Capítulo 13: ¿Sin opciones?
—Es increíble verte después de tanto tiempo —El ave le apapacha, son casi cuatro años los que han pasado desde que dejó la carrera, pero Shadow sabe bien qué él, a diferencia de su persona, le fue bien—. ¡Joder! Estás muy atlético.
—No es nada...la alimentación. Tener 25, quizá... —Evita tocar el tema de su profesión y ambos se sientan, uno frente a otro.
—¿Qué te trae por aquí, Shad? Dudo que necesites tratamiento para una depresión.
—No, para nada; ello ya lo dejé atrás... Es por una conocida, amiga de Sally, ¿La recuerdas?
—¿Qué si la recuerdo? Esa ardilla andaba perdida por ti cuando iban a la universidad —Ríe con travesura, empiezan a regresar los tiempos estudiantiles—, ¿No tuvieron algo al final?
—Jajaja no, es una excelente amiga nada más —Ladea su boca acomodando más su espalda en el respaldo de esa silla de consultorio—. Su amiga, Amy...ella tiene un problema con el bloqueo de sus recuerdos.
—¿El olvido motivado? ¿La tan conocida barrera para evitar traumas? —El halcón se muestra motivado y curioso por lo que Shadow le plantea—, ¿Qué sabes de ella?
—Supe lo suficiente —Shadow le brinda su libreta de apuntes que él no duda en tomar para leer mientras sigue oyendo al erizo—. Jet, parece que abusaron de ella hace un tiempo y no precisamente fue en su infancia. De lo contrario aunque todo estímulo hubiera sido dado era imposible que sus recuerdos regresaran...y si lo están haciendo de forma lenta.
—¿No crees que pueda ser una supresión o hasta convencimiento de ella para que...exista un problema?
—Descartado completamente. Lee lo de la siguiente página. Su modelo A,B,C era otro. Puedo decir que entró en un estado de ignorancia completa. —Pueden sostener ambos la charla, desentrañando el problema de la eriza.
—¿Qué edad tiene? —pregunta Jet mirando de soslayo al veteado. La libreta y todos esos apuntes y esquemas resultan interesantes.
—24. —A secas, mira lo cautivado que se haya Jet, sin desconcentrarlo más.
—Debería de venir, Shadow. Desentrañar su pasado es lo mejor para conocer el detonante y llegar a un tratamiento —Devuelve la libreta. el erizo la toma—. ¿Por qué no te ha acompañado?
—Decidí venir temprano, es sábado y...tenía que darme el tiempo de hacerlo. Además, ese es el problema...ella no quiero ya otro psicólogo.
—¿Quieres decir que ya ha asistido con varios y no ha tenido resultado, acaso?
—Un psicoterapeuta le reforzó la idea de que la supuesta asexualidad que tenía podía ser "arreglada" —El ave se sorprende e incluso, ofende por los ojos que pone—. Sí, es avergonzante pero, por eso ella no confía mucho ya. No quiere que alguien más éste en sus manos más que yo.
—¿Qué has hecho para ganarte su confianza de esa manera? —Aunque la mirada de él, inquisitora, le produce escalofríos, ignora todo doble sentido con algo de aburrimiento en su voz.
—Ni yo lo sé pero...me gustaría acabar con este asunto y ayudarle hasta verle mejor.
—Siempre tuviste la vocación y la habilidad para esto...todavía recuerdo los proyectos que presentamos y de cómo te encargabas de la parte teórica por mí —Ambos se jactan, incluso el plumífero se deja ir sobre Shadow —...como lamento saber que un simple papel te cierre las puertas... —Jet suspira, pero no le contagia la melancolía a su amigo.
—Deja eso, no pasa nada —recobra la postura poniéndose de pie. Coloca su brazo en el hombro de Jet dejándose ir para hablar más en confianza—. Sé que esto no es tan ético, pero necesito algo de tu orientación en psicoanálisis para poder ayudar a Amy.
