Solicitud

A 5 años de nuestro matrimonio falso y fallido, Yuuki Tetsuya, ni siquiera me preguntó sobre lo que hice en mi ausencia, a pesar de que el mayordomo supuso que me fui a buscar un compañero de rutina, a él, no le importó.

Miré la sudadera nuevamente, aún estaba su aroma, recibí mensajes suyos constantemente, le contesté y trate de ser su amigo, era agradable y a veces demasiado protector.

Una persona que solo había visto una vez y que solo converse con él por teléfono me daba más paz que mi supuesto matrimonio de 5 años.

Ese día me dormí con la sudadera en brazos.

Me desperté a mitad de noche, y lo vi... Parado justo frente a mi cama, con sus ojos brillosos y furiosos.

-Esta prenda es de un alfa.

Bajé la mirada y no le respondí, porque no era una pregunta.

-¡Respóndeme!

-Ya lo sabes, no tengo nada que ocultarte.

El se acercó a mi, me jalo de ambos brazos y después me dijo.

-Dijimos que no tendríamos amantes.

-No lo tengo.

-¿Esperas que crea eso? ¡Al menos no deberías restregarmelo en la cara!

-No he pasado mi rutina con nadie, esto es de un amigo.

-Sawamura... No pruebes mi paciencia.

-Mi señor... Hablemos en su estudio, por favor, bajaré en unos minutos.

El salió con premura y después de 10 minutos yo estaba en su despacho, él estaba sentado en su siempre jerárquica e imponente silla.

-Ahora si, hablemos. No he pasado con nadie mi rutina, pero no podía seguir así, si he buscado un compañero. No pienso obligarte a cumplir con ninguna función marital, porque... nosotros no somos un matrimonio, no estamos casados de verdad, vivimos en un contrato de empleo, en el momento en que decidas despedirme, podemos firmar los papeles y simplemente retirarnos.

-¿Que no estamos casados? Eso es solo adentro de esta casa, afuera eres casado.

-Ni siquiera recuerdas que hoy cumpliremos 5 años de casados, así que no, ni adentro ni afuera.

-Esta bien, volveré a pasar contigo las rutinas, solo no busques un compañero.

-En realidad no es necesario, te dije que no es un compañero, no voy a pagarle y el no dará servicios a otros omegas, tampoco hablara con los medios ni nada, porque no sabe quién soy.

-No, es una orden.

Nunca en la vida, nadie me había humillado así, porque jamás un alfa me habló con su voz, casi sentí como mi fuerza se perdía en mis piernas.

Cuando recobré la conciencia estaba recostado en mi cama, me enderece y me pare frente al espejo, note las ojeras, y mi rostro pálido, pero en mi cuello... Mi gargantilla no estaba, en cambio podía ver claramente la mordida recién hecha.

-¿El me mordió? ¿Por qué? El jamás...

Busque la chamarra de la persona que me gustaba, pero esa ropa, ya no estaba, vacíe todo y nunca la encontré. Grite desesperado, llore mucho, en unas cuantas horas, esa persona me dio lo que mi esposo en nuestros muchos años de casados jamás se atrevió a darme.

A partir de ese día, dejé de pedirle permiso a Yuuki, salí de casa a dónde quisiera, de compras, a comer, y finalmente, desaparecí por semanas para ir a Okinawa.

Cuando fui, veía a mi amigo, pero éramos eso, amigos, nunca hubo un beso, ni episodios de sexo, ni estuvo conmigo en mis rutinas, simplemente me escuchaba y me llevaba a pasear, parques, centros de diversión, cine, comidas, me tomaba de la mano con gran dificultad.

-Eijun, si eres casado... No deberías salir con otros alfas.

-El no me ama, ya lo hemos hablado mucho sobre esto.

-Si... Se a lo que te refieres, pero deberías intentar salvar tu matrimonio.

-Hay una sola cosa que nunca le dije a nadie sobre todo esto.

-¿Qué?

-Yo lo amaba, lo amaba tanto que sentía que perdería la cabeza con solo mirarlo, deseaba que me dijera palabras dulces, pero eso nunca fue y por lo que sé, nunca será.

Después de aquella conversación volví a casa, solo para ver qué mi vida volvería a dar un giro.

