Capitulo 26: Destino preparado
Su recámara es fría, siempre se presenta así cuando ella no anda en momentos agradables, es como si tuviera atmósfera propia y ello lo sintiera hasta cualquier visita.
Eran casi las 3:00am y ello no le impedía a Shadow estar ahí, sintiendo la terrible incomodidad de la vida por tener que hablar.
¿Porque ambos tenían que hablar de lo sucedido?
Amy no tiene mayor importancia en beber café, está vez deseaba mucho sentir el líquido caliente e intenso sobre su paladar, espera que sus nervios ya alterados exploten aún más. Sentada en uno de los sillones, impaciente a que Shadow diga algo, o no sabe, solo el tiempo a estado pasando en lo que se aligera el encuentro.
—Dijiste que habláramos aquí por comodidad, ¿pero qué carajos quieres hablar si no has expulsado ninguna palabra? —protesta Amy mirando su mesa de centro, controlando la ansiedad por imaginarse múltiples escenas y frases que...ella no tiene la certeza de nada, y quisiera quitarse esas esperanzas de una maldita vez.
El azabache no se inmuta. No parece cuerdo pero sí sincero. Su semblanza está tranquila y a la vez temerosa. Amy palpa ello y se retuerce de curiosidad.
—Te pido una disculpa por lo que te hice.
—¿Qué fue lo que me hiciste, Shadow? —reclama la chica con los ojos semi acuosos, brillosos por ahora recordar su visita con Jet y de lo que hablaron...esa nostalgia brota y está vez frente al chico oscuro que, se ha dado la vuelta para sentarse junto a ella.
—Intentar ayudarte e, intentar ayudarme.
—¡¿Cómo que intentar ayudarme!? ¡TÚ SI ME AYUDASTE! —Se lleva el susto de su vida viendo a la joven rosada exaltarse de manera abrupta.
Ella se levanta de su asiento y no encuentra la manera de expresarse. La nata forma de mover sus manos, girando hacia todos sentidos y con su lengua retorcida en sonidos que no forman palabras es el espectáculo que el oscuro se lleva.
—Yo creí que podía suceder diferente. Escucha, yo...yo no pude ayudarte de la mejor forma porque tenía que resolver bien lo que a mí no me ha dejado tranquilo. Sigo sin resolverlo y por eso ya no puedo seguir con esto —Quiere que le escuche y hace el intento por pararse cerca de ella pero Amy no se está quieta—. Solo conseguí terminar mal y a ti te...no sé lo que hice contigo.
—¿¡Crees que es fácil para mí que quieras acabar con esto así?! ¡¿Crees que no me importa ir con otro extraño a que me ayude!? —Realmente Rose dice lo que siente sin tanta coherencia con lo que él está expresando, pero está ahogándose, está harta de volver a tragar esas sensaciones y pensamientos extraños que siente por él, por alguien en si...
—Amy, ahora estoy hablando de mí. Luego de tanto tiempo por fin estoy dispuesto a hacer esto por mí y no por ti —No lo entiende. Lo que oye, es escandaloso para su mente, es hiriente, es incomodo—. No puedo seguir ayudándote. Si te sirvió lo que hice, que bueno por ti. A mí no me sirvió hacerlo.
Sale de ese sitio, la chica de pelo rosa continúa con su energía de no poder asimilar nada y aceptar tan de golpe lo que oye. Va a la cocina, los olisqueos que el azabache oye le producen nervios. A pesar de tanto, no puede dejarla así, no pretende irse hasta que sepa que ella lo puede procesar y entender.
Pero es obvio que ella no va a entender eso.
—No tenía por qué dejarte entrar a mi departamento esa noche... —Chilla girando hacia la barra y recargandose en la formaica—, no tenía por qué conocerte, no tenía por qué... —El desamparo sale de sus ojos, el miedo y la travesía futura que no puede ver sino está Shadow con ella.
Una y otra vez la pregunta de Jet y su respuesta gira incesante en su psique causando un colapso en su vida.
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—Dime algo, Amy, si Shadow desaparece de tu vida, por las circunstancias que fueran ¿qué harías?
Se toma su tiempo para responder hasta que, expulsa observando los ojos del halcón—...no sé. No creo que...que vuelva a la rutina de meses pasados. No quiero eso.
