Capítulo 17: Pautas

—Sí, quiero ver si esa chica...eh...Fiona tiene tiempo —Moviendo los pies sobre la silla, espera a que su amiga lo pase rápido a ese consultorio. Pero aprovecha el tiempo de espera para una llamada—; pronto, esta semana, quizá el viernes o...

—Bueno, en la noche te digo que me dice, ¿vale?, ¿Todo bien con Sonic?

—Sí, una platica algo...amena —Se estira sobre la silla para observar la puerta del consultorio—. Obtuve información relevante.

—Entonces ahora sigue Fiona, ella seguro te puede contar algo bueno... —Shadow pierde la atención en el aparato al ver como se abre la puerta y se asoma su conocida—...quisiera que...

—Espero tu mensaje, Sally, ya voy a entrar, hasta pronto. —Cuelga sin esperar contestación en ella, le urge acabar con todo.

—¿Y ahora en qué te has metido? ¿Acaso fue tu amiguita? —Guiña un ojo de esa forma cómplice de siempre.

—No, acabo de colgarle y fue en el trabajo...

—Yo hablaba de esa otra amiguita...—Señala la pelo blanco a la eriza que está detrás suyo de una manera disimulada.

Aunque el azabache creyó haberle perdido la pinta en el momento que llegaron al piso del consultorio, por observar a la gente, el sitio, y toda la infraestructura por ser hospital privado, nada le impidió a Amy llegar a donde él estaba esperando.

—Ah, ella...no, ella no hace nada a nadie.

—¡Te estoy, oyendo! —Lanza una fuerte queja al veteado por oírle.

—Bien, pasa y seamos rápidos —Dejando entrar, ambos cruzan el marco rápidamente—. Lo primero: Necesito sangre, ¿Cierto? Algo me dice que lo que sea que hay debajo de esa pésima curación está relacionado con fluidos. —No ha de fallar, su amiga murciélago es la médico que mejor conoce y trata toda incidencia y circunstancia relacionada a su trabajo.

La confianza de vecinos, eran niños cuando recién aprendían a convivir en el vecindario. Misma universidad aunque diferente licenciatura, ¿Existió algún inconveniente? No en realidad, los más típicos al perder el contacto habitual y al empezar a marchar su propio sendero.

Es bueno tener un amigo en cada área de conocimiento, nunca sabes cuándo se necesitará de ello.

El erizo oscuro ya sabe cómo funciona: sentarse sobre la silla, recargar su brazo sobre aquella mesa, esperar...la milagrosa paciencia que de vez en cuando le falta. Y mientras ella prepara la jeringa y el tubo de ensayo, Rose, expectante, revisa aquellos burós y estantes con diversos instrumentos médicos y medicamentos varios; patentes y marcas con esos nombres difíciles de pronunciar pero que le resultan un reto por no saber en qué ocupar su tiempo.

La fémina de bata no cuestiona el que esté acompañado Shadow, y más que nada el que haya entrado al consultorio como si fuera su cita, el oscuro ya ha llevado acompañante en otras ocasiones.

...aunque esta es distinta, muy distinta.

—¿Para qué sirve esto? —Lo que parece ser para Amy una especie de sonaja, en realidad es un instrumento exploratorio.

—Es un otoscopio, funciona muy bien para ver el oído externo y si tienes alguna infección o anomalía.

—¡Wooo~! No lo pensé... —Y dejando dicho otoscopio sobre el sitio de dónde lo ha tomado, continua observando la mesilla, en donde ambos, médico y paciente, tienen su consulta.

Sí, es típicamente incómodo para el erizo oscuro verle husmear sin pena o con sutileza el sitio de trabajo de su conocida.

—¿No tienes hambre, Rose? —Borde, expulsa aquello.

—...Ahora que lo dices, tengo antojo de una golosina.

—En el piso de abajo hay una máquina expendedora —informa Rouge de forma amigable—. Tiene de todo.

