Y me veo, veo a mi reflejo, me veo a mi.
Tengo el pelo bastante largo, rubio, muy rubio parece dorado. Mis ojos son grandes y azules, un azul turquesa. Tengo la cara mas bien pequeñita y el color de mi piel es claro tirando hacia moreno.
No soy ni muy alta ni muy baja, y tengo un cuerpo normal, no soy perfecta, me gusto tal y como me veo.
Una vez acabo de secarme el pelo y asearme, salgo del baño y me dirijo hacia la cama donde puedo ver la ropa, una camiseta negra de tirantes con unos pantalones de montar grises oscuros, al lado la ropa interior y unos calcetines largos, muy largos.
No entiendo porqué tengo ropa de amazona, ni porque en el suelo hay unas preciosas botas de montar, altas hasta la rodilla con unos cordones por delante. Simplemente me encanta,  aunque sigo sin repajolera idea de porque están aqui.
Me visto rápidamente y cuando estoy acabando de atarme las botas entran Luz y Tyler corriendo,  y no se paran, me cojen de los brazos y pasan de mis gritos, me tapan la boca y Tyler me explica:
-Tara, sé que no nos tienes confianza, que no entiendes nada pero por favor, no grites. Siguenos corriendo, no hay tiempo para explicaciones. ¡Vamos!
Y salimos corriendo, no entiendo nada pero por alguna razón, esta vez,me inspiran confianza.
Llegamos a un aparcamiento, solo veo un coche, un solo coche, y viene hacia nosotros.
-¡No frena, no frena, no frena joder! ¡¡FRENA!!

Y frena, frena a tan solo un metro de mi, un metro ¡¿Acaso me quieren matar?!
De ese coche se abre una puerta y Angelo, desde dentro nos sonríe:
-Alguien ha pedido un taxi?
-Muy gracioso... ¡CASI ME MATAS!
Le digo haciéndome la enojada,
Tyler se mete, luego yo y Luz se sienta delante, Angelo no pierde el tiempo y aprieta el acelerador, justo a tiempo, vienen hacia nosotros unos tíos vestidos de negro, y no tienen precisamente buena pinta.
Llevan con ellos unas extrañas pistolas y no parece que estén dispuestos a dejarnos ir, se colocan alrededor de la salida y apuntan. Apuntan, y luego, disparan.