—¿Entonces que quisieras, Amy?
—...No quisiera ya nada. No quiero nada sino está él.
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Ese vacío está creciendo y quiere detenerlo todo.
—¿Por qué te estás poniendo así? Era tu psicólogo, tus oídos ajenos, tú ayuda...
—¡LO ERES TODO PARA MI, ERIZO ESTÚPIDO! —grita lo más fuerte que puede hacia la fachada del chico que, se quiebra viendo sus ojos vacíos y rotos de ira en ella—. ¡¡Pero es mi culpa haberte dejado que lo fueras todo en este punto de mi vida, maldita sea!! ¡¡Y ahora yo...yo...ya no quiero nada...!!
Quiere salir corriendo de ahí, el evidente ataque de pánico que tiene le alarman por sobre medida a Shadow que, quiere tomarla y evitar que se vaya, pero le resulta complicado a la primera.
La chica se dirige corriendo a la puerta sin dejar de llorar, busca huir, más el azabache la bloquea diciendo su nombre. Luego, observa la ventana. Él no es tonto, él conoce lo que puede pasar ahora, sabe y a estudiado casos abruptos, circunstancias que parecen de película pero que suceden cuando pierdes toda noción de realidad por un ataque, así que, al ver como Rose examina no solo la ventana sino su cuarto, empieza a llamarla por su nombre, de forma no escandalosa, sino tranquila para que ella vuelva en conciencia poco a poco.
Pero todo es inútil para novatos de la vida.
Amy vuelve a correr, está vez con toda la aparente intensión de salir por la ventana, pero parece que fue una trampa, pues lo único que logra al rotar alrededor del sofá es hacer que Shadow pierda tiempo, y así, ella huye hacia su recámara; y de forma atlética empujar la puerta para que se cierre, robándole tiempo al veteado de alcanzarle.
Shadow abre iracundo, no viéndola de primeras. Entra en una fantasía de posibilidades al oír ruido en el baño y ver su silueta en el lavabo por el cristal templado por sobre el alumino.
Un miedo le recorre la columna de golpe y empieza a sudar frío.
-Flashback-
—Ayer me dijiste que no solías dormir por ansiedad, ¿Cómo la llevas con eso?
—Pues, uso unas pastillas para dormir —La eriza deja su posición desganada y camina hacia su recamara, al cuarto de baño con el azabache detrás de ella. Entra abriendo el cajón y mostrándole dos medicamentos al azabache—. Esas cosas.
—Clonazepam y lorazepam, esto es para la ansiedad —No deja de mirar los frascos y continúa leyendo, mostrándole uno en especial —Zolpidem es hipnótico, este sí es para dormir, ¿Quien te los dio?
-Fin del Flashback-
—¡Amy abre la puerta p-por favor...! —manda sonando desorbitado, el miedo le está paralizando; era su turno, como en esas veces que a ella, inclusive ahí, en ese cuarto de higiene, la "probó" por primera vez con su diagnóstico de bloqueo...no le viene bien ahora recordar eso—. ¡Amy, sal de ahí y hablemos esto! No tomes las cosas así...vamos a llevarlo de otra forma, ¿S-si? —Toma la manija queriendo arrancarla, más se siente torpe por no tener la fuerza que desea ahora.
—¡Ya n-no tengo na-nada qu-que hablar! Esto s-se acabó pa-para los do-dos... —No se oye bien, y él tampoco adivina nada, aprecia que murmura más cosas pero, lo que alcanza a oir es suficiente para que su imaginación siga corriendo.
—Nada se ha acabado, Amy esto no se acaba tienes que oírme, yo no quería que tú... ¡Yo no quería que tu y yo terminaram-...! —No termina su oración cuando gruñe y golpea la puerta con sus piernas ahora desesperado y arrepentido de mucho.
Rose ha baseado su botiquín y de la prisa que lleva ha tirado un sin fin de frascos. Sacó su cajón con fuerza y tiró todo en el suelo. Ahora no sabe donde están sus pastillas, no sabe cuales tiene que tomar...
¿...Tiene que tomar? Cuales y cuantas no viene para el momento, porque abre todas las que puede y las vacia sin miramientos en el lavabo, tomando un puño y llevandoselas a la boca de golpe.
