Capítulo 14: "Pequeñas pistas"

Habiendo pactado un acuerdo, Shadow y Silver siguieron sus vidas por separado, el androide sólo tenía el nombre de "suyo" pero era su esposo Mephiles, quien ahora tenía a toda su disposición al vetas rojas, y estaba contento, ambos esposos estaban contentos con aquel cambio. Sin saberlo, Mephiles estaba siendo apoyado por un ser que, aunque artificial sentía sentimientos reales por su erizo, ¿Lo notaba? ¡No! Para nada se le podría cruzar que alguien más pudiera ser un "potencial rival" en el pequeño mundo de Mephiles jamás, jamás en su mente podía alguien más amar a Silver, no tanto como él, pero... ¿Qué tanto lo amaba? ¿Ese amor era tan grande como para jactarse y confiar?
Había dejado enfriar mucho la relación, y eso apenas y lo podía reconocer, seguía amando a su esposo pero había algo que lo hacía tener su distancia, ¿El trabajo? Siempre le ha echado la culpa al trabajo, estrés tras estrés, antiguamente le contaba sus problemas a su esposo aunque éste realmente odiase escuchar esas trivialidades, siempre, tenía un punto de vista que solucionaba todo, pero ¿Entonces por qué ya no le contaba nada? ¡Orgullo! A pesar que la boca de su esposo era pura verdad le molestaba de alguna manera no poder ver la vida como Silver, sencilla, armoniosa y con soluciones que partían desde el "tú te creas los problemas y los haces más grandes" si... Tenía razón ese erizo, Mephiles veía todo con un cristal muy oscuro, muy turbio, la solución la conocía pero se negaba aceptar que el terco era él y que para su colmo su esposo le recalcara lo que ya sabía lo ponía todavía más de malas.
Silver notó tanto ese cambio, ya no le decía nada de su trabajo pero la cara de mal humor seguía, ya no quería compartirle sus emociones ni escuchar con una sonrisa la solución, al final, nunca le hacía caso, todo le llevaba la contraria ¿Por qué? ¿Por qué su orgullo de querer hacer las cosas a su modo? Esto hizo que la primera brecha de su matrimonio fuera dura de reparar, jamás se curó.
De éste problema seguía otro, la sensación de no tenerse confianza ni comprensión, Silver era quien más sentía esto, sentía que cada vez más su esposo se alejaba de él y la confianza escaseaba cada día, sus intentos desesperados de volver a lo que fue alguna vez su vida amorosa han fallado día tras día, tal cosa lo comenzó a hacer el exagerado paranoico que ahora es, creer que cualquier detalle ya es signo de indiferencia y desamor por parte de su pareja, justa razón, la falta de comunicación y confianza es la más peligrosa de las omisiones, Mephiles lo sabía, pero era un cobarde para decir la verdad ¿Hasta cuándo pensaba seguir así? Pareciera que quisiese que Silver le leyera la mente y adivinase su sentir evitandose así la culpa de hablar.


—¿Cómo va la fábrica Shadow?—Mephiles llamaba por teléfono a su ayudante casi gemelo, el cual se encontraba supervisando la fábrica junto con knuckles.

—Bien jefe, la producción va en aumento gracias a la demanda del producto, está semana se está revisando cada rincón de la fábrica en busca de fallas ya que vendrá salubridad.

—¡Genial! Sigue así, terminado vas por mi esposo por favor, el chófer que pasa por él está ocupado en otro encargo, su auto ya se encuentra en la empresa de modelaje solo faltas tú.

—Entendido jefe.— Colgó la llamada abriendo sus ojos indicando que estaba de vuelta, Knuckles aún no se acostumbraba nada a esas llamadas.

—Bien, ¿Qué queda pendiente?— Pregunto el pelirrojo

—Las cerdas jóvenes entrarán en celo, eso es peligroso así que es mejor irlas separando ya, después de que pase lo de salubridad ya checaremos su caso.

—De un tiempo para acá su forma de ser y hablar ha cambiado— mencionó algo temeroso el equidna.

