CAPITULO VEINTIUNO
Isla Thaber
Estaba muriéndome por dentro, no sabría describir toda la emoción que sentí al presenciar aquel acto ¿Esto no era un sueño verdad? Si lo era, por favor que nunca me despertasen
¿Cómo tuve tanta suerte de conocerlo? De verdad pensé que no haría lo de; Demostrármelo. Pero me alegra saber que quiere ir tan enserio como yo, sabría que esto si era una relación y no un simple juego
Desde que llegue no había abierto el casillero porque Santi se había acercado para decirme sobre alguna invasión de aliens, ahora me doy cuenta que había ayudado a Francis a organizar todo. Cuando lo abrí, había un ramo de rosas junto a muchísimas cartas
Mire a los posibles responsables de esto, que ya me miraban con una sonrisilla en sus labios
-Que conste que soy el mejor, mal tercio -Empezó Santi -Yo lo ayude a hacer todo esto
-Ni siquiera eres un mal tercio -Tome las cartas y las metí en mi mochila para leerlas al rato -Eres el chico que quiere robarse a mi futuro esposo -La mirada de Francis se ilumino ante mis palabras, lo vi pasarse el dedo pulgar por los labios disimulando su sonrisa
-No, no, no, querida él no se casara contigo, él se casara conmigo. No contigo -Me miro de arriba abajo cruzándose de brazos y enarcando una ceja -El me pertenece
-Me casare con ella, Santi
Este jadeo de indignación. Lo miro a él y después a mí, a él y después a mí, empezó a asentir mientras sacaba sus dos pulgares
-Ok, de acuerdo. Hagan lo que quieran -Se llevó una mano a la boca -Ojala sean felices
Empezamos a reír, Santi era un chico muy dramático seguiré creyendo que somos hermanos perdidos
Siempre buscaba la forma de animarte, por eso me dolía el hecho de que estuviera serio y deprimente por, el caso de su madre. Francis me había dicho que había estado con él en el hospital, durante tres días
Lo veía caminar de un lado a otro, se mantenía callado mientras miraba a su mama atreves de un cristal y tenía la mirada perdida en algún rincón de su mente. Sus ojos podían llegar a notarse hinchados y rojos si es cierto que es una situación muy difícil para el
Se estaba discutiendo el hecho de que Santiago se quedaría con algunos de sus familiares y venderían la casa, pero él se negaba, no quería vender la casa ni ir a con ninguno de sus familiares
Por eso era prefería que se distrajera estando con nosotros o simplemente pasando ratos, que seguramente no lo distraían del todo, pero al menos se hacía algo
Las risas se vieron interrumpidas por la presencia de Laly
Estaba parada frente a nosotros, con una mano en su brazo y la vista fija en Santi. Este se dio cuenta y se mantuvo sereno
-Hola.
-Hola -Relamió sus labios -¿Podemos hablar a solas?
Hubo un momento de silencio muy incomodos, en donde volteo a vernos para buscar nuestra aprobación, le hicimos una señal de que fuera pero nos contara después
Asintió y le hizo una seña con la cabeza. Empezaron a caminar, desaparecieron de nuestra vista apenas subieron las escaleras. Francis y yo nos, inclinamos para ver si sucedía algo
-¿Qué crees que le diga? -Comenzó
-No lo sé, pero más le vale contarnos -Los dos asentimos y nos miramos -¿Qué harás ahora? -Ajuste las tiras de mi mochila
-Ire a la clase de arte ¿Qué harás tú? -Se quitó los lentes dejándome admirar esos hermosos ojos castaños
-Ire con Evelyn
Frunció el ceño
-Pensé que nunca irías con ella -Se recostó de los casilleros guardando los lentes dentro del saco - ¿Es por el tema de tus padres? -Enarco una ceja curioso
-Sí y por otras cosas
-¿Debería preocuparme? -Negué y le di un beso en la mejilla -Tu encárgate de seguir siendo un cursi -Sonreí
-Confió en ti, y no soy cursi. Simplemente soy detallista -Me devolvió el beso pero, esta vez tomando mi mano -Te veré después
Asentí he hice una reverencia que el también imito
-Nos vemos, chico sangre
-Nos vemos, Thalis.
Toque la puerta del consultorio antes de entrar, Evelyn vestía una camisa roja de lana con un jean que le quedaba como guante y su bata blanca, se me olvidaba que también era enfermera. Tenía su pelo recogido en una cola alta con un, flequillo asomándose
Dejo su taza de café en el escritorio y me recibió con una cálida sonrisa
-Hola, Isla. Ven siéntate -Asentí y esta vez me senté el pequeño mueble dejando mi mochila de lado. Fue directo y se sentó en su escritorio -Me entere que se te declararon ¿Aceptaste?
