Capítulo 20: Lo siento reafirmado.
Para cuando la noche arriba la ciudad, una joven eriza con ligero aire apagado se dispone a servir en plena madrugada a unas mesas muertas y un ambiente también lúgubre considerando noches y desvelos pasados.
Cuando termina por cumplir ordenes, se deja ir en un banquillo de la barra. Solitaria y pensante, su fachada es una completa confusión y congestión sentimental que, todavía considera, ha sido una completa suerte de mentirosos.
Hay cosas que siente son tan iguales...que ha estado viajando en el mismo espiral una y otra vez.
Y otras en las que, el vacío y la culpa por convertirse en una carga indirecta le hacen arder su cabeza...
Flashback
—¡Vamos! No es tan difícil...¡Repitelo una vez más! —Ese zorro comienza a hablar con arrepentimiento desesperado.
—Es que él... No sé... —Shadow comienza también a desesperar. Quizá, tuvo que arriesgarse a correrla junto a su amiga marrón por la cagada que le hicieron en su trabajo.
Está siendo tolerante, mucho.
—¡Es que no está coqueteando como se debe! —Se excusa la rosada.
—Esta fue tu idea, Amy, y no planeo que ahora me hagas perder el tiempo con esto tras tus ataques de decisiones estúpidas —Reprime con mucha sarna en la voz, manteniéndose de pie el erizo en ese piso de madera del set mientras la joven, nerviosa, no quiere levantarse del sofá—. Has venido aquí a joder mi trabajo; no me interesa como saquemos esto pero lo haremos cueste lo que cueste.
—No sé bien cómo hacerlo. ¿por qué no me explicas como hacerlo? ¡No soy tan profesional como tú!
—Señor, llevamos 30 minutos intentando esto, ¿no considera dejarlo para mañana con la verdadera chica del correo? —El coyote tiene razón por un lado y lo musita cerca del oído de su jefe, pero los intereses por obtener material rápido le han nublado el raciocinio al productor.
—¡Quiero verlos en acción ya! Es la ultima vez que lo digo.—Sentencia el zorro con un grito.
—Se acabó, ven acá... — Y comportándose agresivo, levanta a Rose el oscuro del sofá para pegarla a su cuerpo y penetrar sus ojos con esos carmesí hilarantes y curtidos en ira-. Vas a dejarte llevar por esto, y si no lo haces me encargaré de que sufras el resto de tu vida, ¿me entiendes?
—Pe-pero Shad...
—¡Pero nada! Cállate y no hagas nada... —Su truculenta mano pasa por debajo de esa falda turquesa que se le asignó minutos antes, cubriendo con su Palma el muslo palido de ella. —Vuelve a negarte y lo vas a lamentar...
Fin del Flashback
Lamenta ese nublo sucio en los recuerdos, porque si bien sabe que las cosas no salieron tan mal para él, si lo fueron para ella. Pero no recuerda cómo.
No tiene nada que sufrir, nada que llorar, y nada por lo qué arrepentirse.
—¿Ya te irás? El jefe quiere cerrar temprano aprovechando que no hay gente.
—Creo que sí, me cambiaré y me iré. —responde apagada a Steel que, termina por acomodar las copas de la barra.
—¿Ocurrió algo que desees hablar? Has tenido esa cara de muerta desde que llegaste.
—Te preguntaré algo: cuando tienes que copular con algún cliente y te obliga a hacer algo de lo que no tienes ánimo...¿cómo te lo tomas al final de todo? —El rostro del peli blanco se frunce de forma pensativa, paseando el trapo por la barra mientras piensa su respuesta.
—Creo que podría estar de malas por un tiempo, pero después se me pasaría.
—¿Haces algo para olvidarte de lo sucedido o dejas que se vaya solo?
—Jaja pues, no hay nada que una buena copa de blue no te quite, así que pa'dentro, rosita —No termina de oír cuando la chica toma la palabra y sujeta dicho vaso siendo extendido hacia su posición—. ¿Quien te puso la mano encima, Amy?
—Quién no lo ha hecho ya, más bien...
—¿Ya te vas, Amy? ¿Te apetece que te acompañe? —Sanctum se incluye a la platica de forma generosa y, Rose, acabando la bebida por completo, limpia sus comisuras y le responde:
—Ya casi, dejarme me cambio y nos vam-
—Yo la voy a acompañar, ustedes váyanse con Tiverius. —Con mala cara, el vetas rojas deja sus cosas en la barra y termina por desprender unas cuantas pegatinas de su cuerpo que, por deducción, alguna "clienta" se las colocó en el privado.
—Siempre tan vale madre. Yo me he ofrecido primero.
—Y yo te digo que te calles y te largues con el moco. —Amy no se mete en la discusión, prefiere levantarse y alejarse hacia su casillero, donde se desvístete y pone su ropa cómoda.
Llevándose su tiempo allí, concluye suspirando y pegando su frente a la puerta metálica por el miedo de irse con Shadow. Siente ese helar en la espalda de aquellas veces que también la intimidó por el bien de su diagnóstico.
Solo que ahora había utilizado ese recurso por bien personal del erizo, que poca madre, ¿no?
—¿Estás lista?
—No...en realidad me...no quiero.
—Tenemos que hablar. Sé que es duro pero hay que hacerlo.
—¡No quiero hacerlo! Sé que fue mi error pero, ¡¿por eso tu debías de...?! —La Palma del erizo sujeta su muñeca con poca fuerza. Amy sostiene sus palabras en la boca mientras una extraña impotencia no la deja llorar.
Toman ambos sus cosas y abandonan el establecimiento sin dirigirse mayor palabra. Tanto el erizo como la eriza se reservan las discusiones públicas. ¿A quién le interesa oír eso?