Shadow se quedó pensando un momento, tenía razón, inclusive el mismo cada día se sentía más orgánico.

—He aprendido de cada ser vivo con el que convivo, me han impregnado de su forma de ser y de ver el mundo, incluso... Debo aceptar que siento que no soy un robot.

Knuckles abrió los ojos como plato, desvío la mirada tratando de disimular su asombro. ¿Un robot que siente que no es robot? Parece que el mito era verdad, ellos niegan su existencia.

—No digo que no lo sea— Se justifico rápidamente pre sintiendo lo que significaba ese rostro en su compañero.— pero siento que no tengo mucha diferencia con ustedes, si abres mi cuerpo ... Probablemente ahí comience a diferir de ustedes.

—Para mi usted es muy parecido a nosotros, excepto detalles como esa forma de llamar por tel e investigar, aún me provocan ñañaras, disculpe si lo ofendo.

El Equidna le había adquirido mucho respeto.

—No para nada, ¿Debería dejar de hacer eso y usar la tecnología de la manera que ustedes lo hacen?

—No, no, no, digo, usted no debe desaprovechar sus capacidades con tal de encajar en este mundo, todos somos diferentes en cierto modo.

—Pero... Si quiero que uno de ustedes me acepte... Tal vez deba mostrarme más como uno de ustedes...

Esto último lo decía con mucha tristeza, tristeza que parecía genuina ante el capataz, juraba que esos ojos estaban cristalinos, a punto de soltar una lágrima de dolor.




El día había terminado para Silver, se retiraba de la empresa con cansancio pero satisfacción, parece que poco a poco recuperaba su lugar en aquel sitio.

Una llamada entrante lo sacaba de sus pensamientos, era Sally Acorn

—¿Bueno?

—Parece que ya te pusiste en forma, está mañana pasé a echar un vistazo y en definitiva ese es el Silver que se fue de aquí a casarse, emm— se aclaró la garganta— ya está todo listo para tu debut en la película, el director ya terminó de afinar los detalles para la caracterización de tu personaje, pidió que te avisará que mañana te presentes al ser de grabación, en un correo te mando la dirección y qué llevar.

—Ha muy bien, gracias.

—¿Cómo va todo por allá? ¿Me tienes avances en nuestra investigación?

—La verdad no... No mucho, eh... Aún no me logro mezclar socialmente con los demás modelos para ir a sus fiestas y conseguir pistas, siguen tratándome algo indiferentes, tomara su tiempo pero creo puedo hacerlo.

—Genial, se más coqueto, eso a muchos fans tuyos les encanta de ti, seguro que por ahí tienes algún fan solo que la competencia no los deja ser.

—Gracias, espero que así sea, lo único que te puedo decir es que tu esposo suele ir al bar que está saliendo de la empresa, pero no se tarda nada, es como si solo fuera al baño o algo así, no se le ve que haya consumido algo en el lugar, no he podido acercarme a averiguar qué es lo que hace allí.

—Eso es muy sospechoso... Pero. O podría cuestionarlo sobre eso, me creería una Silver 2.0

—... Haré de cuenta que no escuché eso.

—Perfecto, espero más avances querido Silver, chao.

—Por Chaos, que pesada eres.

Colgaron ambos casi al mismo tiempo, Silver se encaminó directo al auto que ya le esperaba con un erizo particularmente conocido, paró en seco por un momento y su corazón se aceleró en signo de pánico, tenía días enteros sin verlo ni aunque fuese de reojo en la mansión o alguna otra parte, respiro profundo e intento disimular su nerviosismo, camino lo más seguro que podía pero las piernas lo traicionan y temblaban cada vez más a medida que esa distancia entre ellos se consumía.

—Buenas noches... —No pudo decir "amo" ¿Aún era suyo? Sentía que lo había perdido.— El jefe me indicó pasar por usted, ya que su chófer de siempre está ocupado.

—Bubuenas...— Apenas y pudo hablar, su rostro se enrojeció y tal color no pasó desapercibido en el androide que igual imitó ese tono en sus mejillas— ¡Digo, digo! ¡Bueno está bien! ¡Vámonos!

