Capítulo XX: Transición.

Declaimer: Los personajes de Naruto NO son míos, pertenecen a Kshimoto, yo sólo los uso para crear esta historia, sin fines de lucro, con el único objetivo de hacer pasar un buen momento al lector.

Los ruidos en la puerta de la entrada llamaron la atención de la familia Uchiha que se reunía en el comedor, el primero en levantarse de su asiento fue Obito, quien imaginaba que sus hijos ya deberían haber llegado, Hinata lo siguió luego de un momento que tomó para indicarle a Sarada y su hijo menor que podían comer, los dos niños se quedaron esperando sentados a la mesa, hablando en algunas ocasiones sobre cómo era estar en la academia. 

Himawari fue la primera en entrar a su hogar, tratando de sacarse las sandalias rápidamente para poder reunirse con su familia, desde el jardín logró captar el olor de la comida de su madre, así que estaba emocionada por poder probar algo después de un día de duro entrenamiento con sus hermanos mayores en la academia. Tsuki y Hiro la seguían de cerca, imitando en automático los movimientos de su hermana para poder quitarse las sandalias que ya comenzaban a molestar, Hiro estaba contento de que su madre haya prometido preparar su comida favorita si aceptaba la invitación de Shino para entrenar con sus alumnos.  

—Ya están aquí— Obito caminó por el largo pasillo para encontrar a sus hijos, estaba seguro de que en el pequeño recibidor, ni Sarada ni Mako podrían escucharlos hablar.

—¿Qué tal ha ido su día?— Hinata apareció detrás de Obito, sonriendo a sus hijos, que parecían un poco agotados.

—Otosan— Himawari no tardó en correr hacia su padre, dando un salto para esquivar el pequeño escalón y poder llegar a los brazos extendidos que la esperaban. Le gustaba que su padre la cargue entre sus brazos, estar a su altura resultaba lindo y divertido —¿Por qué Sarada tiene el Sharingan?— 

—Es verdad, en la práctica con el tío Shino, ella despertó el Sharingan antes de que Hiro termine su ataque— Tsuki aprovechó que su hermana menor lo haya mencionado para tratar el tema, a todos les había parecido extraño que Sarada tuviera los mismos ojos que los Uchiha, pero a quien más le había sorprendido era a Inojin, a sus hermanos y a ella.

—¿Es una Uchiha también?— Hiro frotó un poco el cabello de Himawari cuando llegó a su lado, su hermana sonrió contenta al recibir los cariños de su familia.

—Sarada-chan está pasando por un momento difícil, descubrió que Kakashi-san no es su padre— Hinata habló despacio y en el tono más bajo que le fue posible, esperando que Sarada no pueda escucharlos o que por curiosidad esté por ahí al querer descubrir quien más había llegado a la casa.

—Ella va a quedarse un tiempo con nosotros, la situación con su familia la está incomodando— les hizo saber Obito, que por expresión, daba a entender que era un tema que no estaba a discusión.

A sus hijos realmente no les molestaba, Sarada ya se había quedado con ellos en otras ocasiones, como sus padres eran grandes amigos, ellos solían convivir demasiado con Sarada y Mitsuha.

—¿Es nuestra hermana?— Himawari atrapó las mejillas de su padre para capturar su atención, algunos de sus compañeros susurraban que podía ser hermana de Inojin o de ella, y eso no le agradaba tanto como le gustaría.

Obito negó rápidamente, queriendo que no lo malinterpreten por su decisión de aceptar a Sarada en su hogar. 

—No lo es. Aunque tampoco sabemos quién es su padre— admitió el Uchiha un tanto frustrado, deseaba poder ayudar a Kakashi y Sarada, pero no tenía ni idea de por donde podría comenzar.

—Será mejor que no lo mencionen por ahora. Traten de hacerla sentir cómoda con nosotros, por favor— Hinata tomó los hombros de Tsuki y Hiro para unirlos a ella en un pequeño abrazo, confiaba en que Hiro sería capaz de ni siquiera mencionar el tema, pero Tsuki era un poco diferente, su hija mayor solía ser tan insensible como su padre.

—Sí, actúen como siempre lo hacen. Tratarla de forma diferente podría lastimarla— Obito apoyó a Hinata, acariciando un poco la cabeza de Hinata.

Le agradaba el moño que Hinata se había hecho en el cabello ese día, le permitía una bonita vista de su cuello, y los mechones que caían a los costados de sus mejillas enmarcaban su rostro a la perfección.

—De acuerdo— Himawari lo devolvió al presente, giró a ver a sus hijos mayores, quienes se habían limitado a asentir.

Obito avanzó entonteces por el pasillo, con Himawari aun en sus brazos y con Hinata siguiéndole de cerca. Tsuki y Hiro no tardaron en caminar detrás de ellos, decidiendo olvidar el tema del misterioso padre de Sarada para poder comer juntos. Con ese nuevo plan en mente, todos se dirigieron al comedor, para ellos ya era una costumbre reunirse a comer todos juntos siempre que estaban en casa.

—¡Hermanos!— Mako se emocionó al ver a sus hermanos mayores apareciendo por el marco de la puerta que dividía al comedor de la cocina —¡Sarada-chan se quedará con nosotros!— les dijo aún con mucha energía, señalando a su amiga con sus manos para enfatizar su punto.