—Lo que quieres es quitarme un paciente y sí; prácticamente estás "tratando" de ayudarle de una manera algo amateur...¡na! Eres tú y no tengo problema de ello. —Le rodea por el cuello, golpeando sus cabezas—. Después de todo ese "título" no expresa lo que sabes. Y por lo que he leído en tus apuntes, tu conocimiento sigue muy fresco.
—Bien, Jet, eso me halaga en medida.
—Venga, señor egocéntrico, después de todo, la psicología es casi 70% disposición del paciente. Llamarme para cualquier duda o cosa que quieras. —Terminan por darse un abrazo más fraternal.
El azabache pide un par de libros y hace notas con respecto a dudas que empiezan a ser esclarecidas por el ave. A ese paso empieza a organizar todo pendiente que tiene, pero es inevitable no sentirse agotado por su trabajo y un par de nuevos pendientes de el mes recién entrante.
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—¡Ey! ¡Pequeña! ¡Otras rondas y un par de hermanas como las tuyas!~ —Ese grupito le está calando pero lo soporta, no tiene por qué Amy volver a perder el trabajo por enojo y falta de paciencia.
Su primer martes; ya se cumple su sexto día como mecera y comienza a darle algo de lata. No hay queja en paga, hasta el propio jefe se ha dado cuenta de cómo los clientes salen a gusto por la atención que ella les brinda y la manera en que hasta da "entretenimiento" con su apariencia y por eso, subió su salaria en una media parte para que se motivara y no bajara ritmo; y en ello, no cuentan las propinas que, es lo que más le beneficia por la vil lisonja hipócrita que tira.
Pasadas las 11, no ha visto al azabache veteado por el medio turno que lleva, pero...duda y siente curiosidad de saber como anda. Logra notar que si él es bueno con ella tras tratarle su estado siente que debe de actuar igual...¿O es por otra cosa?
Se ha sentido mejor, altos y bajos más bien en cuanto a sus emociones, pero eso le beneficia para querer prestar más atención a sus amigos y conocidos.
—¿Cómo vas, rosita? —pregunta alegre el verdoso cerca de la barra, admirando recargado todo el establecimiento—. ¿Mucho pedido?
—¡Todos me piden a mi las bebidas! Se pasan... —termina de orar para subir varios vasos de wisky y vodka en una charola, marcando y separando cuales van a cada sitio—. No me jodas ahora, hablamos después.
—Cómo quieras...
—¡Oye! ¿Has visto a Shadow? —Se frena y regresa con cuidado de no derribar líquido.
—¡¿No que no te joda!?
—¡Callate y responde, cabrón!
—Hoy no vino, creí te habías enterado —Abre los ojos imprecionada...realmente no esperó esa contestación—. ¿Te interesa?
—Me interesa porque es mi psicoterapeuta —ignora esa mirada acusadora de Scourge—. No he hablado con él en estos días y...bueno ya, gracias por informarme.
Ahora se siente más extraña con ello. ¿Por qué le trae malas vibras saber que Shadow ha descuidado su trabajo?
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—Sonic y Fiona te extrañan... Hay mucha duda en ellos y de cómo la has llevado ya en este mes... —Termina de mascar su coctel de frutas picadas—. Les he dicho algunas cosas...pero igual y vernos un fin de semana seria adecuado.
—Me parece bien.
Ambas comen en ese rato de medio día. El trabajo y su carga han disminuido en ambas. Se encuentran muy pacificas en ese miércoles.
—Te veo mas fresca. Si que te ha servido ese nuevo y nada feo psicoterapeuta de tu raza...
—Calla, tú; no especules nada —Recrimina la eriza arrojando parte de las sobras de amaranto de su almuerzo al rostro de su amiga—. Me ha servido sí, pero ahorita...bueno ya no lo he visto a pesar de trabajar en el antro los dos.
—¿¡QUE DICES!? —Ahora es la ardilla la que escupe las semillas de la fruta en el rostro de Amy. Se queja y maldice entre dientes por eso—. ¿¡Cómo que estás trabajando en ese prostibulo, Amelía Rose!?
—Oye, necesito seguir produciendo... El dinero de los ahorros se estaba acabando y no tuve de otra —Se limpia los lagrimales, con algo de asco—. Ofrecieron una bacante de mesera y la tomé.