Estaba parado justo al frente de las escaleras por dónde se llega a las habitaciones.

-Eijun ¿Recuerdas lo que te dije cuando nos casamos?

-Nuestro supuesto contrato.

-Dejame decirte esto nuevamente.

-Sobre...

-Jamás me divorciaré de ti, fue lo primero que te dije y te pedí que lo pensaras bien, no hay posibilidad de que nos separemos, así que no hagas más de esto, quédate en casa.

Al día siguiente lo vi platicando muy acaramelado con aquella mujer, la que fue el Parteaguas para todo esto, para mí matrimonio, no es su culpa, pero Yuuki la amaba tanto que decidió quedarse sin sentimientos por ella.

Ese dia llegó a casa muy tarde, un poco  pasado de copas, con una gran sonrisa y hablando por teléfono con ella.

Su mayordomo me cerró la puerta del despacho para que no lo viera.

-Piensas que voy a reprocharle por esto...

-No es eso, respeto la privacidad del señor.

-Entiendo, ahora lo entiendo todo, la única persona aquí que no puede sonreír con nadie más soy yo.

-Señor Sawamura, usted puede tomar esto como desee, pero la privacidad del señor es mi prioridad.

Dejé caer la taza de te que tenía en las manos, el mayordomo me miró con un poco de desdén, y luego me dijo.

-Me retiro por ahora, haré que alguien arregle esto.

Subi a toda prisa a mí habitación y marqué el número que no estaba registrado en mi celular, pero el cual me sabía de memoria.

Apenas me contestó con su voz algo ronca yo le respondí con locura.

-Quiero pasar mi rutina contigo, ven por mi.

-¿Eijun?

-Por favor, se mi alfa y destrozame hasta los huesos.

Las lágrimas bajaron por mis mejillas, al día siguiente recibí un mensaje en la tarde.

-Dime tu dirección.

Una vez que la pasé, escuché que el mayordomo salía con la señorita de la limpieza, aproveche para hacer una maleta.

Cuando baje con mi maleta, escuché el celular, apenas descolgue la llamada.

-Estoy afuera.

Antes de que abriera la puerta, está se abrió y el mayordomo entró dando el paso a Yuuki.

-¿Sawamura?

Me quedé en silencio cuando vi al otro alfa y me respondió.

-Llevaré tu maleta. No tardes, ya quiero dormir.

Ese alfa no esperó a que yo saliera, entró y se llevó mi maleta.

-En un momento más salgo Shunpei.

Yuuki me jaló del brazo y cerro la puerta.

-¿A dónde vas?

-A pasar mi rutina.

-¿Qué?

Su molestia fue evidente, me quiso sostener del brazo, yo solo tenía mi celular en la mano y un par de llaves, le arroje las llaves a los ojos del mayordomo y luego este se agacho porque le raspe la cara.

Arroje mi celular a la frente de Yuuki que se quejó del dolor y con su distracción me salí de la casa.

Subi tan rápido al auto que no pude ni ver el polvo de Tetsuya desde la distancia.

Apenas llegamos a una cabaña alejada de la ciudad, dónde no había señal entramos y dejé que me cargará hasta la habitación.

-¿En serio quieres pasar tu rutina conmigo?

-Si.

Al momento siguiente me encontraba en la cama con poca ropa, y con la temperatura elevándose, mi cuerpo tan rojo por lo febril y sus manos recorriendome la piel, estaba perdiendo la cabeza, cuando escuchamos un fuerte ruido, en segundos escuché la voz del mayordomo y nos enderezamos.

Yuuki entró solo y nos miró, tomó a Shunpei de los hombros y lo arrojo contra la pared.

Lo siguiente que supe era que me vestía con velocidad.

-Acaba con él, no quiero ni volver a pensar que respira en el mismo planeta.

-Como ordene señor.

-¡Yuuki no!

-Te dije que no hicieras esto.

-Te lo ruego, no lo volveré a ver, te ruego que lo dejes por favor, jamás volveremos a hablar si tan solo puedes dejarlo en paz.

Las lágrimas salieron sin que pudiera contenerlas, le rogué tomándome de su ropa con mi poca cordura que no lo lastimara.