—¿Quieres quedarte en mi habitación?, Con el dinero de mi última misión compré un televisor sólo para mi— Tsuki se sentó al otro lado de su amiga, quien se sintió menos tensa al ver que no mencionaban el incidente en la academia, quizá por ahora era lo mejor.

—Claro— Sarada sonrió, jugando un poco con su comida para evitar las miradas curiosas de la familia Uchiha.

—Yo quiero dormir con ustedes— Himawari bajó de los brazos de su padre para correr a la mesa, tenía que escoger sus rollos de sushi favoritos antes de que sus hermanos mayores le ganen.

—Está bien— Tsuki miró a su hermano Mako tratar de robar algunos trozos de camarón del plato de Himawari, por lo que debió tratar de no reír —¿Trataste tus heridas?, Hiro no dejó de pensar en ti después de que te fuiste de la academia— la Uchiha dirigió entonces sus ojos hacia su hermano, quien dió un ligero salto luego de haberse sentado frente a Sarada en la mesa. Las reacciones de ese par siempre le parecían entretenidas.

—¿Eh?, Bueno...— Sarada se sonrojó, pues inconscientemente había girado para ver a Hiro, que también la miraba. Ambos desviaron la mirada hacia otra parte por culpa de la vergüenza —¡Sí!, La tía Hinata me ha ayudado a curar las heridas— 

—¿Me estoy perdiendo de algo?— Obito se rió mientras ayudaba a Hinata a servir algunos rollos de sushi en los platos que faltaban.

—Sí, Tsuki no golpeó a Boruto en el entrenamiento— habló Hiro volviendo a su tranquilidad habitual, tratando también de vengarse de su hermana mayor, que se sonrojó ante el ultimo comentario.    

—Ah, ¿Si?— Hinata sonrió, tomando asiento después de asegurarse que todos tenían comida en sus platos. La situación se estaba volviendo muy divertida, pues podía ver como sus hijos comenzaban a reír. 

—Eso es verdad— apoyó Himawari rápidamente, chocando sus manos con las de Hiro por debajo de la mesa.

—¿Te gusta Boruto, hermana mayor?— Mako le dió otra mordida a su rollo de sushi, sintiéndose satisfecho con el sabor, pero queriendo seguir atento a la conversación.  

—¡Por supuesto que no!— Obito respondió por su hija, dejando caer su mano en la mesa, asustando un poco a todos a excepción de Hinata, quien ya esperaba una reacción así de su parte.

—Sólo pensé... Tiene un lindo rostro, no era justo arruinarlo— Tsuki levantó los hombros, fingiendo que no le importaba demasiado, y quizá era de esa forma. Le gustaban las cosas llamativas, pero no sentía que era igual a Hiro, que si parecía gustar de Sarada de una manera romántica.

—¿Qué estás diciendo?— Obito rompió sin querer los palillos que tenía en las manos, no podía creer que su hija estuviera interesada en el hijo de un idiota como Naruto.

Como Naruto no había logrado robarle a Hinata, ahora su pequeño clon trataba de vengarse.

—Le pediré a Shino-kun que los invite más seguido— Hinata estaba riendo un poco al ver a sus hijos mayores cayendo en su primer amor, divirtiéndose todavía más con las expresiones que se formaban en el rostro de su esposo.

Obito parecía horrorizado ante esa idea —Creo que a Tsuki y Hiro les agradará más ir a una misión con Shisui y conmigo, puede que nos encontremos a Konan o incluso a Sasuke— trató de llamar su atención para olvidar por un momento al pequeño engendro de Naruto.

—¡La tía Konan!— sus cuatro hijos estaban maravillados con la idea de ver a Konan después de tanto tiempo.

—¿Quién es Sasuke?— Sarada sabía bien quien era Konan, porque en la academia les habían hablado de cómo aquella mujer se convirtió en la primera Amegkage, la primer líder de Amegakure en ser reconocida por todas las aldeas Shinobi. Aunque nunca escuchó hablar de Sasuke.

Obito y Hinata se miraron el uno al otro, por fin encontrando la respuesta a la interrogante que tanto había dado vueltas en sus cabezas luego de que Sarada se presentara en su casa. Sasuke era la mejor opción, era él quien debía ser el padre de Sarada, aunque era obvio que no podían decírselo a la niña. Era un tema que no les correspondía.

—Ah, un tonto igual que Naruto, hace mucho tiempo que no está en la aldea— Obito le restó importancia al asunto, tratando de no levantar más la curiosidad de Sarada, quién pareció reírse de su respuesta antes de seguir comiendo. 

Hinata suspiró, preguntándose cómo iría a terminar esa situación. Con las palabras de Obito, recordaba por completo que Sasuke no había visitado la aldea desde el incidente con Toneri.  

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Sarada y Chocho habían partido de la aldea desde la mañana, habían decidido seguir a Naruto desde que Sarada descubrió que se reuniría con Sasuke Uchiha. Aunque sabía que estaba mal, Sarada había estado espiando al Hokage y a Shikamaru, infiltrándose en la torre para capturar la información de algunos documentos y usando su Sharingan para memorizar el mapa que la llevaría al lugar de encuentro.  

