Capítulo 18: "Día cero"

Su cabeza le dolía, su sien presionaba cada lado de su cara, sus ojos gritaban por cerrarse pero de tan hinchados que yacían no podían hacerlo, dolía, su nariz dolía desde la punta hasta el tabique uniéndose al dolor de sus ojos, su apetito no llamaba a la puerta, y su cuerpo pedía energía; quería caer y descansar, pero la mente, quién rebobinaba todo lo sucedido, no dejaba ni que el más mínimo de sus sentidos se sintiera relajado y olvidara la noche anterior.

Aunque gozaba de compañía, no se sentía realmente reconfortado, lo sentía una pesadilla, un día que no contaba en su vida, como si fuera de otro mundo o una broma dentro de su loca imaginación. Es el día cero, no es el último día de su antigua vida ni es el primero de su nueva vida, es un día vacío, uno que no tiene realmente sentido, él por lo menos lo siente vacio.

—Buenos días Silver— Saludó saliendo del cuarto de baño un Shadow recién refrescado, se habían instalado en un hotel y toda la noche fue el paño de lágrimas de aquel erizo herido.

—Buenos días Shadow— Le contestó apenas con algo de fuerza, estaba aún acurrucado entre las almohadas de la cama.

—Deberías darte un baño, está muy desestresante.

—¿Te estresaste conmigo?

—Lo que pasó ayer fue en conjunto mucho para mí, así que debía hacer algo por mí.

—Yo también quiero sentirme bien pero ... No sé qué hacer.

—Empieza por la ducha, y piensa un poco que te gustaría hacer que nunca hiciste.

—Realmente no es momento para ponerme a "recuperar el tiempo perdido"— respondió algo irritado, no quería hacer nada, absolutamente nada.

—Bueno, entonces sólo báñate y veremos qué hacemos después, tal vez cosas que yo si quiero hacer.

—Eso es egoísta.

—No me importa, si quieres mi compañía tendrás que aguantarte.

—... ...

Tomo el baño relajante, destensó sus nervios, sin embargo, seguía soltando lágrimas que ahora se hacían una con la regadera, quería parar de llorar, quería dejar de sentirse tan miserable pero, parecía que cada minuto era una eternidad.

Salió del baño entonces, vio un Shadow abrigado en modo invierno con una bufanda roja cubriendo su pelaje blanco.

—Conseguí algo abrigador, se que ahora está cálido, pero quiero ir a un sitio frío.

—Yo no dije que si.

—Yo no pregunté, vámonos.

—¡He dicho que no!

Shadow tomó al erizo terco de la cintura para entonces llevárselo al hombro como un costal, el erizo plateado intentó luchar pero una amenaza lo detuvo.

—Si no cooperas te llevo inconsciente.

—¿Sabes que eso es violencia?

—Si quieres después de este día me vas y denuncias.

—grr, olvídalo.

El lugar elegido por Shadow era una pista de patinaje, estaba a las afueras de la ciudad y era uno de los lugares que atraían la curiosidad del erizo androide.

—¿Una pista de patinaje?

—Quiero aprender a patinar ¿Sabes patinar?

—Sabes patinar, literalmente patinas todo el tiempo.— Silver miró a su alrededor con fastidio.

—Si, pero no es lo mismo en hielo.

—Solo ve un tutorial en línea y seguro que aprendes, a mí déjame fuera de esto, suerte.

Se disponía a marcharse, tan amargado, tan desinteresado en todo, pero un empleado del lugar ya los tenía arrastrandolos al área de instructores, tan alegre, tan eficiente, tan atento, que por ese momento Silver pudo concentrarse en otra cosa que no fuese su dolor, se sentía bien, se sentía como si fuera un sueño pero que éste lo podía de alguna manera controlar.

—¡Parece que están listos! Señor Shadow, usted es mi mejor aprendiz en toda mi carrera de instructor— sonrió el instructor con todos los dientes.

—Gracias, ¿Ya podemos intentarlo solos?

—Yo aún no puedo sostenerme bien— Dijo Silver temblando de las piernas tratando de controlar aquellos patines.

—Puedo ayudarte— Se ofreció su ex androide.

—...No sé...

—Yo diría que el señor Shadow podría ser incluso instructor, me sorprende lo rápido que aprendió.

—Vamos Silver, si te dejo caer podrás demandarme por violencia y no me quejaré.

—Sabes que esa denuncia no va a proceder ¿Cierto?