—¿Te molestaría que fueras por algo para mí, por favor? —Alguien pensaría que se trata de una exigencia ligeramente camuflada en pretexto, pero para el punto frío que Shadow ahora presenta, sus ganas por tomarse un respiro mientras el tubo se llena de su sangre son muy exuberantes.

La eriza rosada bufa, pero tomando su pequeña bolsa sale del consultorio cerrando la puerta. El silencio se encasilla de manera relajante, y en cuanto la peliblanca termina por obtener la muestra y sale a entregarla para laboratorio, vuelve con mejor confianza hacia su amigo:

—¿Qué ha pasado en estos días?

—¿Qué? ¿Qué quieres decir con eso? —Inclinando su cabeza para despejar más la herida, ella se pone a trabajar retirando el vendaje.

—Estas todo transido, ya sabes, como si quisieras pegarte un tiro...

—Estos no han sido mis días, Rouge, pero... —Desechando el aire que le aprieta el pecho, prosigue con la voz más grave—, en fin, espero vuelva a la monotonía de mi vida.

—¿Ésta chica, quién es? —No podía dejar su curiosidad de lado, una que no le incomodó jamás al oscuro a menos que fuera de tornarse imprudente—. ¿Una amiguita que no había conocido? ¿O acaso es una clien-?

—Ey, para, vamos despacio, ¡Agh! —expulsa una pequeña queja por el líquido etílico recorrer la herida poco cerrada—. Ella...ah, mierda —murmura para sí frotando la parte superior de su nariz, en su frente—, digamos que he "obtenido" una joven mente enferma que debo tratar.

—¿Ejerces tus conocimientos estando trunco? Aunque fue poco lo que te faltó, pero... —La murciélago parece no estar de acuerdo, más respeta lo que el chico oscuro hace.

Su vocación es más ética pero ambas están relacionadas en tratar gente, y no duda de que Shadow pueda hacer eso con o sin papel que lo exprese.

—Es amiga de Sally, por ahí empezó todo...¡Agh, ya van dos veces! —Vuelve a protestar.

—Tenías que venir desde el momento que te sucedió, me creerás o no pero sí se te está infectando.

—Me interesan más las pruebas de sangre, espero no me haya pegado nada esa puta...

—¿Dónde quedó ese control en tu trabajo? Recuerdo que los clientes eran "exclusivos". —Quitándose un guante, hace comillas con los dedos,  intentando finalizar con la sanación buscando sutura.

—Con la suerte que traigo no me sorprendería ya nada peor...

—¡ENCONTRÉ LA MAQUINA! —Esa paz había sido arrancada por la voz enérgica de Amy al haber obtenido ese dulce, como la típica cría que tiene que ser entretenida con algo.

Cierra la puerta depositando un par de bolas diminutas de pan cubiertas de chocolate blanco sobre el escritorio. Shadow como puede se refriega el rostro con una mano, gruñendo entre sus dientes por los piquetes que recibe en su músculo esternocleidomastoideo. Rouge ríe, sonríe muy amigable porque alguien que muestra ser positiva y muy abierta e incluso desinteresada le alegran los días.

—Gracias, Amy.

—¿Te llamas Amy o Rose? —cuestiona la peliblanca.

—Mi nombre es Amy Rose. La mayoría me dice Amy. —Masticando violentamente, habla pasando parte del bolo por el caramelo. Se deposita en una silla hasta el otro extremo de la habitación, lejos de ellos dos.

—¿Sabes qué le pasó a Shadow aquí? ¿Podrías decirme qué sucedió? Él es muy necio para contarme con detalle. —Ganas de callarle con un golpe en las bruces no le faltan al erizo, pero Rouge sigue sonriente, tranquila y muy ligera con la chica que recién conoce.

Y que empieza a examinar con esa charla, además.

—En el prostíbulo una clienta le mordió el cuello, creo que tenía un fetiche o algo así. —No hay que olvidar el descaro y la soltura de lengua que la eriza tiene...