Sarada había llegado a la conclusión de que Sasuke Uchia era su padre después de ver en la oficina de Naruto una imagen de su antiguo equipo, reconocía a la mayoría de los integrantes de la fotografía, excepto a uno de los chicos de la edad de su madre. En aquella ocasión Naruto no tuvo otra opción que contarle sobre Sasuke, y cuando ella había preguntado si Sasuke era su padre, Naruto no le negó esa posibilidad.

Sin que Sarada estuviera por completo de acuerdo, Boruto iba con ellas. Según él, porque deseaba reclamarle a su padre, porque en lugar de prepararse para el cumpleaños de su hermana menor igual que su madre, prefería asistir a una misión que probablemente podría encargarle a alguien más.

¿Por qué su padre se iba justo el día del cumpleaños de Kushina?

Antes de que Sarada se perdiera más en sus propios pensamientos, el grito de Chocho la hizo reaccionar, su amiga le estaba advirtiendo del tipo que estaba a segundos de atacarlos. Los tres niños se sorprendieron por la apariencia de aquel hombre, que parecía tener piel completamente blanca, además de una complexión un tanto extraña para considerarse “normal”. Su cuerpo mostraba algunos picos y espirales, y por si fuera poco, ni siquiera llevaba ropa, razón por la que Chocho le había gritado degenerado.

Sarada logró retroceder al mismo tiempo que activaba su Sharingan para fijar a su objetivo y no fallar al enviarle una serie de shuriken que Zetsu no se molestó en esquivar.

—Bubun Baika no Jutsu— Chocho trató de golpear a su atacante expandiendo el tamaño de su mano, pero Zetsu logró esquivarla sin mayor problema.

—Retrocedan— Boruto lanzó algunos kunai con papeles bomba después de que sus compañeras retrocedieron hasta quedar detrás de él.

Chocho se cubrió los oídos para que el ruido de la explosión no la lastime, y después de que el humo se disipó, los tres pudieron ver qué Boruto había logrado destrozar ambos brazos de Zetsu y una parte de su abdomen. 

—¿Lo conseguimos?— Chocho se sentía curiosa porque ese hombre todavía no caía, seguía viéndolos con una expresión vacía.

—No puede ser— Sarada observó incrédula como Zetsu lograba hacer crecer de nuevo sus brazos. 

—¿Qué demonios...?— Boruto volvió a sacar un Kunai, tratando de pensar que haría Shikadai en su situación para poder proteger a sus compañeras. 

—Sé que el tío Naruto, el tío Obito y sus hijos tienen la habilidad de curar sus heridas, pero incluso ellos no pueden recuperar una extremidad de esa forma— Sarada estaba demasiado sorprendida, trataba de encontrar una respuesta lógica pero no la encontraba, lo que aumentaba su preocupación por la seguridad de sus amigos.

—¿Esa cosa siquiera es humana?— Chocho estaba insegura de que lo fuera, y para esas alturas, sus amigos también.

—Rasengan— los tres se alegraron de ver aparecer a Naruto, y aún más de que él fuera capaz de derrotar a ese sujeto de un sólo golpe.

—¿Por qué había un Zetsu aquí?— Hiro llegó casi enseguida de Naruto, tratando de examinar el cuerpo sin vida de Zetsu.

—Bueno, eso confirma las sospechas de Sasuke. Hay alguien creando Zetsu de nuevo— Naruto pateó una de las piernas del cuerpo de Zetsu, estaba esperando que los demás kages se reunieran en el punto que había acordado con Sasuke. Ante las pruebas, la investigación de Sasuke cobraba la importancia que siempre debieron darle desde el principio.   

—Tienen suerte de que los haya visto con el Byakugan— Tsuki caminó hacia Naruto y su hermano, no encontraba nada especial en aquel cuerpo artificial, incluso con su dojutsu. 

—¿Qué hacen ustedes tres aquí?— Naruto podía darse una idea de porque Sarada lo seguía, pero no lograba comprender porque Boruto se había unido si ellos dos parecían tener cierta rivalidad. 

Boruto y Sarada habían crecido como los hijos de los dos últimos Hokage, era normal que la gente intente compararlos siempre.

—¡Iré a buscar a mi padre— respondió Sarada, aun sin desactivar su Sharingan —Ni usted, ni nadie va impedirlo— 

—¿Tu padre?— repitió Boruto, se suponía que Kakashi estaba en otra misión, no imaginaba que estuviera en peligro y por eso Sarada haya querido ir en su rescate.

Naruto suspiró, un poco cansado de tener que lidiar con los problemas que Sasuke y Sakura habían causado. Creía que Sasuke especialmente le tendría confianza, pero nunca le contó que Sarada era su hija, y Sakura o Kakashi tampoco fueron diferentes. Ellos habían solucionado el hecho del color de cabello de Sarada con que era similar a la apariencia de la madre de su maestro.

—Sería peligroso enviarlos solos de regreso, un Zetsu puede aparecer... Pero tampoco tengo tiempo de acompañarlos— Naruto se frotó el cuello, últimamente su cuerpo se sentía tan tenso —Está bien, pueden venir— 

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Sarada abrió la puerta de la torre en qué Naruto había dicho que se encontraría con Sasuke, se había separado del grupo porque deseaba poder hablar a solas con él. Dentro de la torre l oscuridad dominaba por completo el lugar, lo único que iluminaba era la luz del día que entraba por el espacio de la puerta que dejó abierta.