—Como guste, suba por favor.

El viaje fue tan incómodo como silencioso, ninguno se atrevió a hablar ni a exclamar algún sonido, que largo viaje fue aquel, más largo inclusive cuando era Mephiles quien estaba con él.

Llegaron a la mansión y cada quien dió sus pasos a diferente dirección, Silver quiso mirar hacia atrás y serciorarse de algo que no estaba seguro que era, pero sentía la culpa de no haberlo hecho y haber seguido adelante.


Nuevamente los días pasaron, todo marchaba relativamente bien, por parte de Tails la vida estaba curiosamente tranquila, su amigo ya no le había llamado desde ya hace un mes, ni para quejarse del androide ¡Eso era nuevo y alarmante! O... ¿Debía decir bueno? Sonic también estaba muy tranquilo, no se había ido de casa en ninguno de esos días, estaba relajado todo el tiempo y eso lo hacía sentir inseguro,  ¿Planeaba algo ese erizo azul o era su paranoia la que lo estaba volviendo loco?  En cualquiera de los casos, él no estaba exento de culpa, si ellos planeaban algo, él también, todo ese mes se había encargado de conseguir la forma más sencilla y efectiva de conseguir su objetivo, Shadow debía ser controlado.

—Sonic— le llamó a su androide azul el cual descansaba en pie tirante sobre una hamaca— ¿Planeas algo?

La pregunta llegó de golpe, pero esperada a Sonic, no tenía que hacerse el tonto.

—Solo planeo seguir vivo, si puedo vivir lo que sea que quieras no me importa.

—Quiero que traigas a Shadow y me ayudes a colocarle este archivo— mostraba un diminuto chip entre sus dedos enguantados.

—¿Lo matará?— Sonic se enderezó interesado en ese diminuto plástico.

—No, sólo inhibirá algunos comportamientos que afecten de manera riesgosa el programa de Shadow, me refiero a toda esa enseñanza sin reservas que le has mostrado y que obviamente no te paraste a pensar las terribles consecuencias.

—Se supone que él es una versión mejorada de mí— sonríe pícaro— que no viene de los mismos materiales que yo y su programa es más sencillo pero también más fácil de detener.

—Sí, lo es, pero también por eso es más fácil que se dañe, tú tienes una vida muy parecida a la de un erizo real, por mucho que te quiera controlar lograrás desafiarme pero... Shadow... Si Shadow pierde el juicio no tendrá una consciencia propia que lo haga meditar sus actos una vez su programa sea dañado, tú sí, eso es lo que los diferencia.

—Ok. Ok. Lo haré— con paso confiable va y toma el micro chip guardándoselo— ¿Tanto temes que termine matando a tu amigo modelo? Dime la verdad, ¿Para qué hiciste a Shadow? No es casualidad que se parezca a Mephiles, su esposo.

—No... No es casualidad, sinceramente... Mis intenciones eran otras...

—¿Algún consuelo? ¿Una salida mimosa para tu amigo como fui yo de ti?

—Si... Pero con la diferencia de que a él si lo puedo destruir si se sale de control. Me arrepiento en gran parte de haber pensado en arruinar ese matrimonio... Sé que Shadow haría cualquier cosa por Silver, y lo hará... Si se entera de la verdad.

—Creeme que el pobre y su amo plateadito ni una pisca de sospecha tienen, aquel multimillonario sabe esconder sus trapos sucios, si se enteran, será porque él se cansó de esperar que aquel bobo se de cuenta por fin.

—Sally Acorn está investigando a su esposo por medio de Silver, tarde o temprano estallara todo y Shadow no se lo perdonará a ese erizo, debo detenerlo.

—Bien, tu creación llegó al punto que deseabas, acelerado por mi claro, pero llegó, deberías detenerte de ser un científico, porque cada cosa que inventas terminas queriendola desaparecer, nada bueno sale de dejarse llevar por las emociones.

—¿Me sermoneas tú?— Tails frunció el ceño.

 —Es mejor dejar las cosas aquí, yo muy bien se mis límites, ¿No es así querido Tails?

—... ...

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