CAPITULO UNO
Francis Blood
Te contare una historia, pero tranquilo no será de esas historias a las que estás acostumbrado. Por así decirlo esta es diferente respóndeme algo ¿Me creerías si te dijera que estuve enamorado de la misma chica durante 3 años?
Mi nombre es Michael Francis Blood –Pero puedes decirme solo Francis con eso basta.
Esta es la historia de Isla Thaber y la mía. La de los dos y espero que puedas entenderla:
Eran las nueve de la mañana solo faltaba media hora para que acabase literatura en realidad no tengo nada en contra de esta materia soy un escritor mi único problema es el profesor Matías. A diferencia de los demás profesores y maestros, este hablaba demasiado lento lo que ocasionaba cosas como: que toda su clase cayera en un profundo sueño, que no entendieras la mínima cosa de lo que decía o que simplemente no le prestaras atención.
Para mi suerte yo no soy como el resto de mis compañeros, me gusta mucho la literatura. Me encanta me gustaría sacar alguno de mis libros en físico algún día
Nos puso de tarea crear una pequeña historieta, bueno, los dibujos nunca fueron mi pasión pero podía intentarlo. Teníamos hasta el viernes de la próxima semana para entregarlo varios de mis compañeros se quejaron del corto tiempo que teníamos
Y tal vez si sea muy poco tiempo, pero para ellos lo es más debido a que tienen fiestas súper importantes a las cuales asistir. El timbre dio aviso a la hora de almuerzo todos se apresuraron en salir del salón, yo tome mí tiempo para arreglar mi bolso y ponerme los auriculares, me despedí del profesor y puse una de mis canciones favoritas: The Way I Loved You de Taylor
La música lentamente fue inundando mis oídos, haciendo que cualquier ruido a mi alrededor se desvaneciera por completo, iba dando chasquidos al ritmo de la música me deslice con agilidad. Algunas personas me miraron con rareza. Por favor, normalicemos el disfrutar la música otra de mis cosas favoritas en esta vida era la música, era un lunático que no podía vivir sin música y sin audífonos para gozarla de la mejor forma. Soy un fanático de Taylor Swift pero a la vez un amante de Lana Del Rey. Mi mayor red flag es ser un hijo de mama, ese chico que nunca dejara de amar a su chica especial
Me detuve en mi casillero para tomar y dejar algunas cosas, la clase que seguía después de esta era matemática, luego educación física. Como odiaba esa materia pero no podía saltarme esa clase, no a menos de que quisiera que mis padres me echaran de casa por no sacar buena nota en una materia. Me detuve un momento a pensarlo si..., mejor seguía estudiando no quería que me echaran de casa. Cerré el casillero mientras colgaba mi bolso de un solo hombro, la siguiente canción que puse fue Blinding Lighits de The Weekend o al menos iba a ponerla ya que mientras iba caminando tropecé con alguien, iba a quejarme pero en cuanto vi su rostro preferí no hacerlo y seguí caminando. Me di cuenta que estaba tratando de llamar mi atención pero no me detuve continúe con lo mío
El problema era... en que sabía que ella era muy terca, demasiado podría decirse. Supe que era ella en cuanto alguien me tomo del hombro bruscamente para verme la cara. Así que empecé con mi acto
Fruncí el ceño cuando la mire. Ella me miro de arriba abajo evaluando cada parte de mí. Llegue a asustarme un poco por solo pensar que pudo haberme reconocido
-¿Qué te pasa?- Fruncí el ceño fingiendo molestia. Solo se quedó observándome en verdad me estaba asustando el hecho de pensar que ella...
-Si oye, ¿Qué te pasa?-Se quejó- Estaba hablando y tú me chocaste ¿Nunca te enseñaron a, pedir disculpas?
En ese momento mi cuerpo abandono toda la tensión y miedo que había acumulado, para remplazarlo por alivio y tranquilidad pero aun así. Estaba presente todo el dolor que tenía guardado en un cofre ficticio.
Rodee los ojos mientras soltaba un pequeño gruñido de molestia
-Con que es eso...- relamí mi labio inferior mientras alzaba mi cabeza y negaba internamente- Disculpa, no era mi intención – le eche una pequeña mirada.
