Capitulo 2

Los bailes reales eran eventos donde las clases altas se reunían, los grandes magnates hablaban de sus riquezas, las mujeres chismeaban de otras familias, algunos propósitos más, la conquista de mujeres jóvenes para incrementar el prestigio de algunas familias, todo dentro de un mismo evento.

-Vaya, hay muchas mujeres hermosas, pero ya viste, Bridgette Dupain está aquí, dicen que esa mujer es una caza fortunas, ya se había casado antes, ha quedado viuda de nuevo, ¿Será nuestra oportunidad?.- un grupo de jóvenes veía como Bridgette paseaba con un increíble vestido morado, esta miraba con desprecio el grupo de jóvenes magnates, después de todo ella buscaba alguien que le diera la vida a la cual estaba destinada, la riqueza, el poder, prestigio, algo que ninguno de los jóvenes magnates podía darle, siendo que ella era aún bastante joven para conseguir alguien importante, cómo ya lo había logrado.

Marinette a lo lejos veía como todos prestaban atención en su hermana, decepcionada de como avanzaban las cosas, la reputación que había obtenido, desde su primer matrimonio con un viejito rico, se notaba como la chica solo quería dinero y poder, no importando como obtenerlo, un dolor grande para Marinette y su familia.

-Disculpe señorita, he notado que se encuentra muy solita, me permite hacerle compañía a tan bella dama está noche.- un joven alto moreno se acercó a Marinette, ella tuvo un poco de nervios debido al acercamiento de este hombre, además de que la había llamado bella, una cosa que le causaba mucha emoción.

-Por supuesto amable caballero, me llamo Marinette Dupain Cheng, es un placer para mí que pueda acompañarme.- Mari trato de sonar lo más recta y con clase posible, además de controlar sus nervios, noto como el joven le había besado la mano, un acto que demostraba el gusto visual que tenían por ella, un verdadero acto de caballerosidad.

-Me llamo Nino Lahiffe, vengo de una familia británica, veo que usted es la hermana gemela de Bridgette Dupain Cheng, pero debo decir que a pesar de eso su belleza es superior, es un placer conocerla.- ambos comenzaron a caminar, Nino ofreció su brazo para ser el guía de la joven Marinette, mientras ella tomaba con delicadeza su brazo con sus manos, recorrieron el salón hablando de cosas triviales, la vida de cada uno y en cierta medida, lo que querían para su futuro.

Increíblemente el tiempo se les había pasado muy rápido, la convivencia entre ambos era muy buena, tenían muchas cosas en común, Marinette no dejaba de sonreir, era maravilloso, un hombre bueno, caballeroso y atento con ella, no había conocido a muchos pero se sentía afortunada de finalmente estar en la presencia de uno.

-Mari, ha sido una noche maravillosa, me ha encantado estar contigo, eres una gran mujer, me sorprende que ante la sociedad eres la sombra de Bridgette, eres mucho más.- Nino hablo con cierta emoción, no había rastro de mentiras en sus palabras, era lo que Marinette pensaba y sentía dentro de si, amaba con locura como lograba expresar sus ideas y pensamientos sin trabarse o ponerse nervioso, algo que anhelaba hacer Marinette desde que tiene uso de razón.

-Me das mucho crédito, ahorita te he entrado en algo de confianza, pero me cuesta, es algo que tiene Brid, ella logra hablar como si nada, yo tengo miedo y me ganan los nervios.- Nino miro con ternura a la chica, no podía creer lo hermosa, sencilla, honesta e interesante que era la chica frente a sus ojos, ahora se sentía como un idiota, alguien que la subestimo demasiado.

Ambos acordaron regresar a el castillo donde se estaba llevando a cabo el baile, antes de llegar ambos fueron interceptados por un rubio bastante conocido, el cual agarro a Nino por el cuello y con una gran risa abrazo al moreno poniéndolo nervioso.

-Vaya Nino, creí que jamás lo harías, pensé que serías un cobarde como Luka, hablar con la rarita de los Dupain, te ganaste el respeto de todos.- Marinette y Nino se pararon en seco, un rubio bastante conocido por toda la sociedad había llegado, Adrien Agreste, además de que tomo bruscamente a Nino por el cuello alejándolo de Marinette, pero dejando a la chica impactada, mientras unas lágrimas se formaron en los ojos de Marinette, ahora ya conocía como la veía la sociedad, ahora no solo era la sombra de su hermana, si no que también la rara de su familia, algo que le dolió muchísimo.

