CAPITULO DIESISEIS

Francis Blood


La capacidad de Stephen King para hacerte llorar era inmensa. Desde que salí de clases hasta que llegue a casa, no pare de leer. Al menos no hasta terminarlo y joder, joder, joder

Estaba llorando, amaba sus libros me levante para ponerlo en la estantería y poner buscar algunos fanarts o reseñas del libro, era algo que siempre hacia después de leer un libro. No sabía nada de isla desde hace casi tres semanas, no he visto a sus padres y tampoco en el instituto

Había querido engañar a mi mente haciéndole creer que no se había ido, pero creo que ya era hora de rendirse. No me refiero a que dejare de amarla, eso es casi imposible. Me refiero al hecho de que el tener aquellos pensamientos que solo me desanimaban, porque ni siquiera contestaba el teléfono.

Alguien toco la puerta, supuse que era mamá o papá así que deje la entrada libre

-Hola cariño -Gruñí

-¿Qué quieres Miriam? -Fui bajando mientras observaba la cantidad de fanarts. Me mordí un dedo para no chillar de la emoción

-Pero que gruñón. Es que quiero darte algo -La mire de reojo mientras se acercaba

Me tendió una bolsa de regalo y unos... ¿esos eran postres? Me quite el audífono que tenía en la oreja izquierda y tome las cosas, deje los postres a un lado y mire la bolsa

-¿Qué es? -Enarque una ceja confusa

-Es una sorpresa -Me guiño al tiempo que se sentaba en la cama

Abrí la bolsa y saque su contenido. Era un saco rojo con un estampado de libros en el bolsillo. Había una corbata más al fondo, también tenía un estampado de libros, también una taza de café y unos audífonos

Me quede boquiabierto ante el detalle, sinceramente no sabía que decir. No pensé que Miriam hiciera ese tipo de detalles ¿Acaso era un acto de reconciliación? Algo me olía mal

-¿Lo compraste tú? -Puse el saco en mis piernas

Asintió orgullosa

-No me hablas desde que llegue, así que quise hacer los pases

Todavía había algo que no quedaba muy claro. Mas por el hecho de que Miriam no sabía mucho de mis gustos, lo de escritor era casi como un secreto a voces entre mi familia

-¿Cómo sabias que me gusta la escritura? -Le mire y ensancho su sonrisa

-Cariño, yo sé todo de ti ¿Cómo no iba a saber de tu... hobbie favorito?

-Mi hobbie son los videojuegos, en realidad no sé si cabe en, la categoría de hobbies -Hice una leve mueca -Y el que digas, que sabes todo de mi suena un tanto perturbador

-Francis... en verdad quiero arreglar las cosas entre nosotros. Sé muy bien que apenas te hablas con Fran pero, te extraña al igual que yo, después de todo, éramos solo nosotros tres ¿no?

Suspire.

Tenía razón, antes solo éramos los tres, pero ellos estuvieron presentes con el tema del accidente, sobre todo Fran él también fue causante. Era obvio que a Miriam no le importaba lo más mínimo

No podia seguir estresado, tenía que por lo menos dejarnos como conocidos casi amigos, suspire, e le hice una seña para que se acerara

No dudo en abalanzarse sobre mí y abrazarme. Apenas pude rodearla con mis brazos, pensativo, duramos un rato así hasta que caí en cuenta de que tenía puesta una de mis camisas

-¿Otra vez tomaste una de mis camisas? Esa es mi favorita -Fruncí el ceño al tiempo que hacia una mueca -Tienes que pedirme permiso, no puedes tomar mis cosas así

-Sabes, me gusta cuando eres así de seriecito -Su voz era un poco seductora

-Y a mí me gustan las oreos -Sonreí irónico al tiempo que tomaba el vaso con Brownnie y crema batida -¿Podrías llevarle esta tarta de limón a mi queridísima hermana? Gracias

Se la tendí y volví a ponerme los audífonos, Miriam salió de la habitación murmurando cosas y sentido. Cuando cerró la puerta alce la cara y me pase las manos por esta, salí de Pinterest y entre a mi correo

Aun nada... me eche para atrás y vi mi celular. Le escribí a Santi para distraernos un rato. Dijo que le parecía bien

Santi había decidido abrirse conmigo estas últimas semanas, me conto el problema con su mamá y que más de una noche en el hospital hasta altas horas. Dijo que su madre tenía un tipo de cáncer terminal llamado; Sarcoma. Dependían del tipo de tumor y de su ubicación. Puede incluir algún tipo de protuberancia o un dolor más notable. Otro de los síntomas era, la hinchazón, bultos, fatiga o pérdida de peso.