Se mantuvo con las cejas hundidas los brazos cruzados y labios fruncidos. Quise decirle que seguía viéndose patética cuando se hacia la ruda pero, preferí callar mis comentarios y seguir con el personaje
-No puedes andar por la vida chocando con las personas sin disculparte.
-Suenas igual que mi mama, dándome un sermón –Mi intención era decirlo de manera burlona, pero sus mejillas tornaron un color carmesí. Seguramente sonrojada de la vergüenza del momento
Trato de disimularlo fingiendo acomodarse los mechones sueltos por su rostro
-¿Cómo dijiste que era tu nombre?-Pregunto en un tono exigente y demandante
-No te lo dije-Ok, ok. Debía parar la estaba sacando de quicio, lo supe en cuanto sus ojos dejaron de ser tan claros para tornarse en un tono más oscuro.
Bueno. Habían millones de Francis en el mundo ¿No?, dudo que sea relevante el hecho de que encuentre a otro Francis más divagando por el mundo.
-Me llamo Francis-Indique
Asintió con lentitud y me ofreció su mano, la tome y nos dimos un pequeño apretón
-Un gusto, soy Isla-Me aclaro
Solté su mano y le di a entender que también era un gusto. Detrás de ella se encontraba su amiga. A quien yo conocía perfectamente igual, que ella a mí. No pudo evitar mi mirada solo hizo un gesto vago con la mano
Dirigí mi vista de nuevo hacia Isla. Quien por alguna razón, estaba observándome con mucha curiosidad, carraspee fingiendo incomodidad a lo que ella despejo su vista de mí, había olvidado lo curiosa que podía llegar a ser...
-Pues espero que no tengamos ningún otro inconveniente-Esta vez cambio sus semblante a uno más alegre- Cualquier cosa que necesites puedes buscarme en la biblioteca. Y te invito a que botes por mí para presidenta del baile de primavera
No supe que decir y solo asentí. Ella se dio la vuelta y empezó a alejarse de mí, le eche una última mirada a Max, su amiga. No hizo falta que se acercara a decírmelo, con la mirada me advertía que no me acercara a Isla
Ladee la cabeza y volví a ponerme los auriculares mientras volvía a escoger Blinding Lighits
Empece a caminar hasta la cafetería. Tropecé con algunos estudiantes y fui pidiendo disculpas tome una bandeja y empecé a seleccionar mi almuerzo, no traía mucho dinero encima así que solo tome una manzana verde, una ensalada y una lata de Pepsi, me dirigí a la parte de pago trate de no mirar a la mujer que entendía.
-Michael- Pronuncio
Maldije por lo bajo y alce la mirada
-Señora Cecilia- Reconocí-, ¿Cómo va todo?- Intente sacar conversación
-No me vengas con tus preguntitas, paga- Fue directo al grano
Me apresure en buscar el dinero de mi bolso, lo conté de manera rápida ya que habían alumnos detrás de mí esperando a pagar
-¿6 dólares sirven? –Enarco una ceja con una mirada que reflejaba un claro no. Suspire de mala gana y asentí- Está bien- Alargue la palabra mientras dejaba el dinero sobre la cerámica y tomaba la lata de Pepsi, pero ni eso me dejo llevarme
-Son 8 dólares la bebida
-Pero si solo son 2 dólares- Exclame de manera desesperante
-Si no pagas, no comes-Toda la vida mis padres me han enseñado a respetar a las mujeres. Pero ella... oh ella era el diablo en persona.
Detrás de mí empezaron a sonar reclamos y abducidos de la gente. Tome mi dinero con molestia y Salir de la cafetería. Estúpida señora Cecilia, estúpida cafetería, estúpido instituto. Me detuve, de acuerdo, tenía que calmarme
Respire hondo y pase las manos sobre mi cara con algo de frustración, entre a la biblioteca sin hacer mucho ruido el lugar era muy grande, con luces amarillas que le daban un toque relajante al lugar, habían dos pisos, en el segundo piso eran solo mesas y computadoras conectadas a impresoras para terminar trabajos atrasados ¿Universidades? Naha, este lugar era una Universidad dentro de un instituto, saque mi gafete de la bolso y se lo enseñe a la bibliotecaria una vez entre. La mujer me sonrío con encanto mientras se acomodaba, las gafas
Me dirigí a la sección de misterio, encontré dos libros que captaron mucho mi atención eran de Stephen King, por lo que supe que iba a disfrutar mientras los leía. Fui directo a la categoría de romance, júzgame si quieres pero mi vida también se basa en el romance
Tome mi carnet y lo pase por la máquina de pago, el carnet de la biblioteca no contenía dinero real, eran mayormente puntos que ganabas dependiendo de qué tan bueno o tan malo fueras en tus clases. Te lo explico mejor, si tu promedio era de 20 puntos y te sobraban podías ir a la dirección y solicitar poner esos puntos en tu carnet. En mi caso, mantenía 278,09 puntos, por lo tanto, dependiendo de los puntos que tuvieran los libros me alcanzaban para llevarme a casa 7 u 5 libros.