Aunque, pisada la alfombra del pasillo de su piso, casi a punto de entrar la joven a su cuarto, Shadow toma voz inicial en la charla para no dejarlo todo así:
—Lamento haberlo hecho. Fue una imprudencia utilizar ese recurso contigo, siendo que momentos antes te reprimí por aprovecharte de tu situación; caí en lo mismo, contradiciendome...no tengo motivo ni manera de justificarme más que el propio interés de cumplir con mi trabajo. —Esa dicción la frenó en seco. Siente el verdadero arrepentimiento en su voz por lo que, entra invitándolo a que se siente.
Se sirve agua y bebe con fuerza, tragando el contenido con velocidad. El silencio se palpa molesto hasta que Amy regresa a la sala y dispara la pregunta de manera no sutil:
—No eres feliz con estos empleos, ¿Por qué no dejas todo esto y te dedicas a lo que deseas?
—Hablas como cualquier Mobian Ignorante que considera la supervivencia regalada —La pregunta evidentemente le incomoda, hasta sus facciones de la boca se endurecen en el oscuro—. ¿De qué puedo trabajar sin un título?
—Puedes terminar, no tienes por qué seguir prostituyendote.
—No vine a hablar de mí, Rose, sólo necesitaba disculparme...
—¿Por mí o por ti? —Sentimental, observa el suelo sin querer sentarse en el sofá con él. Todavía tiene una sensación temerosa—. No somos nada, y tampoco es tu deber estar...haciendo esto. Yo...he sido la imprudente, es mi culpa que estas cosas pasen porque hasta Sally a...
—Basta. Esto es por los dos. —Sentencia con una voz más autoritaria para intentar poner acción en el ambiente. No quiere entrar ahora en esa cuestión melancólica —. No es momento de victimizarte; hablaré con Sally y le haré ver sus tonterías pero...¡uff! Bueno, pronto todo esto que sientes pasará. Mañana hablaré con Jet y dejaré en claro una fecha para verte e indagar sobre tus recuerdos.
—¿Es la sesión esa de la que me hablaste? —Olisquea yendo por un papel a su recamara. Regresa a las prisas para proseguir—. Que sea en un día de fin de semana, si es posible, claro.
Levantándose, el erizo responde— De acuerdo, no tengo problema —Camina hacia la puerta observando el reloj de la pared ubicado en la misma—. Me voy y te dejo descansar, no es tan tarde pero es correcto que duermas lo suficiente.
—Buenas noches. —Se despide con poca efusividad y luego de cruzar el portal, la chica regresa a su recamara apagando las luces de esos cuartos.
Hay algo dentro suyo que está inconcluso y no sabe qué es exactamente.
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6:12am y el cielo no logra esclarecer bien, las rutinas laborales comienzan de poco a poco y el ruido de los automóviles por fuera del edificio todavía no es tan abundante.
Shadow se levanta con pereza, por más que quisiera dormir bien tiene deberes que cumplir y, apenas prepara las cosas para ducharse su puerta es tocada de forma aguda con insistencia abrupta.
Por su cabeza pasa Sally. Es de las primeras chicas que le molestan siempre pero, es posible que fuera tarde para el trabajo y se le haya olvidado algo, por lo que, busque ese "algo" con él.
Se demora en abrir, básicamente en bóxer decide salir lentamente hacia su sala poco organizada y, se lleva la sorpresa de tratarse de Amy.
—Buenos días, ¿Qué te picó para venir tan temprano a buscarme?
—Buenas...necesito algo de ti, ¿sí? ¿puedo...? —Esa aceleración en su voz y sus ojos entrecerrados por lo que deduse es insomnio le brindan el paso para que pueda entrar al departamento.
—¿Agua? ¿Leche? ¿Té? Un café no porque va alterar más tu estado. —Ofrece cerrando la puerta y caminando hacia su cocina, todavía compacta.
—No, no, gracias. Es que...
—¿Qué pasa? —Observa con tranquilidad a la chica, esperando a que le de alguna respuesta creíble. Inclusive, nota que está vestida con su pijama con la que la vio aquella noche.
—...Quiero que me beses.
—¿Para qué?
—Cuando nos conocimos, que veniste a joderme a mi departamento, ¿Recuerdas? Hiciste que tocara tu cuerpo y...tambien nos besamos en el privado...quiero que lo hagas de nuevo. —Su timbre insistente le hacen tomarla como si se tratase de una broma, ¿O más bien se trata de un pretexto?
—Quiero oír tus argumentos para que me logres convencer de hacerlo —Estira las manos, confuso—. No creo que eso funcione de nuevo ¿ok? lo de esos días fue más ensayo y error que otra cosa.
—¡Si te pido que lo hagas es porqué a mi me funcionó! —grita exigente hacia el azabache—. Vivir las cosas, empezar a sentirlas me...despertó varios recuerdos.
—Aja...¿Y entre más hagas esas cosas más pronto recuerdas todo? —Sarcástico, suelta un bostezo—. No funciona así, Ro-
Prácticamente siente una extremidad viscosa invadir y surcar sus dientes y paladar. Una exhalación fuerte acompañado de un ruido de queja brotan de sus bocas hasta que, tosco, Shadow aparta a Amy y la sujeta de sus mejillas.
—¡Calmate!
—¡Quiero tener intimidad contigo para qu-!
—No, ¡No! ¡Comienzas a trasgiversar todo esto! Yo no voy a hacer más esas cosas para ayudarte. —demanda seguro, sin querer que la chica vuelva a acercarse.
—¿Entonces cuanto quieres? Voy a pagarte, ¿ok? ¡Te pagaré para hacer esto sin amenazas u agresiones de por medio!— Bipolar, ella comienza a ser muy cambiante e insoportable hasta para él.
¿En qué punto las cosas darán otro quiebre?
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