—¡ABRE LA PUTA PUERTA, AMY ROSE! —Escucha con violencia fuera y grita por silencio, afligida...vuelve a tomar otro puño de esas cápsulas y como puede se las traga porque, tiene arcadas de golpe, queriendo vomitar.
—¡Y-ya cálla-te! —Escupe agresivamente tomando otros frascos del suelo, sin poder abrirlos fácil porque la trémula se lo impide.
Unos golpes en la puerta son ahora su tic toc. Todas las sensaciones posibles están recorriendo su pelaje, sus sienes su columna y extremidades. Solo está haciendo cosas por hacerlas, porque considera que ésta es su salida definitiva...
Su destino preparado de emergencia que se puso en algún momento.
Con un erizo nervioso fuera, toma como puede otro puño y, respirando muy hondo, las lleva a su boca y busca pasarlas...tose por no poder tragarlas todas. Se aferra del lavabo y tiembla queriendo producir suficiente saliva para engullir fácil mientras unas cuantas píldoras siguen ahí, entre sus mejillas y debajo de su lengua, empezando a desintegrarse y provocar un sabor amargo y dulce a la vez...solloza y tensa su cuerpo como si ahora estuviera enojada con ella misma...
Se deja ir en el suelo, sofocada, no deja de llorar y lamentarse mucho, empieza a sentir un dolor muy fuerte en su cabeza y con él, un agotamiento que le lleva a querer recostarse en el suelo...añorar un futuro tonto e ideas inciertas que...¿qué ha hecho? ¿por qué...? Todo vuela en su memoria, lo bueno y lo malo, lo que todavía cree es realmente verdadero y no una invención suya, lo que todavía le gustó en vida.
Amy no puede dejar ir muchas cosas así de fácil.
-Flashbacks-
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El azabache vuelve a ser apresurado, y viendo que la eriza comienza a notarse distraída por reflexionar en su mente, toma su mano y la pone sobre su pelaje. Ella no hace acción más que mirar, mirar y sentir la suavidad extraña bajo su palma.
—¿Cómo se siente esto? —pregunta el ojos carmesí sin apartar estos de la mirada perdida de Amy, más no recibe contestación—. ¿Y esto? ¿Así que sientes...? —Maneja su palma cual títere, a él no importa que le frote y toque cualquier zona, tal es obviedad que llega a la entrepierna y ni un gesto en la eriza se plasma.
Está pérdida, confundida, es extraña esa reacción que tuvo pero, ahora es el turno de él.
Deja a Amy y con sus dos manos, acaricia su cuello y hombros de frente, como si realizara un masaje. La eriza al fin despabila y sus ojos observan las acciones del azabache con recelo, sintiéndose confusa.
—¿Qué sientes con todo esto? —habla Shadow frente a ella una vez más, recorriendo ahora sus manos hasta su rostro. Roza sus dedos por sus labios, mejillas, masajeando de forma lenta su cara...
Aquello parece inaudito y extraño para ambos.
—No siento nada...me siento rara.
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—¿Pero qué? ¡No lo sé! Cómo alguien más, un terapeuta, lo va a saber si ni yo lo sé.
—Sí debes saberlo. Pudo ser un evento tan desagradable que quisiste borrarlo de tu memoria. Te has convencido a ti de que eso no sucedió y no ha pasado.
—Yo no lo creo, estás equivocado. Eso yo no lo hice.
—Definitivamente estás negando con la intensión de seguir enterrándolo.
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—Lamento haberlo hecho. Fue una imprudencia utilizar ese recurso contigo, siendo que momentos antes te reprimí por aprovecharte de tu situación; caí en lo mismo, contradiciendome...no tengo motivo ni manera de justificarme más que el propio interés de cumplir con mi trabajo. —Esa dicción la frenó en seco. Siente el verdadero arrepentimiento en su voz por lo que, entra invitándolo a que se siente.
Se sirve agua y bebe con fuerza, tragando el contenido con velocidad. El silencio se palpa molesto hasta que Amy regresa a la sala y dispara la pregunta de manera no sutil:
—No eres feliz con estos empleos, ¿Por qué no dejas todo esto y te dedicas a lo que deseas?