La factura no tardo en salir. Quedaba registrado que no debía ningún libro ya que ahora eran de mi pertenencia
Guarde los libros en mi bolso y me dirigí al segundo piso, todo estaba en sumo silencio, aquí el área se mantenía más iluminada, el piso estaba pulido, razón por las que habían carteles que te advertían sobre el riesgo de resbalarse
Me senté en una mesa en donde no habían muchas personas, saque mi libreta y mi lapicera empecé a escribir otro capítulo más del libro, se llamaba: ¿Y Si Todo Fuera Un Sueño?
Se trata de como la conocí, a ella, a la chica que cambio mi vida para siempre y que aún sigue teniendo impacto ¿Recuerdan a la chica del pasillo? Es ella. Seré directo. Hace dos años conocí a una chica llamada Isla, era todo para mí, siempre fue mi escapatoria, mi deseo, mi ambición y mi apoyo. Isla fue y es una parte importante en mi vida
Siempre se lo agradeceré pero no puedo estar cerca de ella... no después del accidente, la culpa es el mayor enemigo del ser humano y en estos momentos o para ser más específicos, desde hace un año la culpa, la rabia, y la tristeza me invadían el cuerpo. Me destrozaba el simple hecho de poner estar con ella, de saber que no puedo acercarme sin siquiera evitar el dolor de mi pecho aquel que me carcome todo el tiempo porque ella no me recuerda... y dudo que algún día pueda hacerlo.
Me adentre tanto en mis pensamientos que no me di cuenta de, que, Isla. Estaba sentada junto a mí con una sonrisa encantadora, en cuanto noto que ya había caído en cuenta de su presencia me saludo con la mano
El dolor apareció para torturarme
-Hola –La salude quitándome los audífonos-¿Qué haces aquí?-Frunció el ceño ante mi pregunta
--¿Se te olvida que te mencione que siempre me encontraba en la biblioteca?
-No. Ósea, sí. eso lo recuerdo me refiero a que haces aquí sentada junto a mí-Y no es que quisiera sonar grosero, pero en verdad no podía estar cerca de ella. -¿Nunca han escuchado una frase, que dice que el corazón es muy masoquista? Pues el mío se ganaba el premio al más masoquista de todos.
Pareció entender mejor mi pregunta y suavizo su rostro
-Pues... note que tuviste un pequeño incidente en la cafetería y...
-No puede ser-Me cubrí la cara de vergüenza. Joder ¿Porque yo, Dios? ¿Porque?-, Oye no era mi intención hacer un escándalo...-Me vi interrumpido por su mano en cubriendo mis labios
-Por favor. No eres el primero en este lugar que no puede pagar su almuerzo,- Retiro su mano de mi boca y se acercó hasta mi oreja- Aquí entre nos una vez, casi le grito al hombre que solía trabajar aquí. –Se alejo
--¿En serio? L observe estupefacto. Asintió mientras acomodaba su pelo
-Me negó el almuerzo solo porque me queje de que, sirvieran lo mismo siempre. Hace no mucho lo único que nos daban era frijoles con puré de papas
-No crees que, eso es un poco cliché?-Simplemente se encogió de hombros
-En realidad no se mucho de clichés o ese tipo de cosas-Pareció recordar algo porque, busco algo por la mesa hasta que se fijó en una gran bolsa de papel
En cuanto la tomo me la entrego con una sonrisa, se la acepte algo confundido
-¿Qué es?-Como no pronuncio ninguna palabra abrí la bolsa, adentro se encontraba el embace de ensalada, la lata de Pepsi y la manzana verde. La mire por encima y de lo que tenía en la mesa, seguía manteniendo una sonrisita radiante -¿Me compraste el almuerzo?