-Dime al hombre aquel que su cabeza se salva porque mi esposo me lo ha pedido.

-Si señor.

Su sirviente salió solo para regresar con las manos ensangrentadas, pero Shunpei se puso a su lado y le dijo a Yuuki.

-Si me voy, pero antes quiero hablar contigo y decirte una sola cosa.

-Que...

-A solas, como alfas.

Los vi salir y estuve tan angustiado cómo jamás creí estarlo en toda mi vida, hasta que Tetsuya regreso y detrás de el Shunpei me dijo.

-Eijun... Esta es la última vez que nos vemos, ojalá te hubiera conocido antes, pero eres casado y yo sabía que está persona vendría por ti, por eso yo... No intenté nada más. Cuídate.

-Si.

Su sonrisa me dijo que fuera feliz, pero mis lágrimas no se pudieron contener.

Sentí como mi esposo me jalaba desde la muñeca y me ponía en pie haciendo que caminara descanso hasta sacarme de la casa y meterme en su auto.

El silencio de regreso fue tan abrumador, no podía ni mantenerme tranquilo, entramos a la casa y el se encerró en su despacho.

Subi a darme un baño, con mi situación actual nada podría salir bien, me estaba bañando cuando escuché que las ventanas se cerraban, y que mi cuarto también era cerrado con llave.

Me asome por la ventana y vi a todo el personal salir de la casa, incluyendo al mayordomo.

Después de media hora, Yuuki abrió la puerta de mi habitación y entró con mucha calma mientras yo me secaba el cabello y se paró detrás de mi.

-Ahora vamos a hablar... Yuuki.

-No, no voy a usar palabras contigo, ya no más.

Me di la vuelta para preguntar, pero obtuve una respuesta tan densa que me quedé petrificado.

Sus manos apresaron mis brazos y luego me puso de pie, su mano derecha se levantó tan rápido y después la estampó en mi rostro, no pude defenderme.

-Eijun... He sido paciente, te deje ir a su lado en cada rutina, te permití viajar lejos sabiendo que podrías estar durmiendo con otro, pero mi Omega no puede seguir así.

-¿Tu Omega? ¿Yo soy? Es mentira... Tu nunca te has preocupado por mi.

De su ropa sacó fajo de fotos y los puso en la cama donde me arrojó y me dijo.

-Revisalos.

Las vi... Habían fotos de Shun y mías de todos los días que nos vimos, incluso de  su casa, de él siendo vigilado todo el tiempo.

Después noté un folder en la cama y lo abrí con prisa, había papeles de personas intentando revelar que me había estado viendo con otro alfa y un cheque cobrado por más de diez millones de dólares.

-Todo esto para mantener en silencio tu secreto.

-Por favor Yuuki, déjame ir, dame el divorcio, ya no podemos seguir viviendo así.

Su mirada fue muy triste, me aferre a su brazo suplicando por primera vez que me dejara ir, las lágrimas me bajaban por las mejillas y su rostro se tensó.

-¿Sabes lo que el me dijo?

Me detuve por unos minutos antes de mirarlo a la cara lo vi fruncir su rostro.

-Me dijo que te amo y que me ha tomado mucho tiempo darme cuenta de mis sentimientos por ti.

-Eso es imposible, tu nunca sentirías nada por mi.

-Lo lamento, no puedo dejarte ir, por el honor de mi familia, no podré dejarte ir jamás.

Después de ese día, regreso a comer conmigo todos los días, no se saltó ninguna comida, me encerró con llave en mi habitación cuando llegó mi rutina y después me dejó en libertad cuando mi ciclo terminó.

Un año así fue un infierno, hasta que un día simplemente no me quise levantar más, no mire a nadie y las empleadas omegas entraban a arreglarme.

Otro día más llegó y entro a mi habitación, me quedé en silencio y cerré los ojos.

-No hagas esto por favor, te prometo dejarte libre en tus rutinas si me prometes dos cosas, la primera es que no salgas a buscar otro alfa y la segunda es que vuelvas a salir en los eventos comigo.

-Haré lo que digas.

-Eijun...

Desde ese día me convertí nuevamente en su esposo sumiso y obediente a su alfa, aunque no llevará una marca en mi cuello, llevaba grilletes en el alma.


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