Capítulo 21: No es más que prueba

—¿Acostarme y...hablar? ¿De qué hablar?

—De lo pasado el lunes, en la mañana del martes...¿Cómo te sentiste o sientes después de todo?

—Culpable...bastante culpable... —La chica exhala y cierra sus ojos. Coloca sus manos detrás de su nuca y parece lograr encontrar un estado de relajación hilarante—... Sé que tomo decisiones sin pensarlo...muchas.

—¿Cuáles son esas decisiones, Amy?

-Flashback-

Entre esfuerzos, el chico oscuro acariciaba el cabello de la joven con lentitud y delicadeza. Sentados a la par en ese pequeño sillón que Shadow posee en su cuarto. Amy penetraba sus iris sobre los suyos...más de la cuenta.

—¿Estás devolviendo...lo que te hice allá, en mi trabajo? No quiero hacerte esto... —benigno, no parece estar cómodo—. No sé por qué pero, no puedo.

Ella no respondió inmediatamente. Dejó que hablara e hiciera todo lo que quisiera aunque eso fuera realmente vacío, nulo.

Él no la iba a tocar, ni tampoco besar y hacer otras cosas intimas entre ambos porque existía una barrera extraña que le impedía hacerlo ahora.

—No eres como él... —musitó la chica rosada luego de un silencio turbio e incómodo, acompañado de las caricias ligeras sobre sus mejillas—. No eres...malo. Eres lo contrario a él...

—A puesto a que si. ese malparido te violó dudo que haya sido gentil.

—Es que...si lo fue. Tenía un carácter parecido al tuyo —Detuvo sus acciones tras oírle. Un picor recorrió su espalda del erizo—. Pero no era como . Él era iracundo...como yo ahora. Tomando decisiones tras decisiones.

-Fin del Flashback-

—Si recuerdo eso que me dijiste —habla sin apartar la vista de su ventana, solamente unas persianas viejas separan la privacidad del resto de la ciudad, desde las alturas—. ¿Crees que sean indicios de tu agresor?

—Sigo creyendo que no me entiendo. No sé ya quién soy...quién fui. Mi carácter...ya no soy yo.

—Eres Amelia Rose, chica de 24 años que terminó la carrera de contaduría en la facultad de economía y finanzas. Sociable más con mujeres, a pesar de no tener ningún interés amoroso y sexual durante estos años de tu vida.

—¿Y solo eso soy yo? ¿La descripción banal de un aparente currículum Mobian? —Mira la espalda del erizo, quien no tiene contacto visual con ella. Sigue observando la ventana—. ¿Por qué siento que mi vida está dividida en dos partes?

—Solemos ser reflexivos durante nuestra vida. No pasas de sentirte incompleta ante la falta de recuerdos y de cierre de ciclos por tu cuenta. Sigues siendo la misma persona, Amy, pero has dejado que muchas cosas te afecten y confundan.

-Flashback-

¡Ey, Amy! iremos, al antro de la principal, ¿nos acompañas, querida? —Animosa, la zorra rojiza mostró una sonrisa exuberante esperando a que su conocida rosada se apuntara. Todo su grupo sabía de lo difícil que había sido su semestre.

—Me gustaría pero... —Se paró en seco al sentir la mano de su acompañante apretarle más de la cuenta su hombro, por debajo del cuello—...voy a salir, ya tenía planes, chicos, lo siento... —murmura para ella las últimas dos palabras. Dada la distancia que hubo entre los pasillos no pudieron oír ni despedirse bien.

Un timbre apagado, una situación poco agradable y hasta normal. Ella ya no podía estar tranquila porque su "pareja" estaba sosteniendo un control sobre ella bastante asfixiante.

-Fin del Flashback-

—Sí...estoy recordando que él...él me cambió en muchos aspectos.  Me hizo...lo que soy...

—¿Quién es él, Amy?

—Todavía no lo sé... —Solloza llevándose las manos a la cara, manteniendo su cuerpo recostado y vulnerable por el frío que ahora siente en su pelaje.

—¿Y quién eres tú ahora? —Shadow no recibe una contestación pronta. Gira sobre su eje lentamente queriendo verle, más no pretende incomodarla. El momento al que ha llegado es de quiebre para su situación.

Evita insistir con otra pregunta, le da espacio a que se desahogue. Mientras, oír su frustración por tratar con alguien tan desagradable le recuerda a unos años atrás, unos en los que todo parecía ir hacia abajo. En el que la esperanza y la felicidad familiar estaban nulas. Todo le daba la espalda.

Y su hermano le brindó la misma con un abandono.

-Flashback-

—¿¡A donde te vas!? ¡Respondeme! —El chicos oscuro no hizo caso a lo que en vetas rojizas le decía. Él metía varias pertenencias, y todas estas las metía echas añicos en una mochila.

No mediaron alguna palabra más.

—¿Qué pasa ahí dentro? —Ambos conocieron la voz de su madre, preocupada. Shadow se dirigió a la puerta y mientras su madre la abría, observó como su hijo terminaba por alistar todo de forma desordenada y apartaba a la mujer para salir. 