—Aja, Amy. En ese sitio los y las meseras son más que sólo eso. ¡Con lo que tienes no es prudente! Puedes encontrar algo mejor en una empresa y sin...
—¡Agh, Sally! Ya oí eso de Shadow. Dejen de actuar como mis padres —reprocha la eriza con irritación—. Sé lo que hago y no pasará nada grave...
A la ardilla no le queda mejor acción más qué resignación. Después de todo ya son mayores ambas, y si la eriza ha querido experimentar así...
Le quedan cosas por vivir, sin duda.
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La noche es exhaustiva, pero estando en su casa nada es igual. El trillar de los grillos por su ventana abierta le tranquiliza y produce reconfortacion. Una leve brisa no le repercute ni le produce enojo, será el piso de su departamento o algo así pero está en paz.
Ha creído adecuado que su día de descanso para el antro sea los miércoles, después de todo es a mitad de semana. Considera Amy que con el tiempo podrá adaptarse más a esa "vida elegante" que puede ocasionar en medida trabajar en un sitio así...
Tomando té, el timbre de su teléfono le produce un escalofrío, no espera ninguna llamada a las 10 de la noche. Acelera el paso para evitar que cuelgue aquél que la solicita y por las prisas de tomar el teléfono responde con una exhalación:
—¿Quién llama?
—Rose, soy Shadow... —Esa curva rápida y de soslayo se marca en su rostro. Ya tenía días sin saber de él y realmente...en el fondo le interesa saber cómo seguirá su tratamiento.
—Oye, te has desaparecido, ¿Qué tal? —Da sorbo a su té dejándolo en la cubierta de la cocina para cerrar el cristal y acomodar todo antes de marchar a su recamara.
—Em, vale, tengo un par de problemillas realmente pero...ah, maldita sea, no me gusta tener que llamarte para esto, Amy, no creas que soy un aprovechado...
—Deja las disculpas y discursos para después, habla y ya, erizo.
—Me he quedado sin techo. Le he marcado a Sall pero la descarada no responde... —Se lleva los dedos a su boca, sintiendo nervios de oír al oscuro que realmente, tiene la voz desesperada y apenada—. En serio, no debería de pedirte esto pero sólo sera por hoy, lo prometo. Buscaré otro lugar donde rentar.
—Venir ya antes de que sea más tarde —Manda regresando a la sala para recibir al su visita—. Mañana arreglamos un trato con el portero... la habitación de arriba mio, está desocupada.
Con la limitación agradecida, cuelgan y la eriza espera en su pasillo con la poca vergüenza de estar en bata de dormir. Siente pavor de que esa eriza amarillenta, vecina suya, salga como cual acosadora maniaca a pedirle el jodido número que no existe.
Un par de minutos eternos y por el elevador, distingue un enorme culto zoomorfo. El erizo oscuro llega con una mochila repleta y una maleta de ruedas...¿Tan poco equipaje? Es relativamente absurdo.
—Ahora que lo medito, creí marcarias tambien a Scourge, no pensé que fuera de tus primeras opciones. —narra con inquietud y curiosidad...¿Pues cuantos amigos o íntimos tiene este azabache?
—Ese sujeto vive en un sitio peor que una vecindad. No me iría a meter con él. —explica y, da paso al departamento con Amy por detrás, cerrando la puerta.
—¿Quieres quedarte en mi recamara o...? —Oír eso le produce mal de pelaje. Shadow le mira con sorpresa, dejando caer todo en el suelo, a un costado de sofá.
—Para nada, es TÚ recámara, y sólo será esta noche, te lo aclaré...
—¿Quieres decirme por qué te has quedado sin lugar donde vivir? No soy psicóloga como tú pero...por tus facciones tensas quiero creer no fue cosa de nada... —Ella le entiende y mira interesada. Que sí, ya no hay duda de que es sumamente curiosa pero...Si él se ha preocupado por ella cuando no debería, ¿Le cuesta trabajo a la rosada devolver el gesto?
No, y menos aun si ella no está de malas.
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