Capítulo 22: "Belleza invaluable"


—De la muerte de mi hija ya hace casi un año, era mi única hija así que, para mí fue y es muy especial que Tails haya visto por ella aún cuando no pudo salvarla. Él no le cobró por los tratamientos que le hacía tomar, ni sus servicios, incluso, cuando ella murió pago todo incluso mandó hacerle un mausoleo.

Silver tragó saliva bastante impresionado.

—¡¿Un mausoleo?!— <<Eso es demasiado>>— pensó tratando de controlar su cara de incredulidad.

—Sí, así es, Tails no escatimó en gastos, amaba mucho a mi hija. Mucho.

—Vaya, me ha dejado realmente impresionado.

—Por eso le tengo tanto afecto, por favor, no cambie joven Silver su amabilidad con Tails, si de verdad lo considera un amigo por favor no interrumpa sus investigaciones.

—Bueno... Y sabe siquiera ¿Qué está haciendo allá abajo?

—No, ya le dije que yo confío en él plenamente y sé que lo que haga ahí abajo es para ayudar a cambiar el mundo.

Los días siguieron avanzando, Silver iba los fines de semana a su viejo barrio a repartir comida, estaba contento de seguir ayudando a los que no podían ayudarse a ellos mismos, seguía tratándose con Tails y parecía florecer una buena amistad pero, algo en él era tan raro, tan misterioso, aún no se atrevía a preguntarle por Amy Rose, ni siquiera mencionaba más allá de que ella fue su paciente que no pudo salvar, pero nunca mencionaba ni por asomo, sus sentimientos por ella, probablemente, lo más lógico, era que aún le dolía tanto como para mencionarlo.

—Mañana me gustaría que fueras a la fiesta que harán en la compañía, por fin podré debutar como modelo profesional y conoceré a los directivos, Sally me consiguió un bonito atuendo.

Silver sonreía feliz mientras mordía a mordiscos grotescos su paleta de chocolate que comía junto a Tails que dejó por un momento de comer su nieve, al ver tremenda falta de etiqueta al degustar una paleta.

—¿Por qué no comes esa paleta como todo el mundo? Es asqueroso.

—¿Te molesta? ¡Esque me encanta el chocolate!

—Pues no es que me moleste, pero ya que estás entrando al mundo del espectáculo deberías cuidar tu imagen y eso implica comer decentemente.

—Pues allá me cuidaré, me han enseñado muchas cosas pero aquí contigo, no me alarma ser como soy.

—Pues me da gusto, pero deberías de considerar que si te haces famoso, te seguirán hasta en los baños públicos.

—¿EN SERIO HASTA ALLÍ?

—No grites, es lamentable también que no controles tus emociones.

—Je, ¿Acaso tú sabes de etiqueta y buenos modales?

—Por supuesto, soy un doctor e investigador, no tendré mucho dinero ahora por los gastos de mi investigación pero, pertenezco a esa clase social.

—¿Me estás diciendo que estoy frente a un trajeado?

—¿Me ves el traje?

—Los de la clase alta se creen mucho, debí suponerlo.

—Ahh, ¿En serio vamos a tener está conversación? ¿Quieres que vaya si o no como tú aconpañante?

—Sí, si quiero... Sally ya tiene con quien, anda de novia con uno de los socios de la compañía, según ella el matrimonio está llegando.

—Vaya, todo este tiempo creí que ella tenía otro interés en ti.

—No, no, yo en verdad, aún no encuentro el amor ¿Crees que lo encuentre esta noche?

Silver preguntó tan entusiasmado, Tails simplemente rodó los ojos.

—¡Soy bello! ¡Sé que puedo enamorar a alguien!

—Suerte con eso...

—Quiero tu número celular, ahora mismo, belleza.

Tails abría los ojos como platos, acababan de arrebatarle de las manos a su acompañante, Silver ahora estaba en los brazos de un erizo negro con betas verdes, la fiesta apenas comenzaba y todos recién habían apreciado la belleza de Silver pero, nunca esperó que un lunático se atreviese a interrumpir su baile.

—Por si no se ha dado cuenta, bailaba conmigo.

Tails le lanzó una mirada fría al pretendiente de Silver, odiaba que se le ignorara de esa forma, el erizo desconocido simplemente le tomó atención un segundo, pero siguió con lo suyo.

—Eres realmente una belleza, invaluable entre esta gente.

Silver se quedó atónito, nunca había visto a un erizo tan directo y loco, sus ojos brillaron llenos de ilusión por tremendas palabras, pero poco le duró el gusto, ya que Tails entró en medio de los dos y lo regresaba a la tierra.

—DIJE, Yo Estoy Bailando Con Él.

—¿En serio andas con un Zorro?

—Soy su amigo y acompañante de esta noche.— Tails lo miraba furioso.

—¿Dijiste que, querías mi número?

—Silver, no seas urgido.

—Oh, así que te llamas Silver, cuando ví tu presentación fue lo que menos presté atención, no me habían informado que el nuevo modelo detutante fuese guapo y además un erizo, me gustas.

—Gra- gracias jiji.

Tails se rindió, se dió la media vuelta y dejó que esos dos hicieran de su vida un papalote, no estaba para intervenir en relaciones, no debía importarle pero, apenas esa noche había decidido salir de su rutina, despejar la mente y darle una oportunidad a la vida social y el único que le hablaba en esa fiesta de chiquillos ricos y oportunistas, era Silver, pero veía claramente que, ya lo había perdido.