El vetas rojas protestó, le gritó mil y un más maldiciones pidiendo que se detuviera y no se fuera sin ningún aviso. 

A partir de ese día, no sólo ambos dejaron la universidad a medio final, sino que Shadow se vio afectado por la tristeza de su madre; la preocupación del  paradero de Mephiles, y la extraña sensación de que siempre estuvo metido en algo indebido, por su falta de dialogo y sus amigos de la facultad.

Pero no hubo alternativa más: con su madre enferma ahora tambien psicológicamente, encontró el trabajo más fácil que le pudiera brindar el capital correcto para las medicinas y mantenimiento de ambos.

Él iba a sobrevivir. No dejó que nada le quitara las ganas de vivir.

-Fin del Flashback-

¿Shadow...?

¿Eh? ¿Qué sucede? responde el erizo aparatándose bruscamente de la ventana.

¿Estás bien? Los lagrimones de Amy llegaban al suelo, y los aparta sin mayor pena a que Shadow la vea así, olisqueando y con la voz todavía gangosa—. Creo que...lo que te dije hizo que te perdieras un poco.

—Disculpa...¿Qué fue lo que me dijiste? —Ella parece estar ahora preocupada por su psicoterapeuta, pues sus ojos fríos están encasillando un pasado que le duele, logra notarlo en su mandíbula tensa.

¿Qué tan prudente es preguntar, una vez más, por él en vez de ella?

—Shadow...creo que debemos descansar de esto. Es sábado y yo debo trabajar en el antro. —Opta por no ser más imprudente. Para este punto, ella está cansada en ser insistente y hasta cierto punto molesta con terceros.

Observando su teléfono, presiona el botón para que la pantalla le muestre la hora—. De acuerdo...lamento esto, es solo que, los recuerdos de pronto vuelven y...

—No soy como tú. No sé de psicología y tampoco sé cómo ayudar con tratamiento o algo así; pero sí sé escuchar, de verdad lo sé hacer.

El rostro del azabache se relaja, las vibras negativas en él se disipan. Sonríe calidamente al oír a Amy y brinda un gracias sincero que, es su despedida final para que la chica abandone su departamento, en esa tarde que comienza a caer con un sol poco apagado.



¿No quieres que nos veamos, querida...? Lamento si la ultima vez fue..."horrible" pero... —Terminó su turno como mesera. Se ha cambiado y ha ido a los baños a limpiar parte de sus piernas pegajosas por un terrible patán que le tiró los brandis. Su teléfono sonó en media acción.

—Sally...por favor. Ya dejé pasar eso pero, no tengo ánimos de salir. En verdad que no es por ti.

¿Otra vez te sientes triste? Sabes que puedo ayudarte.

No es necesario, en verdad. Pasará, estoy segura. —Tira los papeles humedecidos y ahora, se mira al espejo con el teléfono en la oreja.

Es que tambien logro oirte muy...sosa. No estás enérgica o enojada incluso, como sueles estarlo...

—¿Crees que debo estar furiosa para estar bien? —Alza ligeramente su tono, indignada, pero se canaliza enseguida tras unos segundos de silencio—, ¿crees que...eso me describe e identifica como persona?

Disculpame amiga, es que...tienes ese carácter socarrón-agresivo para todo.

Ella lo entiende, lo entiende muy bien pero, esos días en los que ha estado platicando, ha estado hablando con Shadow, leyendo su diario y hasta buscar vídeos de auto ayuda en internet le permiten encontrar una forma de cambiar para bien.

No quiere ser la Amy de antes, ella quiere ser simplemente una nueva y mejor Amy.

—Sally, hablamos después, estoy saliendo del trabajo y estoy apurada. No me tomes a mal esto, habrá tiempo de que te platique todo. —Al colgar, guarda el teléfono y se canaliza con respiros profundos, cerrando sus ojos y viéndose al terminar en ese espejo.

Cualquier creería que está queriendo invocar algo.

El ruido de las puertas del baño masculino siendo golpeadas le hacen dar un pequeño salto. Asustada, sale y se asoma con miedo la entrada de los baños, termina por acercarse para ver la puerta semi abierta. Alcanza a ver los digitorios, pero no ve nada más.

—Agh, maldición... —reconoce esa vos protestona y hasta calante, por lo que, de buena fe, se acerca más y pronuncia sin entrar:

—¿Necesitas auxilio, Scourge?

—¡Entra! ¡Ayudame con esto! —Su voz es activa, enérgica y acelerada por parecer querer quitar algo, por lo que Rose entra y se sorprende con lisonja de lo que ve:

Tiene un anillo atorado en su miembro.

—¿Pero qué mierda te metiste ahí?

—¡No fui yo, genio! La estúpida que atendí al ultimo me lo "regalo" y ahora no puedo sacarlo. —Ella quiere jactarse, las risas semi-inocentes no se las guarda y eso le cabrea más al pelo verde que batalla con sus dos manos en la entre pierna—. No te burles, rosa, ¡ayudame que esto me asfixia!