—Hablas como cualquier Mobian Ignorante que considera la supervivencia regalada —La pregunta evidentemente le incomoda, hasta sus facciones de la boca se endurecen en el oscuro—. ¿De qué puedo trabajar sin un título?
—Puedes terminar, no tienes por qué seguir prostituyendote.
—No vine a hablar de mí, Rose, sólo necesitaba disculparme...
—¿Por mí o por ti? —Sentimental, observa el suelo sin querer sentarse en el sofá con él. Todavía tiene una sensación temerosa—. No somos nada, y tampoco es tu deber estar...haciendo esto. Yo...he sido la imprudente, es mi culpa que estas cosas pasen porque hasta Sally a...
—Basta. Esto es por los dos. —Sentencia con una voz más autoritaria para intentar poner acción en el ambiente. No quiere entrar ahora en esa cuestión melancólica —. No es momento de victimizarte; hablaré con Sally y le haré ver sus tonterías pero...¡uff! Bueno, pronto todo esto que sientes pasará. Mañana hablaré con Jet y dejaré en claro una fecha para verte e indagar sobre tus recuerdos.
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Entre esfuerzos, el chico oscuro acariciaba el cabello de la joven con lentitud y delicadeza. Sentados a la par en ese pequeño sillón que Shadow posee en su cuarto. Amy penetraba sus iris sobre los suyos...más de la cuenta.
—¿Estás devolviendo...lo que te hice allá, en mi trabajo? No quiero hacerte esto... —benigno, no parece estar cómodo—. No sé por qué pero, no puedo.
Ella no respondió inmediatamente. Dejó que hablara e hiciera todo lo que quisiera aunque eso fuera realmente vacío, nulo.
Él no la iba a tocar, ni tampoco besar y hacer otras cosas intimas entre ambos porque existía una barrera extraña que le impedía hacerlo ahora.
—No eres como él... —musitó la chica rosada luego de un silencio turbio e incómodo, acompañado de las caricias ligeras sobre sus mejillas—. No eres...malo. Eres lo contrario a él...
—A puesto a que si. Sí ese malparido te violó dudo que haya sido gentil.
—Es que...si lo fue. Tenía un carácter parecido al tuyo —Detuvo sus acciones tras oírle. Un picor recorrió su espalda del erizo—. Pero no era como tú. Él era iracundo...como yo ahora. Tomando decisiones tras decisiones.
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De forma silenciosa, y volviendo la mirada al suelo, las lágrimas empapan los dedos de Shadow, pero ni por sentirlas se aparta de las manos de ella. Él se acerca todavía más, estando completamente cerca de su cabeza que...Amy termina dejando caer en su regazo sin dejar de temblar.
—Tienes que recordar lo que te sucedió y dio origen a todos estos mecanismos y comportamientos actuales. Y una vez lo hagas, afrontarlos y recuperarte de la forma más clara para seguir con tu vida.
—¿Por que a mí...? —habla y solloza aferrada al pecho del oscuro, sin dejar de temblar y balbucear con impotencia. —¿Qué le hice a alguien para que se cobrara así conmigo...? —El sol le golpea la espalda a la rosada y el perfil del azabache... Mientras la lluvia vuelve un día más en acto de presencia... Pero con calidez.
Puede que salga el arco iris en la ciudad antes de que el sol termine de ocultarse.
—¿Quien fue tan cruel e inmundo para lastimarme y arruinarme la vida...?
—Siento no poder darte una respuesta.
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-Fin de los Flashbacks-
Sin pensarlo más, con su codo empieza a golpear el vidrio de la puerta. Desenfrenado, al no ver que provoca alguna ruptura usa el puño de su mano izquierda y le hace un hoyo inmediato al cristal. Con ambas palmas abre y quita ese cristal sin prestar atención a las cortadas que se empieza a hacer en los dedos y, en cuanto logra hacer una fisura lo suficientemente grande para que pase su antebrazo y abra la puerta por dentro, lo hace apresurado hasta conseguirlo.
Shadow se va sobre Amy en el suelo, entre cristales y pastillas, la alza exclamando su nombre. Está ida, necesita obligarla a vomitar antes de que caiga inconsciente o en coma pero, prefiere sacar su teléfono mientras no deja que se le resbale de sus manos.
Los vecinos están llamando a la puerta. En plena madrugada ese edificio ahora es un caos agónico.
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