CAPITULO OCHO
Isla Thaber
Los tres nos encontrábamos con niños muchísimo más menores que nosotros en los toboganes columpios
Tengo que admitirlo. No pensé en mis problemas por un buen rato, nos la estábamos pasando bien, aunque sentía algo de celos de Santi y Francis. Santiago llama su ship; Sancis. ¡Eso ni si quiera tenía sentido!, Tampoco puedo negar que, llegaron a sacarme muchas risas, hacía ya un tiempo que no me divertía tanto.
Estaba mirando el cielo cuando Francis se me acerco con unas pequeñas, y muy lindas, florecitas el gesto me precio muy lindo, las tome y la pose sobre mi oreja sonreí ante el gesto y me hice a un lado para que pudiera sentarse
-Eres muy hermosa, ¿Lo sabias? –Tomo mi mano y planto un beso sobre esta
-Y tú eres muy cursi ¿Sabias? –Me regalo una sonrisa que... carajo. Era muy linda –Deja de hacer eso. –Aparte la mirada
-¿Hacer qué? –Se hizo el desentendido y siguió sonriendo de una manera encantadora
-¡Eso! –Correspondí a su sonrisa de una manera nerviosa
-¿Me estas prohibiendo sonreír? –Enarco una ceja
-No, bueno, tal vez sí. Pero puedes seguir haciéndolo, pero no mucho. Porque me molesta. ¡No me molesta que sonrías! Es solo que...-Me cubrí el rostro con las manos, avergonzada –Lo siento, seguramente te estoy molestando
Francis tomo mi barbilla y me acerco a el
-¿Acaso te parece que me molesta escucharte hablar? Thalis, me encanta cada palabra que sueltas, ya sea un balbuceo, o un ridículo insulto
Sentí mis mejillas calentarse y, por puro impulso. Plante un pequeño beso en sus labios, o al menos eso intente porque me aleje muy rápido, lo minio que hice fue rozar nuestros labios
Evite su mirada, y fingí prestar atención a lo que mi mejor amigo, le decía a los niños (en realidad o entendía de lo que hablaba)
-Thalis...-No respondí- Thalis, mírame –Negué con la cabeza –Ok, como quieras –Se levantó y empezó a caminar
Entreabrí los labios y, solté un jadeo de indignación me levante para seguirlo. Diría que me lo venía venir, pero no; Francis se dio la vuelta, me tomo del brazo, me acerco a él y con una de sus manos, me tomo de las mejillas y unió nuestros labios en un cálido beso
Sus labios se movían a los mismos compas que los míos, era suave, dulce, acogedor. Ninguno de los dos parecía tener intenciones de separarse de aquel beso, lo supe en cuando profundizo más el beso.
Se sentía bien, no mentiré. Este no era nuestro primer beso pero si el primero en mucho tiempo, creo que por eso se sintió tan especial; Aquellos roces, mi manos deslizándose sobre su suave pelo castaño, su rostro cerca del mío, acunando mi mejilla, acariciando mi cintura...
-Qué asco –Escuche detrás de nosotros. Abrí los ojos y me separe de aquel beso –No miren niños, simplemente no miren
Santi nos estaba observando con expresión de asco y, algunos de los niños se cubrían los ojos. Me causo cierta risa al igual que, ternura me preguntaba cómo reaccionarían los, padres de aquellos niños al ver que están con alguien mayor que ellos. Francis a mi lado me tomo de las piernas y me cargo, esta vez no grite, tal vez si solté unos que otros chillidos, pero ahora si me gustaba
Empezó a dar vueltas, no pude evitar reír el viento hacia que mi pelo se atravesase en mi cara todo se veía borroso y muy movido me aferre a su cabeza con miedo a que me soltara y caerme, él también me sujeto con más fuerza. Estaba feliz, se le notaba yo también estaba feliz
Solo llevaba un día de haber vuelto con Francis y ya, sentía como el tiempo pasaba volando cuando estaba con él se sentía muy bien seguía manteniendo la misma personalidad de siempre, esa que solo mantenía conmigo o con alguien de confianza por eso se mostraba así estando, Santiago
¿Cómo es posible seguir amando a la misma persona después de tanto tiempo? ¿Era posible? ¿El seguir teniendo la misma chispa con una persona, a pesar del tiempo? Quise hacerle todas esas preguntas pero decidí callarlas, ambos estábamos disfrutando del momento ¿Para qué arruinarlo?
El cielo empezaba a oscurecer, pero no sin antes mostrar su atardecer; Las nubes tenían una combinación entre gris y naranja, como el cielo; Se mantenía con algunos tonos grisáceos junto a unos tonos naranjas, amarillos, rosas casi como una explosión de colores cálidos y fríos. Eso era un atardecer. Una despedida muy hermosa del día y la tarde, se despedía con una increíble paleta de colores que cautivaba a un porcentaje de personas, dándole la bienvenida a la noche que mantenía distintos todos de azul, poniendo como protagonista a la luna
Una ola de viento frio invadió mi cuerpo provocándome un escalofrió. Francis se encontraba medio dormido, en mis piernas, me encantaba acariciar su pelo, me encantaba hacerle mimos, me encantaba darle pequeños besos en el rostro, me encantaba observarlo, me encantaba todo de él.
