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Fatima tenía una muy mala costumbre, que era guardar todos los mensajitos en papel en una cartuchera específica para eso. Incluyendo a los de Facundo.

Al siguiente día de haber sido amenzada por Facundo, habló con Santino, como lo hacía habitualmente, descartando el hecho de que el amigo de Santino la había insultado y denigrado. Pero aunque lo escondió, no pudo evitar que Santino se enterara.

Cuando guardó los nuevos mensajitos de ella y Santino, un papel travieso se escapó de su cartuchera. El papel decía: "Deja a Santino en paz. Putita". Cuando Santino lo vió, y notó el contenido lo agarró, para ver si realmente sus ojos no le estaban mintiendo. Efectivamente decía eso. Santino miró a Fatima, que estaba a su lado, blanca pálida, aún mas de lo normal. Tenía los ojos abiertos como platos y observaban al papel que él había agarrado.

-¿Qué es esto?-inquirió Santino.

-Nada- dijo rápidamente Fatima, e igual de rápido le arrebató el papel y lo guardó en la cartuchera.

-¿Quién te mandó esa estúpida nota Fatima?

-Nadie.

Fatima ponía los ojos en blanco tratando de restarle importancia pero eso a Santino no le convencía. Sin más aviso Santino agarró la cartuchera de Fatima y sacó todos los papelitos de ella, buscando algo, alguna pista. Y ahí estaba un Facundo bien grande y suficiente para saber de quién se trataba. Él ya anteriormente había hablado con él, porque había escuchado como Facundo insultaba a Fatima, hablando calumnias de ella con otros compañeros para que la odien. Pero le hizo una promesa, y Santino la cumpliría.

Mientras tanto Fatima intentaba guardar todos los papelitos en la cartuchera. Estaba muy nerviosa. Santino lo notó y se preguntó que otra cosa le habría dicho. Pero sabía que Fatima no se lo confesaría