—¿Quién está ahí?— Sarada retrocedió cuando distinguió una figura moverse entre las sombras.

—Yo... Soy...— Sarada guardó silencio cuando observa la Katana que pasó a su lado y se clavó en la pared, rozando y haciendo sangrar su hombro. 

—¿Quién eres tú?— los ojos de Sasuke brillaron de un color rojo que se hizo más notable en la oscuridad.

—¿Eres Sasuke Uchiha?— Sarada sollozó ligeramente, asustada por el ataque que no imaginaba recibir.

—¿Y eso qué?— Sasuke entrecerró los ojos, confundido al no ver alguna banda en la menor, o algo que pudiera identificarla.  

—¡Soy Sarada Hatake!— por instinto, su Sharingan se activó mostrando una segunda aspa. 

Sasuke se sorprendió al verla —¿Sarada?— el Uchiha trató de tocar su mejilla, pero Sarada lo apartó de un golpe —¿Qué haces aquí?— 

—Seguí a Hokage-sama hasta aquí... ¿Tú eres mi padre?— Sarada bajó la mirada, aunque se lo preguntara, no esperaba que él pudiera responderle. Sólo podía imaginar un escenario en donde su madre quizá nunca le informó de ella, es por eso que nunca la había visitado.

—Lo soy— Sarada se sorprendió al escucharlo, Sasuke realmente estaba enterado de su existencia, y eso quería decir que deliberadamente había decidido ignorarla.

—¿Por qué...?, ¿Por qué nunca me lo dijeron?— sus ojos reflejaron un profundo rencor, su padre y su madre habían decidido jugar con los sentimientos de Kakashi, y eso nunca se los perdonaría.

—Sarada...— 

—¿Por qué engañaron a Kakashi?, Es la única persona que amo— Sarada no puede controlar sus lágrimas, aún sabiendo la verdad, lo único que le preocupaba es que Kakashi deje de amarla. 

—No es como lo debes estar imaginando— Sasuke se sintió culpable al ver las lágrimas de su hija, dolía que ella sólo reconozca a Kakashi como a su único padre, pero era lo normal dada la situación.

—Entonces dime qué sucedió, ¿Por qué no luchaste por mamá?, ¿Por qué te alejaste de mi?— Sarada se obligó a limpiar sus lágrimas, porque quería proteger tanto su orgullo que no deseaba que una persona que era desconocida la vea llorar.  

—Sakura y yo viajamos juntos un tiempo, pero al final ella se decidió por Kakashi. Eso estuvo bien para mi, yo no la amaba lo suficiente, Kakashi si podía hacerla feliz— Sasuke fue sincero con su hija, porque por un momento se vió reflejado en ella, cuando también fue un niño que pedía saber porque su hermano mayor había cambiado de la noche a la mañana. 

—¿Mi madre no los engañó?— Sarada bajó la mirada, sintiéndose avergonzada de que su odio y rencor la hayan cegado hasta el punto de dudar de su madre.

—Sakura me hizo saber de ti cuando estaba embarazada— Sasuke frotó un poco el cabello de su hija, si bien las cosas con Sakura no funcionaron, le habría gustado conocer a la niña antes, lo único que sabía de ella era su nombre y eso fue debido a que Sakura y Kakashi le permitieron escoger su nombre.

—¿Y por qué nunca me visitaste?, ¿Por qué me hicieron creer que era hija de alguien más?— Sarada lo miró en busca de más respuestas, no se arrepentía de crecer siendo la hija de Kakashi, él nunca la había tratado de forma diferente a su hermana, pero le habría gustado saber desde antes que realmente tenía otro padre biológico.

—Yo le pedí a Kakashi que cuidara de ti como a su propia hija, lo hice por tu bien y el de Sakura— Sasuke quitó la Katana de la pared para poder guardarla de nuevo, y al ver la sangre en la hoja, decidió acercarse a su hija para revisarla.

—¿Qué dices?— Sarada le vió incrédula, apartándolo para tratar presionar su herida por su cuenta.

Sasuke descubrió entonces algo más acerca de su hija, podía llegar a ser tan orgullosa como él.  

—La razón por la que Naruto vino hasta aquí, es porque alguien amenaza con poner en peligro la paz. Mi misión desde antes de que nacieras fue investigarlo, Sakura sufrió un ataque por ello cuando aún estaba embarazada, así fue como los tres llegamos al acuerdo de que era mejor que todos creyeran que eras hija de Kakashi— y Sasuke confiaba en su plan, los kages no debían tardar en llegar, así que Naruto y él podrían detener a quien amenazaba a su familia. Sasuke había decidido desde antes de saber de Sarada que él protegería la paz que habían obtenido tras la guerra, porque de esa forma Itachi podría vivir en el mundo que merecía.

—¿Qué clase de amenaza?— Sarada pareció creerle un poco, su padre estaba siendo sincero con ella.

—Te contaríamos todo cuando tuvieras trece, es para entonces que creíamos que podríamos descubrirlo y detenerlo— Sasuke estaba satisfecho de haber arrinconado a Zetsu negro hasta el punto de hacerlo salir de su escondite.

—¿Por eso es que nos topamos con ese tal Zetsu?— Sarada iba comprendiendo un poco de la situación, Sasuke, Sakura y Kakashi sólo se habían visto atrapados en una guerra silenciosa.