Santiago se sentó a mi lado soltando un suspiro, lo mire de reojo mientras, continuaba atendiendo a mi novio
-¿Qué harás después de esto? –Le pregunte casi en un susurro.
No respondió al instante, y lo entendí. Se tomó su tiempo para responder tal vez para analizar mejor sus respuestas, tomo una calada de aire antes de soltarla y responder
-Pues... a mi casa no iré, o tal vez si, a cambiarme y dejar mis cosas –Relamió sus labios, estaba nervioso.
- ¿Sucedió algo con tu mamá? –Negó -¿Qué fue lo que paso?
Volvió a suspirar
-Mis tíos y abuelos se niegan a ayudarme con los gastos –Confeso –Tampoco quieren ayudarme a quedarse con ella por las noches, al menos por turno, no.
Esta vez lo que inundo mi cuerpo no fue tristeza. No, no fueron ganas de llorar, ni lastima, o algún otro sentimiento de pena. Fue rabia, lo que inundo mi cuerpo, rabia pura
Conocía la familia de Santi a la perfección. Oh vaya que la conocía, eran personas arrogantes, consumidas por el dinero, no les importaba nada que no fueran ellos mismos, ¡Estaba completamente segura de, que si ni siquiera les importaban sus hijos! Cuando le detectaron cáncer a la madre de Santi, lo único que dijeron fue;
-Pues suerte con eso. No cualquiera sale vivo de esas.
Muchas gracias, todos los problemas del mundo están resueltos seguramente han ayudado a millones de personas con sus palabras conmovedoras
Ok, ok. Estaba exagerando, bueno no.
-Son unos gilipollas –Escupí. Santi me miro con cierta gracia y negó
-Lo son –Asintió –Es por eso que puedo rebajarme a su nivel
Estaba pasando por mucho y lo único que pedía era que le ayudaran con los gastos que le pedían los doctores. Atender a una persona con cáncer no es fácil, en realidad, atender a alguna persona con alguna enfermedad terminal u otro tipo de enfermedad era muy difícil, no todos tienen los recursos para comprar todo lo que se les pide
-Puedo ayudarte con alguna...
-No. –Me corto, esta vez su mirada se volvió más seria y neutrante –No es tu responsabilidad, y tampoco tendrías porque
-Pero...
-Nada de; Peros. Isla, te lo digo enserio –Nos mantuvimos en silencio un largo rato, no sé cuantos minutos pasaron o cuantos segundos exactamente pero ninguno de los dos, volvió a tocar el tema hasta que Francis despertó
Tomamos nuestras mochilas y salimos del parque, Santi y Francis hablaron de alguno cuantos temas los cuales no les preste atención me perdí en mis pensamientos me. Ni si quiera sabía lo que estaba pensando, mi mente estaba echa un desorden y no, mantenía ningún pensamiento en concreto.
Solo estaba perdida. No me di cuenta de que solo a la vuelta de la esquina se encontraba mi casa. Ese lugar del cual me gustaba estar alejada, ese lugar, pintado de colores blancos y grises por fuera, con un porche y un patio trasero desolado donde por dentro se encontraba una familia con la reputación de ser, la más perfecta familia, en donde habitaba un hombre machista, capaz de hacerte sentir miserable e insegura. En donde habitaba una mujer que solía ser la persona más dulce y cariñosa pero que, ahora, podía destruirte mentalmente con unas cuantas palabras
Y en donde habitaba una adolecente. No una niña si no, una adolecente con miedo al fracaso, con miedo al rechazo de sus padres y con miedo de seguir sus sueños por temor a lo que pueda suceder y saber que su padre todo este tiempo tuvo la razón.
En esa casa se encontraban todas esas cosas, yo quería dar la vuelta y no regresar allí, huir y que se supiera de mi existencia, correr hasta que mis piernas me exigieran que me detuviera hasta que la adrenalina abandonara mi cuerpo y pudiera decir; Soy libre.
-Bien, aquí nos separamos queridos amigos, fue un placer servirles y acompañarlos en esta aventura –Santiago era muy dramático, pero así lo quería –Nos vemos mañana en clases, Isa. –Sonrió
Francis se acercó a mí para plantarme un beso en la frente. Cuando me miro su rostro estaba iluminado, me pregunto si así me vería yo cuando lo miraba, me sonroje por el simple hecho de imaginármelo
-Nos vemos mañana, Thalis. –Susurro acercándose a mis labios
-Hasta mañana, chico sangre –Los dos sonreírnos a punto de darnos un beso, pero claro, no estábamos solos.