Lo acompañe repetidas veces al hospital y. aunque no pude observar a su madre me asegure de que estuviera bien. Pues él se veía muy frustrado y adolorido. Había ocasiones en donde lo encontraba caminando por los pasillos con la mirada perdida y los ojos hinchados y rojos

Solo estaba el en el hospital, nadie de su familia iba a acompañarlo. Dijo que isla siempre lo acompañaba, pero ahora ella se mudó. Y al parecer, solo nosotros (y el resto de su familia, pero ellos nos importan) sabíamos de lo que, sucedía con su madre

-¿Algo nuevo? -Le pregunte mientras caminábamos

-Le harán otra cirugía mañana -Hundió sus manos en los bolsillos y tomo aire -El doctor se niega a decirme cuando tiempo le queda

-Es un hijo de puta -No sabía que decir en estos casos.

Sonrió ante mi intento de apoyo

-Lo es mi amorcito -Reímos al mismo -Recuerda que tenemos pendiente casarnos -Me tiro un beso

-Creo que eso será complicado. A mi gusta solo una persona

Poso una de sus manos en su pecho, cerró los ojos mientras fingía morir de dolor

-Chico, me matas -Soltó un quejido -¿De verdad me engañas? ¿Qué paso con el nosotros?

Tome aire antes de responder

-Paso que te deje ir por obligaciones de los demás, y nunca tuve la oportunidad para pedirte perdón. Porque en realidad te amo y quiero pasar toda una vida a tu lado, te sigo amando. Ya tres años seguidos los cuales me pregunto ¿En verdad estoy destinado a estar contigo? Y empiezo a cuestionarme si soy, seré o abre sido. El mejor para ti, si hay alguien haya afuera que te merezca en vez de mí.

Lo siguiente que nos inundó mientras caminábamos fue el ruido de las personas y autos pasando, el sol empezó a alumbrarnos y la brisa a abrazarnos. Nos detuvimos para esperar el semáforo

-¿Por qué no se lo dijiste? -Pregunto por fin

-¿Crees enserio que quiere saber la causa por lo, que casi la mato? -Fruncí el ceño mientras miraba al frente.

-Tú no estabas en ese auto

-Pero la culpa de no haber sido yo quien condujera me mata -Admití. Cruzamos la calle y entramos al parque central.

A ese en el que habíamos durado cinco horas completas con Isla. Divirtiéndonos, echando bromas, y sin ningún problema. O al menos desde mi punto de vista.

-Francis te estas culpando por algo de lo que no tienes culpa -Lo dijo en un tono bajo pero alzado, como si quisiera hacerme entrar en razón

-Fue mi culpa. Santiago. Sabes que es mi culpa

-Lo que yo sé, Francis Blood -Se posiciono al frente mío poniéndome un dedo en el pecho -Es que lo demás, incluso tú mismo. Te culpan por un accidente el cual tú ni siquiera estuviste. El que estaba en el auto era Fran, no tu

Me aleje y lo mire con fijeza

-Yo fui quien le permitió llevarla a casa. También fui yo quien no pensó en las consecuencias

-¿Pero fuiste tú el que choco el auto? -Pregunto, hundió sus cejas, su pecho subía y bajaba, le molestaba que me echara la culpa -Dímelo, ¿Fuiste tú quien estuvo allí manejando? ¿Eras tú el que choco con ese auto? ¿Eras tú el que se encontraba en aquella camilla? -Guarde silencio -Francis. ¿Tú piensas enserio que su padre te odia? Tal vez sí, es un hombre manipulador y machista. Pero está enfadado contigo ¿Y sabes porque lo está? Porque a pesar de todo, ella es su única hija. Y casi la pierde, él sabe perfectamente que tú eras el que conducía y aun así -Me tomo de los hombros obligándome a verlo -Aun así tienes el descaro de mentir está bien que no hayas culpado a Fran, pero tu... tú no tienes la culpa así que por favor, deja de culparte. Ya paso un año y aun te sigues aguantado el odio de las personas.

Apreté los puños con mucha fuerza, me estaba clavando mis propias uñas. Empecé a temblar mantuve la cabeza baja, las lágrimas rodearon mis mejillas era casi una laguna

-No quería mentir -Negué -No quería Santi, yo no quería mentir...

Santiago me soltó por unos segundos en los que casi me derrumbo. Se apresuró en quitarse su bolso y envolverme en sus brazos. Ahora sí, lo deje salir todo

-No le pedí perdón, acepte que todos me odiaran, quise estar con ella y no pude, quería arreglar las cosas y no funciono. Hice todo ¡Todo lo que dijeron! Y aun así me dolía saber que no formaba parte de su vida. Quería abrazarla, decirle que todo iba a estar bien aunque no fuera así, estar allí para ella Santi yo... -Gimotee

-Tranquilo, no tienes que darme explicaciones -Susurro aferrándome más al abrazo.

Es muy cierto que el amor duele, pero lo que hay detrás de él es lo que duele más.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top