—¿Vieron a un Zetsu?— Sasuke se sorprendió, no esperaba avistamientos del ejército de Zetsu cerca de ese sitio.

—¡Sasuke!, ¡Sarada!— Naruto apareció, abriendo por completo la puerta. Detrás de él venían Tsuki, Hiro, Boruto y Chocho.

—Naruto...— Sasuke volteó a ver a su amigo, sintiéndose molesto por haber llevado a Sarada y a otros dos niños a su reunión.

—Hemos solicitando refuerzos, le pedí a Konan, Obito, Shisui y Kakashi que se reúnan con nosotros. Han estado apareciendo más Zetsu en las aldeas de estos alrededores— Naruto lo interrumpió antes de que Sasuke no lo regañe, eso no se vería muy bien frente a los demás, así que prefería evitarlo.

—Él debe tratar de distraernos para traerla de regreso— Sasuke se sintió irritado, se suponía que Konan y Obito habían sellado a Zetsu negro en el pasado, pero de alguna forma había regresado.

—Temo que esté cerca o que ya la haya despertado, desde hace poco siento una presencia extraña— Naruto trató de no mostrarse preocupado por los niños que seguían con ellos, pero ahora entendía que estaba comenzando la profecía que el Hagoromo Otsutsuki de sus visiones en la guerra le había dado y que Toneri Otsutsuki había confirmado después de su ataque a la luna.

Sin pretender perder más tiempo, Sasuke abrió un portal con ayuda de su Rinnegan, llamando la atención de Sarada, Chocho y Boruto, que no habían visto una técnica como esa antes.

—Este lugar está a punto de convertirse en un campo de guerra, será mejor que regresen a la aldea— les ordenó Sasuke sin preocuparse por mostrarse delicado con ellos.

—Yo no me opondré a ello— Chocho fue la primera en acercarse al portal de Sasuke, esperando que sus amigos la sigan.

—Viejo...— Boruto apretó sus manos, sin saber que decirle a su padre después de haber discutido con él hace poco debido al cumpleaños de su hermana —Lo siento— se sentía culpable de no haber creído que realmente tenía algo importante que hacer.

—No te disculpes, Boruto. Yo debí ser más sincero contigo, es verdad que tienes edad para entender algunas cosas— Naruto acarició el cabello de su hijo, quién se sonrojó al sentirse ahora avergonzado. Naruto imaginaba que su hijo debía estar preocupado de mostrarse especialmente cariñoso con su padre al tener cerca a la chica que le gustaba.

Se iba a divertir tanto de molestar a Obito de ahora en adelante.

—¿Estarás bien?— Boruto bajó la mirada, como si ver sus pies resultara más interesante que enfrentar a su padre.

—Lo estaré. Regresa y protege a tu madre y a tu hermana por mi, ¿Si?— Naruto sonrió, consiguiendo que las mejillas de su hijo se cubran de un color rojo que le hizo recordar a Karin.

—¡Dalo por hecho!— Boruto le devolvió la sonrisa, estaba feliz de que su padre estuviera confiando en él.

—Tienes que regresar, por favor...— Sarada abrazó a Sasuke, quién sonrió un poco al ser el primer abrazo que recibía de su hija. 

—Lo haré— Sasuke tocó el cabello de su hija, Sarada lo sintió como una promesa que confiaba que cumpliría. No sería justo que los separen cuando apenas se habían conocido.

Sarada se separó de su padre, tomándose un tiempo para abrazar a Hiro antes de dirigirse al portal que su padre aún mantenía abierto.

—Cuídate, por favor— le pidió Sarada antes de apartarse de él.

Hiro se sonrojó fuertemente al sentir a Sarada tan cerca de su cuerpo, Naruto no pudo evitar compararlo con Hinata debido a eso.

—Estaré bien, te lo prometo— Hiro le sonrió, ignorando por un momento las miradas de Naruto y Tsuki.

—Estás roja, Sarada— Boruto se burló de ella, aunque le fue imposible continuar cuando Sarada lo empujó al portal, para después entrar junto con Chocho.

Sasuke observó al joven que acompañaba a Naruto, sintiendo un odio hacia él por recibir el cariño de su hija. 

Ese Uchiha era tan increíblemente parecido a Obito que lo enfermaba. 

—Te has perdido tanto que ahora Sarada incluso tiene novio— Naruto se burló de su amigo al darse cuenta de lo celoso que se sentía, y era justo aprovechar que los hijos de Obito y Hinata se habían adelantado un poco.

—Cállate— lo cortó Sasuke rápidamente.

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Sasuke se sentía un poco extraño al estar nuevamente en la aldea. Había logrado sellar a Kaguya junto a Naruto y eliminar también por completo a Zetsu. Las bajas entre los ninjas fueron mínimas y ahora después de dos meses la aldea parecía estarse recuperando de los daños que creó el intento de Kaguya para dormir a todos en el Tsukuyomi infinito.

A Sasuke le parecía difícil adaptarse de nuevo a la vida en Konoha. Y que Sarada haya preferido seguir viviendo en casa de Kakashi fue un golpe a su orgullo. Su hija solía visitarlo, pero no se sentía del todo conforme con eso, sabía que tenía mucho que trabajar para poder recuperar el tiempo perdido y formar una relación con ella.  

