Capítulo 12: Etapa transitoria

—¿Cómo se te ocurre trabajar aquí? ¡No deberías!

—¡Ey! Me tratas como si fueras mi padre, ¿qué coño importa? —Cruzada de brazos y algo molesta, revisa ese anaquel frente a ella en el que Shadow deposita sus cosas y le señala un espacio.

—¿Estás consciente de que tu evento traumático tiene relación con un abuso sexual y sin importar ello vienes a trabajar a un lugar donde existen cuestiones de esa índole?

—Tenías razón al decir que aquí no hay gran condición para entrar y con el avanzar de las noches podría subir mi salario... —Toma el vestido azul fosforescente con falda ampona y de encaje blanco que está en el espacio libre del casillero para la nueva mesera. Suspira sobre poniéndolo en su pecho—; tengo que trabajar, Shadow, no puedo perder ya más tiempo...¡Además! Quizá con algo que pase o vea pueda ayudarme a liberar mis memorias pérdidas.

El veteado pega inhalación desesperante, y desaprueba con su cabeza, agregando—. Tú no debes trabajar en un lugar así. Tienes una carrera y puedes estar en un sitio mucho mejor.

—Tú también deberías de estarlo, eres bueno en la psicología ¿Por qué no acabas tus semestres? Puedes apoyar a tu madre sin necesidad de tu hermano y est-

—¡¿Quién te contó de mi asunto familiar?! -Cierra el casillero donde estaban las prendas violentamente, atravesándose en su rostro, interrumpiéndola.

—Se lo pregunté a Sally, ¡Entiende que no sé prácticamente nada de ti y...y dudé por un momento de seguir confiando en ti! —Le clava los rubíes con bastante recelo, pero una vez toma aire vuelve a su sitio terminando de alistarse. Amy no le quita la vista de encima.

—No importa ya eso... pasó y ahora tengo que seguir trabajando y mandando dinero al otro lado de la ciudad para asegurarme de que a mi madre no le falte nada —Hace una pausa dándole la espalda a la eriza ya que, ella le indica con el dedo que gire para ponerse el vestido pronto—. Será mejor que tú procures solamente tener cuidado en este sitio.

—Lo tendré, no...no te preocupes...¿Por qué te preocupas por mí? —Hace un esfuerzo por ajustar la parte del escote que, le aprieta y ello realza sus senos—. ¡Uff! No pasa nada, ¿Ok? Pero... —Hace otro esfuerzo ajustando las cuerdas de la cintura, formando un moño atractivo—...¿Puedo contar contigo si se me ofrece algo? Ese tipo parecido a ti se ve gentil pero los otros dos...¿No dejan de ser nunca lisonjeros o que?

—No hay nadie decente aquí, Amelia, son contados los verdaderos y no falsos.

—¿Entonces tampoco puedo contar contigo, psicoterapeuta? —Toca su hombro para que se de la vuelta y ella, con gracejo, sonríe coqueta y gira mostrándole toda parte de ella. No le ha quedado mal el atuendo—, ¿Y? ¿Qué tal?

—Evitemos charlar mientras todos miran. Este sitio está infestado de víboras —Cierra todo, dejando su sitio seguro—. Y te queda bien, para desgracia de los morbosos que vienen a este lugar.

Amy asiente convencida y agradecida en medida. No tenia pensando venir a trabajar justo en el sitio que él, su ayuda; más ese letrero le fue tentativo y no hubo mejor alternativa para querer ella volver a sumirse con números y más cuentas que deba entregar...

Cree que puede ser esto un espacio agradable...o quizá un nuevo infierno.



—¿Algo más, querido?

—No, muñequita, no por ahora. —Aquel sujeto sonríe ciertamente confuso por el alcohol pero sintiendo el más galán. No es más que otra pobre marmota vulgar y corriente.

