí al oirle, el silencio que hubo parece que abrumó a ambos pero, Shadow estuvo más ocupado meditando esos sentimientos—, no sé, ¿harás algo ahorita?

—No precisamente, pero me has dicho que has venido a ensayar así que, supongo ya eres bailarina. —Se cruza de brazos recargandose en la pared contraria, dejando libre el pasillo y con Amy del otro extremo.

—Sí, bueno algo así, todavía lo que hago tiene sus "restricciones" pero necesito conseguir vestuario para hoy así que...¿Quisieras acompañarme al centro? —Lanza la propuesta despreocupada, encontrando la confianza de antes, poniendo su postura recta y alzando su rostro hacia él.

—¿Y sólo haremos eso? —Alza sus cejas, intrigada de su pregunta. Shadow prosigue risueño de observar su cara y confusión—. Digo, si me invitas espero mínimo salir beneficiado de una u otra manera.

Fugazmente a Amy le llega el recuerdo de coqueteo en diversos asuntos. En su trabajo lo hace seguido cuando está con clientes, en la grabación lo hizo y demasiado horrendo para su gusto de aquellos tiempos pero, ahora...siente una extraña sensación en su estomago; no se siente en sintonía ni tampoco en un mal lugar es solo que para ella, esa extraña idea satisfecha de oirle le navegan en la mente muy a prisa.

A fuerzas necesita interpretar eso rápido, como si de verdad pensar tanto le diera las respuestas a todo su mundo.

—Comeremos algo, ¿Aceptaras así acompañarme?

—No lo sé... —canturrea dándole una vista rápida a su teléfono. Ella sonríe, ¿por qué lo hace? No es tonto, ella menos, pero se ríe espontáneamente por saber que en otro tiempo, otro momento, no aguantaría bromas, ni tampoco esos comportamientos...—, en realidad sí lo sé, así que vamos de una vez que tienes que regresar a trabajar.

—Lo sabía, estolido. —Va por el pasillo de regreso dándole un pequeño golpe indefenso en el hombro.

—¿Sabías qué, eriza?

—Que me dirías que sí. Solo que lo prostituto no se te va a quitar nunca. —Guiña un ojo, todavía confiada en ese ambiente.

¿Quién diría que los temas difíciles pueden ser de ayuda para tomar decisiones en uno mismo?



—¿Y éste?

—No...no creo que ninguno te quede bien.

—¿Por qué lo crees? —extrañamente está muy sutil, muy paciente...ni a Shadow le sorprende tanto como a ella de darse cuenta.

Llevan hora y media buscando prendas y accesorios en las diferentes tiendas departamentales de esa plaza, pero Rose no ha encontrado cosa que le guste y convenza al 100% como para armar un juego y Shadow parece renuente a todo lo que le muestra.

—Porque...no lo sé, Amy, no me gusta. —exhala con molestia atorada en su paladar.

—¿No te gusta? ¿Acaso...? —No lo medita tanto, en realidad cree saber por qué se está comportando renuente—...¿No quieres que sea bailarina, verdad?

No responde inmediatamente, ni siquiera le mira. Cruzado de brazos en otro anaquel, mira las prendas intentando evadir su pregunta. Amy siente un calor atravesar su cuello, le es extraño después de todo, no han hablado y se siente muy segura de lo que siente ahora como para dejarlo de lado.

—Bien, vayamos a comer, ¿qué tal algo oriental? —pide muy rápido, acomodando lo que tenía en sus manos de donde lo tomó. Él le mira,  solo asintiendo un poco distraído—. Andando.

Sale de la tienda y se queda de pie, en medio de mucha gente que transita en esa tarde, es sábado y la plaza se ve bastante llena. Shadow se queda detrás admirando su melena a media espalda, con esos jeans casuales y la blusa de manga larga azul marino que trae a pesar de la calurosa tarde...

—¿Donde estaba el área de comidas? —inquiere rascando su cabeza, entrecerrando sus ojos como si eso le fuera a ayudar a recordar.

—Ven, está por acá. —Llama el vetas rojas con su mano y camina a la derecha, pero ella no se mueve.

—No, es acá. —Ordena yendo al lado contrario, percatandose de la sorpresa de su amigo por sus exigencias.

—Está en la entrada, es de este lado —comenta a dos metros de ella, esperando a que la siga, pero sabe que su terquedad se lo impedirá—. Ok, vamos por allá.

—No, vayamos por donde has dicho, puede que esté equivocada, no termino de recordar bien. —No dice ninguna palabra más, se ha equivocado en cuanto a predecir su reacción y no sabe si eso está bien o está mal.