Como el vivir en casa de Itachi le comenzaba a resultar incómodo, Sasuke había terminado aceptando una de las casas dentro del nuevo distrito Uchiha, misma que Shisui le ofrecía. 

Muchas cosas habían cambiado en su ausencia, una de ellas el que Shisui era ahora el líder del Clan, además de ser el encargado de la policía de Konoha. Shisui ahora tenía una familia y tres hijos que eran tan inquietos que le sorprendía cuánta energía tenían, para incluso formar parte de la policía a su corta edad.

Itachi había decidido conservar su apellido por sugerencia de Ino, para que no se perdiera la continuidad del nuevo Clan Uchiha. Ahora descubría que tenía cuatro sobrinos, algunos muy parecidos a Ino para su propio gusto. 

Hinata había formado la familia que tanto deseaba junto a Obito, y el Uchiha aunque no era del todo aceptado en otras aldeas había logrado demostrar que estaba de su lado ahora. Por lo que escuchó de Itachi, al principio los cuatro hijos de su ex compañera de academia no fueron muy bien recibidos, pero Naruto se encargaba de demostrar que confiaba tanto en ellos que las dudas poco a poco se iban disipando. Naruto contaba con los mellizos de Obito para asignarlos como sus guardianes en ocasiones, demostrando que la lealtad de la familia de su amiga estaba con Konoha.

Después de que Hanabi cumpliera veintitrés años y Hinata veintiocho, Hinata había decidido dejar su cargo de líder del Clan Hyuga para cederle ese lugar a su hermana menor. Hanabi se había convertido en la nueva líder y junto a su boda con Neji también celebraban la llegada de su primer hijo. Sasuke se sentía un poco feliz de que Hinata haya logrado proteger a su hermana del sello que le había contado en el pasado, incluso descubrió que ella había logrado encontrar un nuevo sello para proteger los ojos de su familia pero sin la necesidad de controlar a cada uno de los Hyuga. Hinata aprendió a colocar un sello sobre los hombros de los Hyuga para proteger los secretos del Byakugan, por fin sus investigaciones junto a Shikamaru e Inoichi habían dado resultados.

Si recordaba a Sakura le hacía sentirse bien que haya podido superar sus sentimientos por él para formar su propia familia, y aunque al principio solía molestarle que ella escogiera a Kakashi, comprendió que ambos tenían una historia de la que incluso Naruto quizá nunca logró percatarse. Kakashi fue el apoyo que Sakura había tenido cuánto tanto él como Naruto la dejaron atrás. 

Y Naruto, nunca imaginó que su torpe amigo estuviera interesado en Karin, pero parecía que ambos habían quedado flechados desde la guerra. Fue bueno ver qué Naruto después de tanto buscar atención por fin lograba formar una familia, y que Boruto le haya pedido que lo entrene le hacía sus días un poco más entretenidos. 

Sasuke esperaba que Sarada también le pidiera entrenarla, pues ella extrañamente parecía tener más confianza para pedirle a Obito que le enseñe técnicas de fuego o incluso a usar el Sharingan. Imaginaba que se debía principalmente a qué Obito era el mejor amigo de Kakashi, además de que Sakura también consideraba a Hinata como una de sus mejores amigas. Había un gran acercamiento en ambas familias, lo que le hacía sentirse aún más molesto, esperaba poder convivir un poco con su hija, pero ella parecía estar en esa etapa en qué comenzaban a interesarle los chicos, especialmente el primer hijo de Obito.

—¡Ah!, Ese tomate debió estar malo— Sasuke salió de sus pensamientos al escuchar la voz de una mujer, observó su mano al sentir sus guantes húmedos, descubriendo que el tomate que tomó para llevarlo a su bolsa de compras estaba hecho pedazos entre sus dedos.

Si tan sólo ese tomate pudiera cambiar de lugar con Hiro Uchiha.

—Tome, lamento los inconvenientes— Sasuke aceptó el pañuelo que la joven le ofrecía, mirando hasta ese momento a la castaña que le miraba muy avergonzada.

"Es... Linda" 

Fue lo único que logró pensar al verla, todo el ruido dentro de su cabeza se había detenido con la intención de poder prestar atención a su voz.

Inconscientemente, escondió el pañuelo con que había limpiado sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón. Se dijo a sí mismo que era porque no quería entregarle la prenda estando sucia, pero muy en el fondo quería algún recuerdo. 

—Puedo ofrecerle otros tomates que tengo dentro de mi local, quizá estén más frescos— la joven miró hacia el suelo, deseaba tanto que Sasuke quede satisfecho con su compra, todos en la aldea murmuraban que era uno de los héroes que habían ayudado al Hokage a proteger la paz, no quería defraudarlo. 

—Será mejor que de verdad estén buenos— Sasuke pasó a la joven para entrar al local y ocultar de ella, por un momento, sus fuertes latidos.

La castaña dió un gran salto en su lugar, la voz de Sasuke era tan fría que le asustaba.

"Seguramente él no volverá a comprarme".

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Sarada había reunido a varios de sus amigos en la casa de su tía Hinata, quién había accedido a permitirle su reunión. Lo habría hecho en su casa, de no ser porque el tema principal que tratarían sería "Sasuke Uchiha ". Sarada dudaba que su madre o su padre le aprueben su plan para espiarlo y obtener respuestas.