Muy campante con ese uniforme que, sin duda, le queda y resalta todo atributo de cuerpo femenino le hacia convertirse a ojos tanto masculinos como femeninos en una mesera perfecta. Ha conseguido en toda la noche no detenerse en servicio de bebidas; más aún, aquellas veces en las que, sobre todo, grupos de amigos le tiraban piropos y la invitaban a que ella se sentara con ellos recibió propinas bastante tentadoras que no pensó jamás podría recibir por solo brindar unas cuantas caricias y palabras hipócritas de seducción que bien, ella pueda escuchar de cualquier lado.

Su ir y venir no le dejaron ver a los otros conocidos así fuera de vista, además de que estos se hayan más al otro extremo del sitio, alejados de las mesas y la barra. Pero a pesar de eso, ver a Shadow de soslayo en repetidas ocasiones, con sonrisas y gesticulaciones parecidas a las del resto de "trabajadores elegantes"...no sabe bien por qué, pero siente no le quedan. Es como si se forzara, cuando ella bien cree que en estos tipos de trabajos no hay tanto esfuerzo aparente.

Son las dos de la madrugada y el sitio comienza a cerrar. Los suficientemente perdidos inician su retirada como pueden, mientras algunas camareras, incluyendo a Amy, levantan residuos de copas, vasos, etc. Por la mañana intendencia se encarga de dejar todo impecable para la tarde. Scourge parece lleno de energía junto al blanco de pelos en la cara. Quién bosteza un poco estirando sus extremidades y areglando el cuello de su camisa es Sanctum; no tiene buena pinta.

—Bien, hora de irse... —suspira pronunciando aquello la eriza. No ve algo más que deba recoger y por ello se dirige a la puerta de los empleados, viendo el casillero que será de ahí en adelante de su propiedad.

Shadow llega a su lado sin decir nada. Con bastante prisa y aparente urgencia se cambia y acomoda todo en orden dejando escapar un par de resoplidos agotados. Ella mira de soslayo sin querer ser tan curiosa aunque...suele no evitarlo; el cansancio la está matando y por ello no tiene ánimos de hacer platica.

—Hasta luego. —Casto y simple. Esa es la despedida que recibe Rose del veteado y antes de que pudiera preguntar o responder, él se ha marchado muy pronto.

Prefiere no darle relevancia, ¿Qué tiene? No lo sabe, pero para el caso, es mejor que ella tambien se de prisa. La hora no es muy buena para ella.

—¿Ya te vas?

—Sí, ¿Acaso tienes ganas de quedarte o que? —sarcástica y sincera, pregunta a ese veteado tambien que cierra con llave su casillero.

—Bueno, si miras a ese otro par parecen que su noche apenas comienza. —Jugueteando, Sanctum señala a Scourge y Steel, quienes beben despreocupados y juntos en la barra.

—Donde me salgas que son pareja flipo, en serio. —Enrosca su vestido y lo avienta dentro del compartimiento. Cierra quitando la llave y ve cómo su compañero erizo recargado, no deja de mirar a los otros dos.

—Na~ no creo, son muy abiertos para las relaciones, así que...

—Bueno, tampoco es de mi incumbencia.

—¿Ya te vas? —Inquiere con la misma pregunta una vez más, tomándola por un hombro. Su aura es muy pacifica y a Amy le extraña su cortesía—. Aguarda unos minutos y te acompañado a tu casa.

—Em... —cierra los ojos recordando el nombre de él, hasta pasado unos segundos—. Sanctum, no es necesario que lo hagas, no necesito que...

—Independiente y de carácter; sé ve que eres temperamental pero...vamos, lo hago con cortesía. El horario es ciertamente peligroso. —Una oferta muy tranquila, sin nada escondido en el tono.

La eriza suspira, en parte no le viene mal, pero las palabras que Shadow le dijo más temprano le producen cierto escalofrío dado sus eventos psicológicos.

"No hay nadie decente aquí, Amelia, son contados los verdaderos y no falsos."