Se me escapo una sonrisa ante el recuerdo de hace unos momentos, y el hecho de que ella lo preguntara con tanta normalidad, como si tuviéramos una gran confianza, me hizo sentir bien
-Sí, no podia negarme. Me gusta mucho -Baje la mirada aun sin poder borrar mi sonrisa
-Parece que te hace feliz -Volví a asentir -Me alegro por ti, de joven no pude tener esa suerte. Todos eran unos patanes
Alce la mirada ¿Cuántos años tenía? Se veía muy joven
-¿Cuántos años tienes? -Me incline
-¿Yo? Tengo 26 -Dijo con total tranquilidad
-Pero que va ¡¡Si estas súper joven!! -Exclame -Casi puedes ser mi hermana mayor -De acuerdo. Estaba exagerando
Soltó una risita muy mona y negó
-Créeme, no me quieres de hermana -Negó -Tendrías que aguantar a mi hermano -Se inclinó para susurrar -Aquí entre nosotras. Es el profesor de artes -Se alejó y abrí tanto los ojos que casi podían salirse
-¡Ese hombre es un papucho! -Enserio es tu hermano? -Asintió -Pero él tiene su pelo igual que el mío, el tuyo es rubio -Me di cuenta de lo que dije -Por favor no pienses que los estoy criticando
-Tranquila -Hizo un gesto vago con la mano- Él es la viva imagen de mamá, con la ropa y todo. Yo soy igual que mi papá
-Increíble, yo no tengo hermanos. Bueno, Santiago, mi mejor amigo él y yo nos queremos como hermanos
-Eso es muy lindo -Sonrió -Esas amistades siempre son las más importantes -Se arregló el pelo -Ahora cuéntame ¿Paso algo ayer? -Tomo su libreta y cruzo las piernas
Me prepare mentalmente para contarle lo que sucedió cuando llegue a casa. Tome aire y empecé
-Mi padre está empeñado en irnos a Londres. Hoy llevara su pareja a casa
-¿Y eso cómo te hace sentir?
-Si soy sincera... en realidad no lo sé, en cierto punto me molesta porque no sé cuánto tiempo lleva con mi padre, y es el hecho de que se interpusiera en nuestra familia. Y ahora va a pisar nuestra casa y no sé cómo vaya a reaccionar mamá. Pero por un lado tengo que aceptar que la relación entre mis padres era y sigue siendo muy toxica, y siento que tal vez estos sea lo mejor, pero tampoco sé cómo es la mujer, ¿y si terminamos yendo a Londres y resulta ser como la madrastra de cenicienta?
Paro de escribir en cuanto termine de hablar, mantuvo la mirada en su mano durante unos segundos. Estaba analizando mis palabras, tal vez buscando lo que trataba de decir
-Las relaciones toxicas... -Empezó -Tarde o temprano van a terminar lastimando, física o emocionalmente a una persona, dices que la relación de tus padres sigue siendo toxica las heridas también suelen ser causadas por uno mismo. Digamos que tú eres una persona toxica, sabes que estas mal y teniendo en cuanta eso, te haces daño. Pero no lo notas. Tus padres no solo se hacen daño el uno al otro, sino que también se están matando por dentro, saben a la perfección que están mal y aun así continúan con el mismo cuento
Me quede pensando
-Si tú estuvieras en la misma situación ¿Qué harías?
-Escapar de allí -Dije en voz baja -Escapar no es la mejor opción, pero es preferible enfrentar aquel momento y después salir de allí
-Cambiaste de idea -Hizo un circulo con su mano -Enfócate solo en una, esa que sabes que es peligrosa. Pero es la correcta, no cambies a último momento te vas a quedar estancada
Fruncí el ceño mientras me pellizcaba
-Me encargaría del problema, iría a terapia y...
Volvió a hacer ese movimiento con la mano
-Te estas estancando. De nuevo
-Creo que...
-No creas. Solo decide. Otra vez
Me estrese y lo solté:
-Reconocería la toxicidad, el abuso verbal y físico que me está causando, abriría los ojos para darme cuenta de la manipulación y el control excesivo de esta. Buscaría algún tipo de apoyo aunque no se con cual mi familia no me entendería y mis amigos lo tomarían como una tontería, iría a terapia para buscar sanar tendría algo de apoyo emocional y algunos que otros consejos. Empezaría a alejarme pero tendría que tener cuidado, lo haría en cuanto me sintiera mediantemente segura reduciría los encuentros o algún tipo de tema que pueda ocasionar una discusión o algo que me haga daño, tendría que aprender a no depender emocionalmente y buscar algo que me distraiga o me haga sentir bien, estar en calma y no entrar en pánico. -Trague grueso y continúe -Me empezaría a concentrar en mi misma y en mi bienestar...
Evelyn se había tomado el mentón inclinada hacia mí, mientras me veía
-¿Te parece sencillo salir de una relación toxica y dañina? -Preguntó en voz baja. Negué -¿Qué crees que intentan hacer?
-Salir de esa relación y empezar el proceso
Abrió una gaveta de su escritorio, guardo su libreta y busco algo. El hecho de que no dijera nada me altero un poco
-Isla, ten en cuenta que esto no es fácil, les afecta a ellos y por lo tanto a ti también. Entonces, si esto llega a otros grados antes de que posiblemente se muden -Me dio una tarjeta -Yo te ayudare o por lo menos te conseguiré el apoyo necesario
Tome la tarjeta y jugué con ella, la guarde en mi mochila y seguí con la mirada baja
-Recuerda que no estás sola. Puedes confiar en mí, ¿Vale?
Asentí
-Vale.
Debí venir aquí hace tiempo. Se sentía bien soltarlo todo, y analizar mejor las cosas
O simplemente era que me gustaba la forma en la que Evelyn me atendía.
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