Cómo el tema de la junta que clasificó como "super secreto" era su padre biológico, Sarada decidió que sólo iba a reunir a la parte de sus amigos que lo conocieran. Además de a sus primos por parte de su ahora tío Itachi, confiaba en que ellos quizá lo conocían un poco. Y finalmente también terminó invitando a los hijos de Shisui. 

Su pequeño círculo que buscaba la verdad resultó no ser tan pequeño. Mitsuha estuvo con ella desde el comienzo, Tsuki, Hiro y Mako fueron los primeros en aparecer al estar en su propia casa, Souta y Hana llegaron casi cinco minutos después de la hora acordada, seguidos de Kihyun que llevaba de la mano a sus dos hermanas menores, Nao y Haerin. Y finalmente los últimos en asistir a la reunión fueron Boruto, Himawari, Inojin y Chocho, que se habían quedado un poco más de tiempo en la academia.

—¿Ya estamos todos?— Nao Uchiha, había prometido a su padre que regresaría a tiempo para ayudarle en la estación de policía, y debía admitir que le gustaba molestar un poco a los criminales arrestados.

—Parece que sí— Himawari observa a todos, sintiéndose un poco culpable por haber llegado al final. 

—¿Y nosotros que hacemos aquí?— Boruto se sentía incómodo, principalmente porque aparte de Chocho y él, sólo habían Uchihas en esa reunión

—Es verdad, ¿Por qué estamos aquí?— Chocho terminó suspirando un poco, ahora por culpa de Sarada tenía que estar de lado de un chico que no le terminaba de agradar.

—Los reuní porque todos conocen de alguna forma a Sasuke, pero como realmente sabemos poco de él, creí que entre más podríamos llegar a una mejor conclusión— Sarada levantó un poco sus brazos para llamar la atención de sus amigos, era muy tedioso tener que dirigir una multitud, así que se prometió que su siguiente grupo de misión debía limitarse a tres personas.

—Ah, ya entiendo— Boruto frotó su barbilla, Chocho asintió para demostrar que, al igual que Boruto, seguía prestando atención al tema.

—Lo único que sé de él es que es fuerte— Tsuki miró en dirección a Sarada, había escuchado que Sasuke Uchiha era tan fuerte como el Hokage, lo cual realmente no le interesaba, pero seguramente a su amiga sí.

—No es amable— Hiro frunció en ceño, aunque se había dirigido a él de forma respetuosa, Sasuke no lo trataba bien.

—Es el mejor amigo del tío Naruto— Mako habló después de haber levantado su mano, eso lo sabía gracias a su madre.

—Le gustan los tomates— Himawari aportó otra idea en vista de que Sarada comenzaba a escribir en una pequeña libreta lo que sus hermanos habían dicho antes.

—Fue alumno de mi padre— Mitsuha frotó su mejilla, realmente no conocía mucho a Sasuke, pero imaginaba que su hermana la había invitado para no estar sola en lo que sea que quisiera hacer.

—Es hermano menor de mi padre— Inojin sonrió cuando ganó las protestas de sus hermanos, que planeaban decir exactamente lo mismo que él.

—Le gusta comer con nosotros— Souta dudó un poco, Sasuke nunca lo había dicho, pero tampoco se negaba cada vez que su padre lo invitaba a estar en su casa.

—Y jugar con Hodaka— Hana rodó los ojos, su hermano menor siempre se llevaba la atención de todos, ahora incluso de su tío.

—No es un maestro paciente— Boruto se dejó caer al suelo para recostarse, cada que entrenaba con Sasuke, su cuerpo dolía demasiado al día siguiente.

—En ocasiones le gusta entrenar con mi padre— Kihyun no esperaba que realmente tuviera algo que decir sobre el padre de Sarada, pero aparentemente Sasuke tenía una buena relación con Shisui.

—Sasuke-san es muy serio— Nao se quejó un poco sobre ello, Sasuke no hablaba, aunque lo salude, él sólo asentía y eso le parecía molesto.

—Pero no desperdicia la comida— Haerin trató de decir algo bueno para compensar el comentario de su hermana, y lo único que se le ocurrió es que Sasuke comía todo lo que su madre preparaba cuando lo invitaban a su casa, incluso lo que no le gustaba.

—Es guapo— aceptó Chocho, provocando que todos giren a verla —Pero prefiero alguien que tenga dos brazos— 

—Mi padre... Creo que algo le sucede, ha estado actuando raro últimamente— les dijo Sarada mostrando por fin su preocupación, sus amigos no parecían llevarse mal con su padre, por lo que le generaba confianza hablar con ellos.

—Quizá le cuesta un poco adaptarse a los cambios en la aldea— comentó Hiro, estar en una misión de más de doce años fuera de Konoha debía estarle pasando factura, pues adaptarse a un nuevo entorno resultaba difícil.

—No lo sé. Él ha estado comprando verduras que no necesita, y en ocasiones hasta termina tirando— Sarada recordaba que su padre tenía el refrigerador repleto de verduras, lo cual ya comienza a parecerle extraño, principalmente porque solamente era una persona viviendo en su casa, además de las ocasiones en que ella se quedaba con él.