Tomó asiento desilucionado de todo, sabía que eso de ser amigo de alguien sólo era perder el tiempo, podría estar ahora en su laboratorio, siguiendo su proyecto que, lo estaba volviendo loco, nada salía bien, todo mal, todo muy mal, pero, antes de dejarse derrotar por lo imposible, tendría que estar muerto, y aún respiraba entre tanta gente idiota, ahí donde estaba, rodeado de tanto idiota y su amigo nuevo era otro del montón.

Para cuándo se dió cuenta, Silver ya se estaba besuqueando con el erizo "galán", astiado de todo, decidió levantarse de su asiento e irse.

Casi la media noche, y Tails entraba al lugar donde todo había terminado y comenzado, oscuro y con ruidos nocturnos dignos de película de terror, el zorro se adentraba a las profundidades del cementerio, iba directo a la última morada de su amada, Amy Rose, la amaba con la locura que podría significar visitar su tumba a tales horas de la noche, el velador seguramente dormido o distraído en alguna otra parte del cementerio le hacía el trabajo más fácil, justo llegaba al lugar más precioso según su criterio del cementerio, aunque se debía admitir, que en verdad era el más precioso y exuberante.

—¿Qué haces aquí?— Preguntó el zorro algo irritado por la persona que estaba frente a él.

—La pregunta debería formularla yo, tú no eres nada de Amy.

Frente a frente, Tails se encontraba con la persona que menos confiaba en él, Blaze The Cat.

—... Además que es muy tarde para que vengas a visitarla, ni siquiera está abierto el cementerio al público, que ésto se ve demasiado sospechoso de tu parte.— agregó la felina de ojos dorados cruzando los brazos, con una mirada defensiva.

—Tampoco tu visita se ve muy normal.

—Dame las llaves del mausoleo, sé que sólo tú las tienes.— Estiró la mano derecha esperando que el zorro hiciera caso a su demanda.

—No tengo porque darte las llaves a tí, que ni siquiera eres nada de ella.

—¡Soy su hermana!

—Solo eres la ahijada de la madre de Amy, nada más.

—¡Y tú el doctor que no la pudo salvar!, No eres nadie para tener autoridad de decidir quien entra al mausoleo a ver a Amy y quién no.

—Si la tengo, yo mandé hacer este santuario para ella.

—¿Santuario? Admito que es hermoso el lugar pero, de sagrado no tiene nada, sé que entras ahí y pasas horas tremendas sin que nadie sepa que pasa ahí dentro.

—¿Estás insinuando algo?

El zorro dió pasos firmes hasta el rostro de la malhumorada gata, la cual no se intimidó ante tal acercamiento.

—Si el río suena, es porque agua lleva, sabes que te he estado investigando, y el velador sabe que pasas horas en este lugar, además que instalaste máquinas extrañas dentro del lugar.

—Parece que su trabajo es tan aburrido que me inventa cosas, bien, quieres ver a Amy, te lo permitiré, pero eso no significa que puedas hacerlo siempre, sólo su madre y yo, que me dejé la piel en tratar de salvarla tenemos derecho.

—Derechos que te adjudicas solo.

—No, su madre me lo ha permitido, ahora sígueme, entremos si no quieres que el velador nos encuentre a fuera en horas que no son de visita.

Entraron entonces al mausoleo, Blaze The Cat quedó asombrada de la belleza interna del lugar, sinceramente, se notaba que ese zorro había dejado casi la piel en costo para dejar aquel lugar como un palacio digno de una reina, La tumba dónde descansaba su "hermana" estaba rodeada de cortinas que cubrían el resto de la plataforma que asemejaba una cama, estaba todo pulcro, seguramente el mismo zorro mantenía todo limpio, las máquinas de las que seguramente el velador le había hablado, no eran más que una consola musical antigua de discos de vinil, y unas cómodas antiguas que guardaban solo cortinas, a Amy Rose le encantaba aquellos objetos vintage; había otros artículos, objetos de decoración que hacían lucía aquel lugar como una habitación y no una tumba, incluso había colgados cuadros artísticos y retratos de la difunta.

—Sólo mandé poner electricidad para mantener todo esto alumbrado y la consola funciona, si quieres, puedes echar un vistazo, eran los álbumes que le gustaban a tu "hermana"

—... ... Aún así, esto es demasiado, no tenías porqué hacer todo esto por mi hermana.

—Amy fue el amor de mi vida, un caso que, aún me causa pesadillas no haber podido resolver, le prometí como un cobarde que todo había salido bien, no me atreví a decirle la verdad ni aún cuando fue el último segundo, la engañé, le mentí descaradamente, es una pena que cargo y lo mínimo que puedo hacer es compensarla así, aunque ya no esté en esta vida, más que su cuerpo.

Blaze ablandó un poco el seño, tal vez estaba siendo muy dura con el doctor, después de todo, era una historia trágica.

—Bien, oremos un poco por ella y marchemonos de aquí.

—Bien.

Oraron en silencio y después de unos minutos estaban por irse, ya era casi la 1am y seguramente Silver estaba completamente cómodo sin él, así que podía olvidarse de algún compromiso con el erizo.

—Blaze, ve tu sola, recordé que tengo que cambiar las cortinas, ¿Si viste que están algo sucias?, Por los vitrales entra mucha tierra.

—Oh, no me fijé, ¿Quieres que te ayude?

—No, me tardaré algo, y si te esperas no podré acompañarte a tu casa, ya que tengo un compromiso con un amigo, quedé de pasar por él.

—ha, igual no iba a pedirte que me llevaras, me marcho.

La gata se perdió entre las tumbas y la oscuridad, y el zorro se perdió entre las cortinas de aquella tumba, el viento soplaba por una ventana abierta y claramente el zorro había desaparecido.




Continuará


Bueno, la entrada de Blaze en la historia, espero hayan disfrutado del capítulo.

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