Lo único que le parece está mal es ella por sentir a otra compañera de su lado.



Siento que esos camarones van a provocarme diarrea. —Lanza el comentario observando el menú con desconfianza, siente que no debería comer nada tan grasoso pero a la vez su apetito la domina.

Shadow ya ha pedido y a pesar de que le sirvieron hace un par de minutos, quiere que Amy tenga algo que comer para no verse tan descortés siendo el único que come.

—No pidas más que arroz o pasta, el pollo a la plancha no está tan mal.

—Seguiré tu consejo y pediré lo mismo que tú. —Tuerce los ojos pero divertido, esta vez no le parece una resignación o capricho como en otras ocasiones.

Inevitablemente, el erizo no puede dejar de examinarla como si fuera su paciente. Siente una necesidad extraña de reprender la o hacerle comentarios por su último comportamiento que ha visto pero, no deberia hacerlo, hay cosas que no han hablado y él quisiera...

—Shadow, quería que platicaramos sobre lo ocurrido hace una semana y poco más  —Justo en el clavo. El oscuro vuelve a salir de sus pensamientos para ubicarse en el presente, dejando de mirar su plato para mirarla a ella con un rostro todavía sereno a pesar del tema que pueden tratar—. Sé que quizás no quieras, o prefieras dejarlo ya o, no es adecuado hablarlo ahorita que vamos a comer...no sé, no es correcto para mí dejar esto sin haberlo charlado porque después de todo, no te he visto desde que salí del hospital y no, no quiero simplemente cerrar esto como si no hubiera ocurrido nada, no si estabas involucrado. —Da un suspiro, sintiéndose bien de haber dicho aquello, vaya que se siente bien sacar las cosas tal cual uno las siente.

—¿Sabes algo, Rose? —Da un sorbo a su bebida, parece un té de macha—. No he...no sé cómo te tomarás este comentario que te haré pero me ha sido...complicado no dejar de examinar tu comportamiento desde que estábamos en el trabajo.

—¿Mi comportamiento? —Su platillo llega y aguarda a que le dejen todo para seguir, dando el pago y luego de entregado su ticket, cucharean ambos sus respectivos alimentos—, ¿Estoy actuando...mal?

A pesar de que suena inexpresiva, en el fondo todavía reciente los comentarios de los demás y se sobre esfuerza por estar bien, aunque eso dependa de los demás.

—No, no puedo decirte que actúas mal o no, eso es relativo. Lo que quiero decir es que...sé por mis conocimientos que luego de tu...—Se detiene mirándole, no hace ninguna otra mueca, no más que su insistencia por continuar en su comentario—, de tu intento de suicidio, el afectado no va a hacer como que no pasó nada, no para tu caso. Sé que quieres estar bien, pero no tienes que intentar quedar o hacerte bien ante nadie.

—Lo que estoy haciendo es por mí, ¿por qué creerías que estoy intentando estar bien por alguien más?

—Es que es justo por eso que yo no...no puedo evitar examinarte. No deberia, quizá y solo estoy sobrepensando y examinando de más, pero... —Deja su bocado en el aire. Suelta el cubierto para separarse de la comida y recargarse en la silla metálica con algo de frustración en los ojos.

Amy no para de comer. Succiona esos fideos mientras respira lentamente por la nariz intentando no caer en un círculo de ideas y suposiciones no certeras. Ya ha pasado por esto, es un trabajo de diario dominar su ansiedad, sigue y sigue trabajando, a cada minuto y a cada segundo...

—¿Te acuerdas de lo que te dije esa noche? —Vuelve a hablar Amy tras terminar casi los fideos, limpiandose con una servilleta. No recibe respuesta de Shadow más que su mirada enojada con él mismo—. Sé que te acuerdas, seguro por eso ahora tu eres el confundido.

—¿Ahora tú eres la que me examina a mí?

—¿Por que no podria hacerlo? El lenguaje corporal dice mucho, debes de saberlo —Suelta un monosílabo ingenioso, ese que es interpretado por  la chica como una burla tras ser descubierto—. Dije que eras mi todo. Te volviste mi todo, Shadow the hedgehog.

Casi se sumerge más en esa silla, aunque parezca controlarlo todo, Rose muere de vergüenza dentro suyos. Pero hace caso a lo que Jet le ha dicho, sabe que puede contarlo y decirle lo que siente porque Shadow es muy accesible a ideas y todo tipo de comentarios.

Solo que a Shadow le pica la nuca lo que tiene que ver con él directamente, porque tendrá respuestas para otros, pero para él mismo no sabe de soluciones.

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