—No confiaré tan pronto en ti. Creeme que puedo golpearte en las bolas apenas hagas un movimiento en falso. —Termina por amenazar la chica colgando por brazo su bolsa. El azabache con facciones inquietantes, sonríe de manera sosa y afirma tomando sus cosas.

Ella no recuerda haber caminado a esas horas, ni porque se quedara en la oficina a terminar pendientes... Lo más tarde que solía irse eran las 10:00pm y bueno, podía caminar relajadamente.

No pierde la vista a su "compañero" siendo que se mantiene muy despreocupado caminando a su lado, siendo guiado por ella que es la que conoce su rumbo.

Rumbo que son solo un aproximado de ocho minutos caminando. El antro le queda muy cerca de su edificio.

—Bien, es aquí. —Frena pegándose bajo la marquesina del sitio. El erizo es sorprendido por la rapidez y cercanía del lugar por lo que no evita expresar un monosílabo de sorpresa.

—No pensé vivieras tan cerca.

—Sorpresa, sorpresa...¿Donde vives tú? —Termina por preguntar.

—Ocho cuadras más hacía allá -Señala la dirección—. Después de todo el rumbo no es tan desconocido.

—Ok...pues, adiós. —Tajante, extiende la palma, despidiéndose y dando media vuelta, pero los balbuseos de Sanctum le hacen detenerse y girar a verle.

—Mañana irás nuevamente, ¿no?

—Viernes...supongo. El jefe dijo que si lo hacia bien volvería pero ya no lo vi así qué... —Tuerce la boca con confusión pero resignación.

—Lo hiciste demasiado bien. Tienes que volver a ir mañana. —Despliega una sonrisa a pesar de su semblante algo ojeroso.

—Ok...entonces hasta mañana... —Se muestra insegura al verlo querer decir otra cosa que, definitivamente se guarda, sin más.

Cuando ella cruza la recepción, por las puertas de cristal todavía lo ve hasta que se marcha una vez decide tomar el elevador. Está cansada de estar de pie por mucho tiempo. Por su cabeza piensa qué tan cansado puede ser hacer algo más que servir..."complacer" al cliente es más fatigante, sin duda. Quizá por ello Shadow se marchó sin tanto ánimo...empieza a ver la vida del erizo de una forma diferente.



El teléfono suena y ello le despierta a la rosada. Con pesares y sin prisa, abre los ojos, observando el techo color crema de su recamara, junto con la lampara ovalada situada en el centro. Bosteza y todavía enroscándose entre sus sabanas vuelve a oír el timbre de su celular.

—Chingada madre...—expresa para ella y se dirige con pequeños brincos en la cama hasta el pequeño buró donde se mantiene la libreta de bitácora, un lapicero, y el teléfono junto a su bolso personal. Mira la llamada y ni se inmuta de ver el contacto.

—¿Qué?

—¿Te he despertado? Lo siento sólo quiero saber cómo has estado.

—Ay Sally...bien, realmente. No...¿En serio? ¿Sólo por esto?

¡Perdón, amiga! Es que llevo toda la semana sin saber de ti y...hablé con Shadow hace dos días. Le advertí que no se pasara ni hiciera locuras, ya sabes —Con poca atención pero sin apartarse el teléfono, suspira recostándose en toda su cama, estirando su brazo derecho y ambas piernas. Amy suelta un suspiro quitando el teléfono para ver la hora una vez la pantalla de enciende: 11:44am—...y él dijo muy apurado que ya había hablado contigo...

—Sí, Sally...prácticamente me dio mi diagnóstico... No soy asexual, tengo un trauma al que mi psique reaccionó de forma defensiva de bloqueo y por ello no recuerdo qué fue lo que me paso... —La chica rápidamente le interrumpe y empieza un interrogatorio muy grande que le empieza a provocar jaqueca.

De una u otra manera iba a contarle, pero los eventos se han amontonado y han ocurrido muy a las prisas...¿Cómo se tomará el que sepa que trabaja en el antro?

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