Cómo pudo corrió lejos del lugar donde se llevaba a cabo el baile, finalmente había encontrado alguien que podía entenderla y resulta que solo era parte de una broma, un mal juego, fue usada por un hombre, su orgullo había sido hecho pedazos, la primera vez que había logrado entablar conversación con otra persona, todo era un caos, tantas cosas que cruzaron la mente de Marinette.

-Cuidado jovencita, si sigues corriendo así te encontrarás con unos ladrones.- Marinette no escucho y siguió corriendo, su dolor era más grande que cualquier cosa, en su mente ni siquiera el seguir viviendo bastaba, había roto lo que le prometió a su padre antes de morir, traer honor y orgullo a la familia.

Habían pasado unos minutos, Marinette se había cansado, miro a su alrededor, no conocía nada de lo que veía, ni siquiera cuando llegó en el carruaje, cerca estaba un río, vio el gran puente no muy lejos, rompió parte del vestido para poder moverse mejor, su objetivo, lanzarse del puente.

-Soy una tonta, Bridgette tenía razón, jamás seré importante en la familia, no importa lo que haga jamás lograre sobresalir, soy una inútil.- en ese momento subió al borde del puente, justamente ubicada en el punto más alto del puente, el río fluía a bastante velocidad, en la mente de Marinette se veía una muerte segura, ya estando a punto de lanzarse, fue detenida por un hombre.

-Una mujer no debería expresarse de esa manera, toda bella creación de este mundo es perfecta a su manera, no debes subestimar el don de Dios para contigo, tienes cualidades y defectos como los tiene un rey, una reina o un mismísimo campesino, te toca vivir de manera justa y recta, eres una mujer de clase social alta, debes comportarte como tal.- Marinette se sorprendió por la voz, miro al lugar de dónde provenía y encontró una figura que se le hacía similar, bajo del bordo y camino lentamente, su intención era ver quién era, su sorpresa fue inmensa, no podía dar crédito a lo que veía, uno de los hombres más importantes de toda europa.

-Pero, si usted es, Gabriel Agreste.- Marinette se impresionó de ver a ese sujeto, no daba crédito, la impresión era mucha, algo imposible de creer, estupefacta, miro con detenimiento a Gabriel, notando como venía algo sucio de su pantalón, además detrás había un caballo blanco.

-Veo que me conoces, pero yo a ti no te conozco niña, supongo que por tu apariencia y vestimenta, debes ser Marinette Dupain Cheng, una de las gemelas de Tom Dupain, y tú queriendo suicidarte, no lo puedo comprender, Tom hablaba maravillas de ti.- Mary dejo de llorar por un momento y miro directamente a Gabriel, el hombre sonreía muy tiernamente, invito a la chica para que subiera al caballo, ella accedió, con calma subió, tocando el bello pelaje del corcel de forma amorosa, ella era amante de la naturaleza, algo que muy pocos conocían.

-Gracias, de verdad no sé que habría pasado si usted no hubiera estado.- Marinette tomo con fuerza la cintura de Gabriel, rodeo su cuerpo con sus brazos, dejando totalmente su mejilla en la espalda del mayor, sintió por un momento que estaba abrazando a su padre, un sentimiento que no tenía desde hace tiempo.

-Puedo notar como me abrazas con fuerza, Tom tenía razón, tú eres la que más ha sufrido su partida, lo lamento niña, hay cosas en esta vida que no podemos controlar y la muerte es una de ellas, lo mejor que puedes hacer es tratar de volver a tener una vida normal, lo más normal posible, que la muerte de tu padre sea un incremento a lo que tú eres, se la más eficaz de tu familia, la más recta, la que traiga el orgullo, se cómo fue tu padre.- El caballo comenzó a caminar, poco a poco incrementando la velocidad, logrando hacer que se le soltara el cabello a Marinette, haciéndola ver hermosa, mientras que Gabriel fijaba curso para su propia mansión, sonriendo de sentir como la joven chica lo abrazaba como si su vida dependiera de ello, su corazón se enternecío, una pequeña lágrima salió sin previo aviso, puesto que el adulto siempre había soñado con tener una hija, y aunque fuera por unos breves minutos, finalmente la tenía.

-Buenas noches señor, me alegra ver qué ya regreso de su paseo nocturno.- habían llegado a la puerta de la mansión, bajando Gabriel para posteriormente bajar a Marinette, la cual se asombro por el tamaño de la casa.

-Me fue bastante bien, y ahora sí me lo permites, tengo una invitada, alimenta al caballo, y vete a descansar.- ambos ingresaron a la casa, mientras que Marinette estaba nerviosa, era invitada del hombre más rico del reino.

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