—Oye, no voy a agarrar tu pene. Además... —Observa lo más cerca posible e intenta encontrar forma a ese supuesto anillo—. Eso no es un anillo común y corriente.

—Claro que no, ¡da! Es un anillo vibrador, y es elástico pero por alguna razón no... —Hace fuerza y gruñe por no conseguir moverlo aun más—. ¡No sé como logró meterlo ella tan fácil! ¡Por favor, ayudame!

Ella no es tonta, conoce la picardía de Scourge, sin embargo lo nota afligido y eso le da hincapié a que, en verdad necesita una mano.

—¿Me das las propinas de tu noche si te ayudo a sacarlo? —Alza una ceja, mirándolo confiada.

—Eres una cabrona, prefiero que le digas a alguien más entonces que sí es AMIGO y me ayudaría sin problemas.

Camina con risas a la puerta, empujandola y tarareando—. Deja le hablo a toooodooo el bar para que se burlen de tu situación... ♪

—¡No, ya! Está bien, ¡Está bien! Te doy mis propinas pero ya, ¡sacalo!

—A la próxima inculcate, ¡Joder eres un prostituto! En este lugar deben asegurarse de que sabes de estas cosas... —Con ligero temor, sujeta la parte delantera del juguete y empieza a estirarlo—, ¡uff! Avisales que eres extra grande, no mames...

—Jajajaja me lo dicen todas... ¡AUCH! —grita tras ser soltado el elástico y apretarle la base del pene—. ¡Te recuerdo que es la parte más sensible de los hombres!

—¡Disculpe, miss moco!,  ¡Como conozco y lidio con penes diarios sé manipularlos! —regresa Amy el sarcasmo—. Quita tus manos, dejame ver bien.

Indignado, Scourge se recarga en la barra de los lavabos, está sudando e inclusive nervioso de que esa cosa se le vaya a quedar el resto de la noche.

—¡No te muevas! —Vuelve a protestar la eriza tras ver los tics nerviosos del verdoso en sus piernas.

—Por favor, no vayas a... —No deja de ver hacia abajo, puesto que Amy se ha acuclillado; parece estar concentrada y con mayor minuciosidad en sus dedos—. Ese miembro me deja comer con su trabajo.

—Eres un warro, en serio. —Frunce el ceño, como si oliera la peor de las mierdas. Tiene que aguantar esa sensación desagradable de estarlo tocando —. Pero, ya casi...

Recargando sus manos detrás de él, sobre la barra de cemento de los lavabos, mira hacia arriba el erizo pelo verde exhalando y respirando fuertemente, por los nervios.

Amy si estas aquí ya me... ¡AMY!—. Scourge se vuelve un fantasma de lo pálido que se pone. La chica rosada termina halando con fuerza por debajo de su prepusio y el anillo sale disparado como liga hacia sus pies—. ¿Estás...?

—Sanctum, no pienses que estaba... —Scourge expulsa un suspiro de alivio, fácilmente interpretable de mala forma. Ella se levanta y golpea en toda la quijada a Scourge—. ¡Callate!

—Yo no diré nada. No es como que eso no lo vea a diario —Entrecierra los ojos y mueve las manos, con una risa medio incomoda el de vetas naranjas—. Solo que...no había visto que tú...

—¡No estaba haciendo nada malo! Él tenía...

—Tenía muchas ganas sí, sí, sí... —sobandose la boca, cruza su brazo por detrás de Amy y le tapa la boca—. No digas nada, carnal, ya sabes.

—Ya me voy. ¡No interrumpo más! —Se da la vuelta Sanctum, despidiéndose con lisonja en la voz y extendiendo su mano.

—¡¿ME EXPLICAS POR QUE...!?

—Por favor, ¡No quiero quedar en ridículo!

—¿¡Entonces yo debo quedar como una puta por mantener tu reputación pendeja!?

—¡Te daré el salario de mi semana pero no le digas a nadie la verdad de esto! ¿Porfis, si?...♪ —canturrea apretando sus mejillas y ella protesta, asqueada por saber que ahora tiene miembro de Scourge en la cara.

—En serio que te voy a cobrar esta, idiota, en verdad que lo haré. —Resulta ser su amenaza final. Empuja al erizo de su lado y, lavándose fraudulenta sus manos, sale lo más pronto que puede de ahí.
























Buenas noches/tardes días! Cuanto tiempo sin saludarles ~

No hay justificación más que el que he tenido ganas de avanzar historias que tengo en borradores, muchos recordarán algunas, y en verdad, lamento haberlas quitado de mi cuenta pero las cosas tengo que hacerlas bien para que todos quedemos satisfechos.

Ya tengo tiempo por parte escolar, en el trabajo no me dan vacaciones pero ni hablar (?) haré lo que pueda para actualizar a la semana mis historias, ¿Sugerencias de días de publicación? ¡adelante! Los leo, me viene bien saber lo que quieren ^^

Leed, votad y comentad que les pareció este capitulo, ¿Amy ya está hablando 100% en serio como para lograr rehabilitarse?

¡Nos leemos pronto! ^^

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