Especial.

Headcanons varios sobre tu relación con Natsuo / recopilación de momentos.

❀ Lo primero que llama la atención de su relación son los apodos adorables y tal vez un poco cursis que se ponen. No sabes como llegaron hasta ese punto, solo que cuando escuchaste que te dijo Princesa tus mejillas se colorearon de carmín y dejaste salir una risita tonta que no pasó desapercibido para tus amigos quienes bromearon al respecto. La suavidad que tiene al dirigirse a ti es demasiado maravillosa, tanto que provocas la envidia en las demás chicas, Natsuo como novio es el más atento, dulce y amable, similar a tus deliciosos mochis de fresa preferidos. A su vez, tú le dices Bebé y Osito cuando te pones algo melosa para que acceda a darte pequeños mimos aunque se encuentren en la biblioteca de la Universidad.

❀ A pesar de ser cuadro de honor y tener numerosos reconocimientos por tus propuestas, proyectos, promedio académico y demás logros... era cuestión de tiempo para que una aguja invisible reventase tu globo de estabilidad. Cuando esto sucedía entrabas en un estado de estrés y ansiedas que te hacía tirarte de los pelos, mal hábito que el albino te ayudó a superar luego de varias sesiones con un buen psicólogo, terapias de relajación y pintar por las tardes. Eras muy perfeccionista y te exigías en demasía a ti misma, cosa que fue disminuyendo al contagiarte de esa paz, confianza y cariño que Natsuo te da desde que se volvieron pareja.

❀ Tu apariencia de muchacha alternativa, grunge y despreocupada tendía a dar una imagen distinta a lo que realmente eras, porque muy a diferencia de tu hermano —con su rostro de gato enfadado— eres divertida, elocuente y con una personalidad tan rimbombante como un bonito sol que es cobijado por las nubes. Por eso, es extraño ver como regañas a Natsuo porque a él le gusta ser un poco sarcástico y hacer gala de su ironía en los momentos menos adecuados. Al parecer es un detalle inherente a su forma de ser, lo comprobaste cuando oíste como se burlaba de Tomura —un chico de ingeniería informática— y este se encogía de hombros, refugiándose en su chaqueta negra de algodón.

—Todoroki, ¿qué mierda crees que estás haciendo? ¿Acaso ahora quieres ser bully?

Eso, por supuesto, hizo que sus piernas se volvieran de gelatina y una gota de sudor frío bajara por su frente al verte molesta, con los brazos cruzados y una vena marcada en el lateral de tu cuello. Desde ese día, no volteó a mirar a ese pobre chico que temblaba como pollo remojado y sin mencionar el hecho de lo obligaste a que se disculpara con el friki.

❀ Sus anteriores decepciones amorosas lo habían transformado en lo que era, carente de expresiones, áspero, con un humor ácido y bastante receloso con todo lo que se refiriera a sentimientos. Así que, conseguir que te demostrara verdadero afecto fue un logro de diamante. Tu mamá solía decir que hasta los corazones más duros son ablandados por la persona indicada, coloquialismo que adaptaste y grabaste como lema para no rendirte aunque al principio se resistiera. Primero fueron los besos en la mejilla, cafés con leche y bizcochos mientras estudiaba en el comedor; después, chocolates y notitas que guardaban palabras de ánimos para sus días más difíciles y se convirtieron en abrazos largos, caricias en los pómulos y besos esquimales debajo de la escalera que conducía a la hemeroteca ubicada en el sótano de la facultad de Medicina.

❀ Cuando conociste a su padre, casi le da un infarto, pero personalmente podías alegar en tu defensa que eso fue pura casualidad del universo. Ibas bajando de tu hermosa Ducati nueva, adquirida por los ahorros de meses; tus pendientes de metal relucían por los rayos solares, las botas negras no podían faltar en tu conjunto compuesto por una camiseta de Three Days Grace y un short de mezclilla. Se suponía que pasarías por él en la agencia de su padre, no contabas con el hecho de que el gran Endeavor —un hombre influyente y adinerado que tenía una posición importante en el departamento de Seguridad Nacional— siguiera a su retoño para saber quien era la culta y elegante fémina que había capturado su corazón.

❀ ¡Es un completo tsundere! Cuando te percataste de ello explotaste de amor y tuviste una hemorragia nasal al imaginarte escenas muy subidas de tono. No creías en aquello que te había dicho tu mejor amiga, sí, te gustaban los varones 2D que fuese de esa manera pero ¿que tu novio también lo fuera? Chillaste de impresión cuando hiciste el test que hallaste en un blog juvenil que seguías, mirando de reojo al Todoroki que encendía el televisor para comenzar su noche de películas, te costaba aceptar los resultados que habían arrojado esas preguntas. No obstante, al admirar sus mofletes empolvados en rosa te lanzaste en su dirección, cayendo encima de él sobre el cómodo sofá. Esa vez no hubo Netflix, decidieron hacer otras actividades físicas mucho más... entretenidas y dinámicas.

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