-Bueno iba a comparar una batido de chocolate pero después dije ''Tienes que respetar sus gustos''. Y te compre la Pepsi.-Seguí mirándola con perplejidad-¿Qué?
-Gracias, de verdad muchas gracias –Quise abrazarla pero le ofrecí mi mano, ella la tomo sin ningún problema y nos dimos un apretón amistoso-Un pequeño problema. No se puede comer en la biblioteca, y no pienso volver a la cafetería
-No hay problema con eso –Me guiño-Podemos ir al campo de entrenamiento. A esta hora deberían estar practicando
-¿Por qué haces esto, si hace una hora me estabas reclamando?-La pregunta salió de la nada
Pareció pensarse muy bien sus palabras antes de responder.
-Hay algo en ti que... no lo sé, me causas curiosidad, en realidad. Soy una persona muy curiosa pero, algo me dice que te conozco de algún lado
Mierda. Me tense en ese momento, no supe que hacer así que guarde mis cosas lo más rápido que pude y me levante de la mesa. Sabía que no podía alzar la voz para llamarme porque la callarían
Me despedí de la bibliotecaria y salí del lugar, me gire para saber si iba detrás de mí y efectivamente, iba saliendo de la biblioteca. Acomodando su bolso torpemente
Apresure el paso pero ella logro posicionarse a mi lado
-Se te olvidó el almuerzo-Me lo tendió mientras caminábamos
-Eres estresante-Le dije
-Claro que no, solo soy intensa-Empezó a dar saltos-, Y algo infantil
Eso me causo cierta ternura pero lo disimule con una mueca falsa de desagrado. Tenía que alejarme, no podía estar cerca de ella, no soy un chico malo de Disney. En realidad cuando estaba a escasos centímetros de ella me sentía frágil y no es que fuera algo malo pero en mi caso, sentirme frágil cerca de ella significaba soltar toda la sopa y llorar mientras, le pedía de rodillas que me recordara
Porque ese accidente siempre seria mi maldición, ese coma, el cual casi le arrebata la vida, su padre... en especial su padre. Si la culpa no terminaba por matarme ese hombre lo haría.
En realidad no es el momento exacto en el que llegamos al campo, pero ella corrió hasta el césped y se sentó. Me lo hizo un llamado para que me acercara a ella
Le hice caso y me senté a su lado, le eche una pequeña mirada y era tal y como la recordaba.
Isla tenía cabello largo de color marrón oscuro, ojos verdes claros, piel clara. Su personalidad siempre fue una divertida, alegre y así curiosa e infantil. Pero era algo que solo los demás se tragaban. Era obvio que el no recordarme ocasionaba, que tuviera esa personalidad conmigo
Pero no. Solo era una máscara, es una maldita mascara, yo fui la única persona con la suficiente confianza para contarle lo que le pasaba y sé que aún sigue ocurriendo. Era obvio
Isla era una mentirosa, así como la gente en la televisión, así como los personajes que nos engañan cuando leemos un thriller. La diferencia era que ella lo hacía para protegerse para mantener su imagen de la hija perfecta. Era entendible, pero no creo que un ser humano tenga que pasar por ese tipo de situaciones
Le ofrecí un poco de mi Pepsi pero se negó
-Soy team Coca Cola- Confeso
-Veo que algunas cosas no cambian –Susurre más para mí mismo, clave un tomate en mi tenedor para llevármelo a la boca
-¿Qué dijiste?
-Que eres muy rara-Mentí
Escuche un gruñido por parte de ella. Me voltee para verla y tenía el ceño fruncido y una pequeña sonrisa burlona
-Creo que le caerías bien a mis amigos-Comento
Sus amigos... bueno tampoco es que fuera su persona favorita en todo el mundo pero, creo que podría haber un cambio
-Lo dudo mucho-Fue lo que dije
-¿Te gustaría conocerlos?-Me observo. Ni si quiera tuve que pensarlo, ellos tal vez seguirían odiándome pero es inevitable mantenerse lejos de esa chica. Sobre todo cuando ya me tenía a sus pies
-Sah. Sonreí- Porque ¿No?
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