Plan

40

Esa misma noche, Fatima se había acostado con la ropa puesta, para que cuando todas las luces de su casa estuvieran apagadas, ella simplemente treparía por su balcón, bajaría por el techo del frente de su casa y caería al suelo, era consciente de que probablemente se lastimaría, pero ahí estaría Odiseo para atenderla. Y así fué. Hizo exactamente lo que había planeado, y sorprendentemente salió correcto acorde a su plan, el único defecto fue el increíble raspon que de tenía en su rodilla izquierda, le dolía y su sangre roja era una demostración de ello.

Esperó sentada en el banco de la plaza del Barrio imaginando alguna aparición del chico al que anhelaba ansiosa, pero él simplemente no llegaba. Fatima comenzó a desesperarse y los nervios producían un colapso en cada neurona de su cerebro. Era extraño porque no se hallaba nerviosa por ver a Odiseo despúes de haberle dicho "te quiero" se hallaba nerviosa porque creía que él en realidad le había jugado una broma, y que realmente no estaba enamorado de ella, que sólo se burló de sus sentimientos y los pisoteó. Temía ser humillada por el chico que tanto quería.

Pasó media hora y aún no se conocía la procedencia de Odiseo. Mientras tanto, los ojos de Fatima se volvían vidriosos y aguados, y algún que otro río recorría sus mejillas rosadas. Odiseo la había defraudado, y su corazón no lo soportaría ni un minuto más.

Un dedo índice tocó el hombro de Fatima, y esta se volteó sorprendida con los puños en alto y golpeando a aquel ente en el estómago haciéndolo gemir de dolor.

Ese sonido le era familiar. Muy familiar. Odiseo?

-Hay Dios! Odiseo! Perdón! Estás bien?-se agachó a dónde estaba Odiseo acurrucado, con sus manos apretando su abdomen creyendo que así el fuerte dolor cesaría.

-Si, lo estoy-dijo jadeando, la observó a los ojos y por un segundo sintió que todo dolor había desaparecido, tenía fe que los ojos de Fatima eran curativos.

-Lo siento

-Ahora... una pregunta...-se paró Odiseo, seguido de Fatima, que tenía su delicada mano sobre su trapecio- EN QUE MIERDA ESTABAS PENSANDO PARA LARGAR UNA PIÑA ASÍ DE LA NADA!!!???-gritó Odiseo

-Shhhhh-ella colocó su dedo en su boca, chitando a Odiseo, pero él sólo podía pensar en lo apetecible que se veía aquella boca roja que lo probaba constantemente, juzgándolo como cobarde por no probarla y arriesgarse- Boludo, no te das cuenta que es de noche? Mis viejos duermen, y no saben que estoy acá

-Pillinaza, conque mintiendole a tus viejos. Eso está mal, no se hace, nena mala

-Te voy a pisar tu aparato reproductor a ver si eso es de mala

Odiseo abrió los ojos, y de repente sintió un dolor inmenso en aquella zona, su instinto era proteger su fábrica, sin embargo se contuvo porque una chica estaba frente suyo-Eso, eso si es de mala.

-Ves? Ahora, por qué te demoraste tanto?

-Porque quería conseguirte un chocolate, y como que a las dos de la mañana es difícil encontrar un almacen abierto- sacó detrás de su espalda una barra de chocolate, Fatima no se había dado cuenta que tenía algo detrás suyo, pero como excusa de ella, estaba muy oscuro

-Y como hiciste?

-Le dije a mi viejo que me llevara a buscar uno de esos kioscos que no cierran nunca. Y despúes de una hora, lo hallamos-se encogió se hombros, mostrando indiferencia, pero ciertamente, esto a Fatima le llegaba al pecho

-Wow... gracias-dijo sonrojada.

-Todo para la chica que quiero.

Fatima lo observó, con los ojos llenos de esperanza. Odiseo acortaba la distancia cada vez más, buscando que su ropa haga contacto.

Y luego, lleno de amor, la besó.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top