-Hay dios mío. ME MATARAN DE TANTA CURSILERIA –Exclamo. Empezamos a reír y le di un beso en la mejilla pude admirar mientras se alejaba, como sus mejillas se tornaban carmesí y los hoyuelos de su rostro tomaron presencia
Me abalance sobre Santi para abrazarlo y transmitirle algo de seguridad, dudo un momento pero me correspondió el abrazo con la misma fuerza que yo
-Todo estará bien ¿De acuerdo? –Asintió –No te vi con Laly hoy ¿Por qué?
-Ya te contare después –Separo nuestro abrazo y me miro –En un par de minutos anunciaran a los organizadores del baile de primavera, suerte niña
Escuche... o mejor dicho, escuchamos un tono raro de detrás de nosotros
Dear lord
When i get to heaven
Please let me bring my man
When he comes
Tell me that you'll let him in...
Francis se apresuró en guardar su teléfono, los dos lo miramos con caras maliciosas
-Acaso esa era...
-¡NO! –Negó de manera casi, automática
-Si, Isla –Sonrió maliciosamente mi amigo –Creo que esa era Lana Del Rey
-Claro que no –Volvió negar –Ese tono vino con el teléfono
-Aja, y se puede saber porque el teléfono tiene; Young and beautiful. De tono de llamada?
No respondió, empezó a caminar diciendo que se les hacía tarde. Mi mejor amigo y yo empezamos a reírnos, pronto los dos desaparecieron de mi vista
Mire colina abajo, los posters de luz alumbrando las calles vacías, la luna siendo una víctima de aquel momento
Tarde un par de segundos para empezar a caminar, si decía que era una adolecente y no una niña, no lo decía debido a que ya estaba desarrollada o por mi edad
Lo decía porque mantenía prisionera a esa niña interna que deseaba a dar su opinión, que quería gritar por estar matándola a fuego lento a veces yo me pregunto ¿es necesario hacerle todo esto? Algún día, que no será hoy, ni mañana, le pediré disculpas, por criticarla, por enterrarla por olvidarme de ella, por permitir que nuestros padres o supuestas amigas le abrieran las heridas. Porque nuestro niño interior, no merece ese maltrato
Merece ser escuchado y atendido, y nosotros no se lo permitimos, mi niña interior me exigía que no permitiera que nadie nos hiciera daño no le estaba haciendo caso, me exigía que luchara por nuestro sueño y solo evitaba el tema, me exigía ser libre y poder expresarse... y se lo estaba impidiendo
Como todos los días, espero unos segundos antes de entrar a clases y me repito que todo estará bien
Cuando abrí las puertas de la casa lo primero que escuche fueron gritos;
-NO PUEDES HACERME ESTO ERICK, ¡¡TE DIGO QUE NO PUEDES HACERLO!! -¿Y ahora que pasa...?
-Pues adivina que ¡YA LO ESTOY HACIENDO!
Los gritos provenían de la cocina me daba miedo acercarme, las cosas siempre terminaban mal cuando yo terminaba entrometiéndome así que solo decidí escuchar desde cerca
Hubo un impacto entre el suelo y el vidrio de algún vaso, di un respingón debido al susto
-Escúchame Sofía –Hablo en un tono demandante y frio –Quieras o no, mañana iremos al municipio, y tu firmaras esos papeles de divorcio –Me congele ¿Que...e?
-¿Quién es la zorra? –Escupió con rabia –Erick, dime quien es la maldita zorra
-No te lo diré, y ella no es una zorra. Me canse de estar soportándote todos estos años, me tienes harto
-Ah, ¿Tú te cansaste, Erick? ¿¡TU TE CANSASTE!? DIME DE QUE TE CANSASTE ERICK. DIMELO
No... no, no, no ¡Joder! ¡¡¡No!!! Esto no puede estar pasando, esto... esto no...
-Me llevare a Isla. –Tempo, me congele, el no... no estaba hablando enserio... Mamá no permitiría que yo me fuera con él ¿Verdad?
-Llévatela, llévatela si te quieres largar, lárgate con ella y con la otra. No quiero ningún recuerdo de ti en esta casa –Silencio, me cubrí la boca con las dos manos, mis piernas empezaron a debilitarse y mis ojos a llenarse de lágrimas –Total... nunca me sirvió de nada.
Mi teléfono empezó a vibrar, me apresure en subir en silencio, no parecieron darse cuenta. Me recosté de la pared una vez que entre a mi habitación no aparte las manos de mi boca solo bastaron unos segundos para que reventara a llorar tuve que callarme en algunos momentos para no hacerme notar. Pero mi pecho ardía de dolor, no podía resistir
¿Lo decía enserio...? ¿Jamás le importe? Eso solo empeoro mi llanto, tenía ganas de gritar, de patalear, mi vístase encontraba distorsionada por las lágrimas en mis ojos
Todas las esperanzas..., todas aquellas esperanzas de que mejoráramos como familia...
Volvió a vibrar el teléfono con mis manos temblorosas lo tome, habían publicado los resultados de quien organizara el baile de primavera. Pues algo estaba claro;
Yo no había ganado, lo había hecho Melissa
Y en realidad, todo dejo de importarme, no quería saber nada del baile en este momento o de cualquier otra cosa.
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