Oh si, Shadow se arrepiente de haberla encontrado en el elevador.



No importa que su descanso sea esa noche, su tremenda curiosidad por ver lo que le ocurre a su "psicólogo" ante ese incidente desagradable de la madrugada que pasó le hace ir hasta su trabajo.

¿Se trata de curiosidad o de otro tipo de interés? Ni ella lo sabe discernir.

Aunque verle la cara a sus acompañantes pervertidos no le da puta gracia, en realidad.

No tengo nada, aquí está el estudio... —Oír detrás de la puerta del jefe es de poca educación, pero Amy no lo está manejando de forma descarada. Todavía tiene algo de clase.

—No piensas trabajar, ¿Verdad?

—Es mi descanso, estúpido. —escupe ligeramente socarrona al erizo verde que no puede retirar esa sonrisa de su rostro.

—Y por eso has acompañado a Shadow, ¿Qué no? —Claras intensiones por provocar grima están de más...pero se las fue a contagiar a la persona equivocada.

—Ey, tranquilo, Scourge. No te pienso bajar a tu hombre, yo sé que te pertenece... —Palmea su hombro entrecerrando los ojos, oyendo como bufa el compañero extravagante por esa burla.

La eriza se aleja un poco, topándose por su espalda a una de las camareras que, simplemente la barre, como ha estado ocurriendo con el resto de compañeras. Poco le importa pero, cuando nota que una de ella forcejea con un tipo detrás de la barra queda helada completamente, sintiendo algo familiar en aquello que mira.

-Flashback-

¡Sueltame! —expulsa un quejido temeroso, con la voz ahogada en llanto; una voz que no sale muy entendible por los besos arrancados bruscamente de sus labios.

¡Callate! No tienes nada que reprochar, ¡Nada!

—¡Ba-basta! ¡Por favor..m! —clama aún más en llanto, no le quita las manos de encima.

No le gusta para nada como sujeta sus mejillas y las aprieta con violencia...

-Fin del Flashback-

Los forcejeos, el rostro endurecido de él, las múltiples quejas silenciosas que Amy puede leer en sus labios de ella...todo se mezcló de golpe en el momento mas verosímil.

¡Ya! ¡Ambos, separados, ya! Odio que hagan estos escenarios... —El jefe logra disipar la escena de esos Zoomorfos, pero la eriza no termina por tragar lo que ha sentido.

—¿Qué no piensas dejar de seguirme hoy? —Es inútil ese reproche de Shadow, pues la rosada continua inerte sobre pleno pasillo hacia los privados.

Tomándola de su hombro, le gira para verle por no ver contestación. Analizar sus orbes claros dilatados y el sudor frío recorrer su cuerpo de ella es señal suficiente para enterarse de que está totalmente ida. ¿Por qué tiene esa clase de reacciones en su cuerpo?

—Amy, ¿Qué sientes? ¿Qué has recordado? —Un balbuseo acompañante de agitación en su cabeza parece que le recobran el momento en el que se haya, pero aún así se ve muy confundida—. Hay que irnos ya, necesitas estar tranquila y cómoda.

—Es-espera, ¿Qu-qué no debes de...de ir a...? No s-sé por qué pero... —Hilarante, divaga observando el techo; más Shadow se la lleva antes de que todas sus acciones llamen más la atención del personal y compañeros.

Sin despedirse y dar aviso de su retirada, ambos erizos van a dar al edificio donde viven, aquel en el que llevan sus asuntos a medio vaso vacío por aparentes momentos confusos.






















¿Desaparecida? , mucho, pero agradezco al que tiene la paciencia suficiente como para esperar milagrosamente una actualización...ya se me pegó lo de Alice (?) si la aguantan a ella, ¿por qué a mi no? XD en fin, me tomaré los tiempos necesarios para ir actualizando todo. Ya saben que si les gustó darle a la estrella o dejarme qué les pareció. Nos leemos pronto ^^/

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