—No sé mucho de leyes, pero igual puedes agregar otras cosas, aunque sean mentira.

—¿Confías tanto en tu habilidad?

—Yo nunca dudo de mis habilidades, soy perfecto en realidad.

—Demuestralo entonces, chance y en el próximo año te veo participando en las olimpiadas de Nintendo.

—Seguro.

Entraron a la pista, Silver tomaba el brazo de Shadow algo vacilante, no quería demasiado contacto pero era necesario si deseaba evitar el ridículo en el suelo, además que sabía que aquel erizo poco le iba dejar libre.
Había tantas parejas en la pista, dando vueltas y gozando la experiencia, el jamás la había gozado con Mephiles... ¡Por un demonio! Tenía que acordarse ahora de él, sus pocos ánimos titubearon y sus piernas desfallecieron traicionando su torso el cual iba de espalda al suelo, tal movimiento deshonroso fue aclamado como honorífico gracias a la intervención de su pareja en la pista, quien había tomado su cuerpo delicado y en un paso casi de profesional de patinador lo llevó a la cima de sus brazos, para luego en un giro rápido volver a colocarlo sobre el hielo, Silver olvidó nuevamente su pesar, y deseando que repitiera aquel movimiento como un niño pequeño pidió en un susurro temeroso su deseo.

Acrobacias tras acrobacias, las que podía efectuar Shadow sin mucho esfuerzo por parte de Silver, quien más que su pareja de patinaje parecía de baile, Silver sin darse cuenta había soltado unas carcajadas disfrutando los minutos que rápidamente se convirtieron en horas, horas que muchas personas no dudaron en grabar y transmitir en sus perfiles de redes sociales, lo aclamaban como "Quédate con quién te enseñe a patinar así de romántico" fue todo un boom en redes, la gente había dejado la pista libre para sólo esos dos, Silver comenzaba a liberarse y también hacer de su parte más alocados movimientos, Shadow también reía, por fin podía ser como cualquier ser vivo, disfrutando algo tan personal y divertido.



No tardó en enterarse Sonic, quien en la malicia de molestar a quien se lo merecía, se encargó de que aquel erizo traidor se diera por enterado del acontecimiento.

—¡Mira mi Tails, tienes que ver esto!

—Sonic, estoy ocupado checando el vendaje, no puedo ver a otra parte.

—Mas te vale que no me quedé cicatriz zorrito.— Mephiles yacía en cama aún en el laboratorio de aquel científico zorruno.— Y deberías apagar esa cosa azul, tal vez mañana quiera matarte como lo intentó ese negro.

—¿Estás siendo racista o algo así?

—Sonic, ya cállate y mejor ayúdame a traer vendas nuevas, está ya se mancho.

—¡¿Estoy sangrando?! ¡¿De dónde estoy sangrando?! ¡Más te vale que no quede marca!

—Que no quede huella que no, que no, que no quede hueellaa♪~(´ε` )( /^ω^)/♪♪♪ \(^ω^\ )

—¡Dije marca! No huella cerebro de hojalateria, te crees muy gracioso.

—Mephiles, por favor, si deseas que no quede mar...( Que no quede huella que no que nooo(≧▽≦)) ¡Cállate ya Sonic! Ejem, como decía mejor cállense los dos.

—Bueno, pues ya que me mandaron por vendas, procedo a dejar aquí sin ninguna intención maliciosa ni de doble moral está tablet, aquí recargadita sobre este buró, a lado del herido para que no se aburra y pueda saber que videos son la sensación del momento.

Mephiles cayó de lleno en la trampa, no pudo evitar voltear y reconocer que esos dos eran su casi ex esposo y su hojalata de sirviente. No dijo nada, pero los ojos se le pusieron como platos.

—¿Verdad que parecen pareja de película de Disney bailando un vals romántico?— Mostró todos los dientes disfrutando del momento, las vendas podían esperar un segundo.

—Sonic...

—Aquí están ya (no demoró ni un segundo), no fastidies Tails, ¡que hay videos en vivo del momento!

Se encargó de mostrar cada uno de esos vídeos, Mephiles seguía mirando, sin decir nada, sólo cuando tal vez estuvo seguro que era verdad lo que veía, desvío la mirada y cerró los ojos, aceptando que en definitiva, podía hacer su vida sin problema, pero dentro suyo algún sentimiento de molestia lo dejaba abatido.


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