—¡Es verdad!, Estoy harto de que todo el tiempo me lleve tomates a los entrenamientos— se quejó Boruto de mal humor, sintiendo un escalofrío al imaginar que recibía otro tomate de parte de Sasuke —¿Qué clase de recompensa a mi esfuerzo es esa?—

—Ah, sólo hay que ser un poco observador para descubrirlo— Tsuki se rió ligeramente, cierto día Ino había llegado a su casa para contarle a su madre que Sasuke estaba enamorado, lo cual le resultaba gracioso.

—¡Sí!, El tío Sasuke debe estar a dieta— Hana se apresuró a decir su gran idea, porque si Sasuke se parecía un poco a su madre, seguramente debía estar buscando la forma de seguir manteniendo una figura ideal.

—Recuerdo que siempre compra en el mismo lugar— habló Inojin, quien ahora también tenía curiosidad de saber porque su tío les regalaba verduras casi todos los días. 

—En el local de la señorita Yumi— Souta sabía por su madre el nombre de la joven, además de conocerla gracias a que su madre también le gustaba realizar sus compras en esa tienda.

—Sasuke-san también le ha traído algunas verduras a mi mamá— Himawari pareció recordar entonces que en forma de agradecimiento, su madre y ella le hicieron una sopa de tomate al Uchiha.

—Ah, es verdad. Mi padre le encargó algunas cosas porque él se ofreció a ir al centro de la aldea— Mako asintió para sí mismo, ese día su padre estaba muy confundido por la extraña amabilidad de Sasuke, pero finalmente terminó aceptando.

—Esta semana lo miré conversando un poco con Yumi-san— se unió Kihyun, que cierta ocasión había venido de regreso de la librería que le gustaba visitar para comprar sus libros favoritos, y en su camino pudo ver a Sasuke siendo cordial con la vendedora del local.

—Yo lo escuché preguntando a mi padre cual era la forma correcta de tratar a una nueva persona— Nao imaginaba que le preguntaba a su padre porque, de todos los Uchiha, Shisui resultaba ser el más sociable. Los aldeanos parecían tenerle total confianza, incluso más que a Itachi u Obito.

—Yo creo que él intenta hacer amigos— Haerin sonrió, tratando de deducir que, como bien dijo Hiro, él trataba de adaptarse de nuevo a la aldea a su propia manera.

—Por eso siempre está de compras en el centro— Mitsuha llegó a la misma conclusión, Sarada asintió, creyendo estar entendiendo a su padre.

—Ustedes siguen siendo unos niños— Chocho rió con fuerza al escuchar la suposición tan infantil que sus amigos habían hecho.

—¿Qué quieres decir?— Sarada le miró con cierto enfado, porque era obvio que Chocho se estaba burlando de ellos.

—¿Qué no es obvio?, Sasuke se quiere cog...— Tsuki dejó de hablar cuando Hiro le golpeó su costado con fuerza, ella apartó el codo de su hermano mientras le miraba de mal humor. Hiro no podía creer que su hermana mayor no cuide su vocabulario cuando había niños presentes —A Sasuke le gusta la vendedora— 

—¿Qué?, ¿Le gusta Yumi-san?— Inojin no podía creer que su tío esté interesado en alguien, Sasuke era tan apático que incluso parecía que ni siquiera sentía algo de cariño por ellos que eran sus sobrinos.

—¿Y eso no te molesta, Sarada?— Boruto observó de reojo a su amiga, la situación de su familia le parecía incluso más complicada que la suya.

—Bueno... No, creo que él también debe conocer nuevas personas— Sarada admitía sólo para sí misma que le parecería triste que su padre esté solo, siendo que su madre no lo amaba e incluso había formado su propia familia.

—Entonces debemos ayudarlo a conseguir el amor de la señorita Yumi— Chocho se entusiasmo ante su propia idea, amaba ser participe de la unión de una nueva pareja.

Todos asintieron, aceptando la misión como un gran desafío.

La misión de espiar a Sasuke Uchiha estaba por convertirse en una de las más peligrosas hasta ahora.

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Notas de la autora: 

• Puede contener errores ortográficos.

• Una disculpita por la demora je pero ya podemos decir que estamos en el final, y con este capítulo creo que por fin cierro las trampas que tenía sueltas. No quise dejar a Sasuke solito, por eso decidí que él por primera vez realmente se interesó en alguien. Pero es tan torpe cuando se trata de relacionarse con otros que la única forma de acercarse a ella es comprándole de su tiendita 🥹

• Como ven, no quise hacer al soske un padre ausente sin razón. Él quiso que Sarada creciera como hija de Kakashi para protegerla de los planes de Zetsu negro. Y bueno, Sarada realmente ama a Kakashi como a su padre, y aunque ahora sabe de Sasuke no dejara de lado a Kakashi. Ella desea ser Hokage por él 🤧

• Algo que no les mencioné en la historia pero que es igual de importante es que Konan está viva ♥️ Obito no la asesinó, de hecho se aprovechó del cariño que siente Konan por Hinata para manipular y convencerla de que le diera los ojos de Nagato. Porque recordemos que Obito y los demás creían que Hinata "murió" por su batalla con Pain. Konan ahora es la lider de su aldea y gracias a Naruto las otras aldeas la han reconocido. 

• El siguiente capítulo ya será el epílogo, pero les tenía planeado hacer unos pequeños capitulos extra. Díganme si hay algo especial que les gustaría ver 😊 

Dejen sus votos y comentarios 💜 

Nos leemos en la próxima actualización 👀 ❣️ 

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